Good to you

Hell: Un gusto, Maigne. Mi nombre es Hell, el shinigami. Y estás a punto de disfrutar de un delicioso buffet, a mi cargo.

Comenzó a caminar, chiflando para que su guadaña se transformase en un adorable cachorro correteando a su lado.

Hell: Lo importante de vivir en este mundo es hacer de cuenta que eres parte de él. Puede ser el jodido Frankenstein si quieres, pero si actúas como un monstruo las cosas no dejarán de salirte mal -señaló su guadaña-. Eso, en cambio, hace que los humanos no duden y se sientan tranquilos.

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Siguió tecleando incansablemente, consiguiendo acceso a cada rincón de la red de Cronos. Sabía cada lugar que habían pisado y que pisarían. Sabía todo y cada uno de sus secretos, hasta que...

Kui: Xer... -la palidez en su rostro denotaba el shock de lo que acababa de encontrar- ¿sabías que mamá y papá eran V y VIII? -clavó su mirada en ella-. Aquí dice que... deberíamos ser sus reemplazos...

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Le escuchaba sin realmente hacerlo. Atribuía a cada una de sus palabras un sentido de responsabilidad innecesaria. XIII pensaba en su amada y sólo en ella, pensaba que la historia sería la misma una y otra vez. Pero él no era nadie más que un viejo alumno que tuvo a cargo. Sí, le había ayudado a vengarse y le había mostrado en pocas horas los lados más vergonzosos de sí... pero no tenía relación alguna.
Infló las mejillas, molesto.

Eve: Es Eve. Hace años nadie me dice así. Y no tienes que preocuparte por mí en lo más mínimo.

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Elevó el rostro. Sus ojos brillando de emoción, mientras que su corazón comenzaba a palpitar sumamente acelerado. Era suyo. Como... realmente suyo. Y no lograba... no concebía su felicidad en ese momento.
Comenzó a besar su rostro sin cesar, completamente feliz.

Sentía que al fin estaba obteniendo una merecida clase del más allá, y de comportamientos adecuados. Lo siguió, guardando algo de distancia, pero sin evitar sorprenderse ante el cachorro, realmente parecía solo un perro juguetón y alegre.

Maigne: Supongo que no puedo esconder mi sobrenaturalidad.

Aunque su piel grisasea y sus ojos rojizos no le ayudaban, el principal problema era su aislamiento. No tenía contacto con nadie, sus habilidades sociales se habían reducido drásticamente.

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Xer: ¿¡Qué!?

Se levantó deprisa de la cama, observando detrás de su hermano la pantalla. No había duda, estaba allí, y... oh dios. Se imaginó a ella misma con el tatuaje en números romanos y se estremeció.

Xer: No... tenía idea.

Su rostro había perdido color también. ¿por qué la agencia no los había entonces buscado cuando sus padres habían muerto?

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Xap: Eve, Evenge, eres ambos aunque un nombre haya caido en desuso, y deja de decir que no debo preocuparme por tí, como si fuese algo que tu elijas.

Se sentía completamente frustrado, ¿qué demonios pretendía, que simplemente tuviese un botón que apagase la preocupación? Ya me gustaría eso. Se pasó ambas manos por el cabello, tirando de este levemente. Quizás se estaba desesperando.

Xap: Eres igual que ella, diciendo como no debo preocuparme, pues lo siento, lo hago, como lo he hecho siempre, y con esta situación todavía más. Te metí en este lío y pienso sacarte de el, y no voy a tolerar que actúes como si fueses solo una más para mí.

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Soltaba risitas entre los besos, compartiendo la felicidad de Bei. Ahora realmente podían decir que eran novios, ahora podría incluso hacerle frente a Kui cuando quisiera. Bei era de ella. Se acercó a su oreja, mordiendola levemente y luego susurrando.

Wands: Mio~

La miró unos segundos, para luego volver la mirada al frente.

Hell: Pues, en realidad sí puedes. Quizás si dejaras de caminar toda así -hizo burla a los fantasmas caricaturescos- para pasar a caminar más humana, sería útil.

Le hizo señas de que esperara, caminando hasta frente a una banca donde una señora estaba sentada mirando a la nada. Se acuclilló frente a ella, sonriéndole. Desde lejos podría verse como una charla educada sobre el clima inclusive, pero en cambio era Hell trabajando. Explicando que su hora había llegado, de la mejor manera posible, y la anciana sonriendo y asintiendo.
Fue cuestión de tocar su frente, para que una pequeña esfera saliera y flotase en el aire, libre. Energía pura, ya no era nadie en particular, solo algo que permitia que lo demás se moviese. Recostó a la anciana en la banca, para luego caminar hacia Maigne y entregarle la esfera.

