A cursive memory

Observó al techo, sin pensar en mucho, salvo en él, y como se había transformado en dragón. Eso no podía ser muy común. Claro que muchos de los que conocía, no lo eran.

Maigne: ¿Eres un humano que se transforma en dragón o un dragón que se transforma en humano?

Tacto. A lo largo de los años, lo había olvidado.

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Foes: ¿Tu sabes mi nombre? Soy Foes. Dime Beivan, ¿quien te ha usado de juguete?

Sus ojos. Esos ojos los podía reconocer a la distancia. Usualmente demostraban la excitación, aún si no hubiera una erección. Los había visto por dos años. Y ahora se los encontraba de vuelta. En ese chico.

Tragó dificultosamente, para luego recordar. Se había transformado en un intento de salvarse de alguien que no le haría daño. Suspiró.

Dem: Un humano que se transforma en dragón.

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Se sonrojó, poniendose histérico. ¿Qué diablos? Lo tomó de los hombros, azotandole contra la pared.

Bei: ¿¡Qué sabes tu de eso!?

Maigne: Vaya. Nunca había escuchado de algo así...

Interesante. Y algo escalofriante. ¿Cómo había sido herido pudiendose transformar en dragón?

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Río. Sí, solían tener esa reacción. Le acarició el rostro con el dorso de la mano.

Foes: Conocí a alguien como tú. Digamos que puedo reconocerlos. No te preocupes, no pienso decirle a nadie.

Dem: Soy un hibrido... no solemos darnos a conocer... al igual que los dragones, nos ponemos en peligro si nos exponemos al publico...

Tragó sonoramente lo que, pensaba, era pan.

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Le soltó al sentir la caricia, alejandose un poco. ¿Conocía a alguien asi? Pero.. ¿como? Desvió el rostro, ¿qué hacer? No podía huir de ahi rápidamente.

Bei: ¿Y por eso me buscaste?

Sonrió al oir eso. Si, podía entender lo del peligro. Aunque por suerte la gente solía mantenerse alejada de ese lugar. Decían que estaba encantado, que los fantasmas lo custodiaban. No había fantasmas. Solo uno. Ella, y no tenía interes en la gente.

Maigne: Lo que te... lastimaron, ¿te perseguían por ser hibrido?

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Foes: ¿Buscarte? Fue una causalidad el encontrarte. Pero temgp curiosidad. No pensaba que habría más. ¿Cómo es que tienes novio? ¿Cómo te lo permiten?

Negó con la cabeza, dejando de comer. El dolor en su pecho se hacía presente de nuevo.

Dem: La muchacha de un pueblito cercano a Meridell se enamoró de mi.... y yo de ella... -sonrió- era hermosa, realmente hermosa... pero... no podían aceptar que se enamorara de una abominación... quisieron matarnos a ambos... -bajo la cabeza- ella se interpuso en el ataque que debía matarme... y me empujó del acantilado en que estabamos para que cayera al mar...

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Bei: No lo sé... simplemente me dejó...

Tragó sonoramente, alejandose.

Bei: ¿Tu tenias una mascota, no?

Apoyó su mano sobre la de él. No necesitaba más información.

Maigne: La gente no puede aceptar muchas cosas. Y actuan en contra de lo desconocido. Pero si su deseo era que vivas, deberías respetarlo.

¿Quién era ella para hablar? Debería hacer lo que él quisiera, era su vida. Y aun así, no podía permitir que lo hiciera.

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Foes: Eres rápido. Sí. Hasta que también se enamoró. Pero el era mío. Y su pareja no lo quería de verdad. Pero se lo permití. Claro que, cuando volvió a mí con el corazón roto era muy tarde. Por eso me interesas. ¿estas seguro de lo que haces?

Dio un paso hacia el. Si se quería escapar, al menos iba a intentar detenerlo.

Dem: Lo sé...

Retomó su labor de comer, intentando no pensar mucho. Las cosas irían bien, ¿no? Ella lo estaría cuidando... lo sabía.
Clavó la mirada en la pequeña, tragando.

Dem: ¿Y tu?


