One more time (8)

Alzó una ceja, cruzándose de brazos. Escondió una pequeña mueca al hacerlo, no necesitaba más culpa de su parte.

Xirh: ¿Y crees que no sé cuando me mienten?

No le quitaría el cuarto. No lo haría.

Suspiró, mirando al techo. Claras manchas de humedad llamaron su atención por unos segundos, pero acabó por volver la vista a Xir.

Fuds: Ve a dormir. Luego veremos la forma en que me devuelves el gesto.

Se acercó a ella, sin tocarla, comenzando a caminar hacia el cuarto, empujándola psicológicamente.

Fuds: Por favor, ve a dormir.

Hizo un puchero, avanzando hacia el cuarto. Ya dentro observó la cama como si fuese sagrada y luego a Fuds. Y luego a la cama. Su cuerpo estaba cansado, debilitado. Pero Fuds...

Xirh: Al menos duerme tu también. Podemos entrar los dos.

Era lo menos que podía hacer, le estaba prestando su cama después de todo.

Hizo un leve gesto de disgusto. No es que no quisiera dormir, es que no quería forzar a Xir a esa situación.
Caminó hasta el interior del cuarto con ella, para sentarse en el suelo, a un lado de la cama. Apoyó su cabeza sobre el colchón, cerrando los ojos.

Fuds: Es lo más lejano que tendrás a aceptar tu oferta. Ahora, acuéstate y duerme.

Sonrió. Al menos era algo.
Se acuclilló al lado de Fuds, besándole la mejilla.

Xirh: Gracias.

Se arrojó en la cama luego, cayendo inmediatamente dormida ante la suavidad y perfección de esta. Cuanto extrañaba los colchones.

(N/A: Paso el tiempo un toque)

Abrió los ojos, viendo el reloj en su pequeña y destartalada mesa de luz. Las 6.30 am. Apagó la alarma antes de que sonara, saliendo del cuarto. Al final sólo se había quedado somo una especie de guardia, siendo que no había podido dormir para nada. Quizás por el hecho de haber dejado dormir a un desconocido en su casa. O porque sentía culpa del estado en que Xir estaba.
Fue a la cocina a prepararse un café, recostándose levemente sobre la mesada mientras esperaba el agua hervir.

-

(N/A: Y ya que seguimos, te meto a otro fan de las peleas callejeras)

Se sacudió la ropa, intentando limpiarla un poco. ¿Hacía cuánto no había entrado en una pelea? Desde que había quedado embarazada, quizás. O antes. Sí, definitivamente antes, desde que había empezado a salir con Lou.
Se sentó en la acera de una de las calles de Neopia central. La nariz le picaba un poco, pero por lo menos se había llevado un par de mechones de premio. Encendió un cigarrillo, degustando el humo en su paladar.
Sin querer, comenzó a pensar nuevamente en los mellizos. En la perdida de uno. Y la decisión de dejar en adopción al otro. Era la mejor decisión, ¿no? Ella no podía ser madre. No aún.

(N/A: Si, no le pregunté a Lou (?))

Se revolvió en la cama y luego abrió los ojos. Descansada, o más de lo que esperaba, los años de lidiar con piratas le habían enseñado a estar atenta al menor ruido.
De hecho, le costó unos segundos comprender dónde estaba, en tierra, Altador. La casa de Fuds. El barco zarparía -se fijó la hora- mañana. Se sentó... para volver a caer. Cierto, también había sufrido una paliza el día anterior. Con más cuidado esta vez, logró sentarse en el colchón, acariciando las sabanas con los dedos. Curioso como alguien que pelease para ganarse el sustento era tan amable.
Chasqueó la lengua, soltando la bolsa que tenía atada al pantalon. Era el dinero que siempre llevaba encima, por cualquier necesidad. Sacó un par de monedas, guardándolas en su bolsillo y dejó la bolsa debajo de la almohada. Era su forma de pagarle.

Salió del cuarto, sonriendo.

Xirh: Buenos días~

-

(Y yo te meto a la antitesis)

Ler: ¿No sabes que el cigarrillo te destruye los pulmones? Incluso acorta tu expectativa de vida.

No había hecho comentarios sobre la pelea porque no creía que fuesen necesarios. Incluso ya estaba arriesgando su pellejo al hablar con alguien así.
Acomodó sus lentes, sentándose, sin invitación al lado de la extraña, ofreciéndole el resto de una botella de agua que llevaba. Quizás le recordaba a su hermana.
O quizás se sentía sola.
Pero por alguna razón la había seguido al verla pelear. En cierta forma estaba fascinada, ella nunca podría hacer algo así.