Hell: Come

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Se recuperó rápidamente de su shock, emocionado en cierta forma.

Kui: Xer... es genial. Podrás introducirte, podrás... podremos destruir Cronos con esto.

Debían confiar en ellos, debían demostrar en cierta forma que hacían su trabajo, y Xap podría aniquilarlos. Era el plan perfecto.

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Eve: ¿Una más? ¡Dios santo, XIII fui tu maldito alumno cuando tenia 9 años! ¡No soy nadie aabsolutamente relevante en tu vida!

Se estaba frustrando, y eso no era propio de él. Odiaba a la gente con ese sentido de protección sin sentido. Aunque quizás la palabra no era odiar, sino que no los comprendía y los envidiaba. Él jamás podría hacer eso, salvo ahora. Ahora era lo único que podía hacer.
Intentó esquivarlo y pasar por su lado, retomando camino.

Eve: Déjame hacer lo correcto

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[Perdón, estoy como tildada con ellos D: ]

Le sacó la lengua al ver la forma en que se burlaba, pero incluso ella se río. Quizás además de un curso de sobrenatural, debería tomar un curso de humanidad.
Lo observó trabajar, algo hipnotizada. No pensaba que quitarle al alma a alguien fuese algo tan... puro. Siempre lo había considerado como algo doloroso para el otro, lleno de gritos. Bajó la mirada algo avergonzada, sintiendose nuevamente culpable. Luego, observó la esfera y la tomó entre sus manos, murmurando un leve agradecimiento antes de apoyar sus labios contra esta, y dejar que su cuerpo la absorviese.

Maigne: Realmente eres bueno en tu trabajo.

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No solo podían destruirlo, podían salvar a todos. Podían... Abrazó a Kui. No le importaba si le incomodaba el contacto, le debía una grande.

Xer: Ahora solo hay que buscar la excusa para que me presente como reemplazo, sin crear sospechas.

Se ruborizó enormemente. Pensé en Xap, en sus movimientos, su técnica, su increíble capacidad para asesinar y desaparecer.

Xer: ¿Realmente crees que pueda hacerlo?

Se sentía increíblemente infantil en ese momento. Tan solo era una chica más, nunca podría compararse con los XIII.

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Xap: ¡No!

La tomó por la cintura, apegandola a su cuerpo y abrazandola por la espalda. No dejaría que se vaya. No lo permitiría.
Enterró el rostro en el hombro de Eve, ocultando lágrimas que comenzaban a salir de sus ojos, no quería perderla a ella también, no quería que su legado fuese destrucción y muerte, quería al menos poder proteger a una persona que quería... tan solo una.

Xap: No te vayas... por favor.

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(Estamos destruyendo una empresa de asesinos, y alimentando no-muertos, creo que se entiende xD)

Hell: Bueno, nada que varios siglos de práctica no logren -comenzó a caminar nuevamente, mientras en su mente tachaba el nombre de la anciana-. ¿Sabes? Ojalá todos fuesen así de pacíficos. Sólo los adultos o las personas realmente enfermas te reciben con cierto aprecio. No es que no me guste mi trabajo, pero... ya sabes, no me encanta.

Siempre pensaba que ser humano sería mejor. En varios aspectos. Aunque la inmortalidad era algo a lo que todos apuntaban, luego de unos cuantos siglos, era algo que ya no deseabas.

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El abrazo le tomó por completa sorpresa, pero lo devolvió por unos cortos segundos antes de que ella se separase. Desde hacía tiempo no veía a Xer tan motivada con algo. Quizás desde Ek.

Kui: ¡Claro que puedes! Eras la favorita de mamá y papá

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De detuvo, completamente confundido. ¿Estaba llorando, en serio? Bajó la mirada, clavandola en los brazos en su cintura, apretandole fuerte contra el pecho de XIII. De acuerdo, esto es demasiado extraño. Suspiró, tomando sus brazos, pero sin hacer la fuerza suficiente para separarlo. Quería que fuera por su propia cuenta, que entendiese.

