One more time (8)

Meds: Supongo que entiendo porque tu novio te protege tanto. Eres como un faro de luz para todos nosotros.

De luz y comprensión. ¿Cuantos seres habrán tratado de acercarse a ella? Todos guiados por la desesperación de poder hablar sin sentir que sacarán la antorcha al minuto siguiente.

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(No si Toxa puede evitarlo u.u)

Iba a decir algo más pero un olor a cocido le hizo recordar la comida en el horno. Se apresuró a sacarla de allí antes de que se quemara, suspirando de alivio. Al menos no tendría que empezar todo de nuevo.

Kok: ¿Quién quiere comer?

La apoyó en la mesa, junto con tres platos.

-

Pero podrían.
Su mente se disparó hacia Nyelo. ¿La extrañaría? Sabía que ahora amaba a Xer, y si bien ella misma había seguido adelante, una parte de ella siempre lo amaría. ¿Qué pensaría él?
Quería llorar y no podía. Y eso le hacia quererlo con más ganas.

Bel: Supongo.

Suspiró, alejando la vista de ellos, clavándola en un árbol.

Bel: Ella solo quería un muñeco de pruebas.

Dal: Oh... -se sonrojó furiosamente- No es mi novio...

Nunca le había pedido ser su novia, vaya uno a saber por qué. Aunque quizás también era mejor así. Si se amaban, sí, eso era seguro. Pero no tenían nada que los atara entre sí. Y aunque debería, no le molestaba en absoluto.

Dal: De todos modos, no creo ser un faro de luz. Simplemente soy amable y sincera... ¿quién no merece amabilidad y honestidad en esta vida? -le sonrió

-

(N/A: Pensé que quedó claro que se quedó sin el pan y sin la torta (?))

Se sentó a la mesa sin decir nada. Tenía calor. Y podía percibir a Kok levemente enojado con él, por algo que realmente no era su culpa. Se rascó el cabello de la nuca y luego una de sus orejas.
Eike se sentó al lado de Kok, mirando directamente hacia Isha, sorprendido. Tenía orejas. No es que fuese raro, pero las tenía. Las movía, eran suyas, no eran de mentira.

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Hell: Bueno...

Lesius: Edna no es así.

Hell lo observó en silencio. Lesius conocía a Edna más que él, por lo que no podía decir mucho. Sabía que durante su tiempo de entrenamiento, Edna había sido elegida como su mentora.

¿No lo era? Acutaba como si lo fuese. Se obligó a no pensar en eso por lo que en lugar de responder, lanzó una risita, observando al pueblo a la distancia.

Meds: La gente de Neovia no parecen compartir el pensamiento.

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Sirvió los platos y se dispuso a comer. ¿Qué haría si quería quedarse? El niño era extraño, pero no podía echarlo a la calle, considerando lo aterrado que se veía. Pero Isha nunca permitiría que Eike durmiese allí.
Gruñó mentalmente, agotado. Extrañaba ser egoísta y desconsiderado. Extrañaba ser la rebeldía y el enojo de Koba.

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Bel alzó la vista hacia Lesius. ¿No lo era? Pensó en Eek. Sí, lo había salvado cuando era necesario, pero ¿estaba realmente feliz? Él tiene a Xer. Y a Nyelo. se dijo. Podría estar muerto, pero la gente lo amaba.

Bel: ¿Entonces? ¿por qué "salvarme"? ¿Por qué darme este.. poder?

Dal: Neovia es un pueblo criado en el miedo

En historias aterradoras. Con monstruos, con fantasmas, y gente que enseñaba que eso era malo, cuando en realidad no lo era. Y por eso los marginados se refugiaban en el bosque, porque sólo la oscuridad del lugar les daba el abrigo que necesitaban.

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Isha: Kok, tu invitado no deja de mirarme

Eike bajó la mirada, más sonrojado que antes. Era cierto, no le había sacado los ojos de encima, pero simplemente por sus orejas. ¡Parecían tan mulliditas! Le recordaban a los peluches, lo cual le daba unos grandes deseos de tocarlas y acariciarlas.

Eike: Tus orejas...

Isha: ¿Qué tienen? -lo último que necesitaba era que un niño lo juzgara.

Eike: ...me gustan -se sonrojó aún más.

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Lesius: Algo tienes. Alto tiene tu alma que para ella valía más que seguir las reglas.

Se revolvió ciertamente inquieto.
Hell tosió, intentando cambiar de tema. Aquello llevaría a una discusión intensa, donde ninguno tendría la razón. Para Lesius, lo que Edna hacía era una bendición. Para Bel, una maldición eterna.

Hell: Podrías preguntarle a ella...

