Under cover of darkness ~

Había descubierto una manera de camuflarse entre la gente. Le era incómoda y molesta, pero se sentía mucho menos aislado que estando en su casa en medio del bosque, aún si ésta suponía darle la libertad que necesitaba.
Unos jeans holgados y una sudadera con capucha para cubrirse el rostro tanto como le fuera posible. Las manos en los bolsillos, los pies cubiertos. Y música a todo volumen, de un artefacto que le había resultado tan extraño cuando lo encontró y que ahora le simplificaba demasiado la vida.
Oyó su estómago gruñir y decidió detenerse en el puesto de comida de Neopia Central, observando el enorme cartel con opciones.

Yure: Diablos...

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(N/A: Acá presento a Stred C: )

Salió del local, estirándose y bostezando. Había pasado unas largas seis horas ahí, conocido a mucha gente y diseñado muchos bocetos para tan poco (¿o mucho?) tiempo. Era hora de su merecido descanso.
Se sentó en la entrada, con un cigarrillo, mirando a la gente pasar. Vaya día ajetreado había tenido por el momento, y sin embargo las calles peatonales estaban vacías.

Era su día libre. Y como tal, ella se disponía a pasear y evitar a la gente. Trabajar todo el día atendiendo a borrachos, pervertidos y peleadose con quienes no tenían dinero, la dejaba agotada y arisca. Ese lugar se estaba llevando lo mejor de su personalidad.
Suspiró.
Llevaba un sweater lo suficientemente grande como para tapar el short que traía puesto, dejando expuestas sus largas piernas. Estaba sentada, observando a los extraños pasar, cuando vio una figura extraña, completamente cubierta, observando un cartel.

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Cubierta con una capa, avanzaba por las calles, evitando las más pobladas. Sabía que de no cubrirse, la gente chillaría espantada y le arrojaría con lo que tuvieran a mano.
Todo culpa de ese maldito embrujo. Sus muñecas ardían cada vez que pensaba en esos dos simbolos que tenía grabados.
Y por eso estaba allí. Le habían dicho que había tatuadores por la zona.
Sabía que no haría nada, que la magia no se iría, pero si al menos podía cambiarle la apariencia... sería feliz. Así que iba por los locales, observando el nombre, buscando alguna pista.

(Es Seiko, una kou mutante)

Era la primera vez que hacía algo así. ¿Cómo se suponía que funcionaba? ¿Elegías algo y te lo daban? Debías pagar por eso, ¿no? De repente se empezó a llenar de gente, provocando que se sintiese más aterrado que antes.
Decidió finalmente ignorar su hambre, encogiéndose en sí mismo, alejándose de allí a paso acelerado. Sus ojos amarillos, recorriendo el lugar con rapidez, intentando evitar que le descubriesen.

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Se recostó sobre la corta escalera de la entrada, mirando al cielo. Quería salir a caminar, dejar de trabajar un poco. Pero... sin trabajo no hay dinero, ¿no? Se rascó la nuca, terminando de fumar el cigarrillo, para luego estrujarlo en un rincón de la escalera junto con muchas otras colillas.
Arrojó el humo, sin quitar la mirada del cielo. Comenzó a tararear una canción, sintiendo deseos de tocar la guitarra repentinamente.

Tenía miedo, la gran cantidad de gente le ponía nervioso. O eso podía descifrar por sus movimientos y su rapidez al alejarse. ¿Escondía algo?
Se levantó y caminó hacia el lugar, pidiendo una hamburguesa. Pagó por ella y siguió el camino del extraño asustado solo por una razón:
Alguien, hace mucho tiempo, había hecho lo mismo por ella.
Esbozaba una sonrisa a medida que se acercaba a él, hasta tirarle de la sudadera para atraer su atención.

Conn: Disculpa...

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Escuchó a alguien tarareando. Una persona significaba peligro, pero también la oportunidad de dejar de buscar sin éxito. Se acomodó mejor la capa, asegurandose de que ocultaba tanto sus brazos como parte de la cara y se acercó con cuidado al extraño.
No parecía peligroso... pero nadie lo hacía.

Seiko: Amm... ¿Hola?

Al sentir que le detenían, su cabello se erizó. No, no, debía calmarse. Intentó concentrarse completamente en la música que sonaba, pero un aroma le quitaba de eso. Un aroma conocido, al igual que aquella voz, pero no lograba reconocer de quién. Oh, y comida. Su estómago gruñó en respuesta.
No se atrevió a girar el rostro. En cambio, se encogió un poco más en sí mismo, para evitar que le viese los ojos.

