Good to you

Cam: Idiota.

Se alzó para quedar a la altura de sus ojos, bufando levemente. No permitiría que tuviese esos pensamientos, ella no se rendiría sin luchar, no buscaría salvarse sin llevarse a Hell con ella.

Cam: Importas, y mucho, y realmente no quiero sonar como una colegiala pero...

Se sintió sonrojar, bajando la vista. Por que le costaba tanto pronunciar aquellas palabras?

Cam: Me rehuso a vivir sin ti.

No pudo evitar la sonrisa casi invisible que se dibujó en sus labios al ver a Cam sonrojarse. Al oírla decir eso. La tomó de la cintura, aprisionándola contra su cuerpo y el árbol, obligándola a entrelazar sus piernas en él para besarla con, quizás, más pasión de la necesaria. Más amor, más deseo.

-

Destruir a Cronos era una cosa. Morir y revivir era absolutamente otra. No dejaba de tener una sensación de cierta superioridad, aún si no la demostraba.
Caminaba de forma lenta, contoneando la cintura, mientras dejaba que su pollera rojiza se bambolease de un lado a otro. En plena Neopia Central, todos pensarían que realmente eras otro punto más entre las miles de personas, pero él--ella podía decir que no. El punto de interés estaba en su persona. Avanzó directo hacia la librería, decidido a probar el leer en su actualmente enorme tiempo libre. Un muchacho, no muy lejos de él, mantenía un libro abierto en manos pero su mirada en él. No pudo más que sonreír, provocando que se sonrojase.

Al menos le había quitado aquellas ideas locas de la mente. Se abrazó a él, entrelazando sus dedos en su cabello. La hacia sentir querida, amada, apreciada... Todos sentimientos que aún no sabía como recibir.

Cam: Vamos a casa? Estoy empezando a tener frío.

-

Mientras pienso...

-

Se sentía libre en muchos sentidos. Libre de responsabilidades, de preocupaciones, de miedos... Incluso su tiempo a solas era agradable.
El calor la estaba matando y había caminado hasta un pequeño rincón en la playa, donde quedó el traje de baño, zambulléndose en esta, flotando.
Su tatuaje seguía allí, no pensaba quitárselo, tampoco las nuevas cicatrices, una en particular en el antebrazo por aquel cuchillo.
Se sentía joven, llena de vida.

Asintió con la cabeza, abriendo un portal a su lado, dejándose caer con ella a cuestas para acabar ambos sobre la cama de Cam. Le sonrió, mientras se transformaba en su versión humana; su cabello negro un poco más largo del usual, sus ojos blancos fijos en ella.

Hell: Nuevo truco

-

[Eve golpeando el pie contra el piso]

-

Una nueva costumbre que había adoptado era la de nadar el ancho de la orilla en la que antes se sentaba. No se sentía listo para volver a aparecer directamente en tierra, no luego de la discusión con Xer. Pero no podía dejar de sentir cierta preocupación por ellos. Era, quizás, la forma más segura de checkear el entorno.
Se detuvo lentamente para subirse a una roca que sobresalía en medio del agua. Se sentó, sacudiendo su cabello, ignorando su alrededor.

Lo observó de arriba abajo, sonriendo levemente, para terminar acariciando su rostro.
Depositó un beso sobre su nariz.

Cam: No digo que no eres hermoso de cualquier manera, pero me gusta tu verdadera apariencia, el verdadero Hell.

Sin trucos, sin disfraces, sin nada más que la persona que tanto quería.

-

A veces sentía que su único escape eran los libros, ultimamente estaba allí desde que el lugar abría hasta que prácticamente lo echaban a patadas, había trabajado duro para ganarse el privilegio de salir y hacía lo mejor posible por conservarlo.
Pasando las páginas le era más sencillo aferrarse a lo que se suponía que era la realidad, un concepto que nunca había logrado entender, pero aquel sonido estaba logrando que perdiese el hilo.
Caminó hasta la persona que lo originaba, tocándole el hombro para llamar su atención, todavía con la vista clavada en su libro.

Seaji: Disculpa, podrías dejar de hacer ese molesto ruido.

(http://www.neopets.com/petlookup.phtml?pet=XSeajiroX - aunque no dice nada xD)

-
Se había adentrado lo suficiente para poder sumergirse y observar algunos peces, y las caracolas que yacían en el lecho del mar. Sus ojos parecían otros, un lente imaginario se había instalado, dandole una perspectiva nueva al mundo.
Pero en su descuido, un dolor comenzó a trepar por su pierna, devolviendola a la superficie con un chillido. Ahora se había vuelto propensa a los calambres, y siempre aparecían en los momentos más inoportunos.

Hell: ¿Segura?