Y ese miedo se había transformado en odio profundo. Se recostó boca arriba en el césped, prefiriendo mirar al cielo que al pueblo.

Meds: Al menos todavía hay quienes nuestra existencia les provoca curiosidad en lugar de temor.

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(Me ahce acordar a Kagome cuando le toca las orejas a Inuyasha XDD)

Kok rió por lo bajo, atragantándose en el proceso.

Kok: Creo que quiere tocarlas

No lo culpaba, eran atractivas. Sobre todo para morderlas y lamerlas... detuvo allí el pensamiento, sonrojándose él mismo y bajando la vista para evitar a Isha.

Kok: Son suaves...

-

Sonrió ante el pensamiento. Poder podría, pero prefería vivir en la ignorancia de por qué le había destinado esto. Además, no quería escuchar como "había sido salvada".

Bel: Honestamente, no me interesa. Me había dejado de preguntar estas cosas hasta que aparecieron, aunque no los culpo.

Volvió a sonreírle, a ambos.

Bel: Gracias.

Al menos habían aclarado sus dudas. Y le daban una opción. ¿Podría rogarles hasta que le den un fin a ella? No sabía si lo quería, pero al menos podía elegir.

Dal: ¿Tu acaso no les temes? Cosechas lo que siembras.

Suspiró, abrazando sus rodillas. El volado de su vestido caía con delicadeza sobre su piel y los lados, hasta el poco césped que había. Pensó en la gente, pensó en los "marginados", ¿había alguna diferencia en el cómo se trataban? Daba igual qué lado empezase, si nada cambiaba.

Dal: Aquella noche, si no te hubiese hablado... ¿nos habrías atacado?

-

(N/A: En base a eso me acordé de un hentai XD)

Eike: ...morderlas

Isha lo miró sorprendido, con las orejas erguidas en completa alerta. ¿Morderlas? ¿¡Había dicho que quería morderle las orejas!? Primero le observaba como si fuese el mismisimo demonio, lo cual estaba bastante seguro que era Eike, y ahora le decía que quería morderle las orejas, completamente sonrojado.
Eike miraba a cualquier lado, evitando cruzar miradas con alguien. No era una persona, o por lo menos no una normal. Entonces, no le daba miedo. No le daba asco. Y sus orejas... ¡dios, sus orejas! ¡quería morder esas orejas! Se puso de pie repentinamente, caminando alrededor de la mesa hasta quedar a un lado de Isha, mirándole las orejas. Isha, en cambio, miraba a Kok, sin saber qué hacer.

-

Hell: Deberías dejar de pensar en esas cosas.

Iba a buscar la afirmación de Lesius, cuando le vio bastante atento al ambiente. Como alterado. Eso significaba dos cosas: almas sueltas o algún peligro. Iba a decir algo, cuando lo sintió por su propia cuenta. Era peligro.
Llamó y transformó su guadaña, mientras que Lesius tomaba su forma real (N/A: El dragón pájaro ese xD), atentos.

Meds: No lo sé.

Recordó el olor a sangre. El poco control que tenía y las ansias de dejar su bestia salir.
Recordó seguirlos en la oscuridad, en silencio. Midiendo el demonio y cuanto daño podría llegar a ocasionarle.
Y también recordó el no querer, el querer resistirse.

Meds: No quería hacerlo.

-

Se levantó, contando respiraciones para no explotar y empujar a Eike lejos de Isha.
No iba a tocar a Isha.
No si podía evitarlo.
Se colocó detrás de Isha, abrazándolo por la cintura con una mano y lo atrajo hacia él, alejándolo así de cualquier intento de Eike por morderlo. Nadie podía morder esas orejas salvo él, ni siquiera un extraño niño asustadizo.

Kok: Eike, no hagas eso.

-

Abrió sus ojos como platos, levantándose rápidamente. Había sentido el cambio en ambos y luego esa transformación... no debería sorprenderse, pero lo hacía.

Bel: ¿Qué.. qué ocurre?

Dal: Pero si no te hubiese hablado, seguramente lo hubieses hecho -sonrió levemente- ¿Cómo estás tan seguro de que los neovianos no son así?

No es que quisiera defenderlos, pero ¿era justo echarles toda la culpa? Su forma de pensar era diferente, y si uno no luchaba contra ello, era jugar su mismo juego y sin un sentido.
Se recostó a un lado de Meds, con cuidado. Seguramente debería pensar en volver a casa rápido y no preocupar a Len. Llevar la comida, cocinar, la rutina. Pero... estaba bien, y quería quedarse un poco más.

