Under cover of darkness ~

(N/A: ¿Avanzamos tiempo? ¿Cambiamos? ¿Qué hacemos?)

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Sonrió, tomándola de la mano, para hacer sólo un par de pasos hasta llegar a su apartamento, a donde entraron a una velocidad descomunal. El casero era simplemente demasiado chismoso, y se imaginaba la cantidad de rumores que saldrían si los veía (N/A: Por cierto, es vecino de Connan). Aún recordaba los rumores sobre su vecina... que terminaron siendo ciertos, pero eso no le daba derecho de difundirlos.
Observó a Seiko, sonriendole.

Stred: Siéntete como en tu casa... lo cual, ahora es

(Tu drama, tu decides :K)

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"casa"
No había tenido una casa en mucho tiempo.
Sonrió, acariciando la pared con la yema de los dedos, sintiendose tranquila, verdaderamente tranquila. Recorrió con la mirada el lugar, dejando que el calor y el aroma del lugar la invadiesen, inspirando profundamente y luego mirando a Stred.

Seiko: Gracias

(N/A: Bueno, la sigo XD)

*Pasados 20 minutos*

Abrió sus ojos, aún cansado. La luz le dio un pequeño dolor de cabeza; casi se había olvidado donde estaba. Gruñó, sentándose, para luego mirar a Conn. Se veía extraña, diferente a antes. Miró a su alrededor, no viendo a nadie, para luego volver la mirada a ella.

Yure: Lamento haberme quedado dormido... ¿te hice daño?

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Sonrió ampliamente, caminando hacia la cocina. Debía preparar algo para cenar, ya era demasiado tarde para pedir algo de comer.

Stred: No necesitas agradecerme, sólo disfruta la estadía. Por cierto, ¿qué quieres cenar? no es que sepa cocinar la gran cosa, pero puedo defenderme...

...O preguntar a su vecino, claro.

En todo ese tiempo no había podido aclarar sus dudas. Y de hecho podía sentir lo que podía ser catalogado como un enojo formandose.
¿Cuando había aprendido a mantener sus emociones tan controladas?
¿Daño? Ciertamente la había hecho pensar mucho, sin llegar a ninguna conclusión. No le respondió. En cambio, se quedó con la mirada al frente unos minutos.

Conn: Hablas del sufrimiento de Len... pero tú no has superado a Dal.

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Seiko: ¿Puedo cocinar yo?

Cuando era todavía una adolescente normal le encantaba cocinar. Estaba pensando en seguir una carrera de chef, se pasaba horas en la cocina y buscando nuevas recetas.
La idea de retomar ese pasatiempo le hacía sonreir.

La observó absorto unos segundos, para luego dejar salir una risa. Le parecía bobo y gracioso oír eso de Conn. ¿Cómo había llegado a esa conclusión?

Yure: ¿Y qué si no es así?

De todos modos, no entendía el problema de ello. ¿Era por eso que ella estaba así?

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Stred: Claro

Cedió su lugar en la cocina a Seiko, colocándole un delantal. No se hubiese imaginado nunca que ella podía cocinar, pero el mundo estaba hecho de sorpresas, ¿o no?
Sonrió, ahora de pie a un lado, observándola.

Soltó una risita, sintiendose desconectada, sin entenderse bien. Ese enojo mitigado seguía allí, como un fuego lento.

Conn: Me llamaste Dal justo antes de quedarte dormido.

¿Por qué le estaba contando eso? No lo sabía. Las palabras simplemente salían de su boca.

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Su memoria, a pesar del tiempo transcurrido, no le fallaba, y pronto estaba colocando ingredientes, cortando, picando y agregando sabores. Se movía con facilidad, semi hipnotizada por lo que hacía, recordando viejos tiempos.
Solo se detuvo cuando tuvo que dejar a todo cocinandose, encogiendose de hombros.

Seiko: Antes solía cocinar todo el tiempo

Se sorprendió repentinamente. ¿Le había dicho Dal? Bajó la mirada; nunca supuso que hablaba realmente dormido. Es decir, Len nunca se lo dijo, de las veces que compartieron cuarto.
Suspiró, volviendo la mirada a Conn. Parecía que ocultaba algo, pero ¿qué?

Yure: ¿Te molestó que hablando dormido te dijera Dal? -se encogió de hombros- He dormido en sus piernas muchas veces, puede ser simplemente eso, un recuerdo de mi inconsciente

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Stred: Entonces espero ansioso poder comer

Nunca había sentido tan deliciosos aromas en su casa. Siempre cocinaba para él, quizás para algun amigo. Cosas simples, nada lujoso. Pero eso... olía exquisito.