Yure: ¿Si, qué sucede..?

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(N/A: Te advierto que mi Stred es hermoso... igual que todos mis pets (?))

Giró el rostro del cielo a la figura encapuchada que le había hablado. Se hubiese asustado, de no ser por que estaba acostumbrado a toda clase de fenómenos, tanto en los recitales como en el local. Y los respetaba, despues de todo, cada cual tiene su historia.
Se puso de pie, limpiándose el pantalón y colocando una sonrisa en su rostro. Despues de todo, él era, quizás, demasiado amable.

Stred: ¿Si, qué necesitas?

Esa voz...
Se puso frente a él, observando a través de la capucha. Su mal humor se había ido completamente ahora que se había encontrado con alguien que le caía bien genuinamente... y también se ruborizó al recordar cómo se habían conocido.

Conn: ¡Yure! ¿Qué haces por aquí? -miró su mano y luego le extendió la comida- te compré esto

El rubor aumentaba ahora, se sentía algo avergonzada.

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Se encogió al verlo completamente, más consicente de su apariencia. Se tuvo que decir que no podía verla, para recuperar su voz.

Seiko: E-estaba buscando a... un tatuador.

No le haría daño, de eso estaba segura. Pero era intimidador, y apenas si podía mantenerle la mirada.

Al ver el movimiento rápido, casi reacciona de mal modo, para luego calmarse. Debía controlar sus instintos, ¿pero como hacerlo si nunca nadie le había enseñado? El chillido le hizo ponerse más alerta de su entorno, seguramente ahora todos le estarían mirando, pero se sorprendió un poco de ver a Conn, sacándose los auriculares para escucharla mejor.
Observó la comida en su mano, sonriendo y tomándola con cuidado de que no se viese demasiado su mano por fuera de la manga del buzo. Comenzó a comer con gusto; diablos que tenia hambre.

Yure: Decidí salir... -vaya obviedad- ¿Y tú? ¿Qué haces... -la observó de arriba a abajo, para luego seguir comiendo- ...semidesnuda?

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Stred: Bueno, creo que viniste al lugar correcto -señaló el cartel del lugar, en el cual se podía leer "Soul lovers - Tatuajes y Piercings".

Bajó la mirada a su muñeca, para ver la hora. Era hora de volver al trabajo, su compañero no estaba ese día y le tocaba hacer todo solo.
Volvió la mirada a la chica, sonriéndole, para hacerle señas de que le siguiera mientras entraba al local.

Stred: Tienes suerte, justo debía volver a mi turno y no había nadie esperando

Había resistido el impulso de abrazarlo y ahora se alegraba de ello, lo que menos necesitaba era desencadenar el mismo Yure que la había casi violado.
Bajó la mirada, levantando el abrigo para que viese que en realidad traía un short.

Conn: No tengo abrigos de mi talla, y hace frio. -se encogió de hombros, restándole importancia, enfocándose en él nuevamente- ¿salir? ¿Tu? Lugar extraño elegiste...

Lleno de gente, se encontraba expuesto, a pesar de que nadie le diese importancia a alguien demasiado abrigado.

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Se ruborizó, pero aún así lo siguió. ¿Él? Tragó saliva, y se adentró en el lugar. No se retiró la capa, solo se arremangó lo suficiente para descubrir las muñecas. En cada una había un símbolo, un circulo con una línea vertical que lo atravesaba por el medio.

Seiko: Yo... Quería cambiarlos. Me traen... malos recuerdos y ya no los soporto.

Volvía a sentir el ardor de los mismos, pero era solo su imaginación. Solo su memoria de aquellos tiempo.

Al menos estaba sola en ese lugar, no debía preocuparse por nadie más.

Yure: Quizás deberías conseguirte un par

No por él, sino por las miles de miradas que atraía y que, estaba seguro, ella pasaba por alto.
Terminó de comer, sintiendose a gusto, para luego llevar su atención por completo a Conn. Actuaba como si nada, como si todo lo de la última vez hubiese pasado por alto.

Yure: En realidad voy... recorriendo cada lugar que puedo. Me detuve aquí, porque tenía hambre. Y el olor a comida es asquerosamente invasivo

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Estaba preparando sus utensillos mientras la escuchaba. Cubrir un tatuaje, bien, no era la primera vez que hacía algo así. Y, dejando la modestia de lado, era bastante bueno con ello.
Golpeó la silla donde debía sentarse, indicándole que lo hiciera, para colocarse los guantes quirúrgijos. Se giró, ya listo, para detenerse al ver las marcas. Parecía un mal chiste.

