A song for the broken ~

Se sonrojó levemente, mordiendose la lengua. ¿Cómo podía controlarse si actuaba de esa manera? No podía ni pensar en como salir de allí.

No pudo evitar detenerse al verle sonrojado. Una cosa era Bab o incluso Koba. Pero él..
Lamió dos de sus dedos, dejandolos completamente empapados, para luego acariciar la entrada de Kok, introduciendo uno con cuidado.

Gimió, arañando el suelo. Nunca había estado en esa posición, aun cuando ya Koba lo había hecho con Isha.

Esperó unos segundos, intentando mantenerse pasible. Pero lo cierto era que ese gemido le había incluso erizado la piel. Introdujo el segundo dedo, comenzando a moverlos con cuidado.

Abrió sus ojos con esfuerzo. A pesar de detestar no poder controlarse, sonrió levemente al ver la reacción de Isha, volviendo a gemir con fuerza.

Elevó el rostro, viendolo sonreir. ¿Con que lo hacía apropósito? Desprendió sus pantalones y bajó su ropa interior, penetrandole repentinamente. Internamente quería decirle que se riera de eso, pero se mordió la lengua, acabando por jadear unicamente. Demasiado tenso.

Isha: Si te duele, dime..

Gimió, esta vez sin fingirlo, jadeando también. Sabía que se debía relajar, pero le estaba costando, sobre todo por lo repentino de Isha.

Se mantuvo quieto, aunque le costaba, inclinandose hasta apoyar su frente sobre uno de los hombros de Kok. ¿Cómo esperaba que se mantuviera pasible cuando gemia de tal forma?

Isha: No me moveré, tranquilo..

Suspiró, comenzando a besar su cuello con cuidado, dando leves mordidas.

Comenzó a relajarse al sentir los besos sobre su cuello, cerrando sus ojos. Si se tensaba sería peor, lo sabía.

Era extraño ver a Kok relajado, sumiso. Suspiró, tomando sus manos, para colocarselas sobre su pecho, para que pudiera sentir su latido. Acelerado, desentonado.

Isha: ¿Ahora sí aceptarás que te quiero?

Volvió a besar su cuello, mordiendo una de sus orejas.

Lo observó a los ojos, tomandose su tiempo para finalmente asentir, desviando la mirada. Podía aceptarlo, pero no entenderlo.

Sonrió, girándole el rostro para volver a besarlo. Se sentía volar, ¿cómo es que dejaba que lo besara?
Se separó, jadeante.

Isha: Recuerda decime si duele..

Comenzó a moverse de a poco, con cierta lentitud.

Jadeó con fuerza, arqueando su espalda involuntariamente. ¿Cómo era que no le dolía? ¿Qué no le molestaba que actuara así? Seguramente era por ser el primero en no acobardarse al tratar con el.

Sonrió a oirlo, tomando sus piernas para obligarle a abrazarse a su cintura, aumentando un poco más la velocidad mientras besaba su cuello & arañaba su cuerpo.

Sentía que podía enloquecer. Se aferró con fuerza a la cintura de Isha, gimiendo y agitando la cabeza sin poder evitarlo. No sentía dolor, no le molestaba que lo arañara.

Sonrió. Se sentía afortunado, nadie más vería ese lado de Kok en el que incluso llegaba a ser tierno. Mordisqueó una de sus orejas, jadeando en ésta. ¿Podían culparle si retaba a Kok para asegurarse que eso volvería a repetirse?

Isha: Y ahora te demostraré que sé hacer ésto mejor que tu

Lo tomó en el aire, sentandose en el suelo, para sentar a Kok en honcajadas sobre su erección, sin poder evitar gruñir de placer.

Gimió con todavía más fuerza, sintiendo su cuerpo entero sucumbir ante el placer. Pero no dejaría que Isha fuera el único en divertirse. Aprovechó el estar sobre el para quitarle la gorra, mordiendo y lamiendo su oreja.

Gruñó, estremeciendose levemente. Pese a alejarse de su lado animal, su sensibilidad no disminuia. Aumentó el ritmo, elevando a Kok para luego dejarlo caer con su propio preso sobre su erección, para que se concentrada en la profundidas de las estocadas en lugar de sus orejas.

Gruñó, luchando por seguir mordiendo sus orejas a pesar de los intentos de Isha. No sería el único en perder la cabeza. Jadeaba al lado de su oreja con cada estocada, sin controlarse.

No le dejaría ganar.
Se puso de pie con algo de esfuerzo, avanzando hacia un árbol, el cual usó de soporte. Repitió la misma acción de dejarle caer sobre su peso, sabiendo que al ser la altura mayor, más profunda sería la estocada.

Gritó, aferrandose a la corteza del arbol como podía, sabía que si seguía haciendo eso acabaría en cualquier momento. Gimió su nombre entra jadeos, no se reconocía ni el.

Entre los gritos y su nombre entre gemidos, sintió que estallría. Y lo hizo.
Gimio con fuerzas su nombre, acabando dentro de Kok, dejandose caer al suelo sentado, llevandolo consigo. No saldría de él tan fácil.

Acabó sobre su abdomen, jadeando, agotado. ¿Cómo habían terminado así?

Aún dentro de Kok, lo abrazó contra él.

Isha: ¿Algo para decir?

Kok: me las vas a pagar... en algún momento...

Sonrió de la manera que siempre hacía, a pesar de todo, seguía sin cambiar.