A cursive memory

Gritó. Maxx reaccionó. Corrió hasta la pierna de Isha, mordiendo su talon con sus pequeños dientes, gruñendo.

Maldijo. No esperaba que mordiera, siendo cachorro. Pero eso no hizo más que aumentar su deseo hacia Bab. Extraño, ¿no? Comenzó a penetrarle de forma profunda y seguida.
Se acercó a su oído, gruñendo igual de fuerte que en su estudio, pero de forma más calmada.

isha: Eres mío... los tres, son míos.

(Estremecimiento extremo de los tres (?))

-

Caminaba pasivamente, rozando absolutamente todo. Conocía el camino de memoria, por lo que no le hacía falta ver. Pero...
Bajó el rostro, mientras tarareaba una canción.

(Es Dal)

No podía hablar. Los gemidos se insentificaban y se agolpaban en su garganta. No podía detener a Maxx y tampoco quería hacerlo. Este seguía intentanto separarlos, sin exito. Sintió a Koba y a Kok dentro suyo, jadeando junto con el.

-

¿Estaba mal que la siguiera? Confiaba en ella. Sabía que podía caminar. Pero desde que se había encontrado con otro demonio, bueno o malo, no podía quitarle los ojos de encima. Lo hacía con cuidado. Intentando que no se diera cuenta.

La mordida no dolía, sólo molestaba, pero no dejaba de incentivarle. Se apretó bien contra él, dejando poco espacio que los separara, mientras gruñía con fuerzas en su oído, como si se sintiera amenazado. Cuando en realidad, era para demostrar cuan excitado estaba.

-

Se detuvo cuando sintió aún más frío sobre su piel. Seguramente había llegado a un claro. Acomodó su pollera, sentandose en el césped, cantando en latin.

(https://www.youtube.com/watch?v=flZRQbaaKvw Aca es mitad latin mitad japones, pero bueno xD)

Lo llamó por el nombre, sin poder pensar correctamente. El gruñido no hacia más que excitarlo. El senir como dueño a Isha. Que quisiera marcarlo. Arañó su espalda, apegandolo contra él.

-

Sonrió para si mismo. Le traía recuerdos. Rodeó el prado, hasta quedar debajo de las ramas de un árbol, sin abandonar su sonrisa.

Len: ¿Qué hace alguien como tú en un lugar así?

(No me acuerdo que fue lo primero que se dijeron xD)

(Algo asi le dijo o "¿quien eres tu?" XD)

Se sorprendió, para luego sonreir al oirlo. Len solía estar siempre en el momento y lugar esperados. Jugó con sus manos, sonrojandose levemente.

Dal: Cantaba a la luna...

-

Le penetró aún más al sentir los arañazos, para acabar por soltar un gruñido que, podría jurar, salía de sus entrañas, acabando dentro de Bab.
Jadeó, dejando su cabeza apoyada sobre el hombro de éste, sin soltarle.

Len: Como el primer día...

Se acercó, apoyando una mano sobre su hombro. Lo podía recordar perfectamente. Se había asegurado de no olvidarse.

-

Acabó sobre su estomago, intentando recuperar la respiración. Le costaba unir pensamientos. Solo podía oir gruñidos y pequeños ladridos.

Sonrió al sentir la mano sobre su hombro, para luego bajar el rostro. Suspiró, intentando no pensar. Pero... no podía.

Dal: Lo siento, Len... no debí haber huido de la casa. Pero necesitaba salir...

-

Salió de dentro de Bab cuando tuvo la certeza de haberlo dejado impregnado de él. Lo dejó en el suelo, para luego tomar del pescuezo al cachorro, gruñendole. Miró su talón. Sangraba un poco.

Len: Eres libre de salir de la casa. Ya he entendido que no puedo mantenerte en ella

Soltó una risita por lo bajo, sentandose a su lado.

-

No podía detenerlo. Estaba exhausto. Apenas encontraba la fuerza para levantarse.
Maxx gimoteaba, intentando soltarse al mover su cuerpo. Terminió rindiendose, agachando las orejas.

