Good to you

Le agradeció nuevamente, sabía que mañana volvería a estar allí, esperando. Era una buena forma de alimentarse, pero... aún así se sentía mal. ¿Por qué era tan bueno con ella?

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Xap la observó sin entender por qué había recibido un codazo. Simplemente se limitó a arquear una ceja, preparando una excusa para no tener que acompañar a Xer, pero esta se le adelantó.

Xer: Lo siento, tengo que ir sola. Ya después les contaré.

No quería preocuparlos inecesariamente, luego les diría en detalle todo lo que había ocurrido. Le dió un beso en la mejilla a Eve, una sonrisa a Xap y salió de allí a gran velocidad.

Xap: No vas a deshacerte de mí.

[¿Hacemos pasar tiempo?]

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No puedo hacer una excusa inteligente antes de que se fuera su amiga, por lo que simplemente frunció el seño y cruzó los hombros. Estaba desarmado ante él. El ataque directo e indirecto era fuerte de XIII, todos sabian eso. Por lo que no podia enfrentarlo de tal forma. Solo le quedaba su cuerpo, como siempre, pero...

Eve: ¿Eres impotente, no? Eso o te han dado algun entrenamiento especial. Es imposible que me rechaces asi.

(Como prefieras, no sabía si querías seguir con cam o que jaja)

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Impotente? Entrenamiento? Pestañeo confundido un par de veces, sin lograr comprender a qué se refería Eve, hasta que los pensamientos de unieron. Desvío la vista con un pequeño suspiro.

Xap: Bueno, esto será incómodo.

No había forma de decirlo en la que no se viese como un loco, y tampoco quería ofender a Eve.

Xap: No es nada de eso. Simplemente, lo sexual no es lo mío...

Había vuelto al parque, no porque realmente tuviese trabajo allí, sino porque le había prometido a aquella "rechazada". Maigne. No le había contado de ella a Cam, pero no supuso que fuera importante tampoco.
Su guadaña caminaba a su lado como un cachorro nuevamente, mientras la gente paraba a acariciarle o decirle lo lindo que era. Hell no pudo evitar pensar qué harían si vieran su verdadera forma.

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Se mantuvo en silencio e inmóvil unos momentos, para luego mirarle con cierto asco y duda por unos segundos y luego romper en risas. No podía creerlo, era la primera vez que escuchaba algo así. No sólo escucharlo, sino también enfrentarse a una persona así.

Eve: Oh, dios... es como si tuvieras un antídoto contra mí

Estaba sentada en un banco, la sombra que le proporcionaba el árbol la hacía sentir algo más segura. El pequeño cachorro, o mejor dicho, el gran lobo de dos cabezas, le había traído las almas, y ahora su aspecto era algo mejor. Si puediese practicar, entonces podría pasar por una chica algo extravagante.
Pasó su mano por sus pantalones rasgados y levantó la vista, observando a una figura algo familiar. Alzó la mano a modo de saludo, con una pequeña sonrisa.

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Había visto la mirada hacia él, y le había dolido. Sí, esas eran las tipicas reacciones, repugnancia, o risa. Se preguntaba si también le diría que era todo porque "todavía no había encontrado a la persona correcta".
Chasqueó la lengua, sin dignarse a mirarla.

Xap: Lamento si he ofendido tu ego.

La observó a lo lejos y copió el gesto. Se veía mucho mejor que el adía anterior, más "viva", lo cual quería decir que sí había comido. Y que tendría menos cadáveres que limpiar por allí.
Se sentó a su lado, suspirando, con las manos detrás de su cabeza.

Hell: El día está especialmente vivo hoy, ¿no crees? -la miró, curioso- ¿Qué tal tu noche?

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Se avergonzó un poco al ver que, quizás, se había excedido. Suspiró, acercándose a XIII, quedando entre sus piernas. Llevó una mano a su rostro, con cuidado, acariciandole con la yema de los dedos, sin quitar una leve sonrisa de su rostro.

