One more time (8)

Soltó una risa suave y delicada, tomando una de sus manos ahora que ya sabía quien era y rozando sus labios con la de ella. la suavidad de su piel envió un cosquilleo por su cuerpo.

Meds: No debe disculparse, apenas si oyó mi voz. ¿Cómo está su mano?

-

(Ahh no se me ocurré xD)

Se sonrojó furiosamente al sentir el beso en su mano. Por dentro, agradecía el gesto educado, y al mismo tiempo la elección de sector. Len solía besar la palma de sus manos, y no sabía si podía controlar su nerviosismo ante eso. Por otro lado, se preguntaba por qué se mostraba tan libertino.

Dal: Me-mejor -aclaró su voz, intentando no mostrar su nerviosismo-. Quería agradecerle, a decir verdad. Fue muy amable de su parte.

-

No sabía en qué momento se había dormido. Recordaba estar abrazado a Xer, acariciandola para calmarla, pero ahora... estaba en el sueño, acurrucado de una forma casi bestial. Se desperezó, sintiendo el pelaje de su cola erizarse. Su cabeza daba vueltas, por lo que dedujo que se había golpeado contra algo. O alguien le había golpeado. Se tomó la frente con la mano derecha, intentando calmarse.

Nyelo: Diablos...

Sonreía abiertamente ante su sonrojo. Sabía que ahora no sería fácil olvidarse de él, pero tampoco quería asustarla, no tenía forma de interpretar el nerviosismo que transmitía. Se sentó frente a ella, clavando la vista en sus ojos blancos como la luna, tranquilizando su mente.

Meds: Soy yo quien debe agradecer. Sin tu presencia la noche hubiese sido una tortura.

Siempre lo era cuando se trataba de Luna Llena.

-

Se había ido a mitad de la noche. Sabía que era el momento perfecto y que podía deslizarse con facilidad por la oscuridad. El único problema había sido deshacerse de Nyelo, recurriendo a arrojarlo al suelo. No se sentía muy orgullosa de ello, pero no podía soportar un momento más en su casa.
Ahora estaba en un árbol, alejada de la mansión. Llevaba con ella alguna de sus dagas por precaución. No sabía que haría, pero sabía que tenía que irse.

Dal: Siempre imaginé que debía ser algo triste y doloroso... La gente después de todo inventa historias horrendas de las cosas a las que teme

Y entendía que un ser humano transformándose podía ser aterrador, pero era obvio que no haría nada para dañar a nadie. Aunque quizás simplemente era muy confiada, exactamente como Len decía.
Se acomodó el vestido, aún sentada. Podía oír la respiración pausada de Meds, y no lo había sentido moverse en un buen plazo de tiempo. Sonrió, deduciendo.

Dal: Está observando mis ojos, ¿no?

-

Gruñó, saliendo de la casa. Había recorrido cada uno de los cuartos, sin suerte alguna. Xer no estaba, se había ido, y le parecía injuto. No le estaba pidiendo nada exorbitante, simplemente hacerle compañía, ser su apoyo moral. Pero ni eso. ¿Acaso tan poco valor tenía?
Gruñó, dándole un puñetazo a un árbol en su camino. Avanzaba sin rumbo fijo, por lo que le daba igual. Se sentía... menos que nada. Cayó de rodillas al darse cuenta de ello. Era menos que nada, ese era el problema. Gruñó, comenzando a arañar profundamente sus brazos, lastimándolos.

-

Caminaba sin rumbo fijo, moviendo su cabeza de un lado a otro como si fuera un muñeco, moviendo su cuerpo de igual manera. En su cabeza, miles de voces gritaban, hablaban y lloraban sin sentido alguno. Su gesto, inamovible. Comenzó a crujir sus dedos, claro gesto de que estaba pensando algo. Pero aún no sabía qué.

(N/A: El pet se llama Eike_7 y le estoy construyendo la personalidad :d)

Meds se sonrojó al ser atrapado, bajando la vista inmediatamente.

Meds: Lo siento. Me he quedado absorto...

Sonrió, sacudiendo su cabello. ¿Cómo podía saber lo que hacía si no podía verlo? Quizás era simplemente otra de sus cualidades. Soltó una risita, disculpándose.

Meds: Es solo que los encuentro hermosos, si me permite la intromisión.

