Good to you

Sonrió, dandose por vencida. No podía resistirse mucho tiempo a los extraños encantos de él. Cuando se separó, ella se inclinó para volver a besarlo, prolongando el contacto unos segundos atnes de separse definitivamente. Le daba cierta felicidad el saber que ni dos chicas podían igualarle, una extraña especie de ego que la llenaba de orgullo.

Xirh: ¿Arrepentirme de decirte idiota?

-

Se adentró rápidamente, revisando el cuarto con la mirada, estaba exageradamente nerviosa, pero era entendible.

Xer: Si, bueno, las puertas están clausuradas por el momento.

Se sentó en la cama tras cerrar la puerta del cuarto y echarle traba, precaución ante todo, y le relató rapidamente la situación. Eve y Xap, la empresa tras ellos y en cuanto lo descubriesen también tras ella y su hermano y por consecuente, todos sus contactos. Al terminar el relato, su cola se agitaba nerviosa.

Xer: ¿Entiendes el problema?

-

Xap: Me debo ver ridículo.

Siguió la mirada de Eve a través de la ventana. Tantos años de entrenamiento, de control de emociones, cursos de distanciamiento... y ahora estaba allí, todo por amar a una persona.

Xap: Pero al menos me alegro que seas tú quien me vea así. Se estaba discutiendo la opción de crear otro grupo, cada "número" debía proponer un candidato. Adivina a quién postulé.

No debería ser sorpresa, era la mejor de la clase, y la mejor opción si querían ampliar el número agentes especiales.

-

Wands: Oh si, muy seguro. Es solo que despiertas este lado en mí.

Se refería a ella como él, y no le importaba. Se sentía un hombre en esos momentos. Le jaló el cabello, gruñendo de placer, el cuerpo del árnes rozaba contra su clitoris (N/A: odiame ) y le provocaba placer. Eso, más la imagen que Bei le ofrecía, era un deleite.

Negó con la cabeza. No era eso lo que le importaba. Sabíaque era un idiota, lo supo siempre. Lo que quería era que ella entendiese lo que había dicho. Queria ser tan especial para ella..

Fuds: Me dijiste que te daba igual si estaba con otras chicas

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Parpadeó confundido. La idea de Xap relacionandose con alguien era realmente extraña. Ni hablar de Eve, la conocía poco y sabía que lo suyo no era el trato humano.
Se sentó unos segundos, pasando su mano por su cara en un intento de relajarse.

Ek: Es decir que estoy en peligro de muerte.

-

Lo miró sorprendido, para luego bajar la mirada con un cierto gesto de tristeza. Era un gran honor, y pese a no poder experimentarlo, sabía que lo hubiese rechazado. Su sueño no era ese, no era seguir mejorando como asesino.

Eve: Mi sueño... en realidad era el vivir una vida normal como Xer. Conocer a alguien que me quisiera por como soy, que no le diese asco, que pudiese amarme -dejó salir una risa vacía, casi sin emociones-. Siempre fui bueno en aniquilar objetivos porque desde chico me lo enseñaron. Era mi juego, y siempre creí que la recompensa sería el orgullo de la gente a mi alrededor y la libertad. Pero no obtuve ninguna.

-

Su lado masculino salía a flote naturalmente y no podía creer que estuviese experimentando eso en pimer lugar. Gimió con fuerzas, eyaculando nuevamente.
Wands estaba siendo tan ruda como a él le gustaba y realmente no podía creerlo. Volvió a colocarse el gag-ball, dispuesto a simplemente disfrutar.

Xirh: Yo...

Suspiró, si al fin y al cabo estaban siendo honestos, entonces debería serlo ella también, y eso significaba serlo con ella misma también.

Xirh: Pues si, me molesta, me molesta verte con otras chicas, quería golpear a las dos perras. - su voz bajó de tono al pronunciar aquella palabra, casi escupiendola- Pero no iba a decirte que no lo hicieras. Me dijiste que no sabías que sentías, y yo tampoco lo hago pero no puedo impedirte que hagas lo que quieras. No estas atado.

Había amenazado con desviar la vista demasiadas veces, pero había logrado mantener la mirada en sus ojos, de alguna forma.

-

Asintió una vez. Bajó la mirada a sus pies, sin poder evitar sentir culpa.

Xer: Lo lamento Ek. Haremos todo lo posible por proteger a todos, puedes o quedarte en la casa, o irte de viaje un tiempo. Si saben que no estas teniendo contacto, no te atacarán, no buscarán muertes innecesarias.

Chasqueó la lengua, frunciendo el ceño y elevando la vista. De acuerdo, quizás algo de la Xer sentimental quedaba en ella.

Xer: Y si usas esto como excusa para que te maten, estaré muy molesta. Ahora elige, te ayudaré con lo que sea que prefieras.

-

En algún momento se había levantado, y apoyado su mano en su hombro.

Xap: Xer no tiene una vida normal. Siguen estando bajo el control de la agencia. Que sus padres hayan hecho un arreglo por tener privilegios no significa que no este atada. Tiene un prestigio que mantener, ella y Kui. -se rascó la nuca, sin saber como encarar lo segundo. Lo cierto es que él había logrado amar, y había sufrido increíblemente por eso, pero también sabía que si nunca lo experimentabas, entonces solo lo desearía.- Si sirve de algo, realmente no me das asco. Y cuando esto termine, todo será un poco más normal.

-

Cada vez que acababa era como una recompensa para ella, su premio era verlo gozar de esa manera. Realmente era lo único que necesitaba.
Lo hizo girar, para que ahora quedase con la espalda contra la cama y pudiese ver su rostro, ver cada gesto de placer que le recorría. Aumentó el ritmo nuevamente, inclinandose para besarlo, sin importarle la gag-ball, al sentir que el roce la hacía acabar a ella. Cuando se separó, un pequeño hilo de saliva unía sus bocas, lo cual la hizo sonreír todavía más.

