Good to you

Negó con la cabeza, enterrándose más en su abdómen. ¿Saberlo? Claro que lo sabía. Pero ¿cuántas veces los deseos de alguien se hacen trizas frente a ellos, sin saber exactamente por qué o cómo contenerlos? Sintió que el llanto comenzaba a picarle en los ojos y que la garganta comenzaba a asfixiarse por la cantidad de gritos de dolor que quería dejar salir.
¿Sería correcto decir que su alma ya estaba unida a Lou, aún si no estaban casados?

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Se llevó una mano al rostro, chasqueando la lengua tras sus dientes cerrados pero levemente visibles. Era la primera vez que lo decía en voz alta, que se enfrentaba a lo limitante de su existencia. Aquel hoyo profundo que comenzaba a consumirle.

Nurc: Estoy muriendo. He consumido hadas desde que tengo ocho... yo... mi cuerpo... -tocó sus costillas, sintiendo el dolor punzante asediarle- debería haber muerto hace tiempo, pero en cambio me carcomo más y más cada día... Y parar, en éste punto, es estúpido porque... -dejó salir una sonrisa sincera, enorme, repleta de lágrimas- porque no tengo cura.

La abrazó con fuerzas, su mente intentando buscar una solución, y, por más que quizás no fuese si primera elección, por el bien de Con lo haría. Pero, antes que nada, debía calmarla.
La subió a sus piernas, acariciandole la espalda y el cabello, dando pequeños besos en su sien.

Lou: Me quedaré aquí, no iré a hablar con nadie. No pueden hacerme nada, no me iré.

Intentaba tranquilizarla con sus palabras y su cariño, entiendía el miedo que sentía, él también lo hacía, pero necesitaba mantener su compostura. Por ambos.

-

En un impulso lo abrazó, sin saber cómo contestar a aquello. ¿Morir? No podía morir, debía haber algo que se pudiese hacer, lo que sea, no podía simplemente aceptar esa sentencia y no buscar una solución.

Xirh: No puede ser verdad. Debe haber algo que podamos hacer.

Negó con la cabeza una y otra y otra vez. Sabía que lo estaba reteniendo, sabía que lo estaba estancando, pero...
Se detuvo repentinamente. Su nariz roja y sus ojos llorosos. Debía ser fuerte, debía confiar.

Con: Debes ir... debes... estaré bien... lo primero...

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Se dejó abrazar, pero no correspondió el gesto. Aah~¿eso era un abrazo? ¿Eso era lo que veía a tanta gente hacer y no entendía su finalidad? Se sentía cálido. Se sentía como si fuera un hogar. Menos solo. Menos... ahogado.

Nurc: No hay cura... estoy en una etapa avanzada. Estoy muriendo, y no me importa.

Le alzó el rostro, besando su frente. Se la quedó observando, limpiando sus lágrimas con los dedos, sin estar realmente convencido. ¿Estaría bien que la deje? Parecía tan vulnerable en esos momentos.

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Se mantuvo allí, pensando, sintiendo la impotencia recorrerle. Recordaba una situación, en el barco, uno de los tripulantes estaba enfermo, demasiado enfermo y ellos demasiado lejos de cualquier costa para ayudarlo.
Agonizaba, gritaba de dolor todos los días, hasta que pidió al capitán que lo arrojase al mar, que lo dejase morir allí, que no postergase su sufrimiento.
Recordaba ser jovén, llorando por no poder hacer nada, y ahora sentía que las lágrimas caerían por sus ojos nuevamente. No podía hacer nada, y lo odiaba.

Xirh: Bueno, a mi si. No quiero que mueras...

Sonrió al sentir el beso en su frente, dejándolo luego secar sus lágrimas. La había desarmado y vuelto a armar de tal modo que ya no quedaban rastros de aquella mujer independiente y en cambio una versión vulnerable de sí misma se hacía notar.
Le acarició el rostro, para luego acercarse y besarle la mejilla.

Con: Debes ir

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Dejó salir una risa seca, sin gracia. Tenía ganas de llorar. ¿A quién no le importaba morir? Sólo podía pensar en todo lo que no había podido hacer, en todas las oportunidades que le habían sido arrebatadas. En como no dejaba nada detrás.