Tranformarse no le suponía realmente una molestia, ya que todas eran facciones de él. Pero escucharla decir eso le había hecho sentir un cosquilleo diferente en el estómago. Estaba alegre.
Se transformó nuevamente en sí mismo, sin quitarle los ojos de encima.

-

Al sentir que tocaban su hombro, se giró lentamente. Se forzaba a reaccionar así, ya que debía parecer un ser humano normal ahora... y años de entrenamiento no se lo permitían.
Observó al muchacho en silencio un poco, para luego sonreír, bajando rápidamente la vista a sus manos. Era una de las pocas personas que realmente no le observaban, y extrañamente le originaba curiosidad.

Eve: Lo siento, ¿que lees?

-

Un grito hizo que girara sus orejas hacia el sector donde se originaba, saltando rápidamente al agua y comenzando a nadar hasta alcanzar a la persona... sorprendiéndose al ver a Xer en lo que obviamente era un calambre. Ella. Un calambre.
Chasqueó la lengua, acercándose con cuidado, para sostenerla con un brazo y comenzar a nadar hacia la orilla.

Cam: Ese es mi Hell.

Se sonrojó nuevamente, aumentando su sonrisa. Aquella era la imagen del Shinigami que había topado en su vida, y que le había mostrado un nuevo mundo.
Con ayuda de los codos, se levantó, besandolo en los labios con ternura.

-

El murmullo detrás de su mente lo distraía, si bien la medicina que le daban a cada día ayudaba a mantener a quién había apodado como "Rox" a raya, siempre estaba aquel barullo.
Le tomó unos momentos por ende escuchar al origen del ruido, quitando luego los ojos de su libro para observarla. Ese era el comportamiento esperado de un miembro de la sociedad, ¿verdad?

Seaji: Se llama Otra vuelta de Tuerca. Me dijeron que era profundo, pero parece más psicología barata.

Suspiró, prestando un poco más de atención a la persona frente a él, notando como Rox hacía su aparición, siempre debía estar presente cuando le hablaba al género femenino.

Seaji: ¿Y tú? ¿Lees o solo golpeas el piso?

-

Chapotenado, debía verse realmente rídicula, aunque agradeció la ayuda de quién estuviese cerca... sonrojandose hasta las orejas al reconocer aquel aroma marino. Se sostenía la pierna, dejándose arrastrar.

Xer: G-Gracias.

-

Neovía era un lugar nada agradable de noche, a menos que conocieses las calles, la gente, y que impusises respeto con tu caminar.
Vestida con tacones, una minifalta y una blusa escotada, se mantenía contra la pared, contando sus billetes. Colocó un mechon de su cabello violeta detrás de su oreja, suspirando. Los clientes estaban cada día mas exigentes, y la competencia parecía crecer, ahora todos los bares parecía tener su sección de bailarinas.
Larx chasqueó la lengua, si seguía así, no podría pagar el alquiler de su departamento.

Hell: Pensé que verme humano te gustaba más...

Porque eso era siempre lo que les enseñaban. Los humanos sólo se sentían cómodos entre humanos. Las cosas diferentes, irreales, eran catalogadas de extrañas. Lo extraño no daba comodidad.

-

Si, definitivamente le daba curiosidad. ¡Ni siquiera le estaba prestando atención como debería! Se sentía cómodo en cierta forma, pero por dentro buscaba cómo hacer que le prestase más atención de la necesaria. Quizás caminar un poco más exagerado, quizás... Dejó salir una carcajada, dejando de pensar en esas cosas.

Eve: Estoy intentando aprender a leer conscientemente. ¿Alguna recomendación, ojitos verdes?

-

Nyelo: No es nada

Aunque en realidad si lo era. No por salvarla, sino por estar cerca de ella. ¿Cómo podía ser que sintiera que la superaba, que superaba todo eso y lo dejaba en el pasado, para sentir que todo volvía si la tenía cerca? Ni siquiera la miró, ni un segundo. La sentó en la orilla, mirando al mar, como si fuera mucho más entretenido.

Nyelo: Supongo que si estás nadando con tanta tranquilidad, todo el peligro ha pasado

-

Cam: Me enamoré de una de las Muertes mas poderosas, no de un simple humano.

Lo empujó, invirtiendo los papeles para quedar ella sobre él, despeinandolo con cuidado.

Cam: Además, los hombres humanos son asquerosos.

Y ruidosos, molestos, apestosos... su opinión del genero masculino no era muy alta.

-

Acercate más, ¿quieres? "Largate." No seas así, vamos, te dejaré tranquilo luego.
Claro, eso siempre funcionaba. Pero la insistencia de Rox estaba terminando con su paciencia, por lo que decidió pararse derecho y observar de arriba abajo a su acompañante, dandole un imagen para que se contentase.