(Es Ler, la hissi mutante. Breve descripción: es rubia, con anteojos y tiene un morral cargado de libros.)

Fuds: Buenos

No entendía cómo la gente podía despertarse de buen humor en las mañanas, para él era un karma. Sacó otra taza, preparando dos cafés en lugar de uno, para luego extendérselo a Xir.
La miró unos segundos. Si bien se veía mejor y su ojo no estaba tan negro como hubiese creído que estaría, se notaba que aún necesitaba descansar. Suspiró, crujiéndose el cuello.

Fuds: Vuelve a dormir, es muy temprano

-

Observó atentamente a la niña que le hablaba ahora. Era extraño, usualmente nadie que no fuera de su ámbito le hablaba; quizás daba miedo. Dió una última pitada al cigarrillo antes de apagarlo, exhalando el humo hacia arriba.

Conn: No tengo grandes expectativas de vida de todos modos. Me ayuda a aliviar el estrés.

Negó ante el ofrecimiento del agua, observándola de reojo. Rubia, con lentes. Definitivamente, toda una nerd. O una suerte de Barbie tratando de ser inteligente. Desvió la mirada hacia la gente recorriendo las calles, repleta de paquetes.

Conn: ¿Se supone que has venido a darle una lectura de la vida a un extraño? ¿O hay algún motivo?

Xirh: Me despierto al alba, además, estoy demasiado pendiente de lo que ocurre a mi alrededor.

Se sentó, aceptando la taza. Lo observó de arriba abajo, él tampoco parecía mucho mejor, podía verle las orejas.

Xirh: Tú no dormiste, ¿verdad?

-

Ler: Me pregunté lo mismo cuando te empecé a seguir. Creo que tengo curiosidad.

Realmente eran diferentes en apariencia, pero no era agresiva como había creído. Sí, justo como su hermana. Se quitó el morral, apoyándo los codos sobre las rodillas y observando en la misma dirección que ella. ¿Qué encontraba de interesante al observar a las personas?

Ler: Soy Ler por cierto.

Fuds: Algo

Que era más nada que otra cosa, pero no era culpa de nadie. Terminó su café, pasando a un lado de Xir. No pudo evitar revolver su cabello mientras iba de camino al baño donde, simplemente arrimando la puerta, arrojó su ropa al suelo y se metió en la ducha.
Aún estaba dormido, y dudaba enormemente que Xir tuviese deseos de ver a un peleador callejero lleno de cicatrices desnudo pegándose una ducha helada.

-

Conn: Connan

Observó el mechón de cabello en su mano, trofeo de batalla. ¿Qué podía ser de interesante en ella que causase cierta curiosidad a alguien?
Suspiró, volviendo la vista a Ler. No quería ser cortante, pero no conocía otra forma de relacionarse con la gente.

Conn: ¿Tus padres no te estarán buscando? Estás en un sector de Neopia Central que no es exactamente la creme de la creme.

Se ruborizó levemente pero volvió a enfocarse en su taza de café como si fuese lo más interesante que había en el mundo. En cierta forma le gustaría volver al cuarto y dormir hasta el invierno, pero no era posible, así que simplemente suspiró.

Xirh: ¿Nunca pensaste en mudarte?

-

Soltó una risita, sin dejar de observar el mechón en su mano. ¿Trofeo? ¿Evidencia? ¿Quería hacerse una peluca?

Ler: No. Mis padres están muertos y mi hermana está trabajando hasta tarde. Usualmente ella no me deja salir a estos lugares pero... me atraen.

Le atraía el conocimiento, y la falta de este la traía loca. Aún si era peligroso, ella no representaba amenaza alguna.

Salió del baño con solo sus pantalones puestos, en el proceso de colocarse la remera. Miles de cicatrices, de todos los tamaños, se extendían por su piel.

Fuds: Lo he pensado, pero como te dije antes, incluso este lugar excede mis expectativas

Acabó de vestirse, para sacudirse levemente el cabello mojado. Observó a Xir, sonriendo. Su ojo, literalmente morado, daba un aire bastante doloroso, aunque no sintiese nada.

Fuds: ¿A dónde tienes que irte? Dudo que te hayas levantado tan temprano por simple costumbre

-

Se mantuvo en silencio sin saber exactamente qué decir. ¿Por qué había respondido a eso tan sinceramente? Aunque lo cierto era que la equivocada había sido ella. Suspiró, rascando el cabello de su nuca.