Nurc: Deberías dejar de apegarte a la gente que no conoces

Lou: De acuerdo.

Iría, pero no tardaría, no podía pensar en dejar a Con con sus preocupaciones.
La alzó en brazos, sonriendole levemente, intentado alivinar la situación que acababa de ocurrir.

Lou: Vamos, tenemos que dormir.

-

Xirh: Y tú deberías de dejar decirme que hacer.

Se separó finalmente, desviando la mirada, sintiendose completamente inútil. No podía hacer nada, realmente no había nada que ella pudiese hacer para remediar la situación.
Odiaba eso.

Asintió, poniendose de pié. No debería preocupar de tal modo a Lou, no ahora que tenía suficientes preocupaciones en su cabeza. Debía intentar volver a ser la chica de antes, intentar... por los dos.

-

Le sonrió burlonamente, encogiéndose de hombros.
¿Qué más daba todo eso? ¿Qué más daba lo que ella sintiera, o incluso lo que él sintiera? Sería todo lo mismo. El fin estaba escrito.

-Al día siguiente-

La charla había sido algo confusa, el capitán aseguraba que no había enviado a nadie, que estaba molesto con la decisión pero no podía más que respetarla.
Cuando Lou estaba por perder los estribos, pensando que le estaban jugando una mala pasada, los mismos soldados del día anterior habían arremetido en el cuarto, disparando hacia ellos.
Infiltrados.
Recibiendo un par de golpes, lograron reducirlos, pero Lou no se había quedado para el interrogatorio. Con estaba en la casa, la casa dónde lo habían encontrado a él.
Llegó al departamento casi sin aire, gritando el nombre de Con.

-

Nuevamente quería golpearlo. La calma que aparentaba, el sarcasmo que se escondía tras toda palabra o gesto, hacían que el enojo se devolviera dentro.
Como podía actuar como si no le importase? Aún bajo su manto de despreocupación, sus ojos se habían llenado de lágrimas al decirle.

Xirh: Si de verdad no se puede hacer nada entonces no puedes simplemente sentarte a esperar que suceda! No tienes nada que quieras hacer?

Había estado en la cama lo que quedaba del día, leyendo. O vagando por la casa, de un lado a otro, intentando no pensar. Lo suyo no era la calma, pero tenía que adoptarlo.
Se encontraba acariciando atentamente a Jyaf cuando escuchó el grito con su nombre. Inmediatamente salió corriendo en dirección a la puerta, para ver a Lou, golpeado. Lo abrazó con fuerzas, nerviosa.

Con: Oh, dios mío... ¿qué pasó? ¿Qué pasó?

-

Nurc: No, no tengo nada.

Quizás se había involucrado mucho en la idea de que moriría pronto, de que quizás no tendría tiempo de gozar de nada, por lo que deshechó todo aquello que podría querer. Era mejor esperar, a su ritmo.

La abrazó contra él, sintiendo que le volvía el alma al cuerpo, ella estaba bien, no la habían ido a buscar.
Se tomó unos minutos para relajarse, sin soltarla en ningún momento.

Lou: Los soldados... de ayer, no eran de Maraqua, vinieron a buscarme para luego atacar. No te preocupes, estoy bien.

Pero le preocupaba la idea de que regresaran.

-

Xirh: No te creo.

No podía simplemente aceptar la idea de que no hubiese nada que quisiera hacer, como un último deseo. Su vida parecía haber sido tan triste, ¿acaso no quería algún recuerdo feliz?

"No te preocupes, estoy bien." ¿Lo decía en serio? Comenzó a observar cada golpe seriamente. ¿Cómo podía no preocuparse? Habían intentado tenderle una trampa. Probablemente casi moría. Y... ¿Y que tal si volvían por él? Cómo... Tocó su rostro con cuidado, completamente ajena a la realidad. No podía depender de Lou, tenía que cuidarle.

Con: No voy a dejar que se acerquen.

-

Nour: Tienes que creerme, estoy más que bien con la idea.