Stred: Eso... no es un tatuaje, es una cicatriz, ¿no es cierto?

Conn: No es necesario, son comodos.

Pero, para complacer a Yure, se lo ató justo donde empezaba el short, para dejarlo bien a la vista.

Conn: Te vi salir corriendo. -adoptó una sonrisa malevola- ¿acaso te dio miedo?

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Sus manos se tensaron y las retiró rápidamente.

Seiko: Es ambos.

Se acarició con el dedo la superficie rugosa. Tenía la textura de una cicatriz, pero era negro como el carbón y estaban allí para siempre. ¿No lo convertía eso en un tatuaje también?

Bajó la cabeza, dudando si responder. Suspiró, pesado.

Yure: Si... nunca estuve cerca de tanta gente. Sentí que podría hacerle daño a alguien.

Y lo que menos quería, era eso.
Así tuviese que ser un ente que pasaba escondiendose por los rincones, era mejor que pasarse encerrado el resto de su vida.

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Sonrió levemente, intentando calmarla. Verla esconder tan rápido las muñecas, no era buena señal, ¿no?
Se sentó frente a ella, intentando observarla directamente a los ojos, pero le fue imposible. Por lo que se dio por vencido.

Stred: Será muy doloroso si tatúo una cicatriz -dudó unos segundos, pero acabó por estirar su brazo para tomar su muñeca y ver las cicatrices- ¿Por qué quieres cubrirlas?

Conn: ¿Te falta auto control, verdad?

Lo tomó por la muñeca, caminando hacia otro banco para sentarse allí. Ya de por sí debía ser horrendo ir por la vida escondiendo su verdadera naturaleza, para sumarle andar temiendo lastimar a alguien.

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Se negaba a mantenerle la mirada. Sentía que podría verla completamente de observara a los ojos. Incluso agachó la cabeza al sentir que le tomaba las muñecas, pero no las retiro. Incluso a pesar del guante podía sentir el calor de sus manos. El calor del contacto con otra persona.
Se sentía extraño.
Al escuchar la pregunta su voz se endureció, con furia.

Seiko: Las odio. No me importa el dolor, no será mayor al odio que les tengo. -levantó la mirada ahora sí, clavando sus ojos verdes en los suyos- Nunca las quise y ahora solo me traen problemas

Asintió simplemente con la cabeza, para luego seguirla. Sabía que quería sentarse allí, pero seguía siendo muy multitudinario, asi que pasó de ser el guiado a guiarla a un banco aún más alejado, incluso oculto.
Se sentó, relajándose tanto como le era posible. Dejó salir una risa tosca, sin gracia.

Yure: No me imaginé que me estresaría tanto... me siento de piedra...

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La oyó en silencio, sin decir nada. Claramente le traían malos recuerdos, así como él tenía los suyos. Pero, ¿como hacerle entender algo así a una persona tan pasional como la que tenía enfrente? Suspiró, tranquilo, aún acariciando la zona.

Stred: Hay una chica que trabaja aquí, de tanto en tanto. No hace mucho, sólo trae los almuerzos y verifica que no necesitemos nada; es la hermana de mi socio. Ella está llena de cicatrices, que ella misma se provocó. Y las odia.

La observó rápidamente por el rabillo del ojo, notando unos ojos verdes que le devolvían la mirada, para luego observar nuevamente las cicatrices.

Stred: Yo tambien tengo cicatrices que detesto. Odio los recuerdos que me traen, y la forma en que la gente me ve por culpa de eso. Pero... es parte de lo que somos -se encogió de hombros-. Da igual si las querias o no, están ahí, ¿no? Ocultarlas, no ayudará... Siempre sabrás que están ahí

Suspiró, pasando un brazo por sus hombros a modo de abrazo. No podía comprenderlo completamente, ella no debía ocultarse, ni temía perder el control. Ella podía ir libremente por donde quisiera.

Conn: Con un poco de entrenamiento deberías estar bien... Solo necesitas aprender a controlar esos instintos.

Le sonrió, intentando darle ánimos.

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Desvió la mirada y se aferró las muñecas de modo tal que la palma de sus manos cubría la cicatriz contraria. "Siempre estarían allí". Sintió ganas de llorar, siempre tendría que lidiar con esto, siempre debería esconderse en las sombras.
Se quitó la capucha con un movimiento de la cabeza. Su pelo negro caía lacio, los mechones cubrían las dos pequeñas marcas en su rostro, imperceptibles para muchos pero odiadas por ella.

