Despite de overwhelming odds tomorrow came

Su piel se encontraba erizada por razones ajenas al frío viento que azotaba contra su piel, o las miradas que algunos piratas le proporcionaban al pasar por aquellos callejones oscuros.
Se había acostumbrado a no esconder ya su identidad, pero ahora volvía a llevar su cabello rojo atado bajo un pañuelo.
Detuvo su apresurada marcha sólo al llegar al puerto donde se dejó caer agotada.
Su cabeza era un lío, no dejaba de pensar en aquel muchacho adicto a las hadas, su vomito, su sentencia de muerte, y luego su mente divagaba hacia el mar y cuánto lo extrañaba, pero tampoco podía dejar a Fuds sólo, sabía que se preocupaba por ella.
Suspiró, ese mismo día hace varios años su madre había muerto y los piratas la habían acogido. Ese mismo día hace varios años cumplía 10.

Xirh: Demonios, si sigo así voy a golpear a todo quien se me cruce.

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Su vida se había vuelto monótona, quizás en el buen sentido. Llevaba un record de meses sin haber hecho alguna idiotez que terminase lastimando a sus amigos o conocidos. Incluso su padre parecía estar mejorando de su alcoholismo, aunque quizás esa era tan solo una idea suya demasiado optimista.
Se había dado cuenta que ya no volaba tan a menudo, prefería caminar, usar sus piernas, vivir como la mayoría lo hacía. Y le sentaba bien.
Esta aprendiendo, madurando, aunque todavía seguía siendo un miedoso importante, lo cual demostró al gritar al ver un arbusto moviendose, quitándolo de sus cavilaciones y haciendolo retroceder varios pasos

(es Toxa)

No sabía exactamente cuál era el problema con Xirh. Desde que aquel chico que aparecía de tanto en tanto en las peleas había hablado con ella, parecía que nada era lo mismo. Como si todo fuera un caos, como si todo estuviera mal. Y no se atrevía a siquiera preguntar.
Bufó, viendo el círculo de pelea más aburrido de lo usual. Le habían perdonado el intento de fraude, pero había tenido que volver a ganar su título. Miró hacia un lado, viendo una figura conocida, para acercarse sin dar tiempo a la duda. De tres frascos que llevaba, dos estaban vacíos.

Fuds: ¿Hadas?

Pudo ver la mirada clavarse en él, completamente alerta, como si de un animal enjaulado se tratase. Le reconocía, lo sabía.

Nurc: ¿Me estás vigilando? Te mandó a vigilarme, ¿no cierto?

Fuds: Ya quisieras, no eres tan importante.

Frunció los labios, desviando la mirada. Sabía que no era importante, pero una parte de él realmente esperaba que hubiese un cambio. Aunque sea su último tiempo.

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Se había perdido. Terriblemente. A sus casi 23 años de edad debería ser consciente que salir a caminar por su cuenta no era seguro. Y muchisimo menos pedir indicaciones. Gira en la piedra celeste. Pfft, claro. ¿Cómo decirle a un desconocido "no veo en colores, todo es tono de grises"?
Escuchar ruido a agua fue lo único que le colocó los pies en la tierra nuevamente. ¡Al fin había llegado al mar! No era una gran vista, claro, pero ¿qué más podía hacer? Comenzó a empujar arbustos, esperando salir de la arboleda, deteniendose a solo un paso de la arena al oír un grito. Clavó su mirada, sin decir ni una palabra. ¿Era un chico, no? Parecía ser un chico.

Auce: ¿Esta es la orilla a Maraqua, no es cierto?

Se estaba preocupando por alguien que no tenía remedio y lo sabía. Recordaba bien las peleas en el barco, "tiene que morir Xirh" "No puedes hacer nada por él". Estaba cansada de no poder hacer nada por nadie.
Comenzó a caminar mascullando por lo bajo, quería pelear, quería descargar todo lo que consumía su cabeza a través de sus puños.
¿Debería ir a su circulo de pelea? ¿O buscar uno nuevo? Aunque ciertamente era el mejor. Se observó en el reflejo del agua unos segundos, realmente estaba irreconocible, tenía ojeras que jamás había tenido aun durmiendo en pisos, y se podría leer su preocupación en sus rasgos.
¿Qué tenía esa fecha? Parecía que todo lo malo se decidía a ocurrir ese día.