Eve: XIII... sé que eres consciente de que si me dejas ir y entregarme, ustedes estarán a salvo. Piensan que soy el culpable, y en parte es cierto. No tengo nada que hacer, nada por lo que seguir, ¿qué mejor final que dejar al niño raro y trasvestido sin amigos morir heróicamente? -dejó salir una risa que al mismo tiempo ablandó lágrimas-. Estará todo bien...

Maigne: ¿Suelen darte problemas?

Algo más tranquila, se animó a caminar a la par de Hell, siempre con la mirada clavada en el cachorro. Era demasiado extraño que tras un aspecto tan inocente se escondiese algo letal. Luego de reojó lo observó a él, pensando en que detrás de su sonrisa podría esconderse algo realmente aterrador.

Maigne: ¿Qué haces si alguien se... rehusa?

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El sonrojo aumentó, al igual que su sonrisa. Ser una de los XIII, derribar Cronos. Se llevó una mano a su clavícula, imaginando tener su número allí.
Agachó sus orejas, era demasiado, se sentía feliz, y al mismo tiempo horrible, emocionada y aterrada.

Xer: Nunca fui un doble agente antes.

Colaborar con la agencia a la que pertenecía, con el solo hecho de destruirla desde adentro.

Xer: De acuerdo, ¿cómo hacemos? No creo poder tocar la puerta de los cuarteles y listo...

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(Mi Xap esta teniendo un ataque, tendrás que perdonarlo...)

Negó con la cabeza, incrementando el agarre. No. No permitiría que se fuera. Se sentía realmente patético, e iba en contra de todo lo que le habían instruido, todo lo que había prácticado por años, todo reducido a nada. Por segunda vez.

Xap: Yo te considero mi amigo, y no soportaría que te entregases. No me interesa que sería lo "fácil" o que me pondía "a salvo", jamás me interesó eso, o no me habría ido de Cronos. No dejaré que te entregues.

Hell: A veces sí... -miró a Maigne como si la pregunta fuera demasiado obvia- Si se rehusan, mi guadaña se encarga de ello. Es un buen cazador, por suerte.

Las marcas de mordidas o desgarramientos no se veían en el mundo humano. O por lo menos, no los humanos reales, lo cual era una gran ventaja.

Hell: Desde que has recobrado la vida, ¿has decidido vagar chupando almas? ¿No te sientes como una especie de mosquito super desarrollado?

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Le daba gracia como su hermana reaccionaba. Parecía más que fuese a una excursión estudiantil que a una misión de vida o muerte. Se giró a la computadora, reescribiendo algunos codigos, para finalmente girarse a su hermana.

Kui: Listo, ya eres VIII. Extrañamente estabas en "proceso de aprovación" por lo que sólo falta que te contacte la agencia y decidan tatuarte.

Aunque quería descubrir por qué se encontraba en ello, mientras que él tenia la palabra "testeo" al lado de sus datos.

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Oh, dios santo, ésto es demasiado... Ahora entendía por qué Cronos se interesaba primordialmente en borrar emociones. Para que éstas cosas no pasaran. ¿Dónde estaba el XIII que le había enseñado a no llorar cuando le golpeaban duro? Comenzó a forcejear con sus brazos en un falso intento de liberarse. Lo cierto era que le agradaba sentir que era importante para alguien.

Eve: De acuerdo, ésto es raro, XIII... Estamos cerca de Cronos, II tenia un amorío conmigo, supuestamente le maté y ahora me estás sosteniendo como si no hubiese un mañana... se malinterpretará la historia -intentaba tomarlo a gracia para aligerar la situación-. Y creeme, no quieres que malinterpreten conmigo en medio.

Maigne: Peor que eso... He intentado matarme de hambre varias veces, pero siempre termino entrando en un estado de frenesí y causando desastres.

La verdad que no sabía que hacer mas que sobrevivir cada día. No tenía un "trabajo" como Hell, ni algo que hacer, su vida era bastante aburrida, la inmortalidad deseada no era para ella.

Maigne: Sonará patético, pero nunca pensé que podría hacer algo más.

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Su hermano era realmente increíble. Preferida de sus padres y un comino, no sería nadie sin Kui. Ahora solo debería esperar, y fingir realmente bien. ¿Estaba mal que estuviese tan emocionada?

Xer: ¿No puedes hacer lo mismo contigo?

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Xap: ¿Y? Yo soy raro, es normal que mi comportamiento sea inusual.