No pudo evitar reir al oir la palabra "perras". Si bien había logrado su cometido de poner celosa a Xir, no se sentía bien con ello. Estaba siendo un idiota. Le acarició el rostro, para luego tomar uno de sus mechones rojizos y enroscarlo entre sus dedos.

Fuds: ¿Tu saldrás con otros hombres?

-

Ek: Hace tiempo no intento matarme...

Pero entendía que ella dudase de él. Suspiró, pensando en las niñas, en la familia que le había acogido. Tendría que protegerles, y al mismo tiempo alejarse de Xer completamente y desear que estuviese a salvo. Suspiró, acercándose a ella, para besarle la frente.

Ek: Estará todo bien

-

Asintió, sin muchos deseos de discutir contra él. Pese al tiempo pasado, lo seguía viendo como su tutor, como su maestro. Como una de las pocas personas en que podía confiar. Pero sabía que estaba equivocado, Xer y Kui vivían una vida normal dentro de lo que eran ellos. Tenían pareja, se divertían, aceptaban misiones sólo cuando querían. Y él... él estaba atrapado con misiones que no deseaba, matando gente que no conocía, seduciendo otros, y viendose atascado en ser fisicamente un hombre.
Suspiró, sin deseos de hablar de ello.

Eve: Gracias

-

De cara a ella, ahora las cosas cambiaban completamente. Podía observar cada gesto de placer, cada mirada, cada jadeo. Era más de lo que podría haber llegado a pedir.
Dejó que le besara a través del gag-ball para acabar nuevamente y por última vez. Jadeaba pesadamente, mirándola a los ojos. ¿Era su imaginación o había acabado ella también? Se quitó la gag-ball, aún sin separarse, para tomarla del cuello y besarla con pasión.

Xirh: No.. no lo creo.

No lograrían despertar en ella lo que Fuds había logrado, ni se sentiría cómoda, y además, ahora tenía miedo de que si llevaba a un hombre a su cama, Fuds lo destrozaría. Sonrió levemente ante el pensamiento, le agradaban, un poco, los celos.
Clavó la vista en su pelo, entre sus dedos. Aún así...

Xirh: No entiendo que sucede, pero me enoja verte con otras chicas, y no me atraen otros hombres.

(N/A: Son dos idiotas, muy idiotas.)

-

Se permitió disfrutar del abrazo unos segundos, solo unos pocos, necesitaba toda su fuerza para salir adelante en esos momentos.
Con un suspiro se levantó, no podía quedarse allí entonces, cada segundo era ponerlos en peligro.

Xer: Debo irme entonces. Todavía debo avisarle a Nyelo.

-

Xap: Deberías intentar descansar, los primeros días serán duros Eve, pero se volverá más sencillo.

Y él, necesitaba pensar. La idea de matar a los lideres cada vez tomaba mas sustancia en su cabeza, de esa manera todos podrían llevar una vida normal. La pregunta era, cómo podrían lograrlo.

-

Le devolvió el beso, sonriente, saliendo con cuidado de su interior. Era un desastre, estaba cubierta de sudor, saliva, y líquidos, estaba jadeante y agotada, pero... se sentía a gusto. Se dejó caer al lado de Bei, acariciandole el rostro.

Wands: ¿Soy un buen novio?

[N/A: Por dios, POR DIOS]

Sonrió, asintiendo, para luego volver a besarla. Él no quería intentar estar con otras chicas tampoco, ni queria que Xir se enojase como hoy. Queria que todo se mantuviese feliz, acomodado, aunque fuera en la casa.

Fuds: ¿No más de ese tipo de visitas a la casa?

-

Asintió, sin mucho que decir. La idea de Xer a solas con Nyelo no le agradaba, pero era menos usual que antes y sabía que era de vida o muerte.
La saludó con la mano, dejando que se fuera.

-

Asintió, para ponerse de pie y acercarse a la cama. Se recostó con cuidado, de cara a la pared, intentando relajarse pero sentía que estaba en riesgo constante.

Eve: XIII... -giró un poco el rostro para mirarlo, avergonzado- ¿Te molestaría quedarte? No me siento seguro...

-

Jadeó al sentir como salía de él, para luego relajarse. Se acercó a ella, comenzando a lamer sus pechos y morderlos tanto como le era posible. Se detuvo solo unos segundos al escucharle, para mirarlo a los ojos.

Bei: El mejor de todos

Xirh: No más.

Se abrazó a su cuello, besandolo nuevamente. En algún momento lograría saber que le ocurría, pero ese no era. Se contentaba con saber que no vería más chicas rondando por la casa.

-

Salió de la casa, buscando a Nyelo. Él era algo más complicado de encontrar, pero se dirigió hacia la playa, donde supuso que podría estar. Suspiró mientras lo buscaba con la mirada, no estaba exactamente feliz de tener que tratar con él, después de todo lo que habían pasado, pero... si no lo hacía, lo estaba poniendo en peligro.

-

Se detuvo, girando para volver a entrar.

Xap: Para nada. Haré guardia para que puedas dormir.

Le sonrió, sentandose junto a la cama desde un lugar en que pudiese ver tanto la ventana como la puerta.

-

Soltó pequeños jadeos entre cada beso y mordida, tomando mechones del cabello de Beivan entre sus dedos.
Sonrió enromemente al oírlo, sintiendose satisfecha. Su mayor deseo era complacerlo.