Gruñó y escondió mas su cabeza, caminando hacia el circulo. Aunque sea vería sangre correr, aun si no era gracias a ella.

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En su torpeza había caído al suelo, el pulso en sus oídos. Debería dejar esas actitudes atrás, pero algunas cosas todavía le traían malos recuerdos.
Al darse cuenta que le habían dirigido la palabra, clavó la vista en la persona frente a él, sitniendose aún más ridículo por haberse asustado de esa forma.
Se incorporó, al fin notando la pregunta.

Toxa: No, lo siento, te la pasaste por poco. Perdona el grito, me asustaste.

Observó el gesto en su rostro y no pudo más que sentir celos. ¿Acaso era por eso que Xirh estaba de tal mal humor? ¿Por ése adicto? Gruñó, empujándolo, logrando que todas las botellas cayeran y crearan un enorme estruendo. Miles de ojos apuntando hacia ellos. Pero no le importaba.

Fuds: ¿Qué diablos tienes en la cabeza? ¿Qué estás tramando?

Nurc en cambio no oía nada, todo se sentía muy lejano. Su mirada estaba clavada en las botellas a sus pies, hechas añicos. Quizás era karma. O una señal del destino. Pero no le importaba. Casi sin pensarlo, se arrojó sobre Fuds, comenzando una pelea de puños. Se podían escuchar gritos vitoreando, aunque realmente no le interesaba a quien de los dos alentaban o si no alentaban a ninguno. Estaba harto.

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Pestañeó, viendo la situación confusa. Era, probablemente, una de las primeras veces que se asustaban de su persona. Sin decir nada, se acercó, extendiendo una mano hacia él, en un intento de ayudarlo. Una conrisa cálida en sus labios.

Auce: ¿Estás bien? Lo siento, no quería asustarte. No buscaba asustar a nadie, solo trataba de salir del bosque.

Giró su cuerpo al oír el estruendo, sorprendiendose al ver las dos personas que estaban peleando en el suelo.
Sin pensarlo se arrojó ella también, intentando separarlos. ¿Por qué había buscado una pelea con Fuds? ¿Acaso quería apresurar su muerte?
Gruñó, desviando un puño que iba derecho al rostro de Nurc, y tomando a este por la cintura, en un intento de alejarlo del alcance de Fuds.

Xirh: ¡Detenganse idiotas!

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Tomó la mano sin dudarlo, colocándose en pie, avergonzandose luego por sus palabras. Tacto. Algo que probablemente jamás tendría no importaba cuánto lo intentase.

Toxa: Esta bien, estaba demasiado absorto en mi cabeza. ¿Estas perdida? Si quieres puedo mostrarte la entrada.

Le sonrió, rascandose la nuca. A decir verdad le ponía nervioso tratar con personas, sentía que siempre diría algo equivocado.

Sentía que alguien le separaba, sosteniendole por la cintura, y estuvo a punto de darle un codazo hasta que escuchó la voz. Inmediatamente se calmó, como si hubiesen apretado un interruptor de apagado, lo cual no pasó de largo a los ojos de Fuds, haciendo que gruñera.

Fuds: Él es el idiota, él buscó pelear conmigo.

Nurc se soltó del agarre con cuidado, para acercarse y tenderle la mano a Fuds, quien la alejó de un golpe poniendose de pie solo.

Fuds: Arregla tus malditos problemas en lugar de buscar pelear con la gente por ello.

Lo vio alejarse sin decir nada, mordiendo la cara interna de su mejilla mientras volvía la mirada a los frascos destrozados. Suspiró, sin atreverse a mirar a Xirh.

Nurc: Tiene razón, fue mi culpa.

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Auce: Realmente te agradecería si pudieras guiarme, la verdad es que no sé ubicarme muy bien.

Volvió a sonreírle, mientras comenzaba a caminar lentamente. Se le notaba nervioso, pero realmente no tenía la audacia de preguntarle el motivo.

Auce: Mi nombre es Auce, por cierto. No soy de por aquí, soy de Happy Valley [N/A: Me niego a decirle "Valle feliz"], a los pies de la Montaña del Terror. Estoy en un viaje de auto descubrimiento... gracioso, si tomas en cuenta que no sé ubicarme para absolutamente nada. Pero bueno, ¿cuál es tu nombre?