¿Qué clase de persona no sentía deseo sexual hacia otros? ¿Quién tenía una novia y no la estrolaba contra la pared a cada hora? Él era raro, y lo sabía, no le importaba que consideren rara la situación.

Xap: No me interesa lo que estén malinterpretando o no, me importas tú, y tu bienestar, y no me avergüenzo de que así sea.

Hell: Bueno, la única forma en que realmente mueras es en manos de un ser sobrenatural. Como yo -la observó para luego sonreírle-. Pero me caes bien, y no quiero matarte.

Observó el camino frente a él, que comenzaba a adentrarse en el bosque. Estaba demorando más tiempo del usual, porque su nueva compañía le era divertida. Es decir, nunca te encuentras un híbrido a medio camino de una matanza.

Hell: Supongo que los que son como tu no tienen mucho por qué vivir.

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Negó con la cabeza, señalando la pantalla.

Kui: Dice que estoy siendo testeado. Además, si cambiase ambos estados, sería sospechoso.

Y, a diferencia de ella, ese título no le causaba ningun placer, aún si fuese falso. Ni ser reemplazantes de sus padres, ni el terminar siendo uno de los nuevos XIII.

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Eve: De acuerdo, he entendido, no te importa. Pero a mí sí, sueltamente.

Jadeó, cansándose de forcejear contra XIII. ¿Por qué le sostenía con tanta fuerza, maldita sea? El primer momento se sintió bien, le subía un ego innecesario. Ahora realmente podrían ser interceptados. Pero no era solamente eso lo que le incomodaba, sino la extraña cercanía con XIII. Ese contacto físico era... inusual para gente como él.

Eve: Suelta, diablos -golpeó con su puño, sin fuerzas, a los brazos en su cintura-. ¿Qué tengo que hacer para que me dejes?

Quedó callada, sin saber como responder. Siempre se preguntaba como alguien como era podía morir, y que pasaría si su cuerpo fuese destruido, pero no Demian. ¿Viviría todavía?

Maigne: Supongo que no, sobre todo cuando eres alguien que no sabe tratar con las personas. -se detuvo unos segundos, apresurando el paso al ver que se quedaba rezagada- ¿quieres decir que hay otros como yo?

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Xer: Me hubiese gustado tenerte de compañero.

Se sentó nuevamente en la cama, tomando mechones de su cabello que estaba ahora algo más largo de lo que usualmente lo llevaba. Estaba emocionada, y las preocupaciones pasaban a un plano menor, aún si todavía sabía que estaba colocando el cuello directamente en la guillotina y rogar que no la decapitaran hasta el momento indicado.

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Xap: Tienes que prometerte que no te entregarás, que buscarás vivir y que me dejarás ayudarte. Sino, no voy a soltarte, no importa cuanta fuerza hagas o cuánto termines odiandome. Quiero que vivas.

¿Por qué le costaba tanto entenderlo? Ya no soportaría perder a más personas, ni ver como alguien con un futuro lo tiraba por la borda por protegerlos.

Hell: Está lleno de gente como tú. Rezagados por culpa de brujas o nigromantes. Algunos que simplemente no era su turno de morir y el alma se rehusa a abandonar el cuerpo. Incluso hijos de seres paranormales con humanos. No eres tan única, si eso te hace feliz.

Y sabía que lo haría. Ninguno de los "rezagados" era feliz sintiendo que eran los únicos en esa condición.

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Kui: Todo un halago, hermanita

Tecleó un par de cosas más, viendo como en la pantalla cada una de sus misiones aparecían con puntuaciones y cosas "perdidas". Parecían pantallas de videojuegos. Chasqueó la lengua, para luego observar información importante.

Kui: Aquí dice que esta noche se reunirán en la sala Magna de Cronos.

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Suspiró, resignandose. ¿Qué podía hacer él, en shorts de mujer, remera de mujer y cansado por una pesadilla contra uno de los XIII? Y no uno cualquiera, sino el mismísimo XIII, el último en ser entrenado, son las fallas de los anteriores XII. Ésta vez bufó sonoramente.

Eve: De acuerdo, tú ganas. No más sacrificio heróico para el travesti. ¿Contento?

Era horrible sentirse feliz al saber que no era la única. No le desearía su condición a nadie, pero se sentía menos sola, menos incomprendida. Así que su estado era culpa de una bruja, o algún nigromante aburrido. Sonrió amargamente, no sería la primera vez que alguien jugaba con ella.