Conn: Lo siento. No debí decirte eso.

Por el rabillo del ojo vio su torso desnudo, llevando su mano hacia su propia cicatriz en el cuello. Tenían una suerte de encanto místico, más allá de los recordatorios de batallas tanto perdidas como ganadas.
Alzó la vista definitivamente, sonriendole.

Xirh: Mi barco zarpa mañana. Supongo que quiero... aprovechar estar en tierra cuanto sea posible.

Aunque caminar sin el bamboleo fuese extraño.

-

Se encogió de hombros, restándole importancia con la mano. La gente solía sentir pena por ellas, pena que no era necesaria. No estaban solas, podían mantenerse, y ¿para qué amargarse en el dolor si se puede salir adelante?

Ler: No te disculpes. Además, dudo que alguien quiera pegarme estando a tu lado. Impones respeto.

Barco. Entonces era pirata. Eso explicaba que hubiese decidido ocultar su identidad femenina... y en cierta forma también que se metiese en cosas tales como peleas callejeras. Pensó unos segundos qué sería lo bueno de vivir en el mar, de ser esclavo de un objeto material tal como era un barco.
Suspiró. Extrañamente, sintió una cierta desason.

Fuds: Osea que estás por irte

-

¿Imponer respeto? ¿Ella? No pudo evitar soltar una risa. Lo que menos imponía era respeto. Obligaba a que otros la respetasen, sí, pero luego de golpearlos. A primera cuenta, nadie la respetaba, nunca.
Suspiró, girando la vista hacia la chica.

Con: Dime... ¿qué es lo que buscas?

Lo observó a los ojos, repentinamente seria. Había habido un cambio en él pero no sabía identificar que era. Le sonrió levemente, incorporándose.

Xirh: Y por eso necesito a un guía que me enseñe el lugar lo antes posible.

-

Ler: Nada. Todo. ¿Pasar el tiempo?

La observó a los ojos, sonriendo. ¿Era tan extraño que le hablase? Quizás. Mucha gente le había dicho que no tenía comportamientos precisamente normales.

Ler: Quiero saber que impulsa a alguien a involucrarse en peleas callejeras

Fuds: Te seré sincero, Xir, sólo conozco la parte horrible de la ciudad

No podía siquiera pasar por la parte agradable de ésta ya que tenía su reputación que le respaldaba, y no mucha gente era comprensiva. Acabaría en los calabozos, y realmente no le interesaba eso.
Sonrió, sin embargo, abriendo la puerta de su apartamento. Tomó la mano de Xir, sacándola de allí, para luego cerrar la puerta y comenzar a caminar, soltándola.

-

Conn: Me impulsa el deseo de descargarme

Sabía que no era la mejor forma, pero era lo mejor sabía hacer. Encendió otro cigarrillo, pensando en que debería ir a trabajar, que debería exigir que su licencia fuera revocada, pero que su jefe no dejaría que regresara hasta estar completamente seguro de que ella estaba bien.
Volvió la mirada a la gente de la calle. Tantas personas, y tanta soledad.

"Xir" Era extraño, era el primer apodo que recibía. Incluso su madre la llamaba Xirihn. Sonrió, sonrojándose levemente.
Agitó los dedos en el aire, sintiendo un repentino frío luego de que Fuds soltase su mano. ¿Acaso por eso la gente iba todo el tiempo tomados de la mano? ¿Para evitar ese frío?

Xirh: Soy pirata, lo horrible es lo mejor que puedo esperar.

-

Se quedó pensativa unos segundos. Cada uno solucionaba sus problemas de diversas maneras, pero ¿pelear?

Ler: Me pregunto si habrá una razón por la cual algunos pelean, otros lloran y algunos más se encierran.

¿Que condicionaba a una persona a ser un grupo o del otro? Agitó la cabeza, sonriendo sintiendose algo tonta. Hacerse esas preguntas solo servían para mantenerla distraída.

Ler: Si estoy molestando sólo dilo y me iré

La observó a los ojos para que viese que decía la verdad. Muchas personas se irritaban cuando comenzaba a analizar comportamientos.