Tenía intenciones de ver si Fuds estaba bien, pero la rapidez con la que este se alejó no le permitió siquiera intercambiar dos palabras. Suspiró, nuevamente estaría el encerrado en su cuarto, o tendrían una discusión sobre cualquier tema insignificante. Ella era especialista en guardarse sus problemas, pero aún así preferiria saber la razón de su constante mal humor.
Bufó, cerrando los ojos y conteniendo el impulso de enterrar su puño en su rostro. Cuando estuvo seguro que podía mirarlo sin querer destrozarlo, lo tomó de la muñeca y se lo llevó de allí, con todas las miradas en su nuca.
Lo empujó contra una pared, con ambas manos a cada lado de su cabeza, la ira en su mirada.

Xirh: ¿Por qué demonios buscaste una pelea con Fuds? ¡Es Fuds! ¿No puedes pasar 24 horas sin buscarte un nuevo problema? Mierda Nurc.

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La observó con algo más de curiosidad. Algo en ella... sí, le recordaba a Karh, sobre todo en la forma de sonreír, o reirse de sus pequeños defectos. Sólo podía imaginar por qué estaría haciendo un viaje de ese estilo, no podía negar que se la habría cruzado la idea, o algo parecido, pero no tenía las agallas.

Toxa: ¿Y quieres ir a Maraqua? Espero que te hayan advertido que no es el lugar más alegre y feliz, no tratan bien a los nuevos.

Y corrían rumores que estaban por entrar en guerra nuevamente, pero no podía difundir cosas de las cuales no estaba seguro.

Toxa: Soy Toxa, gusto en conocerte.

Recobró consciencia de sí mismo al sentir que era arrastrado y que su espalda golpeaba contra una pared. Por primera vez en su vida sintió que olvidaba las proporciones físicas de su cuerpo, viendose más debil e indefenso que la muchacha que le miraba con ira. Desvió al mirada, sintiendo la completa vergüenza hacerlo su presa.

Nurc: ...hizo que arrojara mis hadas. Sól... no lo sé, fue impulso.

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Toxa. Vaya nombre.

Auce: Tu nombre suena casi tan "gender neutral" como el mío. Bah, creo que incluso mi nombre suena más masculino.

Dejó salir una risa leve, entre sus dientes cerrados.
Miró su alrededor, intentando ver el atractivo de la realidad que le rodeaba.

Auce: No, no iba ir a Maraqua. Sólo llegaré hasta la vista de entrada, es todo. Esa es mi meta. De allí, simplemente volveré al valle.

Sólo a horas de volver a casa y, por tonto que sonara, era la primera charla decente que había tenido en lo largo de su experiencia. Miró a su acompañante, sin perder la sonrisa.

Auce: ¿Has pensado en viajar alguna vez? Yo nunca pensé que lo haría. Menos en soledad.

No se escaparía de esa forma, podía mostrarse completamente vulnerable y aún así querría golpearlo.

Xirh: Me importa tres diablos. De hecho, bien por Fuds al arrojarlas, si tienes deseos suicidas dimelo, conozco formas menos dolorosas que pelear con el perro.

Se alejó, formando puños con sus manos y golpeando la pared contraria para evitar perder el control.

Xirh: ¿Qué voy a hacer contigo?

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Toxa: No fuiste la única en notarlo, creo que mi nombre fue motivo de burlas por años ya.

Se tomó unos segundos pensando su respuesta, queriendo ser honesto incluso consigo mismo, se lo debía.
Llevó la vista al cielo, observó a los pájaros volar sobre su cabeza, agitando sus propias alas levemente.

Toxa: Sí, lo he pensado. Una parte de mí se ha querido ir de este lugar hace tiempo, pero nunca encuentro el valor para hacerlo.

Le sonrió, deteniendo su caminata.

Toxa: Aquí estamos señorita.

Nurc: Lo siento, ¿de acuerdo? Yo... realmente no quiero...

Al ver que se alejaba, se dejó caer sentado en el suelo, colocando sus puños contra sus sienes, cubriendo su rostro con sus antebrazos. Como si su única forma de mantenerse de pie fuera si ella lo sostenía.

Nurc: No lo pensé, simplemente me dejé llevar... Realmente duele, realmente las necesito

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Auce: Bueno, ¿quién no ha sido punto de burlas en algún punto de su vida? Quizás hacer un viaje sería bueno, sólo para demostrarte a tí mismo que no eres un cobarde.

