Good to you

Levi: Pero te lo estoy regalando. Además creo que nos volveremos a ver... -no quería decirlo, pero no sólo le recordaba a su personaje: ella era técnicamente igual.

La alarma de su celular le sacó de sus pensamientos, viendo que llegaba tarde al trabajo. Chasqueó la lengua, para luego ver a la muchacha.

Levi: Si logramos vernos más de dos veces, prometo-no, juro mostrarte algo de lo que escribo.

Se puso de pié, dispuesto a irse, para estirar una mano hacia ella, esperando que la estrechase.

Levi: ¿Hasta la próxima vez?

-

El beso se tornaba conocido, pero al mismo tiempo diferente. Y era agradable, reconfortante.
Se inquietó un poco al sentir que le tomaba de la cintura para acercarlo a él. No quería que su creciente erección molestase, no sólo por la condición de XIII sino también por... la diferencia entre su apariencia femenina y su fisonomía.
Se separó, jadeando levemente, para quedarse perplejo al ver a XII. ¿Estaba sonrojado? ¿En serio? Llevó una mano a su rostro, rozándolo, incrédulo. Para luego reírse al escucharle.

Eve: Puedo hacerme cargo de eso cuando esté solo..

Sentía que lloraría. Era idiota y lo sabía, pero era un humano, y no sólo le había hablado, sino que le había dado un libro y hasta quería verla nuevamente. Le sonrió enormemente, asintiendo ante cada palabra para luego quedarse viendo su mano. No pasaría nada, verdad? Su hambre estaba controlada y se negaba a alimentarse de el. Nunca lo haría. Se alentó mentalmente y le estrechó la mano sin perder la sonrisa.

Maigne: Suelo estar en este parque, así que me encontrarás.

-

El gran XIII sonrojado, debía ser una vista interesante. Le sonrió, evitando su mirada, odiaba ser así, odiaba no poder dar más.

Xap: Soy un bicho raro, lo se...

Se mantenía abrazado a él, observandolo atentamente, con nuevos ojos. Ya no era su alumno, ni una persona que quería proteger. Ahora también lo quería a su lado. En parte le aterraba volverse vulnerable nuevamente pero no podía negar que no podría separarse de Eve aunque quisiera.

Sonrió al sentir que le estrechaba la mano, asintiendo al oírla, para luego saludar con la mano y marcharse.
Unos segundos después, Hell se acercó, sonriente. Si pudiese tomar fotografías, ese rostro de emoción sería el primero.

Hell: Parece que ha ido más que bien, ¿huh?

-

Negó con la cabeza, con dejar de acariciar su rostro con delicadeza. Sabía que sería un caos: XIII sin deseos sexuales, y él con deseo para varias personas. Pero no quería alejarse, no quería que le soltara. No le importaba estar atascado en ese casillero eternamente.
Se acercó a besarle el cuello despacio, con un simple roce, intentando cambiar ese rostro de frustración que repentinamente XIII dejaba ver.

Eve: ¿Qué sucede...? ¿Hice algo mal? -intentó comenzar a bajarse-. Lo siento, no era mi intención... soy nuevo en ésto...

Oh que importaba, se levantó rápidamente, abrazándolo. No tenía forma de agradecerle, en dos días había vivido más que en todos esos años, y se lo debía todo a él.

Maigne: Gracias, gracias, gracias y... -se soltó, bajando la mirada avergonzada- lo siento.

-

Reforzó el agarre, manteniendo a Eve en su sitio. Incluso le acercó el cuello para que continuase con las caricias, no quería que se alejase, sólo pensarlo le daba una punzada.

Xap: No eres tu Eve, no seas tonto. Sólo me aterra vovler a sentir... Toda mi vida me intentaron enseñar a no hacerlo, y... Me da miedo.

Eve no era ella, ni frágil ni inocente, lo sabía, pero el pasado todavía le pesaba y no podía correr de el.

No pudo dejar de reir al sentir que le abrazaba, completamente alegre, para sacudirle el cabello cuando se separó. Al menos uno de sus consejos había sido útil. Miró el libro en sus manos, para luego sonreír.