-

De acuerdo, esa situación era realmente extraña. Su pareja... o una de las personalidades de su pareja, le alejaba de un niño que parecía poseído y el cual le daba mala espina, el cual quería morderle las orejas. Sus orejas, sus sensibles orejas.

Isha: No entiendo nada de esto...

Eike se alejó unos pasos, bajando las manos que no recordaba elevar, mirando hacia otro lado. Kok empezaba a dejarle de gustar un poco. Sólo quería morder sus orejas, no comerselo, o robarselo. Pero le había ayudado, y debía respetarlo.

Eike: De acuerdo

Volvió a su asiento, continuando con la comida, pero sin quitar su vista de las orejas.

-

Había olor a algo divino. Era sabido que algunos ángeles se divertían desmembrando el cuerpo de los no vivos para luego matarlos. Y no era algo que Lesius y Hell llegasen a permitir en Bel. Quizás sólo están de pasada, se decían; se irán rápidamente. Pero el olor parecía aproximarse más y más. ¿Deberían acaso esconder a Bel de ellos?
Hell la miró levemente por sobre el hombro, sonriéndole en un intento de calmarla.

Meds: ¿Estas diciendo que ellos no pueden evitarlo?

Era otra manera de verlos, una más comprensiva quizás. Tenía sentido, si él no podia evitar transformarse cada luna llena y ser una bestia, quizás los neovianos sufrían de algo parecido.
Observó a Dal con una pequeña sonrisa. Ella realmente era algo especial. Devolvió la vista al firmamento, exhalando el aire que estaba conteniendo meitnras pensaba.

Meds: Eres realmente algo Dal.

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Su enojo se disipó un poco, dejando ir a Isha. Su instinto de poseción se había disparado dentro de él pero si quería terminar la situación de una manera tranquila, debería suspirar y actuar de forma calmada. Así que se volvió a sentar, le sonrió a ambos y enfrascó ese enojo en su mente.

Kok: A las personas no les gusta que otros los muerdan.

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(ohhh, vuelve el angel odiado??)

A pesar de la situación y el nerviosismo, rió por lo bajo. Hell tratando de calmarla no era especialmente bueno, podía notar sus ojos recorrer el ambiente, y su cuerpo tensionado. Incluso ella no podía evitar preocuparse. Si algo podía asustar a los seres paranormales de alto rango, también le asustaba a ella.

Iba a responderle, pero sintió que era innecesario. Seguramente llegaría a la respuesta por sí solo, y era lo mejor.
Cerró los ojos, inhalando tranquilamente el aire fresco de lo que ya comenzaba a ser noche. Una leve brisa mecía algunos de sus cabellos y le incitaba a quedarse, a disfrutar de la noche. Inhaló tanto como sus pulmones se lo permitieron, suspirando luego.

Dal: Soy nada.

-

Eike: Pero él no es una persona, ¿no?

Isha levantó la mirada del plato de comida, el cuál había vuelto a atacar, con completo desconcierto. ¿Qué diablos estaba pensando ese niño? Observó a Kok luego, pensando en si irse directamente a su estudio y encerrarse por protección.
Eike miró a Kok sonriente. No, no era un persona, o por lo menos no normal. ¿Por qué se aplicaban esas reglas a él tambien? Además, quizás él debería elegir, no Kok. Comenzó a crujirse los dedos, pensando.

-

(N/A: Neeh)

Estaba debatiéndose si convertirse él tambien, cuando vio aparecer a un pequeño grupo de ángeles. Tres, no más, que miraban bastante entretenidos con la escena.

A1: Nunca pensé ver a un colector y a una de las muertes de más categoría proteger a un no vivo, a alguien de existencia sucia

Lesius gruñó con fuerza, mientras que Hell intentaba idear una suerte de plan. Era probable que Lesius decidiera hacerse cargo de dos, quedándole uno a él. Pero, ¿y si atrapaban a Bel? Dió un paso hacia atrás, colocándose más adelante de ella. ¿Cómo podían protegerla?

Soltó una risita, la paz del ambiente lo mantenía clavado al aquel lugar. Estaba peligrosamente del pueblo, pero no le importaba. Podría estar en el mismo centro de este y sería feliz.

Meds: Entonces eres una nada muy completa.

Suspiró al observar el cielo, la noche tomando poseción, la hora de los seres para disfrutar.
Se sentó, observándo a Dal y luego al bosque. No quería. Realmente no quería pero...

Meds: Creo que deberíamos ir para tu casa. Ya te retuve mucho tiempo.

-

Kok: El es una persona como cualquier otra. Con o sin orejas.