Seaji: Lamento eso. ¿Qué me habías preguntado?

Solía necesitar que le repitiesen las cosas, normalmente no podía escuchar el exterior.

-

Si bien él no podía observarla, ella no podía quitarle los ojos de encima. No sabía cuánto tiempo había transcurrido, pero se veía parecido, y diferente. Sin darse cuenta, habia llevado la mano a su propio hombro, rascando la cicatriz que Nyelo le había dejado hace tiempo ya.

Xer: Sí... Destruímos a Cronos. -Incluso decirlo sonaba irreal, pero le arrancaba una sonrisa- Y al parecer Eve y Xap están en algo.

Desvió la mirada, sólo para volver al perfil de su rostro. ¿Por qué le dolía tanto que la evitase?

Xer: ¿Y tu? ¿Que fue de tu vida en este tiempo?

-

Termiado de contar su ganacia, encendió un cigarillo, observando el humo elevarse en la noche. Saludo con un gesto a sus compañeras, pensando que ella debería irse también, pero sin querer abandonar la calle. Levantó la vista hasta la luna, suspirando nuevamente. Nunca se hubiese imaginado de niña, que con 21 años estaría metida en aquel mundo.

No pudo evitar sonreír al ver el cambio de posición. Ella siempre buscaba tener el control en esos cortos momentos, pero no le molestaba. Llevó las manos a sus muslos, ascendiendo despacio, buscando erizarle la piel.

Hell: Bueno, puedes estar segura de que jamás dejaré que un humano se te acerque así

-

Que le observase de ese modo sólo ensanchó su ego. Se acercó un par de pasos más, acortando la distancia. No le molestaba que mirase, en lo absoluto. Aunque era consciente de que si Xap le viera, se molestaría, pero... no podía evitarlo. Era así.
Se relamió el labio inferior, mordiendo un lado de éste antes de responder.

Eve: Dije que si podías recomendarme algo, ojitos verdes

-

Nyelo: Vivir.

Se rascó la nuca, aún sin verla. No era idiota, sentía la mirada de ella sobre él, completamente insistente. ¿Qué esperaba? ¿Qué es lo que quería de él? Cerró los ojos, bufando por lo bajo.

Nyelo: Xer, ¿puedes dejar de mirarme así? Si quieres algo, sólo dilo

-

No era... exactamente lo suyo. Pero había intentado inmiscuírse más en el mundo de los humanos. Resultaba que en los rincones de mala muerte era mejor aceptado que en los rincones respetados. Allí los demonios no eran importantes, cada cuál tenía sus propias preocupaciones.
Estaba caminando, en la calle completamente desierta, para finalmente deternerse a una distancia considerable al ver a una muchacha con poca ropa. A esas horas. En un lugar desierto. Miró a su alrededor, pensando unos segundos, decidiéndose a intentar. Se acercó, deteniéndose frente a ella, pero respetando su espacio.

Yure: Disculpa, ¿estás trabajando? -le mostró un poco de dinero, sintiéndose ruborizarse-. ¿Es suficiente?

Cam: Espera.

Se separó de él, mordiendose el labio unos segundos. La experiencia con Leisus y Rin le había dejado algo en claro, no podía guardarse nada, porque todo podría terminar demasiado deprisa.

Cam: Hay algo que nunca te dije.

Le sonrió para evitar preocupaciones, bajando de la cama. (N/A: Momento de inventar (?) Siempre le había pedido que no abra aquella puerta del ropero, y sólo esperaba que Hell hubiese cumplido con su extraña petición.
Rebuscó en el fondo, quitando luego un estuche de guitarra, abriendolo y extrayendo el instrumento, sentandose en la cama.

Cam: Conocí a Rin porque mi madre me inscribió en una clase de música, ella ya era la primera de la clase, y se ofreció a ayudarme con la guitarra.

Pero no había tocado para nadie mas que ella, y nadie más sabía... hasta ahora. Levantó la vista hacia Hell, había guardado el secreto por vergüenza, Rin era excepcional con la música.

-

Eso sólo sirvió para excitar más a Rox, que ahora canturreaba de felicidad, pidiendo que acortase la distancia. Seaji suspiró mentalmente, tan sólo quería volver a su libro poco interesante, pero que mantenía a raya a la molesta voz.

Seaji: Depende del género que te interese, aunque siempre encontré la fantasía lo mejor para comenzar.

Caminó, esperando que la siguiese, adentrandose en los pasillos. Acarició los tomos con los dedos, volviendo la mirada atrás a pedido de Rox cada unos segundos.

Seaji: Este es uno de mis preferidos.

Entre sus manos traía un libro titulado "Dos velas para un diablo."

-

Xer: Oh... lo siento.