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Bei: Todas las mascotas que tiene, están en pareja. No le molesta. Sabe que lo sexual no se refiere a lo afectivo.

Retrocedió nuevamente. ¿Por qué sentía que no estaría seguro?

Bei: Pero no vienes a cuestionarme eso, ¿no? ¿Qué quieres?

Maigne: ¿Yo? Oh. Te refieres a mi... condición. No hay mucho que decir. La guerra es cruel. Me tomaron prisionera y cuando se aburrieron de mí, me dejaron tirada. Podría haber sobrevivido, pero decidí bajar los brazos. Simplemente me castigaron por ello. Y aquí estoy.

Podía hablar con tranquilidad sobre ello, pero por dentro le costaba revivir los momentos. Era odio lo que sentía. Odio hacia todo.

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Foes: Conocerlo. No quiero menterme en problemas. Sabes, no te he quitado el ojo desde que entré a este lugar. Pero respeto las reglas. Y antes de hacer algo, pienso conocer a tu amo.

Por simple cortesía. Y porque no quería arriesgarse a lidiar con un loco.

Se mantuvo quieto, dejando de tragar, para luego bajar la mirada. Le palpó la cabeza con cuidado, sonriendo.

Dem: Un corazón que sufre y odia... es un corazón que no florece

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Iba a decir algo, cuando tres toquidos en la puerta del baño se oyeron. Por la fuerza, lo reconoció. Era Kui. No llegó a decir nada, cuando la puerta se abrió. Él era el unico que podía abrirla de afuera, sabiendo como la había trabado.
Le tomó por sorpresa la escena, pero no se fue. Por como estaba Beivan parado, tampoco estaba en sus planes. Seguia siendo fiel a Wands. Arqueó una ceja.

Kui: ¿Qué es ésto?

Maigne: Supongo que no... pero como tengo toda una eternidad para "florecer" no tengo prisa por hacerlo.

Levantó la cabeza hacia Dem. ¿Cómo podía seguir tan feliz? Después de haber perdido a quien amaba, ser odiado por los demás, y casi morir por una herida.

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Sonrió todavía más.

Foes: Que maravilla. Debo decir que hoy es mi día de suerte. Justo estaba hablando con Beivan sobre tí.

Avanzó solo un paso, clavando la mirada en quien acababa de entrar.

Dem: Pronto te olvidarás de esos días...

Le sonrió, guardando el resto de comida en la bolsa.

Dem: gracias por alimentarme


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Kui: ¿A si? ¿Qué, quieres comprarlo? Lo siento, sólo lo cedo a su novio en pertenencia. Y aun asi, sigue siendo mio.

Beivan sonrió. Eso era bueno de saber, despues de todo.

Maigne: No hay problema...

Se quedó pensando en lo que le había dicho. ¿Podría olvidarlo? Lo había intentado. Y siempre había terminado recordando todo nuevamente. Se levantó, agitando la cabeza para volver a la realidad.

Maigne: Puedes usar mi cama si quieres dormir

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Foes: ¿Comprarlo? No. Nunca lo haría. Solo quiero saber con quien trato.

Novio en pertenencia. Si tan solo ese muchacho estuviera fuera del camino...

Le observó, sin sorprenderse mucho.

Dem: ¿Tu donde dormirás?


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Kui sonrió, pervertidamente.

Kui: Ya se... ¿quieres tener relaciones con él? Eso no me compete. Debes arreglarlo con él. Es mi juguete, pero tiene desición propia.

Se encogió de hombros.

Maigne: Por ahí. Este lugar esta vacío, y puedo dormir en cualquier parte.

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Foes: Le das demasiada libertad. Un día de estos se revelará. Y dejaras de tener el control. Yo que tu, reafirmaría mi control sobre él.

Se acercó a la puerta pasando por su lado, sin borrar la sonrisa de su rostro.

Sonrió, negando con la cabeza.

Dem: ¿Te molestaría compartir cama conmigo? No te haré nada. Estoy herido, necesito cuidado. Y estoy lo suficientemente mal como para no querer estar solo. Tendré pesadillas.