Eve: No me has ofendido, y espero no haberte ofendido a tí, XIII. Es sólo que me dio gracia... he entrenado para ser irresistible a quien sea, y resulta que mi tutor es el único que es inmune a ello -dejó salir otra risita, sin contenerse.

Se quedó observándolo. Era hermoso, estaba claro, pero tenía algo más, algo que hacía que la gente se volviese a verlo, que se le quisiera acercar.

Maigne: No fue muy especial, me quedé pensando en lo que dijiste, sobre como mezclarme con los humanos. La soledad por toda la eternidad no suena tentador.

Pasó la mirada a las personas, los niños, los animales que correteaban por allí. Sí, el día estaba muy vivo.

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Se mordió la mejilla interna, girando el rostro para quedar a pocos centímetros del suyo. Había clavado la mirada en la suya, y no hizo intento de alejarse, por más que seguramente estuviese invadiendo el espacio personal de Eve.

Xap: Soy inmune a tu entrenamiento, razón por la cual me dejaron ser tu tutor tanto tiempo, no soy inmune a tí.

Hell: ¿Has llegado a alguna conclusión?

Sabía que mezclarse con humanos no era fácil, y muho menos divertido. Siempre habia que encontrar al humano correcto con el que relacionarte. Pero no queria tener que decirle eso. No queria ahogar sus intentos desde el comienzo.

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Al ver la cercanía en que terminaban, solo pudo sentir su pylso acelerar notablemente, aun con sus intentos de relajarse. Quizas era simplemente una prueba, y por ese vago motivo no queria alejarse. Pero lo cierto es que también se sentia a gusto. Las caricias solo se detuvieron al momento en que oyó claramete lo que decia. Estaba en su ser, en su entrenamiento, el desconfiar, el buscar una eta de mentira entremezclada. Pero no conseguía nada. No pasó mucho antes de darse cuenta que se se habia concentrado en mantenrle fija la mirada y sr habia olvidado de respirar. Demonios, estaba jugando con fuego.

Eve: ¿De qué hablas, XIII?

Maigne: No realmente. Para empezar, no se entablar una conversación con nadie, a menos que me pregunten que acabo de hacer.

Imitó la voz de Hell hacia lo último, soltando una risita. Tampoco podría ir por allí parando a cualquier y hablandoles del tiempo.

Maigne: No sé por dónde empezar, aunque supongo debería alterar mi aspecto para que vaya acorde a mis ojos, o piel.

Suspiró, deviando la mirada al cielo. Pasar por humana sería complicado, pero ya estaba cansada de estar sola. Y dudaba que hubiese un grupo de autoayuda para hibridos.

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Sus pensamientos volaban por su mente, una alarma de peligro se había disparado en él, su propia razón diciendole que se aleje y se deje de actuar como idiota.
Pese a eso, su rostro se mantenía tranquilo, y ante el caos de su cerebro, su cuerpo estaba relajado, cómodo. Soltó el poco aire que estaba reteniendo, apagando su racionalidad, allá iba su sentido del peligro.
Se inclinó levemente, no tenía forma de explicarlo con palabras, por lo que solo se limitó a rozar sus labios con los de Eve, separandose luego.

Bufó, riéndose luego ante la burla. La observó unos segundos, para intentar dilucidar lo que debería cambiar. Pero a sus ojos, no era necesario que cambiase nada.

Hell: Bueno, no creo que sea necesario que te modifiques. Existen lentes de contacto de cada color, y tinturas de pelo... Creeran que simplemente te has modificado visualmente. Y en cuanto a hablar, bueno -señañó un muchacho sentado en otro banco, solo, leyendo-... es mejor acercarte a gente que realmente parece dispuesta a hablar.