Dal: Me siento inutil... sin poder ver, sin poder hacer algo útil...

Bajó aún más la cabeza.

-

Lo observó, al ver que agachaba las orejas.

Isha: Si, asi me gusta, que sepas quien manda

Gruñó, tirandole un tarascón que no llegó a darle, para luego dejarlo caer al suelo e ir con Bab. Sonrió al verlo exhausto.

Isha: ¿Acabaron los tres?

Se arrodilló frente a ella, tomando sus manos para que las colocase en su rostro.

Len: Dal. Eres capaz de muchisimas cosas. Y no necesitas de tu vista para lograrlo.

La besó en la frente levemente y luego en los labios.

-

Alzó la cabeza, asintiendo levemente. Se limpió y volvió a colocar los pantalones. La camisa era un caso perdido. Maxx, detrás de él, sin atreverse a moverse.

Dal: Solo les doy problemas... No sólo a ti, sino tambien a Yure y a Riz...

Sonrió. ¿Qué más podía hacer? Le habían devuelto la vida porque ellos querían... aunque sentia que muerta sería más útil.

(¿Por qué se había muerto?)

-

Sonrió, acomodandose la ropa, para luego acurrucarse sobre Bab, sentandose a honcajadas de él. Darle un triple orgasmo, aunque dos fueran mentales, era una nueva meta cumplida. Lamió su rostro.

(Len, creo, se había metido en una pelea con Yure, y terminó recibiendo Dal el golpe que la mato. Si no mal recuerdo)

Len: Dal, Dal... Riz encontró en ti algo que había perdido, la amistad. Confiaste en Yure y le diste un hogar. Y a mi... bueno, yo te amo, y me aceptaste tal como soy. ¿Cómo es eso crear problemas?

-

Lo abrazó contra él, sin deseos de dejarlo ir. No estaban solos, eran en total cuatro, pues Kok y Koba también participaban del abrazo.

(Cierto, thanks)

Sin darse cuenta, había empezado a llorar. Acariciaba el rostro de Len, intentando tranquilizarse lo más que pudiera.

Dal: No estas viendolo desde el lado lógico, sino del lado del corazón. Una persona ciega nunca es útil.

-

Sonrió al sentir el abrazo, acurrucándose aún más.

Isha: No voy a dejar que nadie tome mi lugar...

Le secó las lagrimas, besandolas, borrandolas con sus labios.

Len: La vista no determina si eres util o no. Tampoco debería ser un impedimento. No para ti al menos.

-

Bab: Nunca nadie tomó tu lugar Isha. Nadie podría hacerlo.

Tembló levemente, buscando refugio en los brazos de Len. Si, no debía ser impedimento para ella... pero lo era. O ella sentía que era así.
Los sollozos se hacían presentes, cada vez más fuerte. Un aura extraña inundó el lugar.

-

Dejó salir una risita, para luego tomarle del rostro y besarlo. Profundamente, por varios minutos.

No podía notar nada extraño. Solo intentaba apagar los sollozos de Dal. La abrazaba contra el, besando su cabello.

-

Volvió a sonrojarse, correspondiendole el beso. Lo atrajo contra sí, sin querer separarse.

Il: ¿Por qué haces llorar a la luna?

Se detuvo, con su pequeño cuerpo, mirando fijamente al demonio frente a quien ella llamaba Princesa Luna. Le había visto varías veces, y había caído en su encanto. No creía en cuentos de hadas ni en fantasías... pero la Luna, era otra cosa.
Dal elevó el rostro, más que nada por costumbre, ya que no podía ver quien era. Il bajó la mirada, tapando su rostro con el cabello que caía sobre éste.

(Por si no recordás: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

-

Había estado perdido un par de días, pero luego de acostumbrarse, había hecho de ese lugar su territorio. Y lo mantendría así. Pudo sentir el olor a extraños, y no sólo eso, sino tambien a copulación. Gruñó, corriendo en esa dirección, para encontrar rápidamente a los intrusos.
Sus orejas se movieron impulsivamente, cambiando su gesto de uno completamente amoroso a uno aterrador. Se transformó en zorro lo más rápido que pudo, colocandose frente a Bab para protegerlo. No pudo ver más que un cuerpo verdi-marrón que saltaba sobre él, arrojando mordiscones.