Hell: Por lo visto, es una cita, ¿eh?

-

Al sentir que le abrazaba con más fuerzas, se apegó más a él, quizás incluso más sexual de lo que debería. Comenzó a besar su cuello delicadamente, para luego pasar a besar con fervor e incluso dejar pequeñas mordidas.
Sabía lo que estaba pensando. Lo estaba comparando con ella, inconscientemente. Pero aún así, lo comparaba. Fue disminuyendo los besos y las caricias hasta quedar simplemente frente a su cuello inmóvil. Dolía. Cerró los ojos con fuerzas, mordiendose el labio. Debía decirlo.

Eve: No tienes que hacer ésto, XIII. No está bien. No soy ella, no lo seré nunca... lo siento.

Se separó, sonriénle levemente, para luego ponerse de pie y salir del cuarto. Estaba agitado, nervioso y al borde de las lágrimas, pero estaba haciendo lo correcto, ¿no? comenzó a bajar las escaleras rápidamente, dispuesto a salir de la casa e irse tan lejos como le fuese posible.

Su sonrojo aumento considerablemente. Cita? Ella? No, seguramente sólo estaba siendo amable con ella, no había forma que fuese una cita.

Maigne: No seas ridículo, quién tendría una cita con alguien como yo?

-

Había cerrado los ojos, dejándose hacer. Era, de cierta forma, agradable, aunque no tuviese el efecto deseado por Eve.
Al oír lo que decía, se quedó sin habla, y no pudo reaccionar hasta que lo vio salir del cuarto, casi podía ver las lágrimas que querían salir.
Chasqueo la lengua, levantándose y quedando al borde de la escalera, un sólo pensamiento iba cobrando forma y sustancia y snrtia la punzada de dolor.

Xap: Rose esta muerta, no serás ella y no quiero que lo seas. Quiero que seas Eve, pero si soy demasiado extraño para ti, entonces di eso. No la uses de excusa.

Rose. Su nombre se sentía tan extraño en sus labios, ya había olvidado la última vez que había pronunciado esa palabra.

Xap: No te pienso como un reemplazo, no te insultaría de esa manera.

Hell: Alguien como él. No es el tipo más popular entre los humanos, ¿sabes?

Aunque no debía sacarle crédito. En ningun momento, desde lejos, vio mal a Maigne. Ni siquiera actuó de forma extraña. No pudo evitar sonreir pensando que quizás, por primera vez en su vida, estaba haciendo el bien.

-

Se detuvo al final de la escalera al escucharlo. ¿Era en serio? ¿Estaba echándole la culpa a él? Se giró para mirarlo, completamente incrédulo. Podía sentir las lágrimas agolparse en sus ojos, pero no las dejaría caer. La rabia era mucho más fuerte.

Eve: ¿Sabes qué? Me importa tres malditos demonios si eres "raro", como le dices, o no. Te has pasado la vida llorando a tu maldita Rose. La vengas y me miras. ¿Qué maldita sea se supone que piense?

Comenzó a buscar todas sus armas, arrojando de a una en el suelo. Ya estando completamente desarmado, volvió la mirada a XIII. La rabia en sus ojos. En cortos minutos todo había sido demasiado bueno, era obvio que no sería así. No era su suerte.

Eve: No deberías haberme detenido. No me detendrás ahora.

Sin darle tiempo a nada, salió por la puerta, azotándola y bloquéandola con un pequeño broche de pelo para que fuera imposible abrirla. Sabía que lo lo detendría eternamente, pero aunque sea podría darle el tiempo suficiente para tener algo de ventaja y llegar a Cronos antes.

Maigne: Eso me gusta. Haz visto como se comportan los "populares"?

Eran insoportables, tenían un serio complejo de superioridad y pisoteaban a cualquiera que no perteniese a su pequeño grupo elitista. No, le agradaba que no fuese de esos.

-

Tiró de las puertas aún sabiendo que era inutil, golpeando su mano y astillando la madera.

Xap: Demonios, demonios Eve!