-

Evitaba los pensamientos de culpa y dolor. Evitaba pensar al distraerse con los animales del bosque, las cortezas de los árboles, lo que sea. Necesitaba olvidarse de todo. Olvidarse de Nyelo, de Eek, de los recuerdos. Olvidar y seguir adelante.
Curiosamente, no había tenido tanto problema en superar su primera muerte. Sonrió ante el pensamiento, avanzando antre las ramas.
Las hacía crujir sin importancia. No estaba cazando. No se estaba escondiendo.

Se sonrojó al oírlo. Nunca le habían dicho que sus ojos ciegos eran hermosos. A decir verdad, Len y Yure evitaban el tema de sus ojos constantemente, y no los culpaba. Se sentían mal respecto a eso.
Dejó salir una risita leve.

Dal: Se lo agradezco. Es la primer persona en decirme algo así.

Y seguramente la única.

-

Oyó ruido, lo que hizo que únicamente se detuviera. Sus brazos sangraban profusamente, pero no era lo que más le preocupaba. Su mente había vagado a imaginar desde un pseudo intruso, en un espacio que no era suyo, hasta un posible animal peligroso. Gruñó, queriendo ponerse de pie, pero cayendo de rodillas de nuevo. Había perdido mucha sangre, y si bien estaba alerta, se sentía mareado. Demasiado.

-

(N/A: Ya entendí que no queres a mi Eike :c )

Meds: ¿De verdad? Las personas no pueden apreciar la belleza.

Le gustaba verla. Y le gustaba ser la causa de su sonrojo, o sus palabras lo eran al menos. No podía negar que le causaba curiosidad su ceguera, ¿debería preguntar?

-

Oyó un gruñido y se detuvo, sus sentidos alerta. Cuando bajó la mirada casi se cae de la rama en la que estaba. ¿Qué hacía allí? ¡¿Por qué la había seguido?! Reprimió un gruñido, sabiendo lo que tenía que hacer.
Se quitó la remera, saltando detrás de él y cubriendo sus ojos rápidamente. No podía dejarse ver. Prefería que la odiase, que no la buscase más. Suspiró al alzarlo y emitió un quejido al empezar a caminar hacia su hogar. ¿Por qué estaba tan herido?

-

Kok estaba echado en la hierba, observando como una hormiga caminaba por su palma. Le hacia cosquillas y al mismo tiempo le divertía ver a una criatura tan pequeña intentar escapar de un gigante.
Sonrió, cambiandola de mano. Sus días eran cada vez más aburridos.

Dal: Quizás sea más porque decirle a una persona ciega que tiene bellos ojos es practicamente un tabú...

Cualquier otro lo interpretaría como una burla, pero para ella sonaba sincero. Aunque si Len estuviese allí, seguramente no pensaría lo mismo. Sonrió levemente, bajando la cabeza, agradeciendo que Len no estuviese allí... o por lo menos no aún. Le agradaba hablar con Meds.

-

Vendado, buscaban alzarlo. Rió mentalmente de forma socarrona; claro, porque podrían manejarle a su antojo. Gruñó con fuerza, soltándose del agarre, aún si no veía nada. Se mantuvo quieto unos segundos, reconociendo el aroma de Xer por el de su propia sangre. Sintió todo moverse, cayendo de rodillas nuevamente.

Nyelo: Diablos... no me asustes así...

-

Siguió caminando, crujiendo los dedos de su mano, para detener toda actividad al poder divisar una silueta. Por unos segundos se emocionó, pensando que sería Karh (N/A: Si, son amigos de la infancia), para luego detenerse al ver que no era siquiera una figura femenina aquella. Bajó la cabeza, nervioso, intranquilo. Pensó en todas las probabilidades de alejarse con completa rapidez, para resbalarse y caer al intentar concretar su plan.

Soltó una carcajada. ¿Tabú?

Meds: Creo que no se aplican a mi. Mi propia existencia es un tabú.

¿Cuantas veces lo quisieron matar? Había perdido la cuenta luego de las peleas y huidas. Se tomó el atrevimiento de tocar su barbilla con su dedo índice, elevándole el rostro, acariciando su piel con el pulgar.

Meds: No bajes la vista, me gusta tu sonrisa.

Había abandonado el trato de usted completamente.

-

Xer: Y tú dejame llevarte.