Se llevó el antebrazo a su seño, cubriendo parte del sol, mientras entrecerraba los ojos. Había leído que la entrada de tierra a Maraqua era completamente hermosa por sus coloridos. Pero en cambio sólo podía ver tonos de grises y brillos destellantes.

Auce: Wow... dicen que su hermosura es por los coloridos que la escena panorámica da. ¿Crees que sea tan así?

Era como ver a un pájaro recién nacido caído del nido. No importa que intentaras hacer, no podías ayudar. Se acercó nuevamente, sentandose a su lado y colocando un brazo sobre sus hombros.
Si tan sólo lo hubiese conocido antes, ¿habría podido salvarlo?
Se estaba muriendo. Y ella estaba encadenada, tan solo podía ver desde la distancia.

Xirh: Lo sé. Lo lamento.

No había más que decir, no podía culparlo, tampoco podía justificarselo.

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Era lo mismo que se decía, pero su mente seguía siendo una batalla entre dos, tres, seis voces que querían tomar las decisiones.
Rió por lo bajo, acercándose a Auce.

Toxa: Permiso.

La tomó en brazos con cuidado, notando que pesaba incluso menos que Cani cuando la alzaba de esa misma manera, y se dió impulso con las piernas, elevándose hasta alcanzar la altura en la cual se podía ver las luces que la ciudad acuatica ofrecía, señalando con la cabeza.

Toxa: ¿A esto te referías?

Dejó que colocara un brazo sobre sus hombros, relajándose casi instantáneamente. Suspiró por la nariz, intentando calmarse. Estaba actuando como un idiota.

Nurc: De todos modos es lo mismo a estas alturas... es como prohibirle a un condenado a muerte su última cena.

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Auce: ¡Wo--ah! ¡Qué diablos! ¡No!

Se aferró a Toxa como si su vida dependiese de eso. Aunque con completa seguridad podía decir que realmente dependía de eso. Observó un poco el panorama, desviando en rostro inmediatamente y escondiéndose en el cuello de Toxa, sin dejar de aferrarse con fuerzas. Era demasiado brillo, y por triste que sonara, no veía el encanto.

Auce: Fue fenomenal, pero bajame, por favor

Xirh: No es que quiera privarte de tu auto-compasión, porque en cierto sentido estas en tu derecho, pero es una mierda saber que no puedes hacer nada.

En una forma egoísta, quería que aceptase la muerte de una forma más tranquila, quizás hasta convencional. Que busque alargarla y no acortarla con cada acción. Sabía que era sólo para alivianar su propio sufrimiento, Nurc ya no sentiría nada, y considerando que no podía siquiera comer, no le sorprendía que actuase así.
Igual era molesto.

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La bajó al instante, apoyando sus pies sobre el suelo y alejándose, ruborizandose profundamente.

Toxa: ¡Lo siento! Yo- creí- creí que querías verlo.

No había pensado que no todos estaban acostumbrados a despegarse de la tierra, y el efecto que podría tener sobre ella. Tartamudeó más disculpas, su rostro al rojo vivo.

Sabía que ella no lo comprendería, pero estaba bien. En realidad quien se contraponía a la regla general, era él, deseando morir. Se dejó caer contra ella,aún sin mostrar el rostro.

Nurc: Sigo sin entender por qué diablos ayudas a un adicto que no conoces...

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Observó su rostro cambiar de tonalidad y dejó salir una risotada, entre su respiración hiperventilada. Debía de ser demasiado notorio.

Auce: Discúlpame tu a mi, me tomó por sorpresa, en serio, lo siento...

Alzó la ceja, bufando por lo bajo.

Xirh: Sé que te muestras tan rudo y desinteresado porque fue tu única opción para sobrevivir, que cuando alguien te demuestra que le importas te muestras como verdaderamente eres, sé que eres un completo imbécil que pierde la cabeza, y que si te rasco aquí -le pasó el dedo por detrás del lobulo de la oreja- te da cosquillas.

No era un desconocido. Sabía hasta por qué había recurrido a las hadas y por qué jamás las había podido dejar.

Xirh: En el barco, había un muchacho, el que me seguía en edad, era un completo caso perdido, siempre sonreía hasta cuando parecía que la tormenta nos iba a dar vuelta. Un día cayó desmayado, se empezó a enfermar por la menor ventisca, no tenía fuerzas para nada. Para cuando supimos que tenía, era demasiado tarde.