¿Qué ocurría con ese niño? ¿Quién se creía para denominar a Isha como no-persona? Devolvió su sonrisa con ojos cargados de ira. Isha había sufrido mucho ya. Demasiado para permitir que viniese un cualquiera a decirle que no era.

-

Existencia sucia. Mantuvo su rostro tranquilo, su enojo contenido para mantener la cabeza fria. ¿Existencia sucia? Sus dedos se revolvieron incoscientemente, acercándose al tronco del árbol.
Lo observó unos segundos, con una leve sonrisa. Al menos sabía que podía defenderse, aunque significase romper las reglas.
Decidió no provocarlos, era mejor actuar callada.

Bel: Hell, si me bloqueas la visión, no hay mucho que pueda hacer.

No pudo evitar reir al oírlo. Una risa sincera, limpia, incluso casi infantil, pero completamente dulce. Estiró los brazos luego de dejar de reir; las mejillas sonrojadas, la respiración algo agitada. Estiró sus músculos, pensando, para luego sonreir.

Dal: Dices que es mi novio, pero lo tratas como si fuese más mi padre

Se sentó rápidamente, aún sonriendo. Acomodó su cabello, y volvió a estirar los brazos, sólo que ésta vez sobre su cabeza. Exhaló sonoramente, pensando. Sí, a Len le molestaría, pero ¿cuántas veces ella desobedecía las reglas? Podría perdonarla...

Dal: Dime, ¿qué es lo que más quieres hacer en éste momento? -la sonrisa aún en sus labios y el frio de la noche provocaron que el rubor se extendiese a la punta de su nariz y la punta de sus dedos- Haremos lo que quieras

-

Asintió, bajando nuevamente la mirada al plato de comida, casi vacío. Claro que era una persona, pero especial. No una persona sucia y asquerosa como el resto de las que habitaban el planeta. Ugh, personas. Tembló levemente, pensando en ello. Elevó la mirada a Isha, y de reojo observó a Kok. ¿Cómo explicar que intentaba decir un alago y no un insulto?
Isha suspiró al notar que seguía mirándolo. El niño era raro, vaya uno a saber exactamente los motivos, pero había comprendido lo que quería decir. O quizás eso pensaba... aunque realmente quería desear que fuese eso y no otra cosa. Suspiró nuevamente, dejando de comer.

Isha: Gracias Eike -volvió la mirada hacia Kok, señalando al niño-. Era una suerte de halago lo que quiso decir.

Eike elevó la mirada por completo hacia Isha, sonrojándose furiosamente hasta las orejas, para luego sonreír. ¿Lo entendía? ¡Lo entendía! ¡Tenía razón entonces! ¡Era especial!

-

Hell: *susurrando* No hay nada que debas hacer, porque nada pasará.

Ninguno de los dos dejaría que nada sucediera. Bel, en ese preciso momento, era su responsabilidad e incluso habían terminado relacionándose con ella, entablando un lazo. Aquellos ángeles debían comprender que se estaban metiendo en terreno peligroso.
Lesius gruñó, avanzando un paso, provocando que uno de los ángeles retrocediera visiblemente asustado. Por lo menos uno entendía cuál era su lugar.

Meds se ruborizó completamente, echandose atrás unos centímetros. Su primer pensamiento sólo logró que se ruborizase aún más. Se sentó, acercándose así a ella y sus dedos buscaron los suyos, rozandolos apenas.
Sonrió, bajando la mirada. Su rubor no se perdía e incluso tuvo que aclararse la garganta antes de hablar.

Meds: N-No creo que quieras decir eso...

¡Bésala! se gritaba, pero no. No se refería a ello. No podía.

-

Guardó silencio, observándo sólo al plato. No a Eike, ni a Isha. ¿Cumplido? Suspiró, decidiendo que lo mejor era creerle al niño. La verdad, no le gustaba como lo miraba a Isha. Su instinto gritaba que lo sacase de allí. Sobre todo ahora que por el rabillo del ojo podía ver como sonreía y no le sacaba los ojos de encima...
Su tenedor se dobló levemente. Había estado aferrándolo con demasiada fuerza.
Recogió su plato y comenzó a lavar para poner su mente en otra cosa, cualquier cosa.

-

Se mantuvo quieta en su lugar, observándo con curiosidad. Las interacciones de esos seres parecían idénticas a las de personas comunes. ¿Qué tan diferentes eran?
Se puso de puntas de pie, para ver por sobre el hombro de Hell, apoyándo allí su barbilla luego.

Bel: Son peligrosos ¿no?