Volvió a alzarlo, evitando que su preocupación se notase en su voz. Necesitaba llegar y curarlo lo antes posible. ¿Cuánto tiempo aguantaría antes de un desmayo?

Xer: ¿Qué demonios te sucedió de todas maneras?

-

(No me sorprende por alguna razón...)

Alzó la cabeza pensando que sería Isha para encontrarse con un desconocido. Aplastó la hormiga entre sus dedos (Asesino!) y se levantó, caminando lentamente hacia donde estaba.

Kok: ¿Estas... bien?

-

Bel sonrió. Lo que en un momento la paralizaba atemorizada ahora le traía completa felicidad.
Estaba sentada entre dos troncos muertos, apenas rozandolos con los dedos y podía sentir como la energía comenzaba a fluir a través de ella. Fue por fortuna que descubrió que ella misma podía canalizar la energía restante de los cuerpos y trasladarla, así que ahora se pasaba sus horas traspasando esa energía a animales heridos o simplemente jugando con ella.

Su sonrojo adoptó una furiosidad nunca antes vista. Algo dentro de su cabeza le decía que eso era peligroso, que Meds no tenía realmente muchos límites. Y otra parte, estaba encantada con ese trato. Un trato... poco usual. No como si fuera una muñeca a punto de romperse, sino como una muchacha normal.
Decidió tomar la mano de Meds entre las suyas, alejándola de su rostro. Marcó una línea límite inconscientemente.

Dal: Es bueno sentir que alguien más entiende

Quería centrarse en eso, en que tanto Meds como ella eran parte de un tabú social. Tanto así como Len, sólo que él no lo sufría realmente.

-

Volví a soltarse, gruñendo con fuerzas. No se quitó la venda de los ojos, ya que era lo único que lo mantenía medianamente en sus sentidos; estaba seguro que apenas abriese los ojos, se desmayaría. Y no podía permitirse eso.
Se alejó un paso de Xer, trastabillando con su propio peso. Estaba débil, y era prácticamente un animal salvaje encerrado, pero no quería eso.

Nyelo: No quiero compasión, ¿sabes? No necesito más de eso en mi vida

-

Al observar a la silueta transformarse en un muchacho frente a él, palideció, abriendo enormemente sus ojos. Negó como primer medida a la pregunta, para luego asentir, volviendo a negar y asentir un par de veces más. Estaba completamente nervioso. ¿Hacía cuánto que no tenía trato humano real? Más allá de del horrible incidente. Más allá de él.
Observó horrorizado a su alrededor, encogiéndose en sí mismo. Veía sombras. Y le daba miedo.

-

Había sentido un flujo de energía bastante considerable, por lo que pensó que lo mejor era investigar seriamente sobre ello. Después de todo, no era normal. Y la última vez que había sentido un cambio de energía, había aparecido un ángel desquiciado, y prefería evitar sorpresas.
Se detuvo frente a la extraña escena, sin saber exactamente qué decir. Soltó su guadaña, que pasó a transformarse en un cachorro.

Hell: Disculpa, pero ¿qué estás haciendo?

Quería relamerse, acercarse, seguir acariciando esa suave piel.. pero entendió el gesto de Dal y se conformó con tener sus manos entre las suyas por las que no las movió y le dejó decidir a ella cuando quería soltarlas.
Le recorrió una agradable sensación al ver su sonrojo y tuvo que bajar la mirada por unos segundos.

Meds: ¿El demonio, Len, no lo hace?

-

¿De verdad estaba resistiendose? Podría haberlo ignorado, podría haberse ido. Incluso podría haber actuado como si nunca lo hubiese visto. ¡Ella era quién quería alejarse!
Igualó su gruñido y se colocó detrás de él nuevamente, empujándolo con suficiente fuerza para que se moviese, incluso cayese.

Xer: Perfecto. No es compasión. Ahora muevete o te arrastraré.

No estaba de humor para esto.

-

Alzó una ceja, dudando en cómo actuar. Estaba claramente nervioso, asustado, y él no era el indicado para actuar con paciencia. Respiró hondo, maldiciendo que no estuviese Koba allí y se arrodilló para estar a la altura del extraño.

Kok: No te asustes. No voy a lastimarte.

Le mostró sus palmas desnudas para demostrarle que no estaba armado ni nada parecido. ¿Debería tratarlo como un animal salvaje?

Kok: Me llamo Kok.