Después de todo, ¿qué más le quedaba? Iba a morir, era un hecho. No podía curarse, era otro hecho. ¿Qué podía hacer, más que aceptar el inminente final que le había tocado?

-

[Es Levi]

Se sentó nuevamente en el parque, intentando mantenerse calmo. ¿Desde cuándo actuaba así? Neisha siempre se había burlado de él, diciendole que siendo arisco como era no lograría conseguir relacionarse correctamente con nadie. Y nunca le había importado. Nadie realmente había valido la pena. Pero ahí estaba ahora, sentado en una banca, un día de frío, apostando a las pocas probabilidades de ver a aquella chica de nuevo.
Se acurrucó en su bufanda, mirando al libro que tenía entre sus manos, decidiéndose por abrirlo y comenzar a leer para calmarse un poco.

Lou: No, ni se te ocurra entrometerte.

Le aferró la barbilla para que no pudiese desviar la vista, asegurandose que lo observara a los ojos. No dejaría que Con se metiese en ello, no tenía nada que probarle, y ya había sido una tortura la vuelta hasta la casa, pensando que ella estaba en peligro.

Lou: Yo tampoco pienso hacerlo, no voy a exponernos a riesgos.

-

(Nour? Y desde cuando mi gato es el muerto?)

Xirh: ¡No puedes simplemente sentarte a esperar! Hay demasiadas cosas que me gustarían hacer antes de morir.

Quizás simplemente eran personas diferentes, pero ella era alguien de constante movimiento y cambio, quería cuanta experiencia hubiese por vivir, y si supiese que sus días se estaban por terminar, no se quedaría quieta un segundo.

-

Debía admitir que su aspecto había mejorado un poco con las almas que Hell le daba todos los días. Ya no tenía que ir odiandose, ni matando a nadie en un acto de locura, y si bien sus ojos seguían manteniendo un aire extraño, ahora su color era mas bien marrón, más semejante a sus ojos de antaño.
Sonrió al entrar al parque, aferrando como mayor fuerza su mochila, que ahora tenía al libro que le había regalado y su peluche, aunque ahora realmente no fuese más que ello, y su sonrisa aumentó al ver a aquel pelo de colores tan alocados, caminando hasta él y sentándose a su lado.

Maigne: Hola Levi.

No quitó la mirada de sus ojos. Se veía completamente serio, completamente... centrado. ¿Tan grave era todo ésto? ¿Tan peligroso? Sintió ganas de llorar, ¿por qué? Se mordió el labio, asintiendo levemente, para bajar la mirada luego.

Con: ¿Qué haremos entonces?

-

Lo dudó unos segundos, jugando a abrir y cerrar su mano, para finalmente llevarla a la cabeza de Xirh y acariciarle el cabello. Hablando de ese modo parecía casi una niña, y extrañamente despertaba un aire de ternura en él.

Nurc: No es algo que me moleste. El morir, digo. Te haces a la idea cuando sabes que no puedes cambiar nada.

-

Se sorprendió un poco, ruborizándose, para finalmente cerrar el libro, algo ofuscado. ¿Acaso pensar en ella era suficiente como para invocarla? La miró, sonriendole de una forma tan natural que realmente dudaba ser él mismo. Podía sentir sus ojos brillar al verla. Abrió la boca sin lograr que nada saliera de sus labios, para acabar desviando la mirada en un gesto de frustración infantil mientras sacudía su cabello.
Su aliento se arremolinó en el aire, mientras su mirada arcoirís se perdía por unos segundos en el horizonte.

Levi: ... volviste. Pensé que... no te vería de nuevo.

Lou: No lo sé. Me preocupa que sepan donde vivimos.

Pero mudarse tampoco parecía una opción. ¿Por qué lo habían ido a buscar? Si todavía siguiese en el ejercito lo entendería, pero ya se había retirado. A menos que no hayan cambiado su estado.. ¿Y si era todo una estrategía para asegurarse que no estuviese en la batalla?

Lou: Demonios, ¿qué se supone que haga?

-

Hizo un mohín, bufando al sentir la caricia pero sin quitarlo.