Sintió el roce en sus dedos y sonrió. No era nada que fuese de otro mundo para ella, Len le tomaba de la mano, Yure le tomaba de la mano, incluso la niña-demonio (N/A: A falta de recordar el nombre de tu personaje que cazaba demonios) le había dado la mano. Tomó la iniciativa de entrelazar los dedos, apretando en cierto modo la mano de Med contra la suya.
Ladeó la cabeza algo confundida al oírlo, completamente seria. ¿Qué podía ser aquello que había pensado? No debería ser algo tan malo, ¿no? Sonrió, mostrando sus dientes, algo sonrojada, aún con la cabeza ladeada. Un suave viento sopló, moviendo su cabello.

Dal: Vamos, dime, ¿qué quieres hacer?

(N/A: Una Dal completamente inocente, amame (?))

-

Observó a Kok levantar su plato en silencio, sin responder. Había notado el tenedor doblado, seguramente por los nervios y la molestia al oír a Eike. Pero, si era tan así, ¿por qué lo había invitado a su casa? Se puso de pie, bufando, sacudiendo el cabello de Eike al pasar, para luego abrazar a Kok por detrás. Rozó su nuca con la punta de la nariz, aspirando su aroma, su perfume, sin poder evitar sonreir, para luego besar la zona.
Eike se sonrojó levemente, para luego sonreir. Las personas eran asquerosas y le daban miedo, pero... ellos eran diferentes. Kok era la primer persona, además de Karh, que se había puesto en cierta forma en su lugar. E Isha era especial; le entendía, ¿qué más podía esperar? Pero, ¿y él? Miró sus propias manos, haciendo un gesto de asco. Pese a todo, las veía sucias. La sangre no se quita. Gruñó, bajando la mirada.

-

Iba a decir algo cuando uno de los ángeles, que parecía ser el cabecilla de todo aquello, clavó su mirada en él, sonriendo socarronamente.

Angel 1: Ahora entiendo... ¡La Muerte tiene una relación con la existencia sucia!

Hell se ruborizó levemente al oírlo, gruñendo de odio. Comenzaba a pensar que quizás no era a Bel a quien buscaban, sino a ellos dos. Lo cuál no le sorprendería, siendo que ellos eran bastante buscados para peleas por... bueno, destacarse dentro de lo que hacían. El mismo hijo de Hades, y la mejor Muerte de todas.

(Riz xD)

Su corazón latía contra sus oídos. Su sonrojo se había apropiado de su rostro y no parecía dejarlo ir. ¿Hablaba en serio? Tomó aire, sin saber si actuar o si Dal era demasiado inocente en ese sentido.
Levantó la mano que le que le quedaba libre, acercándola a la mejilla de ella y rozando la piel con sus dedos.
No debía.

Meds: No creo que sea buena idea.

Su voz había bajado hasta parecer un susurro.

(Te odio xD)

-

Sonrió levemente al sentir el abrazo de Isha, girando para besarlo en los labios suavemente, sin importarle la presencia de Eike.
Puso sus manos en su cintura, observándolo a los ojos unos segundos. No tenía que preocuparse. No era una amenaza. Suspiró, su sonrisa completa ahora.

Kok: Supongo que estamos destinados a rodearnos de gente extraña.

-

Sabía que, de poder hacerlo, se ruborizaría. Pero en cambio, y aprovechando su estado, rió ante la acusación. Era levemente halagador, considerando que Hell era bastante atractivo.

Bel: ¿Acaso estamos nuevamente en la primaria?

Sonrió, sin poder contener su lengua ya.

(N/A: Ah, asi se llamaba XDD Y yo sé que me amás :B )

Sintió la caricia en su mejilla, provocando que cerrara los ojos y se acurrucara contra la mano de Meds. A diferencia de Len, su tacto era cálido, y le sacaba en cierta forma el poco frío que se apropiaba de su piel. Dejó salir un suspiro leve y suave; extrañamente el calor corporal de Meds la había relajado.
No pudo evitar sonreír levemente, casi sin fuerzas al oírlo. Se había relajado extrañamente demasiado.

Dal: ¿Estás pensando en matar a alguien? -había terminado por responder en un susurro bajo.

-

Recibió el beso gustoso, para luego quedarse mirándolo. Kok era demasiado bueno para ser cierto. ¡Y pensar que en un principio había sido tan cruel con él! No pudo evitar sonreir, preguntándose dónde quedaba ese Kok.

Isha: Quizás más que raro sea incomprendido...

Giró la mirada hacia Eike, preocupándose un poco. ¿Por qué se gruñía a sí mismo? ¿Qué le habría pasado? O peor aún... ¿qué habría hecho?

-

Se giró, colocándo una de sus manos en la boca de Bel, acercándo su rostro lo suficiente como para que sólamente ella escuchase.