-

Emitió un pequeño chillido al verse sorprendida, alzandosé en un rápido movimiento. Todo flujo murió al perder ella la concentración cosquilleando en su piel al desaparecer.
Observó al extraño frente a ella, sin saber si atemorizarse por el hecho de que tuviese una venda o tomarlo como algo normal.

Bel: Yo.. nada.

Dal: Lo hace, es sólo que...

Era sólo que para Len ser poco apreciado era normal. Y si bien era algo a lo que se acostumbraba, a veces deseaba que las cosas no fueran así. Soltó la mano de Meds, ya más tranquila, para luego llevar un mechón de su propio cabello detrás de la oreja.

Dal: Es difícil de explicar, él no piensa igual

-

¿De verdad lo estaba empujando? Gruñó, clavándose en seco en el suelo. ¿Por qué demonios hacía eso? ¿No lo quería lejos? Olió el aire lo suficiente como para descubrir dónde estaba ella y alejarse un poco, lo suficiente.

Nyelo: ¿Qué diablos quieres? ¿No me quieres lejos, acaso? Sé que valgo menos que nada, así que seguir fingiendo preocupación es inútil

Le costaba hablar bien, sentía la voz ronca, pastosa.

-

Iba a gimotear de dolor al verlo acercarse un poco más, pero en cambio cerró los ojos con fuerza. Muchas voces repentinamente se arremolinaron en sus oídos, gritando y chillando de dolor. Abrió los ojos y la boca como si se hubiese estado ahogando, para mirar aterrorizado a esa persona frente a él. ¿Su nombre era Kok? Sonrió, de forma apenas perceptible. Abrió los labios, pálidos, dejando salir una voz leve y entrecortada.

Eike: Soy Eike...

-

¿Nada? Lo había visto, y bien claro. Estaba manipulando energía, estaba seguro. Y si bien no era un indicio de algo peligroso, era extraño que un ser paranormal lo hiciese de forma tan... abierta.

Hell: Necesito que me digas

Meds: Ya veo...

Se encogió de hombros e iba a contestar algo más cuando una voz desde su espalda lo hizo volver.

Len: Linda imagen.

Se acercó a ambos con el ceño fruncido. Había observado desde la distancia lo suficiente, el contacto de su mano con el rostro de Dal y como le había retenido las manos. Hasta se había alegrado de dar un paseo.
(bardo! xD)

-

Su enojo aumentaba al igual que su irritación. Por instinto su mano rozó la empuñadura de la daga, dejándola allí dónde estaba.
Inhaló y se tranquilizó un poco. Vaya truco sucio que le estaba jugando en la mente.
Acortó la distancia entre ellos, alzandose en las puntas de los pies y besándolo rápidamente en los labios.
¿Menos que nada? había enloquecido, eso era seguro.

-

Retrocedió un paso, dándole su espacio. Era tan extraño que no podía alejarse. Decidió sentarse y mantener la calma, sin mostrarse alterado por Eike y su inusual comportamiento. Había estado a punto de llamar por ayuda al verlo ahogarse, y luego simplemente sonreírle como si nada hubiese ocurrido. Le dedico una corta sonrisa.

Kok: No entendí tu respuesta, ¿te lastimaste?

-

Se cruzó de brazos, abriendo la boca para replicar cuando su sentido común le habló. Él sabía que había algo raro con ella, y de igual manera lo hubiese visto. Y el hecho de que ambos compartieran un cabello blanco, algo completamente inusual, sumandose la venda, le hizo caminar hacia un árbol y mostrar el flujo que podía crear al hacer que la energía le recorriese por los brazos y terminase en una pequeña bola en su palma, desapareciendo a los pocos segundos.

(N/A: Justo cuando pienso que aumenté el número de admiradores de Dal (?))

Se sobresaltó un poco al oír la voz de Len, para acabar sonriendo. Siempre aparecía cuando menos le esperaba, y aún no lograba acostumbrarse a ello.
Respiró hondo, tratando de encontrar las palabras adecuadas. Podía sentir el tono de voz molesto de Len.

-

Trastabilló al sentir el beso, cayendo sentado en el suelo. ¿Por qué jugaba así con él? ¿Por qué hacía eso? Iba a decir algo, pero el mareo aumentó considerablemente, provocando que cayera de bruces al suelo.