Len se tensó. ¿Qué hacía allí? ¿Y quien era la extraña? Abrazó a Dal con más fuerzas, mirandola serio. Era dificil no volver a caer en su magico embrujo. Solo Dal le permitía mantenerse firme. Apartó la mirada, observando a la pequeña figura.

Len: ¿Quien es usted?

-

Chilló, levantandose al ver la escena frente a él. No era tonto. Sabía quien era el que se debía encargar de esto. Kok tomó control, intentando separar a ambos cuerpos, teniendo cuidado de no lastimar a Isha.
Maxx gruñia y ladraba desde su lugar, sin poder hacer mucho.

Il: Tratarme de usted, no te salvará... Hiciste llorar a la Luna...

Comenzó a caminar hacia ellos. Sus pies, descalzos, sobre el césped del prado, hacían el mínimo ruído. Su pequeño cuerpo, meciendose de un lado a otro, como si se tratase más de una hoja o rama mecida por el viento, sin movimiento propio alguno, en lugar de una niña.

-

Sintió que querían separarlos, pero no lo dejaría. Comenzó a empujar a Kok con sus piernas. El otro animal no estaba de broma, quería herirlo enserio, y no importaba si era a él o a Kok, siempre que dejara en claro su punto.
Saltó a su espalda, mordiendo con fuerzas, provocando que el zorro chillara con fuerzas. Esperaba entendiera. ¡Ese era su lugar!

Se incorporó, colocandose delante de Dal. Sus ojos brillaban y sus cuernos se alargaban ligeramente. Por el rabillo del ojo no quitaba la vista de la Luna. Protegería a Dal, aun si significaba ponerse encontra de ella.

-

Gruñó, golpeando al animal. No iba a dejar que lastimara a Isha si podía evitarlo. ¿Quien era de todos modos? ¿Por qué estaba tan enloquecido?

Dejó caer la cabeza a un lado, esquivando el cuerpo del demonio, para ver a la Luna.

Il: Señorita Luna, ¿le hizo llorar...?

Dal se secó las lágrimas, en silencio, negando con la cabeza.

Dal: Yo me hice llorar a mi misma...

En cuestión de segundos, de una extraña ráfaga, la pequeña la estaba abrazando. Dal mantenia sus ojos abiertos, por la sorpresa. ¿Cómo había llegado...?

-

Se soltó, para luego golpear con el torso a Kok, alejándolo. Clavó la mirada un par de segundos en él, blanquecina, penetrante. ¡Aléjate, déjamelo a mi! Luego volvió su mirada hacia el otro animal, gruñendo, mostrando todos sus dientes. Para finalmente retomar el ataque.

¿Qué demonios? Sabía que tenía una parte de la luna en ella, pero... ¿Era tan grande?
Se alejó un paso por instinto, observando con el ceño fruncido.

-

¿Cómo podía dejarlo así? Masculló por abajo observando a Maxx. Parecía tan ansioso como el en ponerse en el medio de esa pelea.

Intentó no dejarse llevar por la sorpresa, comenzando a acariciar el cabello de la pequeña, el cual estaba algo enredado. Ésta dejó salir una risita, escondiendo el rostro entre el pecho de Dal, quien no pudo evitar sonreir de ternura.

-

La pelea duró varios minutos, hasta que Isha logró dominar al otro animal, quien se retorcía, lloriqueando. Sabía que estaba peleando por el territorio, el cual no quería, pero si dejaba que el animal se saliera con las suyas, luego lastimaría a Kok/Bab/Koba.

Len: ¿Qué está ocurriendo?

No entendía quien era, ni que hacía allí. ¿Cómo los había encontrado siquiera?

-

Sonrió satisfecho al ver a Isha tomando el control. Era admirable como daba batalla pero no pasaría mucho hasta que el animal decidiera rendirse.