Asintió al oírla. Lo que ella no entendía era que la parte fea de estar en tierra era realmente peligrosa. En un barco, sabes a quienes evitar, sabes quién no es de fiar. En tierra, todo eso se complica. Suspiró, pensando que debía hacer eso por ella, aún siendo que no la conocía realmente. Su consciencia era realmente atormentable.
Caminaba con rapidez entre los callejones, sin dejar de prestar extremada atención a cada detalle. No quería estar en peligro con ella ahí. Se detuvo a un par de centímetros de la salida de uno de los callejones, sonriendo. La parte "agradable" y la parte "detestable" de Altador parecían incluso separarse por la diferencia de luz. Se giró hacia Xir, tomando de su mano para dar un pequeño tirón y dejarla en el lado iluminado del final del callejón.

Fuds: El mejor tour que puedo darte es la salida de este asqueroso lugar y guiarte hasta aquí, que vale la pena.

Sonrió ampliamente, entre las sombras, provocando que su nariz se arrugara levemente, mientras levantaba una mano en saludo.

(N/A: Para que te ubiques cómo es la escena más o menos [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] )


-

Negó con la cabeza. No es que le molestara, sólo que pensaba que no pertenecía exactamente a ese lugar. O por lo menos no con esas pintas de muñeca comercializada.
Inhaló el humo del cigarrillo directamente a sus pulmones, sintiendose tranquila.

Conn: Quizás lo que marca la diferencia es la personalidad de las personas y como otras personas los marcaron durante su vida.

Se cruzó de brazos al ver que la empujaba y él se quedaba atrás. Había conocido a alguien agradable, no pensaba despedirse tan facilmente. Sus amistades duraban lo que su estadía en tierra, y no quería volver a andar por calles soportando la mirada de aquellos quienes sabían lo que era.
Bufó, retrocediendo los pasos que la había obligado a dar, plantandose frente a él. Bajó la cabeza, los mechones de su pelo cubriéndole el rostro.

Xirh: ¿Es que quieres deshacerte de mí?

-

Ler: Quizás. Pero mi hermana busca meterse en problemas, mientras yo estoy bien con sumergirme en mis historias.

Y habían pasado por lo mismo. Debía haber algo más. Soltó una risita, nuevamente obsesionandose con cosas sin importancia. Aún si lo supiese, no cambiaría nada.

Ler: Olvidalo. De cualquier manera no importa.

Iba a agregar algo más cuando sintió que alguien la tomaba de la remera, alzándola.

??: Así que aquí estabas, escapándote del trabajo.

Era un homre, alto y calvo que estaba claramente enojado. Ler comenzó a temblar al ser zarandeada por él, sin saber qué hacer.

??: ¿Crees que puedes irte cuando se te plazca y todavía cobrar?

Ler: ¿D-De qué hablas?

Buscó a Connan con la mirada, desesperada.

¿Deshacerce de ella? ¡Quería hacerle un favor! Se rascó la cabeza, sin saber exactamente qué hacer. ¿Estaba a punto de llorar? ¿O era alguna especie de truco como lo de las medias?
Bufó, colocando una mano sobre la cabeza de ella, revolviendo su cabello levemente.

Fuds: Este no es el mejor lugar. No es lo mismo que el peligro que puedes tener en un barco con ¿cuanto? ¿una tripulación de 100 o 200 personas? Aquí sí es peligroso. En cambio allí, vale la pena ir.

¿Cómo explicarle que él no podía acercarse siquiera a ese lugar? Sería como si una cucaracha quisiera hacerse pasar por luciérnaga.

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Arrojó el cigarrillo tranquila al suelo, para luego ponerse de pie. Era usualmente normal que en Neopia sucedieran esas cosas; gente que confundía a otra. O gente que buscaba engañar a otra. Y ese no era exactamente el momento adecuado para hacerla cabrear. Ni ese, ni ninguno.

Conn: Escucha, o la sueltas, o te las ves conmigo -elevó su mano, mostrando sus dedos-. Cinco segundos y contando: Uno -bajó un dedo-, dos...

Hizo un puchero sin observarlo todavía. No quería ir allí, no le interesaba. Además, claramente no sabía de barcos. Sí, la tripulación no cambiaba, pero ver los mismos rostros todos los días podía ser demasiado para algunos y terminaban explotando. Y cada vez que tenían que saquear algún lugar, ella iba con el resto.

Xirh: No quiero.

Se cruzó de brazos, apoyándose contra una de las paredes del callejón.

-

El hombre soltó una risotada, sin soltar a Ler completamente. Observó a Conn de arriba abajo y volvió a reír.

??: ¿Tú? No te metas, esto es con la rubia y yo.