Hell: No empeores las cosas

Le sonrió antes de soltarla, para luego volver su vista a los ángeles que no borraban esa sonrisa estúpida de su rostro. Avanzaron un paso para luego detenerse. Lesius comenzó a gruñir, primero a los ángeles, luego a un punto oscuro de árboles cercano a ellos.

Meds: Creo que pasaste demasiado tiempo entre la gente equivocada.

Matar era lo último que estaba en su mente. Se atrevió un poco más, besando la frente de Dal. Siempre un roce, siempre una caricia. Sus dedos acariciaban la mejilla de ella con calma, muy diferente de la explosión de emociones que debía controlar para mantener su voz en un tono bajo.

-

Kok: Como todos.

Sonrió, apartándose de Isha finalmente y caminando hacia Eike, sentándose a su lado nuevamente. Debía ser más paciente. Debía ser más comprensivo.
¿Bab dónde demonios estas?

Kok: ¿Por qué gruñes?

-

A pesar de la situación, no lograba percibir la seriedad. Esos seres no parecían dispuestos a atacar, no considerando la reputación que Hell y Lesius parecían tener.
Y ella no era una niña indefensa tampoco.
¿Qué hacían allí?
Suspiró, encogiéndose de hombros, dispuesta a mantener la boca cerrada. Si Hell estaba preocupado, ella también debería estarlo... o eso se decía.

Dal: Puede ser...

Se sonrojó furiosamente al sentir el beso leve en su frente, tanto que su corazón latió levemente acelerado. Su tacto era diferente al de Len; Meds era cálido. Y dulce, pese a que Len le había dicho que tuviese cuidado con él.
Una viento levemente helado sopló, provocando que Dal se encogiese sobre sí misma abrazándose. Su cabello meciéndose al compás de la briza, mientras que sus labios se tornaban más rojizos.

-

Elevó el rostro hacia Kok. No podía decirle, lo sacaría de allí y le tendría miedo. Pero tampoco quería mentirle, porque se sentiría mal. Empezó a respirar agitado, sin saber qué hacer. Isha, al notar esto, quiso tranquilizarlo.

Isha: ¿Has matado a alguien como para ponerte así? -bromeó.

Eike asintió lentamente, bajando la mirada. Isha se quedó en silencio, sin saber qué decir.

-

Lesius gruñó con mucha más fuerzas. Y comprendió exactamente el por qué al ver aparecer a Tow (N/A: Mi xwee rosa, si xD). Se preguntó qué diablos hacía allí, pero se quedó callado notar que los observaba a ellos y luego clavaba su mirada en el grupo de ángeles, quienes parecían levemente aterrorizados.

Tow: Les dije que no volvieran.

Angel 1: C-Cállate, desterrado

Tow sonrió ampliamente, de una forma casi sádica. Si, desterrado, pero por deseo propio. Aunque nadie sabía eso. Sus alas, manchadas en las puntas, se abrieron.

Tow: Desterrado, sí. Y por eso no le debo buen comportamiento a nadie. Puedo arrancarles las alas de raíz si no desaparecen.

Clavó la mirada en los tres. No les dió tiempo a responder; a los pocos segundos, el pequeño grupo estaba en el suelo, quejándose de dolor. Tow seguía siendo uno de los ángeles más rápidos, pese a su destierro.
Ninguno de los otros ángeles dijo nada, huyeron tan rápido como les fue posible. Tow se giró, mirando a Bel particularmente.

Deslizó sus brazos alrededor de ella, atrayendola hacia el calor que su propio cuerpo desprendía. Con una mano le acarició el cabello y luego el rostro, pasando la yema de su pulgar por sus labios. Esos labios que provocaban que su corazón se saltase un latido.
Inspiró el aroma de Dal, mordiendo su labio. ¿Estaba tan mal?
Con esa misma mano, le levantó la barbilla, observándola unos segundos. Inclinandose antes de que pudise notar lo que hacía.
Vaciló, pero el sonrojo y el corazón acelerado de Dal terminaron por derribar sus defensas y acortó la distancia final entre ellos, tocando sus labios con los suyos, sintiendo el calor recorrerle.

-

Un grito de alarma en su mente y una calma extrañamente tranquilizadora lo invadieron. ¿Había matado? Eso explicaba su nerviosismo, y su extraño comportamiento.
Por otro lado...

Kok: No fue tu intención, ¿verdad?

Alguien así no era un asesino. No iba por la vida matando gente sin razón, o por diversión. Esperaba estar en lo correcto, sino no estaba seguro de poder controlarse.