¿Le había molestad? Sí. ¿Por qué? Demasiadas preguntas, demasiado sentimientos. Suspiró, dandose por vencida. ¿Qué importaba?
Le sonrió, volviendo a la normalidad.

Conn: No tiene importancia, olvidalo

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Seiko: No esperes mucho... mañana puedo hacer las compras y cocinar algo que realmente valga la pena.

Y volver a buscar sus recetas y recuperar su conocimiento

Frunció el seño al oírla. "No tiene importancia, olvídalo". Pero ella estaba molesta, y no entendía. Y quería entender, sobre todo si era algo que le involucraba.
Se puso de pie, tomándola de la muñeca, obligándola a caminar a un callejón oscuro. En medio de éste, ya seguro de que nadie pasaría, la acorraló contra la pared.

Yure: Dime qué diablos tienes.

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Sin poder resistirse, se abrazó a su espalda, apoyando la cabeza sobre su hombro. Recordaba abrazar a su madre por la espalda cuando ella cocinaba. O a su padre abrazándo a su madre, agradeciéndole por la comida. Sonrió levemente. Siempre había extrañado esos gestos "familiares".

Stred: Me encantaría que cocinases, gracias Seiko..

Su corazón comenzó a latir apresurado, aunque no era miedo lo que sentía. Y sabía que Yure podría sentir ese pulso así que se dispuso a soltarse de su agarre.
Podría mentirle, provocarlo y volver a testear los límites. Podría.
Pero simplemente suspiró y agachó la cabeza.

Conn: No lo sé. No tengo idea

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Se dejó abrazar, sonriendo. No solo era agradable, también podía sentir que no era la única que sentía ciertas faltas.
Sin moveserse demasiado colocó la comida en los platos y le entregó uno a Stred.

Seiko: Buen provecho~

Se separó de ella, bufando y sacudiendo su propio cabello. Le recordaba a Riz, a esos sentimientos que ella decía tener por él, pero que a él le eran imposibles de entender y corresponder.
Volvió la mirada a Conn, la cual había retirado no hacía más que un par de minutos, sin saber exactamente qué decirle. "Creo que gustas de mí". "Estoy casi seguro, otra chica sufrió eso y sé como se comportaba". Desvió la mirada nuevamente, volviendo a pensar en Riz por unos segundos.

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Tomó el plato completamente gustoso, separándose de Seiko. Casi sin pausas, comenzó a comer. Diablos, había años no probaba comida tan rica. Desde su madre, quizás.

Stred: Es increible...

Podía ver su rostro ir cambiando con los distintos pensamientos hasta llegar al mismo resultado que ella. ¡Pero no era verdad! Quizás había sentido un poco de celos, sí, pero no... no sentía eso por él.

Conn: Sé lo que estas pensando. No. No es eso. Eres mi amigo, nada más.

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Se ruborizó un poco, comiendo ella también. Más que el gusto, le importaba el calor. Disfrutar de una comida abundante y caliente era un privilegio.

Seiko: Me alegro que te guste. Puedo cocinar todos los días si gustas... como agradecimiento

¿No era eso? La miró con cierta duda. Quizás debería testearlo, ¿no? Aunque se arriesgaba a que ella se molestara... más de lo que ya estaba.

Yure: Estaba pensando en otra chica, que si gustaba de mí -se encogió de hombros-. Pensaba dónde estaría ahora.

Fingió naturalidad, mirando a Conn.

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Stred: No debes preocuparte de eso.

No la había llevado de mucama o de ama de casa, sino para que se sintiera a gusto. Además, no podía permitir que ninguno de sus amigos probara esa comida o no volverían a irse.

Se encogió de hombros, actuando indiferente. Dos podían jugar ese juego, y era extremadamente buena ocultando sus emociones... las cuales todavía no sabía cuales eran.

Conn: Quizás haciendo lo mismo que Len, encerrarse en el cuarto de su amiga y superarte

Le sonrió, soltando una risita.

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Seiko: ¡Pero me gusta cocinar!

Calló rápidamente, encogiéndose en su lugar levemente. Él le habría las puertas y ella ya estaba pidiendo cosas. Se volvió a ruborizar, tartamudeando al hablar.

Seiko: Yo, perdón, no... -respiró hondo- si no quieres, no lo haré

No pudo evitar dejar salir una risita. Definitivamente no podía comparar a Conn con Riz. Una de ellas jugaba a ser la chica dura, mientras que la otra realmente lo era. Riz, de hacerle algo así, quizás hasta lloraría.