Xirh: Nadie puede, todos vamos a morir, pero la idea es disfrutar lo mas posible antes de hacerlo.

No quedarse sentado y esperar a ver cuándo el destino quería que fuese su hora. Cuando fuese su momento, lo recibiría feliz, sabiendo que hizo todo lo que pudo y que disfrutó la mayor parte.

-

Se quedó observando sus ojos con quizás demasiado detalle. Tantos colores, tanta vida en ellos, se preguntaba si estaría permitido que alguien como ella estuviese tan cerca de alguien así, tan lleno de luz.
Se ruborizó un poco al pensar así, logrando quitar sus ojos de los de Levi, lo que menos quería era ponerlo incómodo. Se mordió un poco el labio, reprimiendo una risa al oirlo.

Maigne: Eres la segunda persona que no ha salido corriendo, y fuiste la primera en obsequiarme algo... Quería volver a verte.

Suspiró, mirando su departamento. Lo cierto es que no le brindaría ninguna seguridad a los dos, si es que algo pasara. Volvió la mirada a Lou, completamente ensimismado en el problema que se presentaba ante ellos. Le acarició el rostro. No, no debía dudar.

Con: Nos iremos un tiempo, ¿de acuerdo? Hablaré con Nyelo o con Karh, estoy segura de que ninguno tendrá problemas en darnos alojo -sonrió, intentando calmarle-. El departamento quedará a cargo de Jyaf un tiempo, estará todo bien...

-

Nurc: Realmente me siento fuera de lugar, ¿sabes? No entiendo cómo pasé de insultarte como a todos, a tratarte con tanta libertad y contarte todo...

Se sentía patético. Había decidido ser así para ahorrarse problemas, para ahorrarle problemas a otros. Moriría pronto, ¿para qué hacer llorar a alguien por su culpa? Lo más sano sería despedirse de ella. Lo más sano sería alejarla. Pero no quería...
Jugueteó con uno de sus mechones rojizos, para luego frncir el seño al sentir la necesidad de toser, alejándose un poco de ella. Al detenerse, la mano que cubría su boca estaba manchada de sangre. Suspiró, olcultándolo.

Nurc: Lo mejor sería que te vayas

-

Sus ojos brillaron con mayor emoción, mientras que su sonrojo subía hasta la punta de sus orejas. Era la primera vez que alguien le decía algo así, además de Neisha. Y se sentía tan feliz que le era irreal.
Rápidamente bajó la mirada a sus propias manos, observando el libro. Debía decir algo, debía... Se giró para mirarla, intentando no parecer acelerado.

Levi: ¿H-Has leído el libro?

Lou: Con, no puedo ponerte en riesgo.

Si se quedaba con ella, entonces podrían volver a buscar y atacarla. Pero si se iba, estaría desprotegida y por más fuerte e independiente que fuese, eran soldados entrenados.
Se sentía como un gato encerrado, no tenía forma de saber qué era lo mejor para ambos.

-

Xirh: Quizás porque nadie había visto a través de tu fachada antes.

Suspiró, en esta zona cada uno se preocupaba por él y listo, no había tiempo para ver quién era alguien realmente, como tampoco era la naturaleza del lugar. El egoísmo reinaba, al igual que la indiferencia.
Chasqueó la lengua, tomándo su mano rápidamente y gruñendo por lo bajo al ver la sangre en la palma.

Xirh: No lo haré. No voy a dejarte solo.

Podía ser un pensamiento tétrico, pero había estado todo este tiempo solo, no dejaría que muriese así.

-

Sentía que se arrancaría el labio, pero ver el sonrojo sólo la hacia sentirse más emocionada. Jamás pensó que algo que ella dijese pudiese ocasionar eso, usualmente eran gritos o rostros horrorizados.

Maigne: Sí... Puede que haya llorado, me sentía identificada.

Bajó la vista, con una sonrisa triste en su cara, se preguntaba si su familia la habría buscado, si se habrían acordado de ella, o si también había caído en el olvido, como su pueblo entero había hecho.
Agitó la cabeza, quitando esas ideas de su mente.