Recibió el beso sin oponer resistencia alguna, disfrutando del sentimiento de orgullo que le daba el saber que Xir era solamente para él entre esas cuatro paredes.
Le acarició el cabello, desde la coronilla hasta las puntas, dándole varios besos cortos en los labios, para finalmente unir su frente con la de ella, sonriendo de su manera tan característica.

-

Hacía tiempo se había alejado de todos. No porque realmente le fuera necesario, sino porque quería un tiempo para sí. Un tiempo para olvidar a Xer, para no pensar en Ek y para organizar sus sentimientos sobre Bel. Había abandonado los lugares que solía recorrer, se había mudado por un tiempo a Maraqua e incluso había modificado sus horarios del día a día para mantenerse ocupado en otras cosas. Estaba él y sólo él.
Suspiró, recostándose sobre la arena que hacía tiempo no percibía. Observó el cielo, despejado. Desde Maraqua, las cosas eran diferentes. El cielo se veía difuso y deformado por el oleaje y la profundidad del agua. Y la arena tenía otra textura.

-

Al ver que se sentaba a los pies de la cama, decidió girarse por completo. Arrastró una almohada hacia los pies de la cama, y se puso de frente a la vista de la ventana. ¿Era incorrecto si buscaba acercarse más a XIII? Un leve sonrojo, completamente imperceptible, se posó en sus mejillas mientras se acercaba con algo de cuidado a él, estando lo suficientemente cerca de su cabello como para estirar sus dedos y tocarlo. ¿Por qué no había sentido, en tantos años, esa dependencia sobre alguien? ¿Sería porque XIII había sido, además de Xer y Kui, la única persona que le demostró una faceta realmente humana dentro de Cronos? Aspiró su aroma, ahora una mezcla de sangre, humo, carne quemada y sudor, para cerrar los ojos.

-

Bajó a su abdómen, dándo cortos besos, para luego recostar su cabeza allí, ocultando su rostro de la vista de Wands. Habían hecho el amor, ¿no? ¿O era sólo sexo como cuando Kui le entregaba a sus compañeros de clases? Movió levemente la cabeza, mirandola a los ojos.

Bei: ¿Prefieres que te llame por tu nombre o por el de tu hermano?

No podría preguntarle lo otro. No en ese momento.

Sonrió, sonrojandose con las carias y los besos, sintiendose feliz. Al menos ya no vería chicas saliendo y entrando de su casa, ni sus ropas, Fuds, dentro de su hogar, era de ella.

(Y ahora si les damos un descanso? XD)

-

Cuando lo diviso se quedó inmovil, buscando su centro, dónde las emociones no tomaban control de ella y donde las cosas que habían ocurrido con él quedaban en otro rincón. Su prioridad ahora era defenderlo. ¿Se quedaría en maracua? Quizás fuese lo mejor, aunque por otro lado, odiaba la idea de esté bajo agua, dónde no podría protegerlo.
Bajó de las ramas con cuidado, nuevamente observando a sus alrededores. Se sentía demasiado expuesta.

Xer: Nyelo, tengo que hablar contigo.

-

Se dejó acariciar con una leve sonrisa. Eve no se había mostrado así antes, y le agradaba. Todos en esa casa tenían un pasado horrendo, lleno de sangre y secretos, pero quizás, juntando sus debilidades y fortalezas, podrían salir adelante.
De algo estaba seguro, los protegería a todos. Y mientras en su mente un plan iba tomando forma, se dejaba relajar por las caricias. Era, en cierta forma, agradable el contacto humano despues de tanto tiempo.

-

Le acarició el cabello, sonriendo mientras la besaba. Bei realmente le atraía, y le había encantando jugar con él. Se ruborizó al oírlo, bajando la vista.

Wands: Bueno, se que te atraen los hombres Bei, y que no puedo ser uno... pero no fue mi hermano quien te hizo sentir así.

[¡Por favor! Si querés meter a otro, sentite libre de hacerlo]

-

Se tensó al oír la voz. Era, por lejos, una de las personas que menos quería ver. No en una mala forma, sino que... no se sentía listo. Suspiró, llegando a la conclusión de que, quizás, no había sido buena idea el ir a la superficie. Estúpida melancolía.
Se puso de pie, limpiandose la arena de la ropa, para acercarse a Xer. Parecía intranquila, por lo que dejó sus emociones a un lado. Las cosas no estaban bien.

Nyelo: ¿Qué sucede?

-

Podía sentir el ambiente más tranquilo, dando por sentado que XIII no estaba disgustado por sus caricias, lo cual le motivó a seguir. Aún con los ojos cerrados, se acercó un poco más, para apoyar su frente contra la nuca de él.

Eve: XIII... crees... ¿crees que ella está feliz de que la vengases?

Era algo que en Cronos siempre habían enseñado a no hacer: pensar en los muertos. Aquel que moría en manos de otro o en tus propias manos dejaba de ser un alguien para ser un algo. Pero él nunca pudo hacer eso, aunque bien lo fingía.

-

Su rubor aumentó, provocando que enterrase su rostro por completo en la entrepierna de ella, lamiendo y besando la zona. Estaba extasiado, estaba completamente alegre. Oírla decir eso había menguado todas sus dudas, todos sus miedos.

Hambre. Tenía hambre. Sus ojos, usualmente claros, ahora tenían un color rojo intenso, parecían llamear, y su piel grisasea amenazaba con romperse. Caminaba agachada, gruñendo con cada paso, sin fuerzas para mantenerse erguida, odiando aquella sensación. Se había dejado estar por un accidente reciente al alimentarse, y se había negado a comer, pero ni con la mayor de las voluntades podía resistirse al impulso que movía sus pies.
Almas, ¿dónde podría encontrarlas?