Quitó la mirada de él, suspirando. Se lo había buscado, y no podía pretender que actuase como en tiempos anteriores, pero le dolía. Lo extrañaba, extrañaba su calor y sus brazos. Demasiado ocupada en su agencia, no había dedicado tiempo a pensar en lo que sentía, y nuevamente aparecían aquellos pensamientos con el único objetivo de confundirla.

Xer: Quería pedirte perdón... y preguntarte si es que ahora me odias.

-

Alzó las cejas, clavando la mirada en el dinero y luego en aquel muchacho. Era lo que necesitaba para pagar sus deudas, y no era un viejo obseso... Era la última línea que le quedaba por cruzar, ¿ya qué importaba verdad?
De hecho, era bastante atractivo, se preguntaba por qué estaría recurriendo a alguien como ella. Se encogió de hombros, apagando el cigarrillo contra la pared, sonriendo de forma encantadora.

Larx: Lo es. Puedes llamarme Larx, si así lo quieres.

Se levantó con ayuda de sus codos para observarla y sonreír. Si bien parte de tener una conexión era que gran parte de tus secretos eran inexistentes, Hell siempre había respetado eso por ella. Y ahora estaba fascinado y agradecido de haberlo hecho. Era el momento perfecto, ¿no?

Hell: Toca para mí... por favor...

-

Le siguió, encantado. Había algo raro en aquel muchacho, podía deducirlo por su entrenamiento de años, pero prefería ignorarlo. Hacía tiempo no estaba en peligro. Y cada mirada que le daba, le hacía sentir así.
Observó el libro, sonriendo. Fantasía, ¿eh? Lo tomó con delicadeza, buscando rozar la mano del muchacho en el proceso.

Eve: Eres muy amable

-

Nyelo: Debería, ¿no es cierto? Pero sé que es mi culpa, yo me metí aquel día. Podría haberme negado, pero no lo hice. Y así es como tengo que pagarlo.

Ahora había aprendido que no siempre lo sexual quedaba solamente en eso. Pero era un conocimiento inútil, no es que realmente se acostase con alguien.
La observó finalmente, sin demostrar emoción alguna, sintiendo algo que hacía "clic" en su cabeza. Darle celos. Quería hacer que se molestara. Sonaba como la mejor propuesta.

Nyelo: Pero no te preocupes. Cada que quiero, se encargan de borrarme tus huellas y dejarme nuevas.

-

Su voz le envió una oleada excitante. Era algo nuevo, era algo reprochado, pero era algo que deseaba probar. Sonrió, intentando no parecer el primerizo que en realidad era.

Yure: De acuerdo, Larx. ¿Me llevarás a algún lugar?

Cam: Solo no esperes formas mágicas.

Le sonrió con un ligero rubor, bajando la vista. Se sentía nerviosa, quizás por ser la primera vez que tocaba queriendo que suene bien.
Con una risita, comenzó a tocar, acompañando las notas con su voz, cerrando sus ojos, dejándose llevar.

(https://youtu.be/vcKHMX7Yj6Y?t=89)

-

Aquel roce... disparó una alarma en su cabeza, Rox, nuevamente, retrocediendo un par de pasos.
La observó con los ojos demasiado abiertos, oyendo la alerta, preguntandose si sería otra fantasía o algo realmente real.

Seaji: ¿Qu-e- quién eres?

-

Irguió sus orejas, volviendo el rostro a él, encontrandose con su mirada. ¿Dónde había quedado el brillo en sus ojos?
Quizás si hubiese sido otra persona, habría descubierto la mentira, pero aquello le había tomado por sorpresa y la había herido.
Se sentía tonta, Nyelo debía seguir adelante, ella... ella había logrado lastimarlo nada más, pero la imagen de otras mujeres tocando su cuerpo...
Chasqueó la lengua, alejándo el rostro con rapidez. No quería que viese sus sentimientos.

Xer: Me alegro por tí.

Masculló las palabras, comenzando a morderse la mejilla. ¿Por qué seguía allí?

-

Larx: Puedes elegir entre mi departamento, tu casa o el callejón. Tu eres el amo~

Acortó la distancia entre ellos, ya con el dinero guardado, acariciandole el rostro. Se veía nervioso, le recordaba a aquellos muchachos que recién cumplían la mayoría de edad y se arrojaban de cabeza a esos lugares.

Su rubor le añadía un toque mágico. Y si, quizás no salían formas mágicas de aquellas cuerdas, pero le hacían sentir magia bajo la piel. Sintió su piel erizarse, quedándose mudo. ¿Cómo explicarle cómo se sentía? Bajó la mirada, ruborizado al igual que ella.

-

Quitó su mano con delicadeza al observar el gesto de pánico. Frunció levemente el seño, sin saber qué decir. ¿Debería irse? Si, quizás debería irse.