Maigne: Gracias. ¿Acaso te estoy impidiendo trabajar? Dime si necesitas que me vaya.

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Xer: ¿Crees que debería ir?

Estaba absorta observando la pantalla y los dedos de su hermano volar sobre el teclado. Ella podía entrar y salir por cualquier recoveco, pero ni en sus sueños sería tan eficaz con la tecnología.

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La soltó por fin, girando para verle el rostro, acariciandole la mejilla.

Xap: Contento.

Desvió la vista hacia los árboles y luego hacia el camino. Quizás se habían excedido demasiado tiempo.

Xap: Deberíamos volver, no me gusta exponernos.

Movió la mano, como espantando una mosca invisible. Hacía siglos que no se tomaba su tiempo en hacer el trabajo sucio.

Hell: A decir verdad, pensaba decirle a mi guadaña que buscara las almas restantes y las trajera -se agachó, llamando al pequeño cachorrito, que se transformó rápidamente en un enorme lobo de dos cabezas. Sostuvo ambas en las palmas de sus manos, para luego ponerse de pie y ver como su mascota emprendía una carrera desenfrenada-. Seguramente en poco tiempo regresa.

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Kui: Si, realmente lo creo. Necesitamos tanta información como nos sea necesaria. Sólo recuerda: finge que odias a Eve y por todo lo que quieras... cuidate

Cronos era una sede hecha para evitar escapes de cualquier tipo. Sabía que su hermana era ágil, pero ésto no era un juego, no era un entrenamiento, era la realidad. Y pendían de un hilo.

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Lo miró hastiado. ¿En serio? ¿Miedo a ser expuesto? ¡Estuvo llorando en su espalda gritando que no se fuera! Comenzó a caminar a paso acelerado, dando fuertes pisotones. Estaba molesto, era... era inconcebible.

Maigne: Me siento algo culpable de tomar las almas que recolectas.

Aunque no sabía que uso les daría él, o si simplemente dejaría a las esferas flotando, esperando que un ser como ella las devorase.

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Le sonrió levemente, asintiendo. No subestimaría a Cronos, no se confiaría, necesitaba toda su atención y trucos para mezclarse.

Xer: Permiso, iré a cambiarme.

Necesitaba prepararse, y a una reunión en el aula Magna, no podría llegar de pantanlones holgados y una remera simple.

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La observó marchar, siguiendola detrás. Sabía que su comportamiento era inusual, extraño, quizás hasta molesto, pero realmente prefería a Eve viva. Confundida y enojada, pero viva.

Hell: Si no las tomas tú, las tomaré yo. Pero... -se acercó a ella, lo suficiente como para susurrarle-...yo tengo una novia sexy que puede darme de comer infinitamente -se separó haciendo un gesto de silencio, para luego reír.

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[Expresate todo lo que desees sobre ésto - Kui's out]

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Caminó rendido unos minutos, para finalmente comenzar a zigzaguear y luego saltar al árbol más cercano... y retomar su camino a Cronos tan rápido como le fuera posible, intentando perder de vista a XIII. Él no lo entendía, estaba siendo egoísta, no pensaba en el bien general de la misión que tenian ahora. Entre morir uno y que muriesen todos, era obvia cual debía ser la respuesta.
Más rápido, más rápido, vamos Eve, siempre fuiste el más rápido.

Bufó, sintiendo envidia. ¿Acaso esa novia sería un ser paranormal también? No, debía ser humana si le daba de comer. ¿Cómo era posible que un humano no saliese corriendo ante eso?

Maigne: No niego que te envidio. Pero tendría miedo de acabar mi reserva, ¿no tiene límite alguno? ¿Cómo alguien tiene tanta comida para dar?

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(Pensaba esperar, para que el tiempo también pase para Eve y Xap, por primera vez con dos situaciones estamos en el mismo espacio temporal xD)

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Resopló por lo bajo. Perfecto, nuevamente debería volver a ser un gato corriendo a un ratón.

Xap: Si tiene que ser por las malas.

Sacó la pistola de su bolsillo, disparando una bala. No le daría a Eve, había apuntado al tronco del árbol a donde saltaría luego, dándole el tiempo suficiente para alcanzarla e impedirle el paso.
No dijo nada, solo se limitó a observarla en silencio. No se le escaparía, no la dejaría.