(Es Maigne, la que está en la cuenta congelada D:)

-

No soportaba la idea de estar a la vista, por lo que lo tomó de la muñeca y caminó hasta encontrarse bajo la copa de los árboles, dónde al menos no estaban tan expuestos.
Suspiró, rascando su nuca.

Xer: Intentaré ser breve...

Pero cómo hacerlo cuando debía explicarle desde el inicio, desde Eve, pasando por Xap, y llegando al problema que estaban metidos. Luego de varios minutos de hablar, creía haberle explicado todo, tomando aire antes de continuar.

Xer: Si te sumerges en maraqua, no podremos protegerte, ya hablé con Ek, y va a alejarse de nosotros un tiempo, si haces lo mismo, que al menos sea en tierra, dónde podremos ayudarte si algo ocurre.

-

Dejó que el silencio reinase unos momentos, recordando su cara. Siempre tan alegre, tan optimista. Recordaba cada detalle de su cuerpo, y sobre todo, recordaba sus brazos, abrazandolo, consolandolo luego de cada muerte. Sonrió amargamente, chasqueando la lengua luego.

Xap: No. Ella hubiese querido que siga adelante, y sea feliz, no que me vuelva sombrío y resentido.

Había una época en que era tan alegre, tan vivaz, siempre haciendo chistes a pesar de su trabajo lugubre.

Xap: Pero ahora... ahora que estoy aquí, buscando una vida mejor entre todos, eso sí la hubiese hecho feliz.

-

Soltó un leve gemido, sin esperarse aquella reacción. Por alguna razón, se había esperado una molestia de parte de Bei por no fingir ser un hombre, sino ser una mujer. Una mujer que lo penetraba, pero aún así una chica.
Cerró sus manos, jalando levemente los mechones de Bei, pronunciando su nombre por entre gemidos.

Paseaba en su forma humana, haciendo girar su guadaña de un lado a otro. Era hora de trabajo. Siempre era hora de trabajo, pero no se quejaba. A veces era más divertido que simplemente ir y tomar la vida correspondiente.

[Es Hell]

-

Escuchó la historia completamente absorto. Sabía que ellos estaban metidos en problemas graves, pero nunca supuso que sería... tan grave realmente. Se rascó el cabello, aún sin poder reaccionar completamente. Abrió la boca y volvióa a cerrarla, como si se estuviese ahogando, para finalmente fruncir el seño.
Básicamente estaba en peligro por algo que no tenía sentido. Él ya no se relacionaba con ellos, él... él ya no era parte de ese grupo.

Nyelo: Lo siento, pero me iré a Maraqua, Xer. Si tanto te preocupaba mi bienestar, no debiste contactarme. Hacía meses que no hablabamos, que siquiera nos veíamos. No he visto a ninguno de ustedes por un largo tiempo, y apareces sólo para decirme que si me ven contigo o con alguno de ellos, estaré en peligro de muerte... ¿en serio?

-

Intentaba imaginar cómo la pareja de XIII habría sido. Nunca escuchó más que rumores o comentarios sobre cómo ella era, pero supuso que se trataba de algo más. Recordaba a su viejo tutor, sonriente, haciendo chistes e incluso siendo delicado... y al actual XIII, completamente perdido en sí mismo. Se preguntó si algún día conocería a alguien así, alguien que pudiese cambiar su mundo tan... radicalmente. Alguien que le hiciera olvidar lo asco de persona que era.

Eve: Has cambiado mucho, XIII... es algo triste...

-

Los leves jalones en su pelo le hacían sentir aún más extasiado que antes. Ésto era la maravilla. Comenzó a introducir su lengua dentro de ella con cuidado, decidido a saborear cada rincón, a hacerla sentir tan bien como hacía unos minutos atrás ella había hecho con él.

Dolía caminar, pero dolía mas quedarse sentada mientras su ser chillaba por alimento. Al fin logró escuchar voces, dos hombres que eventualmente se cruzarían en su camino, pero no podía esperarlos. El instinto era más fuerte que ella y se dejó llevar, dejó que el dolor pasase a segundo plano y echó a correr, hasta dar con ellos.
Escuchó el grito, pero estaba demasiado fuera de sí. En otras oportunidades solo tomaría lo suficiente, odiaba matar, odiaba dejar a los humanos sin almas pero... había pasado demasiado tiempo. Se aferró a ellos, sintiendo como la energía fluía a través de ella, como el chillido de desesperación disminuía, incluso el rojo de sus ojos estaba más apaciguado... pero todavía necesitaba más.

-

Suspiró, sí, sería dificil lograr que entendiese, sobre todo después de tanto tiempo sin contacto entre ellos.

Xer: Imagina que estas en tu casa, te tocan el timbre y te dicen que algo le ha ocurrido a Ek, o a mi, o a mi hermano. Como eres buena persona, te preocuparás, irás con alguno de nosotros para más detalles, incluso para hacernos saber que alguien que queremos ha sufrido algún accidente y... lo próximo que sabes, es que estas muerto.

Cronos tenía tácticas sucias. Tácticas que ella había implementado, eran demasiadas las veces que había seducido hombres para que les diera información, o que se había hecho pasar por una niña perdida para terminar con agentes algo revoltosos.

Xer: Eres culpable, hasta que demuestres lo contrario, tu ignorancia te ponía en mayor peligro que conociendo ahora esta información.

-

Giró el rostro, besándo la sien de Eve. Sí, había cambiado mucho, pero algo del viejo Xap quedaba en él, enterrado, dispuesto a salir en algún momento. No sería tan apático toda su vida.

Xap: No puedes preocuparte por ello ahora. Debemos pensar en qué hacer, y luego, cuándo todo termine, podrás recordarme todos los días lo viejo y anticuado que me he vuelto.