Eve: ¿Sabes qué? Mejor me iré. Gracias por... esto.

Dejó el libro sobre una estantería, alejándose un poco de aquel muchacho extraño, para luego avanzar a la salida.

-

Nyelo: ¿Te alegras?

Soportó una carcajada, intentando mantener su imagen. Era obvio que aquello no le agradaba para nada. Estaba molesta, tal y como él quería. Pero, ¿por qué? Ella estaba con Eek, ¿no? Habían arreglado las cosas. Lo sabía. ¿Entonces? ¿Qué esperaba?

Nyelo: No pareces alegre

-

Las últimas dos opciones estaban fuera de cuestión. La caricia en su rostro le hizo temblar ligeramente, al igual que excitarse. Era la reacción adecuada, ¿no? Sonrió.

Yure: Tu lugar

Al terminar la canción, dejó que las últimas notas flotasen en el aire. Observó a Hell, dejando la guitarra a un lado y yendo hasta su lado, besandolo. Se sentía como en un hechizo.

-

Seaji: ¡E-Es-espera!

"Lo has vuelto a cagar idiota"
No es mi culpa.

Pero lo era, ¿por qué simplemente no podía dejarlo en paz? En cambio tenía una pequeña alarmita en su cabeza que se disparaba sin motivo, afectando a cuanta persona se encontrase en su camino. Le tomó la muñeca, ignorando ahora sí a Rox. Definitivmante estaba enojado.

Seaji: Lo... lo lamento.

-

(Pensé que habían quedado en "no somos nada")

Gruñó por lo bajo, incoporandose. ¿Qué pretendía? ¿Qué quería obtener de ella?

Xer: Pues lo no lo estoy, ¿quieres escucharme decirlo? Perfecto: Odio la idea de que otras te tengan.

La enloquecía, y era egoista, era egoista porque lo quería para ella. Convirtió sus manos en puños, llevando una de estas hasta su muslo, recordando luego que estaba en traje de baño y que ya no cargaba sus armas en su persona.
Agitó su cola, nerviosa.

Xer: ¿Era eso lo que querías oír?

-

Le guiñó el ojo, tomándolo de la muñeca y guiándolo hasta su departamento. No estaba demasiado lejos de allí, y al hacerlo pasar, cerró la puerta, apoyándose en esta.
Con los años había logrado entrenar su cuerpo, así que ahora tenía un leve sonrojo y sus ojos brillaban, confiriendole un aspecto más inocente.

Larx: Entonces, ¿qué quieres de mí especificamente?

Cerró los ojos apenas recibió el beso; las emociones aún cosquilleándole en la piel.

Hell: ¿Por qué logras enloquecerme así?

Le tomó de la nuca, profundizando un poco el contacto.

-

Se detuvo al sentir que le tomaba de la muñeca. ¡Diablos que era difícil actuar como alguien normal! Había pensado en arrojarlo al suelo. Incluso pensó en usar armas... hasta que recordó no ternerlas más. Suspiró, dándose la vuelta para mirarlo a los ojos.

Eve: No es nada... creo. ¿Estás bien?

-

[N/A: ¿Eek y Xer? Era un "no somos nada, pero somos algo", pero Nyelo no lo sabe]

Nyelo: No

Había pensado que quería oír eso, pero le había revuelto el estómago hacerlo. ¿Qué demonios estaba mal con él?
Se acercó a ella, ignorando el porte amenazante que había adoptado. Conocía el peor lado de Xer. Le daba realmente igual.

Nyelo: ¿Cómo es la cosa? Me quieres lejos, estás con Eek, pero no quieres que esté con otras. ¿Qué tan infeliz me quieres?

-

La observó unos segundos, analizándola en cierta forma. Era una verdadera belleza. ¿Por qué debía trabajar de eso? Bajó la mirada, apretando los labios entre sí. Era un demonio, ¿no? ¿De donde salía esa repentina moralidad?

Yure: Soy nuevo en ésto... esperaba que pudieras guiarme

¿Ella enloquecerlo a él? No, era al reves. No había sentido antes la confianza para tocar, para cantar frente a alguien, ni se había sentido tan en paz al terminar.
Se apegó a su cuerpo, no podía estar suficientemente cerca, lo necesitaba a su lado.

-

Aquel cosquilleo otra vez... Se le erizó la piel al hacer contacto con sus ojos, y Rox volvió a gritar, con algo de enojo, buscando que le diera atención.
Pero esta vez logró contenerse y no salir disparado hacia el otro lado, debía ser simplemente una falsa alarma.

Seaji: Si. No. No lo se. Disculpa, a... a veces me sucede esto...

-

(Ahh listo, me confundí xD)

Chasqueó la lengua nuevamente, abrazádose a ella misma.