Rompió el vidrio de la ventana más cercana que tenía con el codo, saltando por esta y rasgando la piel de su brazo en el proceso, no es que fuera a notarlo, en cuanto sus pies tocaron tierra salió corriendo tras la pista de Eve. No recordaba haber corrido tan rápido, los árboles pasaban difusos, como sombras a su alrededor.
Debía encontrar a Eve, debía hacerlo. Se obligó a ir más deprisa, sacando fuerzas de donde no había. Era XIII. Lo encontraría.

Hell: Bueno, cuando te toque hablar con un popular, simplemente ignorale. Se transformarán en humanos inmediatamente.

Sonrió, acuclillandose ante su guadaña, para tomar varias esferas luminosas. Almas.

Hell: Toma, son las que recolectamos mientras coqueteaban contigo

-

Suspiró, mientras saltaba de árbol en árbol. Ya estando lo suficientemente lejos, se arrepentía levemente del hecho de que había dejado todas sus armas atrás, podría haber puesto un poco más de resistencia al llegar. Bueno, siempre tenía su cuerpo; sabía golpear tan bien como usar un arma.
Descendió, jadeando, cuando se vio a no más de 500mt de Cronos. Meditó unos segundos, pensando en lo que le esperaría, para luego avanzar lentamente.

Sus ojos volvieron a iluminarse, el leve brillo rojo de sus ojos se incremento. Tomó un par para ella y luego, observando para que nadie más que Hell la estuviese observando, abrió la mochila que siempre llevaba colgada al hombro.
De allí extrajo un peluche azul en forma de conejo, al cual depositó sobre sus piernas y le acercó una de las esferas que fue absorbida dentro.
Un cosquilleo le recorrió, sonriendo.

Maigne: Gracias.

-

Había visto su silueta deteniéndose. Era el momento. Forzó su cuerpo a dar el último esfuerzo, deslizando al final para frenar y quedar frente a ella (N/A: toda una entrada) jadeante. Nunca le había exigido así a su cuerpo. A pesar de estar corto de aire se mantenía erguido, fulminando con la mirada a Eve, la preocupación había dado lugar al enojo, no, no era sólo enojo. Estaba furioso.
Se mantuvo allí, bloqueándole el paso, la brisa mecía su cabello y su ropa, ese era XIII en todo su esplendor.

Se sorprendió al ver el muñeco, realmente curioso. Se acuclilló, mirándolo unos segundos, para luego mirar a Maigne. Se la veía tan feliz que resultaba incluso preocupante.

Hell: ¿Qué se supone que es?

-

Al verlo frente suyo, jadeando pero completamente firme, notó que estaba en un aprieto. Retrocedió un par de pasos, intentando pensar. Estaba tan cerca, necesitaba algun hueco por el que pasar para poder llegar a Cronos. Estaba seguro que a menos de 200mt le interceptarían y eso sería todo. Pero no podía quitar sus ojos de XIII. No solo se veía endemoniadamente sexy, para su lamento, sino también realmente cabreado. Y no quería experimentar eso.
Retrocedió otro par de pasos, para buscar una abertura en alguno de los lados.

Maigne: Esperaba que tu puedas decirmelo.

Lo acarició con cuidado, casi absorta. Debía llevarlo guardado, para evitar miradas de la gente que encontraba extraño que una chica de su edad anduviese con un peluche, también por seguridad, tenía tantos años como ella muerta, y a pesar de que se conversaba, no quería exponerlo, ni tampoco arriesgarse a que algo o alguien se lo llevase.

Maigne: Antes de morir, compartía celda con un niño. El me lo entregó, me hizo prometerle que lo cuidadaría. Cuando morí, estaba a mi lado y no pude simplemente dejarlo atrás... ahora sospecho que parte de mi alma está ahí dentro, si no le doy "de comer", entonces mi hambre no sacia y empiezo a enloquecer nuevamente. Pero son solo suposiciones.

No le había llegado el memo de las clases para seres sobrenaturales.