-

Se mordió el labio, sin soltar los cabellos de Bei. Le encantaba, cada roce, cada lamida despertaba sensaciones en ella que la estremecían. Su piel se erizó completamente, sus músculos se comenzaron a contraer levemente. No soportaría mucho más así.

Escuchó gritos repentinos, lo cual no era normal. Ninguna clase de grito es normal. Chifló, dejando que su guadaña se transformase en el enorme lobo aterrador que usaba para protección, y sin demorarse corrió en dirección a los desgarradores sonidos.
Lo recibió una escena de película de miedo. Humanos muertos, pero sin almas rondando. Y una joven, absorta en sí misma.

Hell: ¿Qué has hecho?

-

Se mordió la mejilla interna pensando que en realidad no haría eso, que en realidad diría que no le interesaba y cerraría su puerta. Pero era mejor que Xer pensara de otro modo. Asintió, suspirando.

Nyelo: De todos modos me quedaré en Maraqua

-

Recibió el beso completamente sorprendido, para luego dejar salir una risita. Poco a poco fue cerrando los ojos, para finalmente quedarse dormido en la poca paz que aquel momento le brindaba.

[Hago pasar unas horas]

Abrió los ojos agitado, sacando un cuchillo de la parte trasera de su espalda y apuntándolo a la nada. Se detuvo unos segundos, para luego soltarlo. Era una pesadilla, una horrenda pesadilla y nada más. Arañó sus sienes, cerrando los ojos con fuerza sintiendo que lloraría.

-

Sabía que si seguía ese ritmo, la haría acabar, y eso era lo que se había propuesto a sí mismo, hasta que sintió que intentaban abrir la puerta del cuarto y posteriormente golpeaban.

????: ¿Beivan? ¿Qué haces allí?

Bei: Am... M-mamá... no es el momento...

Pasó la mirada del lobo al muchacho que tenía en frente. No era humano, no sentía la escencia de uno, lo cual era algo bueno. Si bien el dolor había disminuído, aún estaba presente y... realmente no quería perder el control de nuevo.
Observó a los cuerpos, luego a sus propias manos, algo menos transparentes y luego nuevamente al muchacho.

Maigne: Lo... lo siento...

Ella no había pedido ser esta criatura, un fantasma sin serlo completamente, un ser corporeo que no podía morir, pero sufría eternamente si no se alimentaba.
Lo observó, rendida.

Maigne: Dolía. Solo quería que el dolor pare.

-

Resopló, encogiendose de hombros. Ya había estado demasiado tiempo fuera, y si no quería comprender y arriesgar su pellejo, no iba a interponerse. Sus problemas eran serios como para dejarse preocupar por otros. Confiaría en su capacidad para cuidarse, y en que su terquedad surtiera frutos.

Xer: Como quieras.

Se dio vuelta, dispuesta a irse cuando algo en ella la hizo detenerse. Una pequeña sonrisa en sus labios, ante lo morboso del pensamiento, y ante la realidad en la que estaba metida.
Giró levemente la cabeza, sonriendole quizás por última vez.

Xer: Espero que cuando vuelvas, no nos hayamos convertido en esqueletos.

Y con eso, se trepó a un árbol, volviendo a su casa.

-

Se había incorporado al ver a Eve, manteniendo su distancia luego al notar el cuchillo. Cuando este desapareció de su vista, se acercó lentamente, sin querer sobresaltarla, apoyando una mano en su hombro.

Xap: No fue real Eve, estas a salvo.

O tan salvo como se puede estar al menos.

-

Había comenzado a retorcerse, estaba tan cerca... y luego, la madre de Bei. En su estado, debería estar enrojecida, buscando sus ropas desesperadamente y queriendo vestirlo a Bei también, pero la excitación le había quitado el pudor.

Wands: Dile que se vaya...

Gimoteó levemente, su cuerpo le pedía que siguiera.

La observó detenidamente. Quizás era algo de lo que tenía que notificar a Lesius, pero en realidad no parecía peligrosa, sino perdida. Se acercó unos pasos más, ignorando los gruñidos de precausión de su guadaña. Se acuclilló frente a ella, mirando los cadáveres.

Hell: ¿Qué les hiciste?

-

Ese era el truco más bajo de todos los que podía haber utilizado, y como respuesta a ello, tomó una pequeña piedra y la arrojó en su dirección al verla marchar. ¿Esqueletos? Él sería un esqueleto, ellos estaban entrenados. Incluso Ek. ¿Y él? Sólo sabía golpear a puño limpio. Casi muere cuando Eek decidió que era hora de pedir que le asesinaran. ¡Era demasiado para él!
Gruñó, introduciéndose en Maraqua. No, nadie le haría cambiar de parecer.

-

Al sentir la mano sobre su hombro, rápidamente tomó a XIII del cuello y se preparó para golpearlo, para detenerse en el último segundo. Seguía en estado de shock, tenía que calmarse. Tenía que... tenía que...
Se colocó las manos en el rostro, cubriendo las lágrimas que hacían fuerza para salir de sus ojos.

Eve: Era II... lograba encontrarme, XIII... era horrendo...

-

Observó a Wands, que repentinamente se había transformado en alguien más erótico. Su mente comenzó a debatir qué hacer. No quería perderse esa oportunidad, no ahora...

????: ¿Beivan? ¿Sucede algo?

Bei: Mamá, vete.

????: ¿Hijo?

Bei: ¡Vete!

El silencio reinó del otro lado, y él no demoró en volver a inclinarse sobre Wands, retomando su labor.

Maigne: Me alimenté, usualmente no les quito el alma completamente pero... no pude detenerme.