Xer: No "estoy" con Eek, nos vemos pero... ya no es lo mismo.

Desde que habían cortado la relación, ambos habían cambiado, se habían distanciado del otro, ni siquiera había ido a buscarlo ahora que el peligro ya no estaba.
Se rascó la nuca, evitando la mirada, era cierto, estaba siendo egoista, debía dejarlo ser feliz.

Xer: Lo lamento, yo... creí haberte superado, pero creo que me equivoqué.

-

¿Un principiante? Demonios, ¿sería virgén acaso también? Ocultó sus sentimientos tras una sonrisa, asintiendo. Con un porte elegante lo hizo sentarse en el sillón, con ella a su lado, sus manos entrelazadas. Supuso que apresurarse sólo pondría más nervioso a aquel muchacho cuyo nombre todavía no sabía. ¿Sería así siempre? Tan... vacío.
Volvió a acariciarle el rostro, acercando sus labios a los suyos, rozandolos con su aliento al hablar.

Larx: ¿Estas seguro de esto?

Pasó los besos a su cuello, rasgando su remera sin consideración alguna. Aún le faltaba controlarse en esos momentos, jamás había estado tan íntimo en su actual ser. El exceso de energía era abominable. Dejó salir una risotada, apoyándose en su hombro.

Hell: Lo lamento, yo... no estoy acostumbrado, sabes, a estar así...

-

Eve: ¿Tienes problemas con tocar a la gente?

¿Qué clase de suerte era la suya? Se había enamorado de un hombre que no tenía deseos sexuales, y ahora conocía a alguien que no le gustaba el tacto humano. Realmente increíble.
Se soltó con cuidado, intentando no ser maleducada.

Eve: Puedes decirme, no será raro

-

¿No estaba con Eek? Irguió sus orejas, sorprendido, mientras la punta de su cola se movía de un lado a otro. ¿Por qué se sentía intranquilo? ¿Por qué se sentía... feliz? ¿Alegre? Debería sentirse culpable, era todo por su causa, ¿no?

Nyelo: Lo siento, no lo sabía, pensé que... habían vuelto.

-

Yure: Si... no... no lo sé...

Dejó salir una carcajada, mirando a sus manos. Era todo nuevo, lo mejor sería simplemente dejar que todo fluyera y guardar los miedos para después. Si es que le quedaban miedos.

Yure: Lo siento, no me presenté... soy Yure. Es mi primera vez pagando por ésto... -la observó con cierta culpa, intentando no ofenderla-. No es que esté mal, es sólo que nunca lo probé... Y... -retorció las mangas de su abrigo, que impedian ver sus manos- ¿Podríamos simplemente seguir? Si estoy incómodo, te haré saber, no te preocupes

Jadeó levemente al sentir los besos en su cuello, exponiendo su piel, solo para reír al oírlo. Le levantó el rostro para volver a besarlo con pasión, quitándole luego la remera.

Cam: Luego tomaré venganza.

Pero ahora, le importaba él, y su cuerpo.

-

Seaji: No, yo, eh...

No le digas, no le digas gran pedazo de idiota.

Como si fuese necesario que Rox le explique que era una mala idea. Tampoco sabía como decirle a alguien lo que pasaba dentro suyo, apenas si el entendía que no era normal, y que debía ser medicado.
Se masajeó la sien con el índice, buscando las palabras.

Seaji: Se supone que estoy enfermo, eh, de aquí -se señaló la cabeza- y bueno... Rox a veces cree que hay peligro dónde no lo hay.

Se sonrojó, bajando la mirada y jugando con sus pies. Era endemoniadamente malo explicando lo que sucedía.

-

Negó con la cabeza, encogiendose de hombros levemente. Lo cierto es que no se encontraba devastada como había creído, ni le costaba decir que ya no estaba en pareja con él.

Xer: Fue, algo así como mutuo, luego de que lo salvasemos de su estúpido atento numero 50 de morir. Cero que es mejor... para ambos.

-

Dio una leve risita, asintiendo. Hombres, nunca lograría entenderlos.
Se sentó a horcajadas sobre él, sin perder el tiempo ya, besándolo profundamente. Se sentía extraño, diferente a otros hombres que había besado, pero lo ignoró. Llevó sus manos remera, acaricando la piel bajo esta con suavidad, le habían pagado bien, se aseguraría de dar un buen servicio.

Quizás no debería, pero la palabra "venganza" en sus labios le hacía sentir realmente motivado. Se dejó quitar la remera, sólo para luego quitarle el corpiño, y pasar a besar su cuello con tanta delicadeza como le era posible. Lo que menos deseaba era lastimarla en ese momento. Se detuvo en un jadeo.

Hell: Si te hago mal, sólo dilo...