-

Eike: N-No

O sí. No estaba seguro. Se rascó la cabeza, nervioso. ¿Por qué le preguntaban esas cosas? No deberían existir las preguntas, eran difíciles de responder, siempre.
De repente se detuvo, observando a Kok con completa curiosidad. Era real, ¿no? Sonrió, con sus labios algo pálidos, acercándose. Le rozó el rostro.

Eike: Eres real...

-

No dijo nada, pero por dentro le llamaba enormemente la atención. Nunca había visto a ningun no-muerto hacer eso. A decir verdad, no era algo que ellos pudiesen hacer, porque carecían de energía. Estaban, justamente, muertos. Se preguntó si debía decirle a Lesius sobre ello, pero... ¿sería algo importante? Quizás ni había descubierto realmente qué podría hacer con ello.

Hell: ¿Sólo eso?

Len: ¿Qué se supone que haces aquí?

Le pregunta no era para Dal. Estaba observando fijo a Meds, leyendo todo lo que sus ojos transmitían, desde el deseo hasta lo que Dal había ocasionado en él. Ella tenía ese efecto, sobre todo en aquellos que más necesitaban comprensión.
Meds se levantó, sonriendole a Len. Sabía que una actitud hostil no le serviría si quería seguir viendo a Dal.

Meds: Me encontré con Dal de casualidad y quise agradecerle.

Len gruñó.

Len: Dal, no me avisaste que saldrías.

Meds: ¿Acaso eres su niñera?

-

Suspiró, volviendo a besarlo suavemente y quitándole la venda de los ojos. Cuando se separó, estaba algo sonrojada aunque con el ceño fruncido y no se atrevía a mirarlo a los ojos.

Xer: ¿Me dejarás llevarte ahora o te seguirás resistiendo?

No duraría mucho más sin tratamiento.

-

Pestañeó un par de veces, sin mirarlos a los ojos. Algo no estaba bien con él, podía sentirlo. Y que tocase su rostro de esa manera se lo confirmaba. ¿En qué se había metido? Respiro tranquilo, calmado y asintió.

Kok: Sí, lo soy...

¿Quién era él?

-

Suspiró, rindiendose ante la observación detallada. Volvió a tomar la energía que había circulado por ella y se acercó a Hell, vacilante, terminando por tocarle y hacer que se disolviese dentro suyo.

Bel: Y eso es todo.

¿Acaso había sido un error demostrarselo?

De acuerdo, eso no sonaba para nada amigable. Y si bien sabía que Len tenía un sentido del que ella carecía, no creía que hubiese pasado algo tan grave como para reaccionar asi. ¿O sí?
Se puso de pie rápidamente, abriendo y cerrando la boca varias veces, sin saber bien qué decir. Fingió una sonrisa, tratando de mitigar las cosas.

Dal: Vamos, no peleen... No hay motivos para pelear...

-

No pudo decir nada. Tenía la vista borrosa, y sentía que más que la realidad todo eso era un sueño turbio, y que despertaría a un lado de Xer. Y que nada habría pasado. Pero su cabeza dolía horrores, y eso le daba a entender que no, que no era un sueño.
Asintió levemente con la cabeza, dejandose hacer.

-

Sonrió ampliamente, más tranquilo. ¡Era real! Oírlo a él dentro de su cabeza era un martirio, pero de repende ver a alguien real y que se callara... dios, era como un milagro.
Alejó las manos del rostro de Kok, para mirarlo fijamente a los ojos. Por un momento se olvidó de su irracional miedo a las personas.

Eike: ¿Tienes miedo?

-

De acuerdo, si, sabía demasiado. Bufó, pensando qué hacer. Lesius seguramente querría saber de ello, pero... ¿cómo hacer para que no pareciera una situacion peligrosa para esta chica? Seguramente huiría al ver un portal.
Chasqueó la lengua.

Hell: Tengo que mostrarle eso que haces a un amigo

"Amigo". Vaya palabra para describir a Lesius.

Meds levantó las palmas, posicionandose detrás de Dal. Las bajó hasta sus hombros, sonriendole a Len.

Meds: la Señorita tiene razón Len, no querrás molestarla, ¿O si?

Len sintió la furia crecer dentro de él. Lo mataría. Lo destrozaría con sus manos. Pero tenía que alejar a Dal de su camino, o podría salir lastimada ella también.

Len: Dal, ven aquí por favor.