Era un círculo vicioso, a veces lograba detenerse a tiempo y solo tomaba una pequeña porción, pero en ocaciones, el hambre era mayor y terminaba extrayendola en su totalidad. Y luego de eso, se odiaba y se negaba a comer por quién sabe cuánto tiempo, provocando otra masacre cuando el dolor era demasiado.

-

Oyó la piedra pero no se detuvo. Sabía que había funcionado, eso le mantendría bien alejado de todos ellos, incluso haría que no cayese en ninguna trampa. Mejor que estuviese enojado, pero vivo.

..

Estaba en el cuarto de su hermano, retorciendo sus manos. Era una locura, pero era su oportunidad para terminar todo, para ser, plenamente libre.

Xer: Kui, eres un experto con las computadoras, con tu apoyo en la red, Eve, Xap y yo podríamos lograrlo.

No podía pedirle su ayuda en el campo. Era su hermano, su familia, y era realmente peligroso, quería protegerlo de alguna forma.

-

La abrazó contra él, acariciandole el cabello. Sí, las pesadillas eran algo normal, y quizás la parte más aterradora, no poder estar tranquilo ni en tus sueños, siempre perseguido por una sombra aterradora de la realidad.

Xap: II está muerto, quemado y sus cenizas flotando en el río. No podrá lastimarte, ya no.

-

Le sonrió, echando nuevamente la cabeza para atrás y dejando que Bei hicise su magia sobre ella. Atrapó su cabeza entre las piernas, impidiendole que se moviese de allí. No se iría a ninguna parte hasta que ella no acabase.

Comer almas. Le recordaba en cierta forma a Lesius, pero... definitivamente no era lo mismo. No olía de la misma forma, no se veía de la misma forma tampoco. Frunció el seño, intentando comprobar qué era, pero no parecía ser más que una especie de híbrido.

Hell: ¿Qué eres?

-

Observó a su hermana, completamente intranquila. Eran pocas las veces que la veía así, y realmente no le agradaba. Le recordaba a sus padres, a los castigos. Volvió la mirada al ordenador, donde estaba sentado. Preferiría estar en batalla, Xer hacía tiempo que había perdido práctica y Eve no se veía exactamente predispuesta a actuar. Pero sabía qué era eso, era un intento de protegerlo.
Entró en la página de Cronos, comenzando a teclear desesperadamente, buscando combinaciones de contraseñas y descifrando archivos encriptados.

Kui: Buscaré que vayan de dos en dos, ¿de acuerdo? Será más simple y menos peligroso

-

Dejó que lo abrazara, tensándose y luego relajandose en los segundos siguientes. XIII tenía razón. II estaba muerto, no podía hacerle daño, ya no más. Cerró los ojos para luego abrazarse con fuerzas a esa persona que antaño había sido su tutor, afirmandose, como si fuera su única salvación en ese momento.

-

No pudo evitar dejar salir una risita el sentirse prisionero entre sus muslos. No pensaba irse de todos modos. Con sus manos comenzó a acariciar los lados de su cintura y la parte externa de sus muslos, mientras lentamente lamía por completo su entrepierna, para luego comenzar a penetrarla nuevamente con su lengua.

Se quedó observándolo, comenzando a preocuparse un poco. ¿Quién era él y porqué le hacía tantas preguntas? Las almas en su cuerpo comenzaban a fusionarse con su propia energía, devolviendole la fuerza suficiente para pararse, en caso de que necesitase correr.

Maigne: No lo se, debería haber muerto, pero en su lugar me convertí en esto. Ahora no puedo desvanecerme, pero sufro dolor si no me alimento. ¿Tu qué eres?

-

Asintió a sus palabras, observándo por la ventana luego. Era una locura, y lo sabía, como también sabía que era su única oportunidad verdadera.

Xer: Necesitaremos unos días para planear todo, no sé que hará Eve, pero Xap vendrá conmigo, lo necesito enfocado y no pensando en cómo estará ella.

-

Siguió con sus caricias en el cabello, sin soltarla, permitiendo que se relajase en sus brazos. No recordaba la última vez que había cuidado de alguien, si bien se preocupaba por la gente que lo rodeaba, no hacía mas que intevenir si era completamente necesario. Ahora, estaba activamente involucrandose, y le agradaba el cambio.
Dejó salir un leve suspiro, debía decirle.

Xap: Eve... Xer quiere intentar derribar Cronos.

-

Dejó escapar leves chillidos, sin reparar en que quizás estos no serían contenidos por las paredes del cuarto. Aqueó sus caderas, dejando que explorase cada centímetro de sí, para finalmente acabar, cayendo jadeante sobre el colchón.

Le sonrió de medio lado.

Hell: Soy un shinigami, y me estás quitando mi trabajo.

Aunque estaba seguro de que la gente a sus pies no debía morir por un buen tiempo, pero no podría decir nada. No estaban en su lista, por lo que no era realmente importante.
Notó el nerviosismo de la chica, chasqueando los dedos para provocar que su guadaña se transformara en un arma nuevamente.

Hell: Y escapar no es la respuesta

-

Dejó de teclear, quedándose completamente inmóvil. Eve había cambiado mucho, era cierto, y era claro que tendría sus serios motivos. Los mismos por los que Xap lo estaba protegiendo tanto. La sola idea de que Xap se alejara y lo dejara, no le sonaba razonable. Se giró a ver a su hermana.

Kui: ¿Realmente piensas que dejará que haga lo que quiera? Creo que te estás olvidado que perdió a su pareja en manos de la agencia. No dejará oportunidades de que pase lo mismo.

-

Se tensó al oírlo, estirando sus brazos para alejarlo. Con sus ojos abiertos, bajó la mirada, intentando procesar rápidamente toda la información que estaba cayendo sobre su mente.