Maigne: ¿Tienes algún libro nuevo para recomendarme?

Escucharle decir eso provocó escalofríos en ella. ¿Le estaba dejando? ¿Se estaba alejando? Lágrimas comenzaron a caer de sus ojos. Claro que le estaba dejando, ¿qué más esperaba? Lo más fácil era alejarse, con la excusa de no ponerla en riesgo. Dio un paso hacia atrás, mirando al suelo. ¿Qué haría, rogarle que se quedara con ella? Chasqueó la lengua, sintiendo que su orgullo volvía a reconstruir aquella pared que hacía años no le protegía.

Con: De acuerdo. Te dejaré preparar tus cosas tranquilo, así puedes irte.

No le dio tiempo a decir nada, simplemente le esquivó y salió del departamento, sin rumbo fijo. Estaba prácticamente desnuda, con una remera enorme sirviéndole de vestido, pero no le importaba. Tampoco le importaba estar descalza. Nunca había tenido pudor, no empezaría en ese momento. Cruzó los brazos, para cubrirse levemente del frío, ya alejada un par de cuadras de su departamento.

-

Nurc: No me hagas las cosas difíciles.

Estar con un moribundo no le ofrecería ningun bien. Él no quería ser una colaboración de caridad, un sentimiento de culpa. No quería eso, ni de ella ni de nadie.

-

Quería preguntar por qué se sentiría identificada, pero pensándolo bien decidió que lo mejor era no decir nada. ¿Tan sola se sentiría? Quizás... ¿tan sola como él?
Miró a sus piernas, donde el libro yacía, para sonreír nuevamente. No debía pensar esas cosas, no ahora.

Levi: Tengo éste, quizás te interese.

Elevó el pequeño libro blanco entre sus manos, enseñándoselo. En la tapa podía leerse "El principito".

¿Qué?
Se quedó sentado allí mientras intentaba entender qué estaba ocurriendo y por qué había sucedido un cambio tan repentino en Con, las lágrimas, luego la dureza de sus palabras y... ¡Estaba sola!
Ese pensamiento lo puso en movimiento, saliendo del departamento y, buscándola. No le costó saber en que dirección fue, los hombres observando hacia atrás, u otros comentando la gran vista que habían tenido era suficiente.
Acelerando el paso y sintiendo como la lluvia comenzaba a empaparlo, parecía realmente una escena de película. Quiso correr hasta ella cuando la vio, pero estaba confundido con su accionar.

Lou: ¡Con! Detente Con.

-

Xirh: Lo hago por voluntad propia, y soy alguien muy testaruda. No lograrás hacer nada para que cambie de opinión.

Alzó la cabeza con orgullo, cruzándose de brazos. Se enorgullecía de su terquedad, aunque seguramente todos quisieran darle una buena cachetada de vez en cuando, pero no cambiaba de opinión, una vez que tenía una idea en la cabeza, no se le iba.

-

(N/A: hora de que Maigne sea Steph (?)

Se rió por lo bajo al ver la tapa, negando con la cabeza por lo irónico de la situación. Alzó la vista hasta Levi, quedandose nuevamente perdida en tantos colores, quería contarlos, quería... Pestañeó, volviendo en sí.

Maigne: Tengo una historia graciosa con El principito, en dos ocasiones lo intenté leer, pero nunca pude.

Y en ambas ocasiones había por terminado de perder el libro.

Al escuchar la voz de Lou, salió de sus cavilaciones. Oh, no, no se detendría. Le daba igual que estuviera lloviendo, le daba igual estar semi-desnuda y descalza en medio de la calle. No quería verle, no quería estar frente a él y ver como decidía irse.

Con: Eres libre de hacer lo que quieras, Lou. No te preocupes por mí, sé cuidarme sola.

Lou. No recordaba llamarlo por su nombre desde hacía... bastante tiempo. Chasqueó la lengua, acelerando un poco más el paso, ignorando el frío y sus pies doliendo.

-

Levi: Oh...

Volvió el libro a sus piernas. ¿Había elegido mal? Era uno de sus favoritos, después de todo. Suspiró, viendo su aliento arremolinarse, llamando su atención. Quizás...