-

Cada paso que Eve retrocedía era uno que el avanzaba. Analizaba cada movimiento, cada microexpresión que cruzaba su rostro. No le dejaría ningún hueco posible para que pasase a través de él, y rápidamente ganaba el aire que había perdido. Mentalmente tomó nota de que no estaba tan fuera de forma como había creído, pero el haberse dejado encerrar le demostró que había perdido aptitudes.

Xap: Eve... Detente.

Su voz era baja, cortante, no era una petición, era una orden.

Lo tomó sin cuidado, sacudiéndolo y mirandolo con el seño semi-fruncido. No, el alma de Maigne no estaba allí. Ésto era algo mucho más simple que un horocrux [N/A: no pude contenerme XD]. Podía sentir como la energía iba abandonando su cuerpo para ir hacia el del muñeco, por lo que lo soltó inmediatamente, dejandolo caer al suelo.

Hell: No es tu alma, es un parásito. Es el alma de alguien más que se alimenta de tí.

-

Eve: Vamos, ¿realmente piensas que llegué tan lejos para detenerme ahora? No me asustas, XIII

Pero era mentira, si le asustaba. Su destino en Cronos parecía muchisimo menos aterrador de lo que podía ser su destino en manos de XIII en aquel momento.
Suspiró, descubriendo una pequeña abertura. Mínima. Necesitaba fuerzas de donde no las tenía ya, pero si lograba huir, llegaría a Cronos... y sería el fin. Respiró profundamente, para finalmente sonreirle a XIII. Completamente sincero. La sonrisa de alguien que sabe que tiene la muerte frente a sí.

Eve: Lo siento, ¿de acuerdo? Pero es lo mejor.

Y sin decir más, corrió hacia XIII, golpeando ambos oídos para aturdirlo y luego le golpeó la rodilla, para que no pudiese seguirlo. O no tan rápido, por lo menos. Y echó nuevamente a correr.

No dejó que tocase el suelo, lo tomó justo antes de que cayese, abrazándolo contra sí. Frunció el seño, negando con la cabeza. No le creería, Demian lo había acompañado siempre, la había escuchado cuando no tenía a nadie para hablar.

Maigne: No, tienes que estar equivocado.

-

Cerró sus ojos y al abrirlos, Eve ya no estaba. Gruñó con fuerzas, y salió tras ella, ignorando el dolor de su rodilla. Probablemente eso le costase luego, pero ahora solo importaba detenerlo.
Contaba los metros mientras se acercaba, unos pocos más y serían detectados... Apoyandose en su pierna sana, se impulsó hacia adelante, saltando y derribando consigo a Eve, forcejeando para quedar rápidamente arriba.

Xap: Ya basta. Me estoy cansando de este deseo de muerte tuyo.

Hell: Pues no lo estoy

Miró con cierto recelo la forma en que abrazaba el muñeco. ¿Realmente no sentía la energía abandonarla cada que le tocaba? Suspiró, intentanto pensar cómo lo haría Lesius. Diablos, él era mucho mejor para esas cosas. ¡Eso! ¡Simplemente debía llamar a Lesius!

Hell: Si llamo a un amigo para que lo veas, ¿le creerías? Es un recolector de almas. También hijo de Hades -dijo lo último revoleando los ojos.

-

Maldijo y farfulló intentando quitarselo de encima. De acuerdo, quizás XIII no era tan ligero como hubiese pensado, ¡lo estaba aplastando con todo su maldito peso! Miró hacia atrás, lloriqueando. Faltaba tan poco... hubiese llegado si no hubiese sido blando con él. Debería haberle quebrado la rodilla, no simplemente golpeado.
Miró a XIII. Debía soltarlo. Era su deber, lo soltaría porque tendría que proteger a Xer y a Kui. Sin pensarlo mucho, completamente agitado, comenzó a gritar.

¿Hades? Debió imaginarse que no era solamente un cuento. Observó a su peluche, cómo podía ser un parasito si siempre estaba a su lado.
Devolvió la mirada a Hell, al menos... le debía el beneficio de la duda.

Maigne: Si... supongo que si.

-

Pánico. Esa fue su reacción y actuó acorde, tapando la boca de Eve con su mano, arriesgandose a recibir una hermosa mordedura.