Yure: Debe haberme superado hace tiempo, no soy tan dificil de olvidar

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Le palmeó la cabeza con cuidado. No entendía bien lo que pasaba por la cabeza de Seiko, a decir verdad. Tan temerosa, con él. Como si fuese capaz de hacerle o decirle algo.

Stred: No es que no quiera, sino que no quiero aprovecharme. No te traje de ama de casa, sino para que te sintieras a gusto, ¿sabes?

Conn: No vuelvas a ponerte en modo "no soy nada, no soy nadie" porque podría pegarte.

Lo empujó para que la dejase salir, no le gustaba estar acorralada y caminó hacia la salida del callejón.

Conn: ¿Seguirás con el interrogatorio o puedo ir a comer yo también?

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Seiko: Oh

Definitivamente debería aprender a tratar con personas nuevamente. Y entender que no todos querían lastimarla.
Suspiró, sintiendose algo tonta, y al mismo tiempo aliviada. Rió.

Seiko: Me siento a gusto, no cocinaría con ese papel. Simplemente me gusta

Iba a decir algo, comenzando a seguirla, cuando una corta daga se cruzó frente a su cuello. Se mantuvo inmóvil, sintiendo como alguien tiraba de su capucha dejándolo expuesto. Oyó un gruñido poco placentero a su espalda, sintiendo el tacto que el filo de la daga le podía proporcionar.

Ruettu: ¿Qué intentabas hacerle a la señorita?

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(/ *^*)/ NADA ~

Conn: ¡Hey!

Se lanzó hacia delante, forcejeando contra la mano que sostenía la daga, intentando alejarle del cuello de Yure.

Conn: Sueltalo

Soltó un gruñido, por lo dificil de maniobrar teniendo el cuello de Yure en la línea de fuego

Separó su cuchillo al reconocer a Conn. ¿Era ella? ¿Estaba en peligro? ¿O era todo un malentendido? Pero ese ser, esos seres no eran de fiarse...
Yure tosió, haciéndose a un lado. ¿¡Qué diablos era eso!? Se llevó la mano al cuello, sin sentir ninguna herida, observando fijamente al muchacho, que no quitaba la mirada de encima

Se quedó callada y quieta, analizando al sujeto en frente de ella. Lo conocía. ¿De dónde? Lucho por encontrar su nombre, el cual apareció en cuanto su olor llegó a ella. ¿Cómo había podido olvidarlo?

Conn: ¡Ruettu!

Volvió a lanzarse hacia delante para abrazarlo, sonrojada. ¿cómo debería saludarlo?

Se sorprendió un poco ante el gesto, pero le correspondió el abrazo gustoso. Inhaló el aroma de su cabello, sin dejar de sonreír. Hacía tiempo no se veían.
Yure observaba sin entender nada. Le amenazaron de muerte, y lo seguido que veía era a Conn saltando a abrazar a su agresor.

Yure: Si, sería genial entender algo... Mi vida estuvo en riesgo

Aunque no realmente.
Ruettu se separó con cuidado de Conn, mirando al demonio. Parecía un demonio jóven, ¿qué diablos hacía en la ciudad? Miró a Conn nuevamente, buscando heridas o maltrato alguno, pero no encontró nada de ello.

Ruettu: Debo suponer que él es tu acompañante esta vez...

Conn: ¿Quién él?

Soltó una risita. De acuerdo, quizás estaba disfrutando de la situación más de lo que debería. ¡Pero él la había arrastrado, acorralado e interrogado!

Conn: No, es solo un amigo... Sí, tengo los amigos más extraños.

Se giró hacia Yure, sin apartarse de Ruettu. Era cierto que lo había extrañado.

Conn: Ruettu, él es Yure. No te preocupes, es inofensivo

Ruettu se acercó a Yure, completamente serio, mientras que éste le observaba con cara de pocos amigos. Ambos se dieron la mano, con cierto odio en la mirada.

Ruettu: Un gusto. Ya oíste, soy inofensivo

Yure: Creo que se refería a mí, soldadito de plomo.

Pasó la mirada por ambos, sin poder reprimir la sonrisa. No sabía si reirse o actuar como si estuviese preocupada. Pero no tenía deseos de empezar una pelea, así que sería mejor evitar que se mirasen mucho.

Conn: ¿Qué te trae por aquí Ruettu?

Ruettu: Estoy viviendo por aquí.

Yure: ¿Ah, si? ¿En los callejones abandonados? Qué triste. ¿Quieres algo de cambio?

Ambos se gruñeron entre sí, sin quitarse los ojos de encima. Ambos sentían que el otro era una molesta, ambos tenian deseos de desencadenar una pelea en ese mismo lugar.