Seiko: Entiendo. Pero me han arruinado la vida, necesito convertirlas en algo más

Dejó salir una risa.

Yure: Gracias por tu apoyo

Observó a su alredor, donde nadie pasaba. Quizás esa zona de Neopia Central no era segura, o muy conocida. Observó locales cerrados, provocando que suspirara.

Yure: Quizás mi única solución sea seguir en la casa

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Observó su cabello, pero aún le era imposible verle el rostro. Se preguntó porqué aquellas cicatrices le eran tan odiosas, se preguntó porqué tanto lamento. Tanto sufrimiento.
Le acarició la cabeza, con cuidado.

Stred: ¿Por qué?

Conn: Lo digo enserio

Le dio un golpe en el hombro sin fuerza, a veces se sentía más un hombre por esos gestos, y se levantó, cruzándose de brazos frente a él.

Conn: Yo te ayudaré.

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Se mordió el labio inferior. ¿Por qué estaba a punto de confiar en un extraño? ¿Por qué su estúpida amabilidad le estaba afectando tanto?
Dejó caer la capa, y se recogió el cabello. Tenía una remera, así que el exo esqueleto que le nacia del cuello y le bajaba por los hombros hasta el codo era más que visible.
Mantuvo la mirada en él, sin saber su nombre y dejandose llevar por el primer gesto amable en mucho tiempo. Todo en ella gritaba lo vulnerable y expuesta que se sentía.

Seiko: Son producto de una bruja

Dejó salir una risita, para luego gruñir ante el golpe. No, no le había dolido, pero estaba demasiado alerta, quizás. Los nervios, el estrés, la gente, un lugar desconocido.
Clavó su mirada amarilla en Conn, sonriendo.

Yure: si no tuviese auto-control, podría haberte comido por ese golpe

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Observó todo en silencio, sin saber exactamente qué decir. Le resultaba... sorprendente y extraño al mismo tiempo.
Se levantó en silencio, para rebuscar por algo en la parte trasera del local, trayendo consigo luego una revista. Entre muchos diseños y fotos de tatuajes, le señaló un artículo. "Nuevos injertos bajo la piel", y en el mismo podía verse a gente colocándose cuernos o figuras extrañas bajo la piel.

Stred: Es similar a esto. Hay gente que paga por hacerselo -la observó detenidamente; aún incluso con esa maldición encima, era preciosa- Si las maquillas para que tengan tu mismo color de piel...

Sonrió al darse cuenta de su gran idea. Incluso podría practicar para los recitales. Clavó su mirada en la de ella.

Stred: ¿Puedo intentarlo?

Sonrió aún más, segura de su idea.

Conn: Entonces es perfecto. No quieres lastimarme, y yo puedo aprovechar eso para que entrenemos juntos. Claro que habría que tomar algunas precauciones, ¡pero podemos intentarlo!

Se imaginó atando a Yure o algo por el estilo para evitar que la atacara y rió. Pero valía la pena, si al menos ayudaba a Yure a salir de la casa.

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¿La gente pagaba por hacerse eso? No podía creer sus ojos, y menos sus oídos. Sus dedos habían empezado a rozar aquello que quería camuflar. Seguiría estando allí pero...
Alzó la vista, sin saber como agradecerle el no haberse espantado, o haberla atacado y terminó por asentir con una pequeña sonrisa.
Se sentía en deuda.

Seiko: Claro

"Entonces es perfecto". ¿Que hubiese pensado en comersela o matarla por el golpe? Miró a Conn sin entender. Es decir, estaba bien que fuera aventurera, pero quizás estaba sobrepasando los límites reales de todo esto.

Yure: Puedo querer no hacerte daño, y hacerlo de todos modos

Desvió la mirada de ella a sus propias manos, pensando.

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Sonrió, levantándose para buscar sus instrumentos de maquillaje, colocándolos delante de ella, para luego avanzar hasta la entrada del local para cerrar con llave y colocar el cartel de cerrado.
Aún con los guantes puestos, comenzo a mezclar polvos y cremas para recrear el color de piel de ella, para sonrojarse levemente al terminar.

Stred: Necesito que te... saques la remera y dejes "eso" al descubierto

Conn: Podemos evitarlo, no te provocaré demasiado al principo. Veremos cual es tu límite y a partir de ahí puedes aprender a manejarlo...

Empezaba a idear un plan en su cabeza, sin importarle mucho si había o no un peligro real.