Se había encerrado en su cuarto luego de enterarse lo que el capitán quería hacer. Tenía trece en ese momento, no podía comprender que mantenerlo vivo era solo prolongar ese sufrimiento.

Xirh: Supongo que quiero hacer por tí mas de lo que pude hacer por él.

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Se tranquilizó al oírla reír, aún sintiendo como sus mejillas ardían.

Toxa: No era lo que esperabas, asumo.

Se alejó de su toque al sentir la cosquilla recorriendole. Se sentía patético, ¿tanto había llegado a conocerle en tan poco tiempo? Sus barreras eran un asco, habían flanqueado terriblemente.

Nurc: ¿Y sufrir por mi culpa en qué cataloga como ayudarme? Ya lo dije, no hay cura...

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Auce: La verdad, no. Me hizo daño a los ojos un poco.

Había sido demasiado brillo, lo cual no le había agradado para nada. Se sacudió el cabello de la nuca, quitando las pequeñas gotas de sudir, sin dejar de sonreírle.

Auce: Sabía que sería así desde un principio,no te preocupes, no hiciste nada malo.

Xirh: ¿Y morir creyendo que no le importas a nadie? A menos así sabes que alguien va a llorar en tu funeral.

A veces se preguntaba si su madre habría tenido uno. O si alguien la había buscado a ella cuando desapareció.

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Toxa: A mi me encanta. Es brilloso pero son las pequeñas luces, las que no lastiman lo que lo hacen precioso.

Podía pasar horas allí arriba, de hecho así había conocido a Cani, así había pasado a dar vuelta su vida en dos segundos.

Toxa: ¿Al menos encontraste lo que estabas buscando?

Dejó salir una risa ante lo cínico de su comentario. Saber que estar muriendo no es para nada satisfactorio. Sería peor si dusfrutase su último tiempo.
Recordó a Fuds, intentando olvidarse de sí mismo.

Nurc: Antes de empujarme me preguntó qué era lo que estaba planeando... no sé qué era a lo que se refería

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Auce: Uh... claro...

Pequeñas luces de colores. Colores. Sonrió de medio lado, sintiendo cierto dolor dentro de su pecho. Todas las bellezas del mundo, no podría verlas, no serían hermosas a sus ojos. A sus malditos ojos.
Tragó sus lágrimas, volviendo una sonrisa falsa hacia Toxa.

Auce: ... si, creo que sí, que lo encontré.

Xirh: ¿Fuds? No sé, hace semanas que intento saber que le ocurre. Pero siempre me ignora, seguramente cuando llegue va a pretender estar dormido, o pelearemos por cualquier cosa.

Desvió la vista al cielo nocturno, sintiendo la puntada de preocupación por él. Y al mismo tiempo, culpa. Algo le decía que todo esto era por ella, por algo que estaba haciendo o no, y no lograba darse cuenta.
Debería ir y hablar con él.

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Toxa: Tenía una hermanita. Solía morderse el labio y luego sonreír enormemente cuando algo le ocurría. Si no quieres hablar del tema lo entenderé, pero no tengo un oido tan malo.

Le sonrió, agachandose para tomar una piedra y arrojándola contra el mar, observándola rebotar. Ya no dolía hablar de ella, ya no se culpaba.

Dejó salir una risa plena al oir su respuesta. Decirlo así parecían más niños pequeños que adultos. Él obviamente molesto por ella, y ella ahora molesta por él.

Nurc: Creo que hace falta que te preocupes más por él que por mí.

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Auce: Es sólo, no sé... no era lo que esperaba. Nada de este viaje fue lo que esperaba. Simplemente acabé afirmando que no veo el mundo igual que todos y que me pierdo de lo bello de la vida.

Vaya forma patética de hablar de su propia persona. Se sentó en la arena, suspirando, mientras enroscaba la punta de su cabello en sus dedos.

Auce: Ya no quiero sentirme diferente. No del mal-diferente.

Xirh: Claro, porque don perro dejaría que me preocupe por él. No tienes idea cuánto me costó lograr que deje su asqueroso departamento.

Se levantó, comenzando a caminar en círculos nuevamente. De qué servía si cada vez que intentaba ayudarlo simplemente le decía que no se preocupara.