Xap: De acuerdo, haremos esto por las malas.

Se ganaría el odio profundo de Eve, y podía irse despidiendo de volver a besarlo. Maldito testarudo.
Con un rápido movimiento lo dió vuelta para que quedase boca abajo.

Xap: Te lo buscaste Eve, perdoname pero debo hacerlo.

Le sostuvo la cabeza contra el piso con su rodilla para ahogar los gritos, ahora con sus manos libres, rompió la remera que llevaba, improvisando una atadura alrededor de las manos de Eve que había colocado detrás de su espalda.
Observó el último jirón, con demasiado pesar. Se odiaba, se odiaba por tener que hacerlo, pero... como Eve había dicho "era lo correcto". Lo usó como mordaza, disculpandose nuevamente.

Xap: Tengo que sacarte de aquí...

Evito verle la mirada, no quería tener que ver el odio en ella. En cambio, lo tomó en brazos, quejándose al sentir el peso sobre su rodilla.

Hell: De acuerdo, ven

Extendió su mano al mismo tiempo que chiflaba y un portal se abría delante de ellos dos. No esperó que asintiera, ya que seguramente se echaría atrás, por lo que simplemente tomó de ella y tiró.
Ahora se encontraban entre unas ruinas bastante peculiares. Dio un par de pasos, para luego mirar a Maigne y ver como se encontraba.

-

No sabía cómo, pero en fracciones de segundos había terminado farfullando boca abajo en el suelo húmedo y sucio, para luego tener su remera destrozada atándole las manos y la boca. ¡Su remera de diseñador hecha pedazos! Gruñó y pataleó, viendo como Cronos se hacía cada vez más y más lejano. Ahí quedaba su oportunidad de hacer lo correcto.

Se había aferrado a Hell al ver que atravesaban un portal (N/A: no se por qué, pero me la imagino estilo koala xD). Muerta y todo, no terminaba de acostumbrarse a las cosas supernaturales, pero se separó al ver que estaban en su destino.

Maigne: ¿Ruinas? No me digas que ahora comenzaras a tocar un tambor y despertarás al antiguo dragón. (N/A: ¿referencia a mulán? ¿Dónde?)

-

Xap: Quito Eve, no me hagas tener que atarte las piernas también.

Suspiró, quejándose a cada paso, pero sabiendo que, de detenerse, estarían en peligro. Si alguien llegaba a oír ese grito...
Negó con la cabeza. Aún con su rodilla lastimada, podría pelear, podría correr... podía luchar contra cualquiera, aun superado en cantidades, pero no podía lograr que cierto alguien dejase de correr hacia los brazos de Cronos.

La miró seriamente, para luego suspirar. Comenzó a caminar, buscando a su amigo, que seguramente estaba buscando algo particular, como hacía siempre en su tiempo libre. Sonrió y empezó a gritar para llamar la atención en el momento en que vio un enorme dragón azul revolviendo entre algunos escombros.

-

Bufó, quedándose quito. Ya no tenía oportunidades, estaban realmente lejos. Y de haber escuchado su grito, ya los hubiesen rodeado. Dejó caer su cabeza contra la espalda de XIII, aún molesto. No solo no lo dejaba cumplir su misión, sino que además rompía su remera y le hacía ir en esa posición vergonzosa.
Decidido a vengarse, ante cada paso con la rodilla golpeada, le golpeaba el rostro con el lado de su muslo.

Maigne: ¡Sí era un dragón!

Incluso de niña le habían encantado los dragones, ahora estaba cerca de uno, y la emoción le recorría. Tanto que había olvidado momentaneamente la razón por la que estaban allí, por lo que alzó al conejo contra sí, susurrandole como solía hacer siempre.

Maigne: Mira Demian, es un dragón.

-

Era una alternancia entre bufidos y suspiros ante cada paso, cada golpe, y la culpa que lo seguía recorriendo.
El camino hasta la casa le pareció eterno, estaba agotado por la carrera, por forcejaer contra Eve, y por el estres que le había causado la situación. Lo dejó caer, todavía delicadamente contra el sillón, desatando el nudo que le ataba las muñecas, sentandose luego en el piso con nada de elegancia. Su brazo tenía cortes por los vidrios, su rodilla palpitaba. Extrañaba el retiro.