Hell: Es mi conexión. Los shinigamis y los recolectores de almas tenemos conexiones humanas, vivimos de ellas, y ellas en cierta forma de nosotros. Nunca se acabaría mi reserva.

La observó unos segundos, para luego sonreír.

Hell: Pregunta todas tus dudas, adelante.

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[Okey :3 ]

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No pudo evitar pisar en la rama que había recibido el disparo, casi cayendo de bruces. Se agarró de una a medio camino, jadeando. Estaba demasiado cansado para mantener todo su peso en esa posición. Maldijo mentalmente, mientras veía de subirse a la rama a toda costa. Debía seguir, debía seguir..

Maigne: ¿Quienes son los "altos cargos que mencionaste antes? ¿Qué es un recolector de almas? ¿Solo los shinigamis y los recolectores pueden tener una conexión?

Bajó la mirada, controlando su lengua. Habían salido las preguntas de su boca antes de que pudiese plantearse si no estaría invadiendo su privacidad.

Maigne: Lo lamento, es la primera vez que alguien se detiene a explicarme las cosas...

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Xap: Esperaba no tener que hacer esto. Pero no me dejas opción.

La tomó por las axilas, subiendola hasta la rama en la que estaba él, y luego se la cargó al hombro, sin perder tiempo y corriendo entre los arboles. Era una persona testaruda, siempre lo había sido, pero esto ya superaba el límite.

Hell: Bueno, yo no conozco a los altos rangos, pero sé que existen. Es como Dios y el Diablo, solo que... menos particular, supongo. Son varios, comparten el poder, deliberan -pensó durante unos segundos en ello, para luego avanzar-. Un recolector de almas es alguien que hace un trabajo similar al mío, sólo que se encarga de situaciones más específicas. Como otros seres paranormales, nuestras almas no se deterioran, como las humanas. Y si, somos los únicos con conexiones.

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Comenzó a patalear sin poder creerselo. Ni cuando era niño había sido tan... humillado. Le golpeaba la espalda a XIII con fuerzas, esperando aunque sea hacerle daño físico. Para finalmente cruzarse de brazos, dejar caer su cabeza y comenzar a molestarlo como sólo Eve sabía.

Eve: Si tanto querías tener mi trasero en tu cara, XIII, me lo hubieses dicho. No me hubiese rehusado, sabes.

Su boca se abrió en una expresión de asombro. Su mundo era más complicado del que creía, no era solamente una aberración del destino, algo que había salido mal. Sino que había todo un mundo, al cual, en cierta forma, pertenecía.
Silbó al oír lo último.

Maigne: Que envidia... me encantaría tener una conexión. Debe ser genial.

Alguien que esté a tu lado, que te alimente, que te comprenda mejor que nadie. Su mirada se volvió algo triste luego, incluso si se pudiese tener una, no creía ser digna de ella. Solo echaba a perder todo.

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Xap: Aja. Bien, al menos ya se que puedo tener tu trasero en mi rostro siempre que quiera.

Dió un leve salto, acomodando el cuerpo de Eve. Le costaría caro, y lo sabía, pero ¿qué iba a hacer? Razonar no servía, y tampoco podía estar correteando todo el día hasta que se decidiera volver.
Suspiró, al fin llegando a la casa de Xer, entrando por la ventana de su cuarto... para ser recibido con un leve gruñido.

Xer: ¿Qué se suponían que hacían ahí afuera los dos? ¿Qué no saben lo peligroso que es?

Xer suspiró, sin preguntarse por qué estaban en esa extraña pose, no se metería en eso. Se limitó a rodear a Xap para quedar frente a Eve, sonriendole. ¿Por qué tan molesta?

Xer: Eve, necesito tu ayuda, doy asco con la ropa.

Al notar el cambio en su mirada, llevó una mano a su cabello y lo despeinó.

Hell: No siempre es bueno tener una conexión. Es alguien que sabe todo de tí, como te sientes y si estás o no en peligro. Si yo muriese, ella se volvería una vacía. No tendría sentimientos por nada y buscaría morirse. Si ella mueriese... yo simplemente desaparecería.

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Se sonrojó al oír su respuesta, golpeando nuevamente su espalda en venganza. Si no lo admirara tanto, seguramente le achuchillaria. Pero su peor vergüenza fue verse en esa posición frente a Xer. Ella no tendría problemas en hacerle burlas. Bufó, para luego sonreír flasamente llena de alegría.