Eve: Básicamente... en lugar de esperar a que los maten, irán derecho a eso. ¿Eso quieres decirme?

Frunció el seño. Xer estaba loca. Los matarían a todos. No, esa no era la solución. Se levantó de la cama, tomando el cuchillo que había tirado al despertar de su pesadilla para colocarlo nuevamente en su cintura. No permitiría que éso pasara. Solucionaría todo de una manera simple: la agencia le creía culpable, entonces se entregaría. Nadie saldría herido.
Suspiró, fingiendo su mejor sonrisa.

Eve: Necesito pensar sobre ésto... Iré a dar una vuelta.

Y sin esperar una respuesta, salió por la ventana.

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El oírla acabar fue música para sus oídos. Dio unas últimas lamidas, de simple gula, para luego acercarse a ella y acurrucarse a su lado, ignorando la semi-erección que ahora traía.

Bei: Mi madre debe haber escuchado todo... no creo que pueda recuperar el shock de que esté en el cuarto especial...

Frunció el ceño levemente, observando su arma y luego nuevamente al muchacho. ¿Desde cuándo ella quitaba el trabajo? Nadie se había tomado la molestia de explicarle nada en esta nueva "vida", si es que podía llamarse así, ni siquiera sabía que demonios se suponía que era, y ahora este chico, shinigami, o lo que fuese, le estaba amenazando.

Maigne: ¿Y qué vas a hacer si intento correr?

Ya había soportado torturas, ya había sufrido los castigos de la vida, e incluso si la mataba, bueno, lo aceptaría con brazos abiertos.

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Suspiró, intentando intercambiar papeles en su mente. ¿Qué haría ella si perdiese a su pareja a manos de la agencia? ¿Qué pasaría si ahora hubiese una posibilidad de que ese pasado se repita?

Xer: La verdad, no termino de comprender a Xap, sólo se que es nuestra mejor oportunidad para finalmente dejar de ser marionetas. Siendo realistas, no dejarán de buscar nunca a Eve, ha matado uno de los XIII, sus pequeños prodigios, ¿haz olvidado lo que pasó cuando X estuvo desaparecido?

Había estado un mes entero lejos de su casa, buscando, rastreando, junto al resto de los agentes hasta dar con su paradero. No, la agencia no descansaría. Y no se sentaría a esperar a que vengan a demoler su casa.

Xer: Todos tenemos personas importantes en nuestra vida, personas que queremos proteger, pero si no ponemos esos sentimientos a un lado, entonces no tenemos forma de resistir ante ellos.

Las emociones eran hermosas, ella lo sabía bien, pero en ciertos momentos, se necesitaba la cabeza fría y el corazón apagado.

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Se quedó pensando unos momentos, quizás estaba paranóico pero... Observó la ventana y salió por ella, siguiendo los rastros de Eve en silencio. Mantuvo su distancia hasta que reconoció el camino que estaba tomando, interceptandola y acorralandola contra un tronco cercano. Gruñó por lo bajo, obligando a Eve a que lo mirase.

Xap: ¿Se puede saber que haces?

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Wands: ¿Tu madre es tan pervertida como tú?

Lo abrazó contra ella, colocando la cabeza de él sobre su pecho para acariciarle el cabello, las orejas y el rostro con ternura.

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Hell: Bueno, tendré que interceptarte y llevarte con los altos rangos. Un paseo desagradable, por lo que será un "no-no".

Le sonrió de una forma burlona, pero amistosa a la vez. Seguramente ella era producto de algun momento de diversión de alguna bruja. Siempre encontraban casos así, a la deriva, destruyendo o aniquilando.

Hell: Cuéntame de tí, veremos si puedo ayudar

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La observó de reojo mientras regresaba a su trabajo. Tenía razón y al mismo tiempo estaba sumamente equivocada. El papel de martir no siempre funciona. Y si bien estaba de acuerdo que ellos eran la mejor oportunidad de detener toda esta locura, era similar a los 300 espartanos. Sólo un pequeño ejercito, luchando a morir, por una causa que no lograrían.

Kui: Sólo quiero que entiendas que... si Ek hubiese muerto en manos de la agencia, no pensarías en sacrificarme a mí, a Eve, a Nyelo y quién sabe a quién más por intentar destruír algo tan grande como ésto.

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Era claro por qué formaba parte y era el último de los XIII. Su entrenamiento era imperceptible. O quizás simplemente él iba demasiado metido en sus pensamientos para realmente escuchar o ver algún indicio de que le seguían.
Se achicó en su lugar al oírle gruñir, desviando la mirada hacia un lado, como un niño siendo reprendido.

Eve: Estoy haciendo lo mejor que puedo.

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Se dejó abrazar y acariciar pensando en la correcta respuesta, mientras recorría el cuarto con la mirada. Cajones llenos de utensillos, dildos, vibradores, fustas, floggers, disfraces tanto masculinos como femeninos. Suspiró, sintiendo el peso de las palabras al confesarse con alguien por primera vez.

Bei: Es una... especie de dama de compañía. Una compañía muy personal.

¿Altos rangos? ¿Interceptarme? Suspiró, siempre había odiado estar en la ignorancia, pero esto ya era el colmo. ¿Que acaso no deberían haberle entregado un manual? "No-vivo, los y los no."
Se pasó la mano por el cabello, despeinandose mientras volvía a suspirar.

Maigne: Veamos, fui prisionera de guerra hace muchos años, al ser una de las pocas mujeres del pueblo se... diviertieron conmigo, y estuve en una celda por demasiado tiempo. Cuando creí que por fin moriría, me desperté en el bosque, con una cantidad inmensa de cadaveres y estaba así. Nadie me dijo nada, ni vinieron a decirme las nuevas reglas. Solo... estaba "muerta".