Levi: ¿Te gustaría ir a tomar algo caliente y... que lo lea para tí?

Frunció el ceño, sin realmente comprender nada de lo que estaba ocurriendo. Primero venían a buscarlo soldados que no eran soldados sino espías que lo atacaron, luego volvía a su casa y la chica que amaba salía casi sin ropa a la calle y le daba un tratamiendo helado.
Terminó por alcanzarla, tomandola de la cintura para que se detenga y obligándola a girar.

Lou: ¿Quieres decirme que te ocurre?

-

Maigne: Me encantaría

Se ruborizó al ver que hasta había dado un pequeño salto en su asiento. Demasiada emoción quizás, tanta que no había escuchado la parte de "tomar algo".

-

Esto ya era demasiado. El sonido metálico de una silla estrellándose contra la mesa la hizo estremecerse. Nunca había sido de las chicas que se apoyaban en un hombre, pero ¿qué no tenían dos guardaespaldas que evitaban que estas cosas pasen? Gruñó, calmandose al oír el gimoteo de Rin.
Su aula era un caos, su último año de escuela había ido normal, hasta ese día, en que uno de sus compañeros se le había declarado a Rin y ella muy amablemente lo había rechazado... lo que provocó que el muy idiota entrara en una especie de frenesí y comenzase a destruir todo, gritando que lo aceptase.

Cam: De acuerdo Rin, cuando te diga, vas a correr, ¿de acuerdo?

Esta negó, que raro en ella, pero sabía que terminaría por hacerlo. El problema era que "tarado", así lo había apodado, no dejaba de llamar a Rin, arrojando una nueva cosa en su dirección cuando esta no salía... Suspiró. Jamás digan que no hago nada por nadie.

Cam: ¡Ve!

La empujó hacia la puerta, siguiendola ante la mirada atenta del resto de sus compañeros que seguían bajo sus mesas, chillando. Se interpuso entre "tarado" y su amiga, logrando que esta salga del aula, quedando Cam bloqueando la puerta para impedir que la siguiese.

Tarado (?: Correte idiota.

Negó con la cabeza, lo cual le costó un golpe al estómago, pero no se movió. Podría golpearlo, podría noquearlo, pero sospechaba que había algo más que un simple enamoramiento. ¿Se había vuelto suave? Bufó, volviendo a recibir otro golpe.

Rin siguió corriendo, con lágrimas en los ojos. Mentalmente no dejaba de llamar a Lesius, preocupándose por su ausencia. ¿Le había pasado algo?

Comenzó a golpearle los hombros, sin fuerza, esperando que le soltara, para luego apoyar la frente contra su pecho y sentir que podría llorarse la vida.

Con: Dijiste que estar conmigo era ponerme en riesgo... vas a irte, ¿no es cierto? No quiero estar ahí cuando pase... Puedes irte, pero no me obligues a ver...

-

Levi: ¡G-Genial!

Se puso de pie enseguida, mirando a la salida del parque, intentando pensar en algún lugar donde ir y no parecer locos al leer en voz alta. Aunque quizás...
Observó a Maigne unos segundos, perdiéndose en sus ojos café, sintiendo sus orejas ruborizarse.

Levi: ¿Q-Quieres ir a mi departamento?

-

El inframundo era un caos. Nadie sabía cómo, pero un par de ángeles se había colado y estaba causando estragos. A la par de ello, podía sentir algo en su cabeza que gritaba que Cam estaba en peligro. Observó su alrededor unos segundos, para abrir un portal hacia el mundo humano. Podrían ganar sin él allí. Lesius se haría cargo junto con otros recolectores y algunos shinigamis.
Llegó justo a tiempo en que golpeaban a Cam en el estómago, lo que hizo que su sangre hirviera de ira. Sombras empezaron a arrastrarse por el suelo y las paredes hacia el muchacho que la había golpeado. Abanor, su guadaña, gruñó con fuerzas, acercandose al "enemigo", mientras él caminaba y se ponía frente a Cam, como un escudo "humano".