Había suavizado su tono pero había rastros de tensión y no apartaba sus ojos de Meds... y de cómo apoyaba sus manos sobre los hombros de SU pareja.

-

Suspiró satisfecha y cargó con él el trayecto que la separaba de su casa. Se manchó con su sangre en el camino pero no le importaba.
Cuando llegó por fin, se apresuró a llevarlo a la cocina y comenzar a curarlo, sin decir una sola palabra. Todavía no sabía que le había pasado, aunque dudaba de querer saberlo.

-

Mantenerle la mirada le había resultado más complicado de lo que esperaba, pero no era por miedo como le había preguntado. Se trataba de extrañesa y una sensación de incomodidad que se desprendía de él.

Kok: No, no te temo. ¿Tu sí?

-

Bufó, alejandose unos pasos de su extraño compañero. Sabía que ese "amigo" no podría representar nada bueno y no tenía intenciones de ir.

Bel: No lo creo.

Sintió las manos de Meds en sus hombros, pero no sintió que aquello fuera un gesto a tener en consideración.
Se mantuvo en silencio al oír a Len. ¿Ir con él o no? Sentía que algo no andaba bien, no sabía exactamente qué, y le preocupaba. Terminó accediendo y caminando en dirección a Len. ¿Qué diablos estaba pasando?

-

Estaba a punto de caer inconsciente, lo sabía. Por lo menos sabía que sus garras eran lo suficientemente poderosas como para hacerse semejante daño.
Observó la mancha que representaba Xer a esas alturas ir y venir, lo cual le hizo sonreir levemente.

Nyelo: ...te preocupas por mí, ¿eh?

-

Negó con la cabeza, para luego asentir. Y volver a negar. Y volver a asentir. Se mantuvo inmóvil unos segundos, asintiendo finalmente. Sí, le tenía miedo. No sabía quién era, no lo conocía, sólo sabía que era real, y mediante haberlo tocado. Él odiaba tocar a las personas, pero lo había tocado. Y le daba miedo.
Se rascó la cabeza con ambas manos, perturbado, para luego elevar la vista a Kok y sonreír.

Eike: Tengo hambre

-

Gruñó. Si ella no iba a Lesius, quizás debía hacer que Lesius viniese a ella. Abrió un portal, por el que su guadaña-perro pasó antes de que se cerrara. Trató de tranquilizarse, observando a la muchacha.

Hell: No me presenté. Soy Hell. ¿Tu nombre?

Meds retuvo su mueca de descontento y se encogió de hombros. No se acercó a Len pero en su mirada solo había odio y desprecio. ¿Quién se creía para controlar así a Dal?

Meds: Como quieras. Espero verte pronto Dal.

Esbozó una sonrisa que dejaba ver sus dientes y salió trotando del prado, ocasionando que Len suspirase, secretamente aliviado.

Len: No te hizo nada, ¿no?

-

Xer: ¿Cómo pudiste pensar que no?

Suspiró nuevamente, desinfectando y vendando. No podía hacer nada con la cantidad de sangre perdida pero esperar a que el propio cuerpo de Nyelo se recuperase.
¿Preocuparse? Por supuesto que lo hacía. Pero esa preocupación era justamente lo que no quería sentir. No quería estar atada a nada, o nadie... pero le resultaba imposible.

-

Se estaba exasperando. No podía entender a este muchacho ni por su comportamiento. ¿Era tan complicado darle una respuesta clara? Al oírlo se levantó, lentamente para no volverlo a asustar, y retrocedió un paso. Ofrecerle su mano solo causaría más temor por su parte, lo sabía.

Kok: Mi casa está por aquí si... quieres comer algo.

Esperaba que al menos comiese comida real.

-

Se tensó al ver el portal, y clavó su vista dónde hacia segundos estaba, sin importarle la presencia de Hell. Su mente fluía con todo tipos de pensamientos y formas de explicar lo que acababa de ver, sin resultado convincente. No tenía idea de lo que sucedía.

Bel: Soy Bellonya

Le contestó sin dirigirle la mirada todavía.

Dal: No... tampoco entiendo por qué lo haría

Sentía que Len estaba exagerando. Entendía que en su actual estado, gran parte de las cosas podía ser un peligro para ella, pero... Meds no había hecho nada, ¿no? Sólo ser amable con ella, y sentarse a hablar.