Evito detalles, no iría a contarse la historia de su vida, pero inconscientemnte se había aferrado más a la mochila que traía a la espalda.

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Xer: ¿Tienes una mejor idea? No podremos correr toda nuestra vida. Además, de esta forma también estamos exponiendo a los que queremos, mientras corramos peligro, ellos lo harán también.

Pensó en Ek, e, inevitablemente, en Nyelo. Si esto seguía así, no podría volver a verlos jamás, vivirían en una paranoia gigante, y al final, su única escapatoria sería la muerte. Comprendía el planteo de su hermano, también veía las fallas en su pensamiento, pero, debía ser realista. En cuánto los habían dejado entrar en su casa, habían pasado a ser tan culpables como ellos.

Xer: Kui, sé lo peligroso que es, y que quizás me cueste la vida, pero no puedo pasarme la vida corriendo, escapando, escondiendome. -le sonrió, despeinandole el cabello, como si no estuviesen hablando de derribar una agencia de asesinos- además, quiero que seas libre, quiero que puedas tener la vida que quieras, y no tener que estar acatando ordenes.

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Xap: Lo mejor que puedes haces es quedarte a mi lado.

Retrocedió dos pasos, sus ojos demasiado sorprendidos en lo que acababa de decir. ¿Cuándo...? Se calmó enseguida, reprimiendo una sonrisa. Demonios, ¿estaba repitiendo el pasado acaso?
Volvió a acercarse, alzando a Eve en sus brazos (N/A: estilo princesita xD) y caminando de regreso a la casa.

Xap: Entregarte no solucionará nada, de hecho emperoraría todo. Sabes que iría a buscarte para sacarte de sus garras y ahí si terminaríamos muertos los dos.

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Wands: Oh.

Quizás eso explicaba un poco las cosas, sobre todo el cuarto. Debería haberle llamado la atención que un chico de su edad posea tantos artilugios sexuales.
Aún así, no detuvo las caricias sobre su cabello, debía ser difícil confesar algo así.

Wands: Me alegra entonces que nos haya provisto con tantas cosas para divertirnos

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Si, definitivamente sonaba a algo que un necromante hubiese hecho por mera diversión. Posiblemente, incluso, alguno de las tropas que le habían hecho vivir una pesadilla. La observó aferrarse a su mochila, pero decidió que inquirir más de lo que ya había hecho sería resultar demasiado sospechoso. Y no quería tener a más shinigamis involucrados en su asunto. Si, porque desde que la había encontrado, se había convertido en su asunto.

Hell: De acuerdo, ¿qué te parece si te doy de comer? Tengo aquí -tocó su cabeza- una lista de personas a las que SI les ha llegado su hora. Puedes comerte esas almas, nadie las reclamará.

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Dejó que le sacudiera el cabello, aún si le molestaba un poco. Sentía todo esto como un gran deja-vú de cuando eran niños, pero no podía decir exactamente por qué. Miró a su hermana, que parecía mentirse a sí misma para darse valor. Bueno, no intentaría seguir rompiendo su burbuja.

Kui: Espero que tengas razón...

Y volvió a su labor.

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Se había sorprendido demasiado al oírlo, pero decidió tomarlo como si se lo estuviese diciendo a un hermano menor. O a su mejor alumno. Pero al momento de ser cargado, empezó a patalear como la niña de la que siempre se vestía.

Eve: ¡Maldita sea, bajame! ¡Tengo que hacer esto! ¡Yo no tengo futuro, ¿de acuerdo? Ustedes sí! ¡Dejame ir!

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Bei: Dudo que en algún momento de su vida haya pensado que yo utilizaría éste cuarto. He despotricado mucho contra él...

O mejor dicho contra la compañía que solía caer a la casa. O el trabajo de su madre. Suspiró, restregándose contra Wands. Era mejor no pensar en su madre, ni en su vida, ni nada.

Bei: ¿Qué es lo que acabamos de hacer...? ¿Otro secreto más?

Sus ojos se iluminaron unos segundos. Si de todas maneras debían morir... sentía como la culpa se evaporaba de su cuerpo, siempre había odiado tener que alimentarse de almas, un solo error y la persona terminaba muerta.

Maigne: Eso... sería... genial.

Le sonrió, una sonrisa tímida pues no estaba acostumbrada a hacerlo. Tampoco a tratar con nadie, los humanos o salían corriendo o bueno, terminaban como los dos cadaveres.

Maigne: Por cierto, me llamo Maigne.

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Xer: Yo también.

Sino, bueno, sería lo último que se sabría de ella. Tomaba consuelo en el hecho que su hermano estaría a salvo en la casa si algo le llegaba a pasar, si bien de niños su relación había sido algo torpe y hasta inexistente en algunos momentos, ahora lo quería a su pequeño hermano, violador de mascotas.

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Bufó, sin soltarla en ningún momento, ignorando sus pataleos. Cuando estaba seguro que había puesto algo de distancia, la bajó de sus brazos, tomandola del rostro para clavar su mirada en sus ojos.

Xap: ¿Futuro? ¿Quién tiene futuro mientras esa mierda sigue viva? -suspiró, intentando tranquilizarse, le costaba controlar sus emociones cuando parecía que volvía a repetirse su historia- He perdido a todo aquel a quien he querido. Mis padres, mi mejor amigo, incluso la chica que amaba, no pienso perderte a ti también, así tenga que atarte y dejarte encerrado, no voy a perderte Evenge.

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Al sentirse restregandose, lo abrazó con mas fuerzas. Luego, le alzó el rostro y le dio un corto beso, sonriendole.

Wands: Acabo de marcarte como mío. Y eso, no quiero que sea ningún secreto.