Hell: Juro que desearás no haber hecho eso...

Su paciencia tenía un límite, y estaba muy cerca de llegar a él. La soltó, tomandose unos cuantos segundos para pensar, para no estallar...

Lou: Nuevamente crees que quiero dejarte. ¿Cuántas veces vamos a pasar por esto?

La entendía, lo hacía, pero ya era tiempo de que ella también lo comprendiese a él.
Se separó unos pasos, intentando deshacer el nudo de su garganta.

Lou: ¿Qué tengo que hacer para que entiendas que no quiero separarme un segundo de ti?

Bajó la vista, conviertiendo sus manos en puños, quería evitar las lágrimas. ¿Eran sus sentimientos tan poco válidos? Se esforzaba, realmente lo hacía para demostrarle a Con cuánto significaba para él... ¿Por qué siempre tenía que desconfiar?

-

Sintió sus mejillas arder, no había pisado otra casa en... demasiados años, ahora estaba siendo invitada a una. No se atrevió a hablar, por miedo a romper el hechizo en el que estaba, en el cual la encontraban lo suficientemente decente para permitirle entrar en un lugar tan especial como su hogar, sólo se limitó a asentir con una enorme sonrisa.

-

Cam: Ya era hora que aparecieras...

Y estaba increíblemente feliz de que lo hubiese hecho, aún si solo había causado más gritos entre sus ya asustados compañeros.
Observó a su compañero a punto de ser devorado por Abanor, temblando ante el recuerdo de ella siendo amenazada por este, pero él parecía tranquilo, incluso... sonrió.

Tarado (?: Dime Hell, ¿qué tan complicado está el inframundo? ¿Se encuentra muy ocupado ese recolector?

Cam: Rin. ¡Hell, quieren a Rin!

No había otra razón para que buscaran distraerlos, y ella había dejado que se fuese sola...

..

Al fin había aparecido Lesius, se había abrazado a él, aún cuando sentía que algo no estaba bien. Se sentía diferente, aunque asumía que algo ocasionaba su comportamiento.
Ante las palabras de que Hell ya se estaba encargando de proteger a Cam, lo había seguido, sin dejar de morderse la mejilla. Algo estaba ocurriendo, y no estaba segura de querer saber qué era.

Con: No tienes que hacer nada...

El que la soltara y se alejase fue suficiente. Era cierto, no dejaba de colocarlo en la línea de fuego, como si su relación fuese una constante prueba. Volvió a abrazarse a sí misma, desviando la mirada, sintiendo vergüenza. Sintiéndose expuesta. ¿Cuántas veces más pasarían por ello? Millones seguramente. Porque ella era así, ella estaba rota y no podría enmendarse mágicamente. Y aún si ella sentía que Lou era lo mejor que le había pasado en la vida, no actuaba de ese modo. Aún si Lou no lo dijera, era obvio que ella sólo sabía herirlo. Sonrió levemente, para clavar la mirada en él, retrocediendo un paso.

Con: Lamento todo ésto... en serio lo hago... no era mi intención arrastrarte conmigo a este pozo, nunca lo fue. Yo... -dio otro paso hacia atrás, suspirando- ...lo mejor es que me aleje, Lou. No soy nada bueno, y ésto no dejará de repetirse nunca. Lo siento... en serio...

-

¿Estaría de acuerdo? ¿O quizás no querría? La observó unos segundos, pero no recibía respuesta alguna. Y sus orejas no dejaban de arderle. Desvió la mirada hacia el camino, para finalmente estirar su mano hacia ella.

Levi: ¿V-Vamos?

-

¿Cómo sabía su nombre? ¿Cómo sabía lo que estaba pasando en el inframundo? Al escuchar el grito de Cam, la tomó de la cintura para abrir un portal y atravesarlo. Estaban en el bosque, era el último lugar donde había sentido la presencia de Rin. Observó a su conexión, viendo que no tenía grandes signos de estar herida, para acercarse y besar su frente, separándose al instante.

Hell: Busquemos a Rin, Cam.