Hablando de la verdad.


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Kui sabía que no era asi. No necesitaba tener a Beivan atado. Sabía que volvería a él siempre. El deseo sexual de ser una mascota era mayor que cualquier otro.
Clavo la mirada en él.

kui: Haz lo que quieras, pero recuerda que eres mío.

Sin más, se marchó.
Beivan se sentó en el suelo, suspirando. Debería pisar con cuidado.

Se quedó observandolo. ¿Compartir la cama? había pasado demasiado tiempo desde que lo había hecho. Y la idea era tentadora. Además, tenía razón, no podia dejarlo solo.

Maigne: De acuerdo

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Negó con la cabeza, algo desepcionado. ¿eso era todo? ¿No le importaba lo que quisiera hacer con Beivan? Había esperado un reto, algo.. Así no era divertido.

Foes: hum.. así no es divertido...

Se recostó con cuidado. Su cuerpo dolía, pero la graduación iba disminuyendo demasiado. El comer y ahora descansar le ayudaría a curarse de forma rápida. Observó a Maigne. Le había dejado espacio suficiente para que se recostara y no tuviera que lidiar con él.

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Bei: Pues me alegro que sea asi

Sabía que si Kui tomaba eso como un reto, le daría lo que quería. Y seguramente las cosas no acabarían bien para él. Pero... no podía decir lo mismo de Wands. Si Foe la molestaba, ella reaccionaría, ¿o no? Sonrió con cierta pena. Seguramente no.
Se puso de pie, observandose a sí mismo. Su erección había desaparecido, ya podía ir a clases tranquilo.

Observó hacia atrás unos segundos. Antes de dirigirse hacia la cama, tomó su peluche y lo abrazó contra el pecho. Intentó no hacer demasiado movimiento mientras se recostaba, para terminar sonriendole al terminar de acomodarse.

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Había salido de clase en cuanto le habían dado permiso. Ese guiño por parte del chico nuevo no le había gustado, y el ver salir a Kui algo molesto del baño la preocupaba. Al no tener la puerta cerrada asomó la cabeza. Lo suponía, estaba el chico nuevo allí, parecía algo... aburrido.

Wands: Eh... yo... ¿interrumpo algo?

Le acarició el pelo, cerrando los ojos. Pensaba en ella, no podía olvidarla. No podía olvidar la imagen de ella muriendo.

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Bei: No, nada...

Caminó hacia Wands apenas le vio. Quería salir de allí, sabía que Foe ocasionaría problemas.

Dejó que le acariciara el pelo con los ojos entrecerrados. Había pasado tiempo desde que había tenido contacto con alguien vivo.

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Había algo extraño con ese muchacho y no podía decir que. Quizás era la forma en que se comportaba, o como hablaba. Foes chasqueó la lengua, pasando por delante de Beivan y Wands.

Foes: Esto no se ha acabado.

Salió por la puerta, silbando por lo bajo.

No tardó mucho y cayó dormido. No paraba de soñar con ella, no paraba de pensar en ella y en lo sucedido. Despertó, exhaltado, un par de horas despues.

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Lo observó alejarse, para luego clavar la mirada en Wands, algo preocupado. Suspiró, volviendo a entrar al baño, lavandose la cara.

No tardó mucho y cayó dormido. No paraba de soñar con ella, no paraba de pensar en ella y en lo sucedido. Despertó, exhaltado, un par de horas despues.

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Lo observó alejarse, para luego clavar la mirada en Wands, algo preocupado. Suspiró, volviendo a entrar al baño, lavandose la cara.

No sabía cuando, pero había caído dormida. Raramente soñaba ya, lo que significaba no tener pesadillas, y poder caer en un sueño profundo.

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Entró con él, apoyando sus manos en sus hombros.

Wands: ¿Estás bien?

Miró al techo, absorto. Queria aclarar la mente, dejar de recordar eso una y otra vez. Maigne dormía plácidamente, se quedó observandola un rato.

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Bei: Si...

Suspiró. Su mente se había tranquilizado, volviendo a su estado de semi-exitación. Se alejó un poco de Wands.