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Quizás, en otra situación, se hubiese movido y habría esquivado aquel momento. O lo hubiese atacado. Pero era como si cerebro se hubiese apagado y hubiese decidido que debía mantenerse en aquel lugar inmóvil, dispuesto a lo que fuera que XIII tuviese en mente para él.
Se sonrojó completamente, como desde niño no hacía; desde el rostro hasta las orejas y la base del cuello. Había besado a miles de personas, de todas las edades, ya fuera por una misión o por el simple hecho de quitarse las ganas de tener sexo. Pero ésto era diferente. Era su tutor, la persona que desde niño admiraba. ¡Incluso había tenido un crush con él un tiempo! Sin saber qué hacer, bajó la mirada y sus manos hacia sus propias piernas, manteniendose en silencio.

Maigne: ¿Lentes... de... contacto?

Quizás vivir en una casa abandonada, en el medio de la nada, no había sido buena idea. Apenas podía seguir con los avances tecnológicos, o la ropa que sería algo aceptable usar. ¿Qué era un lente de contacto?

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El golpe que había esperado, junto con el insulto y la corrida fuera de la habitación nunca llegó. En cambio, Eve parecía una persona completamente diferente, como un niño pequeño.
Dudando unos segundos, tomó uno de sus mechones, y lo colocó detrás de su oreja, acariciando luego su mejilla sonrojada. ¿Era normal que le pareciera una imagen adorable?

Xap: Diría que lo lamento... pero en realidad no lo hago.

Se apoyó contra la pared para darle su espacio, dejando que su propio cerebro le dijese lo idiota que estaba siendo.

La observó sin poder creerselo, para luego señalar su ojo (el cual no estaba a la vista, pero que no era necesario).

Hell: Va aquí, se supone que te hace ver mejor. Pero algunos vienen de colores simplemente porque sí. ¿Dónde has vivido todo este tiempo? Creo que más que modificar tu apariencia, debes actualizarte.

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Cerró los ojos ante la caricia, quizás con demasiada fuerza. Aquel gesto de cariño era, quizás, el golpe mental más grande que había recibido en su vida. Esto no podía estar pasando. Y quizás tampoco debería, pero... no le importaba.
Le tomó de la remera con el pulgar y su dedo índice [N/A: Como si fuese un pellisco] para evitar que se alejara de él. No, no quería ese vacío que seguramente aparecería. No entendía, pero tampoco quería hacerlo. Estaba a gusto, por primera vez en mucho tiempo. Pero no podía evitar la realidad.

Eve: ¿Soy parecido a ella? -bajó la mirada, sin querer realmente levantar el rostro y encontrarse con la mirada de XIII- ¿Es por eso que me besaste?

Bajó la mirada, bufando levemente. No era su culpa, tampoco había tenido muchos deseos de saber en qué tipo de mundo vivía.

Maigne: No suelo estar en la sociedad... el mundo es algo desconocido, las personas me aterran.

Se abrazó las rodillas, suspirando. Si bien debería ser al revés, y las personas debían correr de ella, le aterraba la gente, eran violentas, tenían demasiado odio dentro suyo, y eran increíblemente egoistas. O quizás, sólo había tenido la mala suerte de encontrarse con los peores representantes de la raza humana.

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Al ver cómo evitaba que se alejase, no pudo evitar sonreír. Con su mano, tomó la de Eve, dejándola allí, le agradaba sentir que lo quería cerca, aún si no comprendía del todo porqué no estaba enojada con él.
La sonrisa se ensanchó luego, soltando una risa por lo bajo. ¿Parecidos?

Xap: Quizás en lo adorable seas como ella, pero no te besé porque me la recuerdes. Te besé porque quería besarte, Eve.

Ese lado jamás lo había visto en los años que había compartido con Eve, pero no podía negar que le agradaba, ambos habían bajado sus barreras.

Hell: Bueno, no creo que quieras pasarte la vida sola tampoco -le sonrió levemente.

Lo cierto es que era extraño cruzarse con seres paranormales. Eran muchos, es cierto, pero era más común relacionarse con humanos. Más... normal, en cierto modo. Volvió a señalar al muchacho.