El dragón comenzó a acercarse a ellos, transformándose poco a poco en una persona. Ya frente a Hell sonrió levemente, para luego centrar su atención en Maigne con una mirada completamente ilegible.

Hell: Maigne, él es Lesius, un recogedor de almas.

Lesius: ¿Por qué has venido con ellos dos?

Hell: Bueno, Maigne te explicará

-

Había pensarlo en golpearlo apenas le soltase, pero al ver el mal estado físico en que se encontraba simplemente decidió mantenerse en silencio, mirando hacia otro lado. No le dirigiría la palabra si eso era posible. ¿Era posible, no? Frunció los labios, mirando de reojo a XIII, para luego fruncir el seño y volver a su posición inicial.

Maigne: Bueno... Hell dice que Demian -alzó el conejo para que entendiese a quien se refería- es un parásito que se está alimentando de mí, pero estuvo conmigo toda mi... no-vida. No siento nada cuando lo tengo cerca, pero si me alejo demasiado duele y me empiezo a sentir débil.

Ese dragón llamado Lesius debería desmentirlo, ¿verdad? No había forma de que fuese un parásito. Pensó en el nene, en como lo cuidaba, y cómo ante saber que iba a morir le había pedido que lo cuide. No podría romper esa promesa.

-

(Momento sexy (?)

Sonrió levemente, Eve parecía un niño caprichoso al cual se le acaba de negar un dulce. Pero, niño o no, acababa de romper su remera y no quería dejarlo expuesto. Se quitó la suya, dejándola a un lado de él, para que la tomase de querer cubrirse.
Luego se dejó caer contra el frío suelo, agradeciendolo. Estaba agotado.

Hell observó a Lesius expectante, mientras éste observaba el peluche elevado frente a su rostro. Definitivamente no era sólo un peluche, pero tampoco era un mero parásito. Observó a Hell, sin emoción alguna, y luego a Maigne, acuclillandose para verla de frente.

Lesius: No es un parásito, pero tampoco es un simple muñeco.

-

Esperó a que se recostara en el suelo para tomar la remera y colocarsela. Pasaron los minutos y bajó del sillón al suelo, intentando no hacer ruido. Observó sus muñecas marcadas, pero decidió ignorarlas. Luego dirigió su mirada al brazo de XIII con sangre seca ahora, y pensó en su rodilla. ¿Por qué se esforzaba tanto?
Se acercó un poco más, quedando finalmente hipnotizado con la vista de XIII medio desnudo frente a él. Sus mejillas se sonrojaron levemente.

Maigne: Entonces... ¿Qué es?

Estaba algo... triste, como si la hubiesen engañado. Observó a su peluche, frunciendo levemente el ceño, sin saber qué hacer. ¿Qué podría ser?

-

Gruñó levemente al sentir que Eve se movía, pero mantenía sus ojos cerrados, también debería estar cansado de tanto corretear. Sentía su cercanía, por lo que abrió un ojo, notando su sonrojo.

Xap: ¿Por qué te sonrojas?

Lesius: Un shinigami. En lugar de volver a ser incubado, lo encerraron allí. Y a falta de tener su conexión, se ha unido a ti.

Hell hizo un gesto de incomprensión. Era la primera vez que oía de algo así, ni siquiera sabía que era posible eso. Pero Lesius se veía completamente convencido, como si manejase la verdad absoluta.

-

Eve: Como si te importara. Debe ser de tener el rostro enterrado en la tierra.

Pero sabía que no era cierto, estaba sonrojado por la forma descuidada en que XIII se mostraba ante él. ¿En realidad era tan poco consciente de que estaba semi-desnudo y que había dejado tirados los retazos de su remera desgarrada? Podría maniatarlo y transformarse en una suerte de Kui, pero de nada le valía.
Se alejó un poco, desviando la mirada hacia un rincón, intentando pensar en otra cosa.