-

(Chiiii *-*)

Observó la escena, y luego a Tow. Mejor dicho, clavó su mirada en él. Sus alas manchadas, su sonrisa atemorizante. ¿Desterrado? ¿Se podía desterrar a alguien? No apartó la mirada de él mientras lo seguía anallizando. Podía sentir la tensión de Hell y Lesius, comprendiendo que no era alguien cualquiera, incluso alguien que tenía un respeto, aunque este no fuese más que miedo.
Le susurró a Hell, todavía sin mover los ojos.

Bel: ¿Y él?

No pudo evitar ruborizarse por completo. ¡Dios santo! ¿cómo había pasado todo eso? Se quedó unos segundos, dudando, para luego separarlo de ella, dejando las manos en su pecho y sus brazos estirados. Respiraba agitada, algo nerviosa, sus brazos temblaban sin fuerza. Le era imposible, a su vez, organizar sus pensamientos. No era que aquel gesto no le gustase, sino que... no lo conocía demasiado, y no sabía exactamente qué pasaba con ella, y Len... Oh por Dios, no podía hacerle eso a Len.
Cerró los ojos, intentando calmarse, pero su sonrojo y el latido acelerado de su corazón no descendía. Quería pensar en otra cosa, pero... le había gustado. Y no podía mentir si le preguntaba. Pero... ¿qué hacer?

-

Asintió nuevamente, de forma lenta. Isha se tranquilizó levemente, pero se mantenía alerta. Toda la confianza que había tomado hacia el niño y la cierta comodidad, se habían esfumado. Había matado a alguien. Y aunque parecía realmente arrepentido, no era algo que... pudiesen pasar por alto tan así.
Eike notó las miradas firmes en él, provocando que empezara a sollozar. Él no quería eso, sólo deseaba ser querido y entendido, ¿era tan difícil de pedir?

-

Hell: Una larga historia con él... que te contaré luego

Lesius se transformó nuevamente a humano, observando a Tow que escondía sus alas para luego sentarse en el suelo. Sonrió tranquilamente hacia los chicos, como si nada hubiese pasado.

Tow: No viene a atacarlos, tampoco a ella

Hell se tranquilizó al oírle. Si bien habían comenzado de una forma horrible, el último tiempo había sido bastante sensato. Y fácil de tratar, aún cuando de momentos actuaba como un loco.
Tanto Lesius como él pudieron notar la mirada fija en Bel. ¿Por qué?

Pensó en irse al sentir que lo separaba pero... pero ella temblaba, ruborizada, y podía sentir su corazón tan acelerado como el suyo. Algo en él había despertado. Algo que había reprimido, y hubiese quedado así si Dal no hubiese respondido.
Tomó sus manos en las propias, alejandolas de su pecho y reteniendolas allí, echando al frío con su calor propio. Lo hacía sin fuerza, permitiéndole alejarse si así lo quería. Podía notar la contradicción que había dentro suyo.

Meds: Y-yo... l-lo siento.

-

Suspiró, acercándose a Eike lo suficiente para abrazarlo. Arrepentimiento. Ese sentimiento que carcomía a los tres lo suficiente para conocerlo de memoria.
Le acarició el cabello, sintiendose Bab por un momento.

Kok: ¿Quieres hablar de ello?

Dudaba que se lo hubiese contado a nadie hasta ahora.

-

Sintió las miradas sobre ella por unos momentos y luego salió definitivamente de atrás de Hell. No iba a atacarla. Y si lo hacía, tenía a una Muerte famosa y a un Recolector de Almas lo suficientemente poderoso para protegerla.
Avanzó un par de pasos, sonriendo levemente.

Bel: Gracias.

Se ruborizó aún más al sentir sus muñecas ser tomadas por él y verse nuevamente contra su cuerpo. Era imposible que pudiera pensar correctamente si pasaba algo así. Bajó la cabeza, dejando que su flequillo tapase su rostro lo suficiente. Ninguno de los dos tenia la culpa... pero ella se sentía culpable por haber disfrutado eso.

Dal: E-Está bien... N-No pasa nada...

Pero si pasaba, y no sabía cómo actuar respecto a eso.

-

Eike negó con la cabeza, Isha intentaba calmarse. Su instinto animal decía que sacara a Eike de allí, que protegiera a Kok, pero... no podía hacerle eso. Se veía realmente arrepentido. ¿Quién era él para hacerle eso?
Suspiró, agachándose a un lado de ambos, intentando ser un soporte silencioso por lo menos.

-

La observó, ahora frente a él, unos segundos en silencio. Hell se encontraba dispuesto a actuar si era necesario, pero algo dentro de él le decía que no pasaría nada. Tow se puso de pie, acercándose un poco más a Bel, provocando que Lesius gruñera como simple advertencia.