Gruñó, pasando sus manos por su cabello, tirando levemente de estos, queriendo gritar. Quería golpear a cada persona que se había atrevido a dañarla tanto, quería sacudirla a ella, esperando que de alguna forma entiendiese lo que él sentía, pero sabiendo que era inútil.
Era Connan, probablemente nunca dejase de ser así, y él no se había quedado a su lado porque quisiera repararla. Se dejó caer al piso, agotado, rendido, las lágrimas rodaron por sus mejillas, silenciosas y perdiendose entre su ya empapado rostro.

Lou: Prefiero que se repita cien, mil, millones de veces antes que perderte...

Porque se había enamorado de ella, de sus cicatrices, de sus sonrisas, de sus llantos y de todo lo que la conformaba. Incluída aquella sensación de no ser suficiente.

-

Le tenía tanto pánico al contacto, nada bueno solía pasar cuando tocaba a otra persona, pero ya le había dado la mano en una ocasión. Le tomó la mano, sintiendo un leve cosquilleo.

Maigne: Por supuesto.

-

La preocupación era mayor que cualquier posible dolor, además de que nunca iba a detenerla un simple golpe, menos cuando se trataba de la persona que desde un principio había estado.
Amaba a Hell, realmente lo hacía, pero Rin había estado desde un comienzo, siempre con su sonrisa, siempre con su música... mataría a quien se la hubiese llevado.

Cam: ¡Rin!

..

Supo que había sido un error cuando el supuesto Lesius comenzó a volar, y le mostró su verdadera cara. Comenzó a chillar, intentando soltarse aún cuando ya había metros de distancia entre ella y el suelo, sintiendose inútil. Cam no hubiese sido tan fácil de engañar, ella siempre dependiendo de alguien. Habia comenzado a llorar, volviendo a gritar al oír su nombre.

Rin: ¿A donde me llevas?

Angel(?: No solemos encontrar seres de luz como tú... y tenemos hambre.

Quiso alejarse e ignorarlo, pero no podía. Le amaba demasiado, le amaba tanto. ¿Por qué siempre le lastimaba? ¿Por qué no podía simplemente... hacer las cosas bien? Se arrodilló frente a él, secando sus lágrimas con cuidado, intentanto no mirarle a los ojos.

Con: Lou... no valgo la pena... estarás mejor, todo esto será solo un mal recuerdo...

Soltó su rostro renuentemente, para colocar las manos sobre sus propias rodillas, clavando la mirada en ellas.

Con: Realmente siento haberte hecho daño todo este tiempo... has sido lo mejor que me ha pasado... y sé que la vida te recompensará todo lo que has hecho por mi...

-

Sonrió, sintiendo un cosquilleo agradable subir desde su mano hasta el resto de su cuerpo. Podía decir que se sentía realmente feliz, con algo tan banal.
Comenzó a caminar, sin soltar a Maigne, en dirección a su departamento. No estaban lejos, por suerte. Podía sentir la mano fría de ella, lo cual le preocupaba; no quería que se enfermara. Durante el camino habló de su compañera de piso y su novio, dando una breve introducción, pero al llegar, no vio a nadie. Hizo entrar a su compañera, sonriendo con cierta vergüenza mientras avanzaba hacia la cocina.

Levi: L-Lo siento... parece que estaremos solos... ¿qu-qué quieres tomar?

-

Podía escuchar a Cam gritar desde una dirección opuesta a donde él estaba. Pero aún así, ninguno encontraba a Rin. No fue hasta que escuchó un grito, que elevó el rostro. No pudo sentir más que el estómago revolversele. ¿Cómo llegaría hasta allí sin agotarse? Estaba planeando todo, cuando vio una sombra pasar rápidamente por su lado y elevarse. Sólo pudo ver un atisbo de color azul. Luego rojo, y las alas del ángel desapareciendo en lo que eran las fauces de Lesius. No, no le dejaría ganar.
Vio caer a Rin, entre la pelea, y comprendió que Lesius confiaba en él para atraparla. Comenzó a trepar rápidamente entre ramas de árboles, para lograr sostenerla a medio camino, y luego buscar refugio entre los árboles, mientras seguía viendo la pelea.