Hell: Ve y hablale.

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Su mente no conectaba cabos. Hacía horas atrás, lamentaba la muerte de su amada en manos de II. Y ahora, le besaba como si nada. Y si bien abandonarse a lo que sentía era realmente... motivador, en cierta forma, debía saber qué era lo que estaba pasando.

Eve: No entiendo... lloraste por ella en mi departamento, no... -frunció el seño levemente; comenzaba a sentirse usado-... no puedes olvidarte de ella de un día a otro. Menos conmigo. No soy... mujer. Y lo sabes.

Maigne: ¿Qué? ¡Estas loco!

¿Qué iba a decirle? Se ruborizó de solo pensarlo, negando frenéticamente con la cabeza. No lo haría, le era imposible. Saldría corriendo y tendría a todas las miradas sobre ella y le atacarían y...
Colocó la cabeza entre las rodillas, sintiendo que se desmayaría. ¿Cómo era posible que un fantasma se hiperventilase?

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Le sonrió, una sonrisa que se mezclaba con la tristeza que siempre sentiría.

Xap: Claro que no me he olvidado de ella. Nunca lo haré, nunca dejaré de llorar su muerte, pero no volverá, y si la conozco, y lo hago, querría que fuese feliz. -llevó su pulgar hasta su entrecejo, acariciandolo para que las pequeñas arrugas que se habían formado desapareciesen- No me importa que no seas mujer, tampoco te besé porque parecieses una.

Suspiró al verla. Parecía más humano que sobrenatural. La tomó de los hombros, mirandola al rostro para sonreírle en un intento de brindarle la suficiente confianza.

Hell: Vamos. Estaré aquí, no me iré. Si algo sale mál, iré a rescatarte.

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De golpe empezó a sonar este tema en mi lista de reproducción mientras me ponía a escribir esta parte xD:

Quería sacarle la emoción del momento. Él no era así, era frío y calculador. Y quería volver a ser lo que conocía de sí mismo. Pero para su sorpresa estaba avanzando y sentándose a honcajadas de XIII, aún sabiendo que para él no tendría el mismo efecto que para su persona.

Eve: ¿Sabes que es probable que me beses simplemente por la adrenalina del momento, porque casi logro entregarme?

Lentamente, sin lograr disminuír su sonrojo, llevó sus brazos hasta el cuello de su antiguo tutor, rodeándolo con extrema lentitud y delicadeza. Algo que desconocía sabia hacer.

Tembló levemente. Estaba aterrada, nerviosa, y con lo torpe que era, simplemente lo echaría a perder. Desvió la mirada hacia el chico, gimotenado por lo bajo. No tenía opción, sabía que si quería superarse debía hacerlo pero... ¿por qué tenía que ser ahora?
Respiró varias veces en un intento de calmarse, levantandose. Pasó la mirada del chico a Hell, nuevamente al chico, y otra vez a Hell. Moriría, estaba segura.
Caminó hasta el chico, cuidandose de no tropezar con nada, sentandose con algo de torpeza en la otra punta del banco. Retorció sus manos, mordiendose el labio. Ahora o nunca.

Maigne: D-Disculpa, lamento molestar pero, ¿qué estas leyendo?

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Lo observó moverse, subirse a él, y rodear su cuello, cerrando los ojos ante la caricia. Sabía que Eve podía ser un arma sexual que devastaba a quien sea, como ahora Eve sabía que esos trucos no tendrían efecto sobre él, pero no se había esperado el delicado tacto, la suavidad de su piel, ni la forma en que lo relajaba.

Xap: Deja de buscar excusas, ¿por qué no aceptas que simplemente quise hacerlo? Me atraes.

Siempre había tenido problemas con esa palabra, no era una atracción física en el sentido de un deseo que corroía sus venas, era más profundo, y más mental. ¿Pero como decirlo sin que se enterprete de una manera errónea?