-

Asintió mientras le escuchaba, para luego mirar a su alrededor. No había nadie más. Preguntar quién era Rox sería estúpido, era claramente deducible. ¿Es que acaso su suerte era relacionarse con personas con problemas realmente inentendibles? Respiró hondo, mirándolo unos segundos. Estaba siendo una perra, nadie tenía la culpa. Le sonrió, inclinandose un poco como para verleel rostro.

Eve: ¿Te han dicho que eres muy lindo? -su sonrisa se ensanchó un poco más-. Está todo bien, no diré nada sobre ésto.

Quizás simplemente debía jugar a tono. Eso era lo que hacían las personas normales, ¿no?

-

Nyelo: Quizás

Nunca había entendido a Eek en ese sentido, pero quizás ese era su encanto. La observó, abrazándose a sí misma, para finalmente tomarla del brazo de forma poco delicada y acercarla a él, abrazándola.

Nyelo: Lo siento mucho, ¿sabes?

-

Cerró los ojos, intentando disfrutar tanto como le era posible de aquel beso. No era Dal, ni Bel, ni Conn... pero se sentía bien. Faltaba algo, y sabía que era sentimientos, pero no había pagado por amor. Había pagado por sexo.
Gruñó entre beso al sentir que le tocaba por debajo de la remera, tomándole la mano y rompiendo el contacto por unos segundos. Apoyó su frente contra la de ella, en silencio, para luego comenzar a desvestirla, apresurándose.

Su respiración se comenzó a agitar, su mente se convertía una nube que no la dejaba pensar. Le tomó el rostro para clavar su mirada en la de él, esa noche no habría juegos, no habría delicadeza, su instinto estaba a flor de piel, era más primitiva.

Cam: Deja de contenerte Hell, necesito sentirte. Completamente.

-

Me gusta, es tan linda.
"Que hace un par de segundos no me decías que me aleje?"

Mantener dos conversaciones al mismo tiempo era un talento que estaba desarrollando lentamente. Se sonrojó al verla tan cerca de él, usualmente las mujeres tenían un instinto para saber que algo andaba mal y se alejaban, lo cual hacía que Rox bueno... empeorase.

Seaji: Rox también está aquí -nuevamente se señaló la cabeza- y... la estas enloqueciendo, dice que.. le gustas.

-

Cerró los ojos al verse en brazos de Nyelo, sin evitar la sonrisa que se formó en su rostro. Le devolvió el abrazo, inhalando su aroma.

Xer: Te extrañé.

-

Sonrió al verlo perder la timidez, ayudandole a terminar de quitarse la ropa. Tenía un tatuaje en las costillas, de una calavera con un conejo sobre esta (N/A: Viste la de chiara? Esa) y una serie de pájaros en su cadera.
Sus manos eran rápidas y se deshizo de sus pantalones en segundos, dejandolo en ropa interior, observándolo unos segundos. Sï, definitivamente era hermoso y extraño al mismo tiempo, tanto que no pudo evitar relamerse.

Le observó ensimismado unos momentos. Cam era espontánea por momentos. Y realmente atrevida. Pero jamás había dicho algo así, quizás por los malos recuerdos de su primera vez. Sonrió de medio lado, pasando a besar y morder sus pechos dejandose de preocupar por si le hacía doler o no. La giró en el aire junto con él, recostándola en la cama, para quitarse ambos los pantalones.

-

Se sonrojó un poco, para luego sonreír nuevamente. De forma sincera, provocando que pequeños hoyuelos se le formasen en las mejillas. Le había tomado por sorpresa, y usualmente no era algo que sucediera. ¿Se suponía que alguien con tales problemas le resultara tierno?

Eve: Bueno, gracias... am, ¿cuál es tu nombre?

-

Se tensó un poco al oírla. ¿Debía ser sincero? ¿O mantenerse firme? Se mordió el labio, mientras agachaba la cabeza para oler entre las orejas de ella, cerrando los ojos. ¿Qué más daba ahora?

Nyelo: Yo también...

-

Le detuvo nuevamente, para pasar a recostarla sobre el sillón y él arrodillarse sobre el mismo. [N/A: Si no entendés la pose, preguntame] Se quedó observándola, viendo sus tatuajes, llevando una mano en dirección a ellos, para detenerse a mitad de camino. Suspiró, sabiéndo que debía quitarse toda la ropa que le cubría.

Yure: De acuerdo, ahora... no te asustés, ¿está bien?

Se quitó el gran buzo que llevaba junto con el gorro, dejando a la vista unos pequeños cuernos sobresalientes de su cabello negruzco. Alas oscuras y sus garras. Se mantuvo erguido, sin acercarse a ella, mirando hacia otro lado por unos segundos. Finalmente acarició los tatuajes con la punta de sus garras, para luego inclinarse y comenzar a besar y morder los mismos.