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Se incoporó, quitándose la remera con un sonrojo aún más notorio. Nunca había estado tan expuesta, sentía que en cualquier momento la cara amable se transformaría en una mueca de asco y desprecio.
Le dio la espalda para ocultar sus mejillas rojas, volviendo a morderse el labio.

Seiko: ¿C-cómo te llamas?

Yure: No es una buena idea

Y aún no podía creer que cuando él le dijera tales cosas, ella siguiese empecinada en ello. Es decir, ¿se olvidaba de la última vez? ¿O es que...?
Sacudí la cabeza, suspirando. Debía calmarse, eso era todo, ¿no?

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Se golpeó mentalmente al oír la pregunta. Que falta de modales los suyos.

Stred: Soy Stred, el "dueño" de este local. Mi socio casi nunca se presenta, digamos. ¿Y el tuyo?

Observó su espalda. De no ser por aquellas cicatrices extrañas, sería perfecta. Sonrió al ver un lunar en su hombro derecho (N/A: Perdón que le invente cosas a tu personaje XD), exactamente en el mismo lugar que él tenia el suyo.
Comenzó a aplicar el maquillaje con cuidado, cubriendo toda la zona, haciendola pasar por piel.

Stred: Si esto funciona, podrías venir todos los días antes de abrir. Me encargaría de maquillarte -se encojió de hombros-. No voy a mentirte, te seguirán mirando. Pero por lo menos no te trataran mal... es por eso que llevabas la capa, ¿no?

Hizo un mohin, cruzandose de brazos.

Conn: ¿Por qué no?

Sí, la había atacado una vez, pero ella no sabía hasta que punto podía llegar. Ahora lo sabía, ahora podía medirse más. ¿Por qué no le daba una oportunidad?

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Seiko: Seiko. Al menos es mi nuevo nombre.

Ya no se acordaba del otro, con el cual había crecido. Lo había desechado como todo lo de su anterior "vida", y auto apodado. Le gustaba.
Era tan extraño sentir no solo el maquillaje sino la mano de alguien contra su espalda. Giró el rostro para observar a Stred, sin perder su sonrisa. Era agradable sentirse aceptada.

Seiko: Y sí. La gente te arroja lo que sea cuando les causas miedo... -soltó una risita- una vez me arrojaron una plancha

La observó de reojo, incrédulo. Es decir, sabía que Conn podía cuidarse sola, pero... no de él. Él era un caso aparte, no era un pirata ebrio, ni un cazafortunas. Era un demonio. Y eso no era normal.
Se acercó a ella, besando su mejilla, para luego recostarse en su hombro.

Yure: Agradezco que quieras ayudar, pero es peligroso. No quiero.

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Stred: Sería bueno cruzármelo y enseñarle lo que un par de golpes en el rostro pueden hacer

Estaba casi terminando, lo cual le hacía sentir casi orgulloso. No demoraba absolutamente nada, y al mismo tiempo lograba que quedase como él deseaba.
Observó el lunar, nuevamente, sintiendo deseos incluso de besarlo, para luego destinar sus pensamientos a otros lugares más sanos.

Stred: Casi termino... luego de esto, estarás libre de ponerte la camiseta... luego de media hora.

Se rindió, volviendo a sentarse.
Tenía un leve rubor en las mejillas pero decidió no prestarle atención, sabedora de que, de hacerlo, este se intensificaría.

Conn: Como quieras. Diviertete estando encerrado.

¿Era en verdad tan peligroso? La última vez no le había hecho daño real. Había podido contenerse. ¿Por qué sería diferente esta vez?

-

Volvió a reir, dirigiendo la mirada al frente. Todavía le costaba hacer frente a alguien como Stred. ¿Por qué el resto no era como él?

Seiko: ¿Por qué no te doy asco?

Todavía era dificil pensar en ella como algo que "podía dar asco". Recordaba cuando casi a diario alguien le dejaba una carta o le hacía algún cumplido.

Dejó salir una leve risita.

Yure: Estás siendo cruel

Tampoco es que pudiera culparla. Quizás ella sentía esos verdaderos deseos de ayudarle, pero él no quería dejar que eso pasase. No por evitar que las cosas fueran bien, sino por miedo a que fueran mal.

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Stred: ¿Por qué deberías darme asco? -dejó salir una leve risita- He visto realmente todo tipo de cosas. Además, no eres un monstruo

O por lo menos, no a sus ojos.
Terminó de colocarle el maquillaje, para separarse de ella contento. Había hecho un magnifico trabajo.

Stred: Puedes mirarte en el espejo si quieres