-

¿Cómo pensar que sí? Era difícil pensar lo contrario, siendo que ella daba todos los indicios de realmente no desear estar cerca de él. Y que parecía ser que su preocupación era devaluada.
Gruñó levemente, casi de forma insonora. Estaba cansado, y no quería realmente discutir. O por lo menos no ahora que su cabeza daba vueltas, y no sabía qué era arriba o abajo.

-

Sonrió más ampliamente, poniendose de pie, dispuesto a seguirlo. Debería tener miedo, pero tenía hambre. Y el hambre era muy fuerte, así que realmente lo otro no le interesaba.
Se preguntó si Karh comería bastante, y seguido. Aunque ella siempre le había dicho que el metabolismo masculino era diferente del femenino. Se preguntó por qué él no podía tener un metabolismo femenino. O Karh masculino. ¿Por qué había hombres y mujeres? ¿Por qué no sólo eran... personas? Ugh, las personas le daban miedo.
Miró a Kok unos segundos.

Eike: Tengo hambre.

-

Hell: Gran nombre

No, no era muy social. Y no sabía cómo hacer para retenerla el tiempo suficiente hasta que Lesius apareciera. Se preguntó por qué demoraba tanto, hasta que un portal se abrió a su izquierda. Lesius llegó al lugar, desconcertado en cierto modo, mientras que Hell sonrió.

Hell: Ella es Bellonya. Éste es Aelesius.

Lesius: Un gusto.

Hell: Bueno, mustrale lo que sabes hacer

Len decidió callar. Era verdad que no tenía evidencias para probar lo que había visto, pero los ojos de Meds no mentían. Se preguntaba si debía hacer algo o si sólo lo usaría él luego en su contra. Parecía ese estilo de manipulador.

Len: Tienes razón. SUpongo que estoy paranóico...

-

Lo cargó nuevamente (Estilo princesita ) y lo llevó hasta su cuarto, un lugar que le ocasionó escalosfríos al entrar. No quería estar allí, pero manchar las sábanas de sus padres con sangre, no era una opción.
Lo recostó con cuidado sobre el colchón, sentandose a su lado y comenzando a acariciar su cabello con cuidado, justo como él había hecho con ella.

Xer: Descansa. Prometo estar aquí cuando despiertes.

-

Volvió a arquear una ceja, preguntándose si era más conveniente mantenerla allí hasta que resolviese el misterio que era Eike. Parecía perderse en su mundo y no entender su propios pensamientos por las muecas que lo veía hacer. Se encogió de hombros, dándole la espalda y comenzando a caminar.

Kok: Ya entendí. Comida.

-

Se cruzó de brazos, ignorando su miedo y desconcierto. Un centenar de preguntas revolotearon por lengua aunque finalmente se decidió por una.

Bel: ¿Qué soy, un animal de circo?

Se dio la vuelta, con la intención de irse. Prefería quedarse con sus preguntas sin respuesta en lugar de ser exhibida.

Sonrió levemente, alzando una mano para acariciarlo. Entendía que Len tuviese miedo, pero no debía dejarse llevar por ello. Meds no haría nada, ¿no?

Dal: No te preocupes..

Sonrió levemente, comenzando a caminar. Se sentía aprisionada. Amaba a Len, pero... no podía respirar. Dejó salir un suspiro leve.

-

No quería creerle. Algo le decía que cuando se sintiese mejor y abriese los ojos, ella no estaría allí. ¿Y acaso podía culparla? Él estaba siendo caprichoso y egoísta.
Ronroneó ante las caricias en su cabello, durmiendose más y más.

-

Había tenido suerte, ¿no? Pese a que odiaba a las personas, había encontrado a alguien agradable. No tanto como Karh, pero Kok parecía ser buena persona. Si, dulce, como comer helado. Sonrió ante la idea. Abrió la boca, para decir algo, pero se vio enmudecido al ver a alguien acercarse. Se escondió rápidamente atrás de Kok, tomándole la ropa.
Isha le observó, sin poder creérselo. Kok, ¿haciendo de niñero? Se acercó, no sabía si para burlarse o simplemente para verlo, pero se detuvo al ver al niño esconderse detrás de éste. Sonrió levemente, recibiendo un gruñido seguido de un lloriqueo a cambio.