Levantó la cabeza de entre las hojas de papel apelmasadas, para clavar su mirada verdosa en la nueva compañía. Volvió la mirada a su libro, para luego volverla a ella, sacudiéndose el cabello de colores. Sonrió levemente; era una suerte que estuviese de buen humor.

Levi: "Cien años de soledad", no sé si lo conoces

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El que cerrase los ojos, como degustando cada momento y actuar, le hacía reaccionar en una suerte de piel de gallina mezclada con vertigo en su estómago. "Me atraes". Sabía que no era lo mismo que cuando se lo decían siempre. No era una atracción de una noche, de sexo y olvido. Era más. Y no entendía por qué, por qué ahora, por qué él.
Se restregó un poco sobre su entrepierna, para acercarse más a él y unir sus frentes de manera delicada.

Eve: Soy seis años menor que tú. Y fui tu alumno.

Excusas. Excusas. Excusas. Excusas.

Se mordió el labio con mayor fuerza, queriendo correr de allí. Le había contestado, y... ¿cómo se suponía que siguiese? De alguna manera conseguía que su rostro no demuestre tanto su nerviosismo, y que su cuerpo se quedase en aquel lugar en lugar de correr asustada.

Maigne: He oído hablar de él, pero nunca me he sentado a leerlo. ¿De qué trata?

Sus lecturas eran escasas, pero siempre veía el titulo en alguna biliboteca. Debía ser como un clásico.

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Xap: Si sonases algo más convincente, quizás te creería.

Pero cuando sus palabras eran contradictorias con su accionar, no iba a dejarlo ir facilmente. Levantó la cabeza, acariciando con la punta de nariz el rostro de Eve, hasta finalmente besar su frente. Se sentía extraño, había pasado demasiado tiempo desde que se había permitido acercarse a alguien, pero Eve había logrado filtrarse a través de toda restricción.

Sus ojos brillaron. Era la primera vez que alguien le preguntaba de verdad por un libro, por algo que estaba leyendo. Y, no podía negarlo, le emocionaba.

Levi: Es... sobre una familia, su transcurso durante esos 100 años de completa soledad entre ellos. Un circulo de nunca acabar.

Miró la tapa de su libro, acariciándolo levemente, para luego mirar a su nueva acompañante, sonriendo.

Levi: Supongo que me gusta porque es realista. ¿Quién no ha sentido que todo se repite y que estará solo eternamente? -se rascó la mejilla, intentando calmar su hypeo- Disculpa, no he preguntado, ¿cuál es tu nombre?

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¿Era normal que aquel tacto tan delicado le derritiese el alma y al mismo tiempo le excitase? Liberó la presión de sus ojos al sentir el beso en su frente, relajándose, para bajar al mismo tiempo una de sus manos del cuello de XIII y llevarla a su propia entrepierna, intentando cubrirla con su remera. Se sentía avergonzado, se sentía hasta sucio. Ésto era demasiado nuevo y no sabía cómo manejarlo.

Eve: ¿No hay algo que logre detenerte de ésta locura?

Su sonrisa se incrementó al verlo emocionarse, provocando que su nerviosismo se calmase. No había cosa más relajante que ver a alguien hablar de algo que lo emociona, sus ojos brillaban de manera diferente, incluso la voz se volvía algo más aguda y acelerada. Le agradaba.

Maigne: Oh, no, yo, diculpa, debería haberme presentado. Me llamo Maigne, ¿y tu?

Bajó la vista unos segundos, observando al libro luego y por último a aquel chico con pelo de colores.

Maigne: La soledad no es tan mala al principio... pero luego es como si lentamente te fuese drenando, hasta que solo queda una sombra de lo que solías ser.

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Se rió delicadamente, tomando la mano de Eve en la suya al ver cómo se cubría. Le quitó la remera de entre los dedos, no le dejaría ocultarse.

Xap: Como yo no puedo negar quien soy, no quiero que tú niegues quien eres. No te ocultes de mí.