Eve: Pues claro ~ Sólo dile a XIII que luego puede seguir con sus ataques pervertidos, ya sabes, parece que quiere que mi trasero le pertenezca y no quiere bajarme

Aún si fuese así, todo en la vida conllevaba riesgos, y dudaba que Hell fuese alguien fácil de matar, o que dejaría que llegasen a su conexión facilmente. Tenían suerte, al menos estarian acompañados.

Maigne: Toda rosa tiene su espina. Pero debe ser lindo llegar a los brazos de alguien que te acepte completamente.

Se reacomodó el cabello con los dedos, suspirando luego. No debía preguntar. No debía, no debía y...

Maigne: Si tu eres inmortal... ¿Qué ocurre con ella? ¿Sigue creciendo?

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Chasqueó la lengua, depositandola con cuidado en la cama de Xer. No dijo nada, no quería ni preocuparla, ni exponer a Eve, si algo iba a funcionar entre los 4, debían confiar mutuamente.

Xap: Disculpa, es que no pude resistirme.

Sonrió falsamente, sentandose nuevamente a los pies de la cama. No era estúpido, y Xer no podría detener a Eve si nuevamente intentaba escapar.

Xer, por su parte, pretendió no ver la escena. No comprendía qué sucedía entre ellos o por qué ambos tenían una actitud diferente a la usual, pero supuso que preguntar solo empeoraría la situación. Lo mejor sería intentar distraer a Eve, con una de sus cualidades: ropa, moda y verse bien.

Xer: Se supone que debo verme elegante, pero no tengo idea de como lograr eso.

Hell: Si, ella sigue creciendo -sonrió amargamente. Era algo que quería remediar, pero no sabía cómo-. Eso es, quizás, lo más malo de todo...

Suspiró, deteniéndose, mientras esperaba a su guadaña que seguramente llegaría en cualquier momento. De repente comenzó a extrañar a Cam como nunca.

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Bufó al caer sobre la cama, maldiciendo en voz baja al ver que no se iría. Era claro que no lo dejaría escaparse. Decidió sacar lo mejor de sí. Si no lo dejaba cumplir con su parte, entonces le haría pasar vergüenza.
Caminó contoneando la cintura cerca de su rostro, para luego arrodillarse provocativamente frente a su bolso, con el trasero en dirección a XIII.

Eve: Veamos ~ No puedo prestarte ropa interior, porque seguramente XIII querrá que la modele para él. Pero seguramente éste vestido te quedará genial. Pruébatelo.

Se lo extendió, sonriéndole. Era uno de sus vestidos favoritos. Negro, con encaje a los lados del cuerpo. Decía "femme fatale" en todo su esplendor.

Maigne: No debí preguntar.

Ella y su bendita curiosidad. Debería aprender a cerrar la boca tarde o temprano. Se detuvo con él, observandolo, claramente sus pensamientos habían tomado otro rumbo.

Maigne: No tienes que quedarte conmigo, haz hecho más por mí en este rato que nadie. Ahora al menos entiendo que soy.

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Revoleó los ojos, bufando sin poder contenerse. Esa fijación con usar su cuerpo como arma, y si él fuese cualquier otro hombre, incluso chica, entonces funcionaría y estaría terriblemente sonrojado. Pero, para desgracia de Eve, era Xap, XIII, el "raro".

Xer sonrió por lo bajo al ver el rostro de Xap, tomando luego el vestido entre sus manos. Los observó unos segundos, dandoles la espalda y cambiándose. Solía cambiarse con Eve de chicos, y Xap, bueno, él realmente no era un problema (N/A: Oh si, Xer sabe~)
Cuando lo tenía puesto, dio una vuelta, observándose. Se veía... extraña.

Xer: ¿Qué dices?

La miró unos segundos en duda, para luego sonreirle.

Hell: Mañana volveré, ¿de acuerdo? -le sacudió nuevamente el cabello- Mi guadaña vendrá a darte las almas, luego volverá conmigo. Nos veremos, trata de mantenerte a salvo, y ya sabes -le guiñó un ojo- disfrazada.

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La observó cambiarse, para luego sonreir al ver lo lindo que el vestido le quedaba. Observó a XIII para golpearlo con el codo, esperando que dijera algo.

Eve: Creo que ese vestido queda fantástico. Quizás debas llevar a XIII contigo como compañía, ya sabes. Por si algo sucede.

Intentar quitarselo de encima sería lo mejor para tener una abertura en su plan.