-

Bufó, transformando su guadaña nuevamente en lo que era, para frenar el filo de la hoja a pocos centímetros del cuello de Bel.

Hell: Hagámosla corta. Soy la muerte y él -señalando a Lesius con la cabeza- un recoge almas. Te lo pediré de nuevo: muestrale lo que sabes hacer

Le tomó la mano, siguiendola. No podía perder a Dal, pero tampoco quería actuar como un enfermo celoso. ¿Se daba cuenta ella del efecto que tenía sobre el resto de las personas? Su falta de miedo y su eterna comprensión la convertían en un imán para seres sobrenaturales.

-

Se mantuvo despierta, alerta. No quería dormir y soñar, despertar sería demasiado doloro. Así que se mantuvo quieta, acariciando su cabello y evitando pensar en cualquier cosa.

-

Suspiró. Lo que necesitaba, que ese chico que pusiese más nervioso. Y sabía que después tendría que soportar las bromas de Isha, pero ¿qué se suponía que hiciera? No iba a dejarlo allí solo... y aterrado.
Se agachó, de frente a Eike luego de darle una mirada de advertencia a Isha.

Kok: Eike, el es Isha. Es un... amigo.

(A todo esto, qué edad tiene Eike?)

-

Sabía que debía asustarse. Sabía que tenía que salir de allí, pero las amenazas sacaban lo peor de ella y estaba cansada de sentirse como la atracción de la feria.
Dudó por unos momentos y luego tomó la guadaña en su mano, alejándola de su cuello.

Bel: Noticias para Muerte. Estoy muerta.

Le sonrió, retrocediendo unos pasos. Quizás no le temía a Hell, pero no tenía intenciones de perder su alma.

Bel: Llegarías mucho más lejos con un "por favor".

Dal: ¿Qué quieres cenar? Pensaba ir hasta el pueblo antes de que oscureciera del todo

No porque a ella le preocupase, sino porque sabía que Len estaba más tranquilo. Sintió el agarre en su mano, pero intentó no pensar en ello. Estaba algo decepcionada, quizás. Le preocupaba Len, y como sufría.

-

(N/A: No se me ocurre mucho con Nyelo XD)

Entreabrió los ojos. Aún era de noche, estaba seguro, y aún sentía las caricias en su pelo. Xer había cumplido su palabra. No pudo evitar sonreír, alegrarse por sentirse mimado un poco.

-

(N/A: Dos años menos que Karh)

Amigo, claro. Por unos segundos dudo en acercarse y besarlo como si no hubiese un mañana, pero estaba el niño ese. Por dentro sintió deseos de matarlo.
Eike le observó, frunciendo el seño. No le gustaba. Era una persona, ¿no? Y no era una persona-helado como Kok. Seguramente era malo. Tomó de la remera a Kok, sin dejar de mirar a Isha, quien dejó salir una carcajada.

Isha: Creo que me está echando con la mirada

-

Hell: Noticias para tí, separo almas de cuerpos. Da igual si tu corazón palpita o si respiras.

Lesius suspiró. La paciencia no era claramente un don de Hell. Y tampoco el suyo. Pero se notaba que la muchacha estaba asustada y reaccionaba acorde a ello.

Lesius: Por favor

Hell se giró a mirarlo, frunciendo el seño.

Len: No lo sé. Me da igual.

Estaba absorto en sus pensamientos y en como actuar con Dal. No podía protegerla, no del todo, y tampoco podía encerrarla, ni lo quería. Confiaba en ella, pero no en el resto. ¿Qué debía hacer?

-

(meh, los dejamos por un rato? xD)

-

Se pasó la mano por el cabello, sin saber que hacer. Si echaba a Isha, se enojaría con él y no le hablaría por quien sabe cuanto tiempo. Si lo acercaba, Eike lloraría, o gritaría, o algo parecido.

Kok: Le asustas.

Suspiró, atrayendo la mirada de Eike.

Kok: No te hará daño.

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Bel: Gracias.

Chasqueó la lengua, dándoles la espalda y enfrentandose a un árbol. Tenía que tranquilizarse, las primeras veces que ese poder se había manifestado había sido con resultados devastadores. Entre ellos, casi arrancarle la vida por completo a Nyleo.
Respiró hondo, acariciando el tronco. Inmediatamente sintió ese flujo de energía rodearla y la concentró en su mano, girando lentamente para que ambos pudiesen verla.