Gimió ahora liberada de esa preocupación, no quería que Hell se contuviese, ya no, su tacto algo más rudo le exitaba más.
Arqueó las caderas, mordiendose el labio, tirando de los cabellos de Hell, quería sus marcas, sus dientes, sus dedos, lo quería todo.

-

Se sonrojó. No puedo, es demasiado para mí

Sonrió, tanto por la expresión de ella, como por Rox. Usualmente era más agresiva, posesiva y tenía una actitud de "mía", pero ahora... hasta parecía dulce.

Seaji: Mi nombre es Seaji, y, por tercera vez, lamento que te hayas topado conmigo. ¿Cómo te llamas?

-

Se sentía tan... cálido. Tanto tiempo al lado de Ek, se había acostumbrado a lo frío de su piel, y en comparación, Nyelo se sentía como un verano caluroso, pero no de forma desagradable.
Luego de unos minutos se separó, sonriendole como si nunca se hubiesen distanceado.

Xer: Me agrada cuando bajas un poco tus barreras.

Caminó hasta adentrarse hasta las rodillas en el mar, dejando que el sol brillase contra la superficie y su piel. Sonrió hacia el cielo, y luego giró para observarlo.

Xer: Ya no te pondré más en peligro. Soy libre.

De todo.

-

Abrió los ojos con una enorme sonrisa, deteniendo las caricias sobre su piel para poder observarlo mejor. Llevó las manos hasta los cuernos, tocandolos con los dedos, luego las alas y finalmente las garras, comenzando a reír. No podía creerlo.

Larx: ¡Eres un demonio!

¡En su casa! Y lo había besado y estaba por acostarse con él... su sonrisa aumentaba con cada segundo, y sin poder evitarlo lo besó, volviendo a tocar sus cuernos.

Quitó la ropa interior de ambos, para inmediatamente penetrarla. Se detuvo enseguida de hacerlo, gruñendo contra el oído de ella, sintiéndose completamente animal. ¿Cómo había podido decirle eso? ¿No se había dado cuenta que había presionado un botón peligroso? Jadeaba con excitación adelantada, aún sin saber si moverse o no.

-

Eve: Me he cruzado con gente peor

Y era cierto. Cada vez que había tenido que hacer de agente encubierto, había sido una tortura. No es que ella fuese superior: había sido una asesina, una extorsionadora. Pero hay límites para todo.

Eve: Soy Eve, un gusto.

-

Escucharle decir eso, se sintió como un peso saliendo de su cuerpo. ¿Acaso se había alejado del fantasma que le suponía Eek también? Se sentía patético planteándose esas posibilidades.
Caminó hacia ella, con paso firme y seguro, sintiendo el agua calmarle, pero no lo suficiente. Miró a Xer a los ojos, para finalmente tomarle del cuello y besarla sin tapujos.

-

La sorpresa lo había asaltado por completo. De acuerdo, eso no era normal, ¿no? Se había desnudado frente a un humano que no era Dal. Todas sus facciones demoníacas a la vista. Y... ¿chillaba de emoción?
Recibió el nuevo beso, cargado de lo que parecía una excitación infantil. Quitó las manos de sus cuernos, para mirarla dubitativo.

Yure: Esa... esa no era exactamente la actitud que esperaba. ¿No te aterra? Lo de que voy a comerme tu alma y toda esa mierda

Chilló con fuerzas al sentir que la penetraba repentinamente, pero no sentía dolor, todo lo contrario. Arañó su espalda, abrazándolo con las piernas, comenzando a mover sus caderas sin perder el tiempo.
Aprovechando que su cabeza estaba en su oído, le mordió el hombro, sin detener sus gemidos.

-

Viendo que no pasaba mucha gente por allí, se decidió sentar en el suelo, desviando la mirada.
No tenía aquel sentido común que todos parecían poseer y las preguntas que cualquiera catalogaría como "inapropiadas" para él eran naturales.

Seaji: ¿Acaso eres peligrosa?

-

Vió la intención cruzar por los ojos de Nyelo, y al recibir el beso tan solo se abrazó a él, correspondiendole sin las preocupaciones que antes la habían atacado.
Agachó sus orejas y buscó la cola de él con la suya, entrelazandolas.

-

Larx: ¿Estas bromeando? ¡Es genial! Siempre quise conocer a un demonio.

Todavía recordaba la figura negruzca de cuando era jovén, aquel día de invierno, cuando su vida dio giros inesperados. Desde ese día había leído, se había apropiado de toda la información que podía, deshecho leyendas y mitos, buscando la verdad.
Y ahora estaba desnuda frente a uno. Vaya situación inesperada.

Larx: Se que no vas a comerme, no me hubieses pedido sexo si quisieses mi alma.