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Toxa: Creo que solo tienes mal el pensamiento. Todos intentamos ver algo que el otro no ve, sentirnos diferentes a nuestra manera. ¿Qué tiene de especial ser igual que el otro?

Se agachó frente a ella, tomando otro mechón y colocándolo detrás de su oreja, sonriendole luego.

Toxa: Pienso que es genial que seas diferente. Si no puedes ver nada hermoso, sólo necesitas cambiar de perspectiva, redefinir qué es hermoso para tí.

La observó caminar en círculos, como gato encerrado. No pudo evitar sonreír. Se sentía humano cerca de ella, y era agradable hasta cierto punto.

Nurc: Vas a marearme. ¿Qué es lo que tanto te preocupa? ¿Es por mi culpa?

Aunque sabía la respuesta, realmente esperaba que no fuera así. No quería tener tantas connotaciones negativas.

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Pudo sentir el rostro caliente al tiempo en que la yema de sus dedos rozaba su oreja y clavaba sus pupilas en las de él. ¿Redifinir lo que era hermoso? En ese momento, ante sus ojos, con aquel brillo cegador de fondo, él lo era. Dejó salir una risa limpia, pura.

Auce: Me has dado el mejor consejo que jamás escuché

Tomó su mano contra su rostro, son quitar la sonrisa de sus labios.

Auce: Te lo agradezco

Pasó la mirada de él a la calle y luego al cielo varias veces, abriendo su boca para luego cerrarla. No estaba segura de su respuesta, había tantas cosas que ahora le preocupaban que era difícil llevar el rastro. Pasó de ser una persona sin preocupaciones, sin ataduras a estar con la cabeza repleta de pensamientos.

Xirh: Sí, me preocupo por ti, suele pasar cuando te importa alguien. Pero también me preocupa Fuds, mi vida, el no navegar hace meses, y el hecho que parece que no logró hacer nada bien por nadie.

Parecía que sólo perjudicaba a los que la rodeaban.

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Pestaño un par de veces, incrédulo. No creía posible que alguien se viese tan angelical como Auce en ese momento. En cuanto el pensamiento se le cruzo por el rostro, se ruborizó nuevamente, desviando la vista, tartamudeando en su respuesta.

Toxa: Yo- Bueno- Eh- ni lo menciones.

Era consciente de su mano acariciando la suave piel de su mejilla, pero no sabía si debería quitsrla, o si quería hacerlo.

Estaba completamente seguro de que cuando la conoció, ella no era así. No tenía tantos problemas aquejándola. Suspiró, poniendose de pie en el proceso, para luego tomarle los hombros y obligarla a mirarlo.

Nurc: Es más simple de lo que estás planteando todo: preocuparse por mí no tiene sentido porque ya soy hombre muerto, estoy seguro de que el perro sólo está preocupado por verte bien, si quieres navegar nadie te lo impide y puedes estar segura de que haces las cosas bien, a tu estilo.

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Ver que su rostro cambiaba de tonalidad nuevamente le hizo ensanchar su sonrisa, pero decidió soltarle la mano para no seguir provocando lo que, pensaba, era cierto malestar o vergüenza. Bajó la mirada, analizando mentalmente lo que le había dicho: que todos buscaban tener una mirada única. Sonrió de medio lado.

Auce: ¿Has ido alguna vez a Happy Valley? Hace mucho frío, y siempreoigo decir que es muy monótono a menos que estés en época navideña. Pero, no lo sé, creo que es muy acorde a mi personalidad.

Xirh: Gracias, pero aún así no puedo dejar de pensar.

Aunque se preocupase sin razones, sin motivos, o si simplemente se negaba a aceptar que las cosas pudiesen ser tan "sencillas", su cabeza seguía dandole vueltas a las mismas cuestiones.

(Voy a asumir que son de la misma altura porque estas desconectada y bueno xD)

Apoyó su frente contra la de él, suspirando.

Xirh: No deberías darme consejos, me han dicho que soy horrible escuchando.

-

Le tomó unos momentos recobrar la compostura, e intentó descartar todo recuerdo de su mente. Realmente no necesitaba ese latido acelerado o ese rubor, sólo traía problemas.

Toxa: Nunca he ido, pero me encantaría conocerlo, si quieres mostrarme el camino.

Iba a agregar que si era acorde a su personalidad, jamás podría parecerle monótono, pero decidió, por una vez, cerrar su boca.