Quería llorar, pero no se atrevía frente a esas dos personas. Sabía que ocurría. Wind. Su hermana. Él quería a su hermana, pero ni ella iba a dejar que la fuese a buscar, ni él le creería.

??: ¿Vienes por las buenas o las malas?

Se apoyó sobre la pared contraria, mirándola. ¿Por qué no podía entenderlo aunque sea un poco? Chasqueó la lengua. Quizás el problema era eso: él esperaba que ella entendiese, pero no se molestaba en entenderla. Quizás por que hacía años que no veía a una mujer por aquellos lugares. Quizás, quién sabía.

Fuds: ¿Qué es lo que quieres, entonces?

Su mirada clavada en la ciudad, viendo a la gente ir y venir bajo la luz. Todos desconociendo totalmente aquel sector del mundo.

-

Se encogió de hombros. Si realmente quería que eso fuera así...

Conn: Cinco.

No le dió tiempo de nada más; un golpe directo a su rostro, con toda la fuerza que le fue posible. Pudo sentir un "crack" que no era suyo, y líquido sobre su mano, que aseguraba era sangre.
Sacudió su mano luego del golpe, para luego tomar a la chica y ponerla detrás suyo, protegiéndola.

Conn: ¿Tengo que dejarte más en claro?

Alzó la mirada abandonando cualquier rastro de tristeza en su rostro. No esperaba a que fuese a caer tan facilmente, pero había valido la pena intentar, siempre era divertido.
Dirigió la vista a la calle. Las personas. El contraste y todos los estigmas que traía asociado.

Xirh: Ese es el problema. La gente no puede ver la luz en la oscuridad.

Suspiró, caminando unos pasos hasta quedar justo en el límite.

Xirh: Estando en los lugares más desagradables es donde más feliz me he sentido. No importa dónde esté si la compañía es la adecuada. -Le sonrió levemente- En respuesta a tu pregunta, quiero un amigo.

-

Iba a arremeter contra ella cuando otra mano volvió a golpear en el mismo lugar, haciendolo gruñir y chillar de dolor.

Lou: No lo creo amigo.

Lo arrastró lejos de ellas, obligándolo a escapar con el rabo entre las patas. Se giró hacia Conn, haciendo un gesto positivo con el pulgar.

Lou: Buen trabajo, debe tener la nariz rota y algún diente menos.

Mientras, Ler se había escondido dentrás de Conn. No era mucho más baja, pero se sentía como si tuviese 5 años nuevamente.

¿Un amigo? Quiso reir. ¿Acaso lo había visto?

Fuds: Soy lo más cercano a una cucaracha, créeme, no me querrás en tu vida más que este corto tiempo antes de volver al mar

Por dentro se decía que era lo mejor. ¿Qué podría sacar de bueno de una persona que vivía de la violencia y el dolor de otros, para terminar subsistiendo como le era posible en un basural?

-

No se había movido cuando lo vio acercarse a ella, aún sabiendo cuáles eran sus intenciones. Un puño pasando por el lado de su rostro le dio completamente la razón al no hacer nada, sonriendo ampliamente.

Connan: Pensé que ibas a dejar que me golpeara como castigo

Sabía que Lou odiaba que ella se involucrara en peleas, aún cuando la había conocido haciendo eso y siendo que él tambien participaba de ellas cuando le era posible. Siempre suponía que era porque se preocupaba por ella, pero le era un tanto injusto.
Observó detrás de su espalda, por sobre su hombro, a Ler.

Connan: ¿Estás bien? ¿Te hizo daño o algo?

Se sentó, pestañeando un par de veces para dejarle en claro que no se creía una sola palabra de lo que decía.

Xirh: Aja.

Alzó la mano, comenzando a levantar un dedo por cada cosa que empezó a enumerar:

Xirh: Me abriste tu casa. Me prestaste tu ducha. Me dejaste dormir en tu cama sacrificando tu sueño. Me agradas. Y no eres ni la quinta parte de malo de lo que crees.

¿Por qué pensaba que no se había ido todavía? Era testarudo, eso era de seguro. Y se le había metido en la cabeza que era basura. O peor que ello.

-

Ler negó con la cabeza, ajustando sus lentes. Su corazón seguia palpitando agitado y no sabía si agradecerle o salir corriendo.

Ler: No. Yo, lo siento. Ese tipo buscaba a mi hermana.

Lou caminó hacia Conn, sonriéndole. Nunca dejaría que nadie le pegue, no si podía evitarlo al menos. Era demasiado preciada para él como para permitir que se lastimase.