Sólo porque él no sintiese esa excitación, no significaba que no pudiese entender que Eve sí. Le besó la mejilla luego al oírlo, y finalmente los labios nuevamente.

Xap: Una palabra tuya y me detendré completamente.

Levi: Levi, mi nombre es Levi -le sonrió ampliamente, como sólo solía hacer con una sola persona-. Me gusta tu nombre. Me recuerda al personaje de un libro que estaba escribiendo...

La observó, para luego volver la vista a su libro, siendo consciente de que ella observaba al mismo punto. Lo extendió hacia ella, entregándoselo.

Levi: Lo importante es dejar que esa soledad no te consuma.

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Su sonrojo aumentó un poco más al sentir que lo obligaba a dejar de cubrirse. Repentinamente se descubrió con la mirada clavada en él y los labios entre abiertos, respirando algo agitado. ¿Acaso no se daba cuenta de que todo lo que decía le desarmaba? ¿Y que cada beso le llevaba a un nuevo nivel? Sentía la boca seca y su pulso latiendo en sus orejas además de su entrepierna. Debía deternerlo, era lo más razonable. Había sido su tutor, era uno de los XIII, y él... él no era nada. Abrió los labios decidido a detenerlo...

Eve: ...sigue

...pero no pudo.

Maigne: ¿Eres escritor?

Tomó el libro entre sus manos con demasiado cuidado. Parecía como un tesoro, no podía creer que realmente estaba hablando con él, que no estaba siendo espantado por ella, y que hasta le había permitido ver el libro más de cerca. Acarició la tapa con cuidado, sin ocultar su enorme sonrisa.

Maigne: A veces no te das cuenta hasta que es muy tarde.

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Le tomó un segundo reaccionar. Había jurado que le diría que lo dejara en paz y no volviese a acercarse, después de todo, ¿qué podría ofrecerle él a Eve?, jamás podría satisfacerlo. Y a pesar de aquello, la visión que tenía ante de sus ojos, le hacía imposible el pensar realmente en ello, solo necesito el permiso de Eve para tomarlo del cuello y acercarlo a él, besandolo como realmente quería hacerlo.
No era un beso de pasión, era un beso de sentimientos, sentía los suaves labios contra los suyos, no buscaba devorar su boca, sino intentar, mediante ese contacto, de lograr que sienta lo que él sentía.

Levi: Pues... -se sacudió el cabello, algo avergonzado- ... me gusta escribir en mi tiempo libre. ¿Sabes?

Sin saber por qué, llevó una de sus manos sobre la de ella, para sonreírle ampliamente. Aunque él no era así realmente, aquella muchacha le despertaba un cariño especial.

Levi: Lo importante es darse cuenta cuando sucede, para remediarlo -miró el libro, y luego a sus ojos-. Puedes quedartelo, si quieres.

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Recibió el beso de una forma completamente pasiva, dejándose hacer por aquella persona que le había enseñado casi todo de la vida. Llegó las manos a su cabello, entrelazando sus dedos con éste, mientras descubría un tipo nuevo de beso. A simple vista seguramente parecería pasional, pero no se sentía así. Se sentía... como amor. Amor puro. Y no entendía por qué.
Frunció levemente el seño al sentir su erección palpitar, intentando alejarla de XIII. No era justo.

Maigne: Qué?! No, no puedo, es... Es tuyo.

Y a pesar de eso lo aferró contra sí, en estilo protector. La última vez que le habían regalado algo había sido hace demasiados años, y había muerto a los pocos días de eso. Sonrió, bajando la vista algo ruborizada.

Maigne: Me encantaría leer algo tuyo en algún momento.

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Al ver que se dejaba hacer, profundizó un poco más el beso, tomando a Eve por la cintura al ver que se alejaba. No le importaba sentir la ereccion contra él, en cierta forma de indicaba que le agradaba. Si tan sólo...
Se separó levemente, sonrojado.

Xap: Lamento... Lamento no poder hacer nada respecto a eso.