Tow: Te estuve siguiendo durante semanas -acercó con cierto cuidado su mano al rostro de Bel, mirándola a los ojos, para luego inclinarse y apoyar su frente contra la de ella-. Eres mucho más linda de cerca.

Lesius no comprendía nada, mientras que Hell intentaba contener una carcajada. Con que de eso se trataba todo.

Estaba nervioso, y algo incómodo también. Había sido un riesgo y lo sabía pero... lo había disfrutado a pesar de todo, y lo volvería a hacer. Ella tampoco se había soltado de su ataque. ¿Quería decir que ella no lo encontró desagradable?
Se incorporó rápidamente, todavía incapaz de pensar correctamente o de actuar siquiera.

Meds: Q-quizás... deba irme...

Le dolía. No quería irse. Quería más de Dal, quería besarla nuevamente, sin miedo, sin ser... rechazado.

-

Kok observó a Isha. Estaba seguro de lo que sentía porque el mismo lo hacía. Le intentó sonreír, mientras no soltaba a Eike, sin saber bien que decir o hacer. Había tratado con situaciones dificiles en el pasado, pero nada como esto.

-

Y estaba paralizada.
De ser diferente su estado, también estaría completamente ruborizada. Y un poco aterrada.
¿Qué debía hacer?

Bel: Eh... gracias... supongo

Se alejó levemente, lo suficiente para observarlo mejor, completamente perdida.

Bel: ¿Quién eres?

Empezar por ahí sería una buena idea. ¿Cómo no había notado que la estaban siguiendo?

Sintió de golpe el frío volver a golpear su cuerpo, aún más mordaz que antes. ¿Estaba bien que deseara que no se fuera? Al escuchar sus pasos, se desesperó por unos cortos segundos, comenzando a gatear hacia él. Estiró su mano para alcanzarle, pero se detuvo a medio camino, llevando su propia mano a su pecho. Sentía ganas de llorar. Bajó la cabeza, intentando contenerse.

Dal: E-Espero... verte pronto...

Sin darle tiempo a nada, tomó rápidamente las bolsas del suelo y salió corriendo hacia su casa. Sus rodillas dolían, seguramente las había lastimado al rasparlas contra el suelo. Un nudo en su garganta le imposibilitaba respirar, mientras que algunas lágrimas caían de sus ojos. Estaba siendo insensible y caprichosa, ¿no?
Se frenó en seco a unos cuantos metros de su casa. Debía calmarse. Retomó el paso, ahora lento. Las lágrimas aún intentando salir, mientras que no podía calmar su respiración y la sensación de desasosiego que la embriagaba. Se detuvo nuevamente frente a la puerta, aún sin poder calmarse. Apoyó su frente contra la puerta, cerrando los ojos con fuerza.

(N/A: Está como para que Len malinterprete XD)

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Hell: Se llama Tow. Es un ángel que---

Tow: Dejé el Cielo por cuenta propia. Soy ángel de nadie.

Vaya forma de expresarse, pensó Hell. Observó a Lesius, que parecía más interesado en marcharse de allí. Y en cierta forma le entendía. Pero por otro lado, no quería perderse de ello.

Lesius: ¿Por qué la seguías?

Tow dejó de mirar a Bel, para observar a Lesius unos segundos, y sonreír.

Tow: No es la primera vez que estos ángeles la buscan. Me interpuse varias veces. Pero... -clavó su mirada en Bel- luego de verla, no pude dejar de seguirla, intentando protegerla

Meds sintió su pecho abrirse al medio. Sabía que no podía alejarse de ella. No ahora. No ahora que ella lo quería a su lado.
El mismo tuvo que hacer un esfuerzo por no llorar allí mismo y alejarse con paso seguro.

Meds: Diablos Dal...

¿Qué había hecho con él?

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(Dicho y hecho señorita)

Ya habia esperado suficiente. Ahora era entrada la noche y aún cuando atardecía se había frenado. Era momento de ir a buscarla.
Len abrió la puerta, retrocediendo por la sorpresa al ver a Dal... lastimada y llorando.
Se apresuró a quitarle las bolsas, y atraerla hacia ella.

Len: ¡Dal! ¿Qué ocurre?

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Estaba desconcertada... y agradecida en cierta forma. Y en otra, se sentía inútil. Quería enojarse y gritar que no necesitaba ser protegida, pero realmente no sabía nada de ese mundo, el cual acababa de descubrir. Así que solo pudo observar como Tow la miraba, sin saber qué significaba.

Bel: ¿Por qué me buscan a mí?

¿Qué tenía ella de especial?