A song for the broken ~

El barco zarpando, y era la primera vez que no iba a recorrer los mares. El capitan no le había dejado, había dicho que sólo era un viaje corto, de un par de días, que le haría bien descansar del agua salada un tiempo.
Suspiró, mirano su brazo. Quebrado. Ni siquiera podría tocar el violín. Y no tenía lugar donde quedarse; no quería ir a su casa.

¿Por qué había ido? Ah si, necesitaba tomarse un respiro de su casa, y además allí había medicamentos baratos. Al parecer, sin pedirlo, se había transformado en la médica del lugar. Todavía recordaba haberse cruzado con ese pirata, ¿todavía la odiaría? Seguramente. Suspiró, saliendo de una tienda con una bolsa. Lo bueno de ese lugar era que no debía sentirse culpable por recibir gritos de hombres borrachos. Le gritaban a todas.

Suspiró, sin deseos de moverse realmente.
Sentado sobre el borde del puerto, mirando hacia el mar medianamente tranquilo. Se preguntó si realmente quería que su vida fuera siempre en el mar, siempre entre aventuras.

Se acomodó el cabello, caminando, sin ganas de volver a su casa realmente. Además, ahora Ginger estaba pegada a Isha todo el tiempo, así que tampoco debía cuidar de ella. Reconoció una figura sentada, sin evitar soltar una risita. Iba a girar hacia el otro hasta que vio su brazo. Se acercó a el, bufando.

Cani: ¿Quien te ha hecho ese espantoso trabajo vendando tu brazo?

Se sobresaltó al oir una voz quizás demasiado chillona para lo que estaba acostumbrado. Giró el rostro, viendo a la muchacha con la que se había peleado tan terriblemente la ultima vez que la vió. Bufó, sin responderle.

Cani: Es en serio. Así solo lograras terminar con un hueso mal formado.

Suspiró, acuclillandose a su lado. Comenzó a ver el vendaje con atención, chasqueando la lengua. Arreglaría eso aunque tuviera que atarlo.

Suspiró.

Arian: Lo hice yo. Me dijeron que busque un doctor, pero no quiero.

Tampoco le importaba como quedara su brazo.

Cani: ¿Acaso quieres no volver a tocar tu violín? Dejame.

Soltó el vendaje antes de que pudiera impedirselo, comenzando a enrollarlo.

Suspiró, dejandose hacer. ¿De qué servía pelear algo tan insignificante como la forma en que había vendado su brazo?

-

Se quitó la remera, caminando por los pasillos de la enorme casa. Hacía calor, necesitaba beber algo, y si bien le había costado levantarse de su cama, suponía podía hacer que eso valiera la pena.
Suspiró al abrir la heladera.

Lew: Kui debería comprar más cosas dulces..

Quitó todo el vendaje, rebuscando en la bolsa por unos que estuvieran limpios. Lo vendó de tal forma que todo el brazo quedara cubierto.

Cani: Listo, no fue tan terrible ¿o si?

-

Había decidido salir a comprar algunas cosas para el, dado que Lew siempre terminaba comiendose todo lo dulce que había en la casa. Thor sonrió, agitando su cola emocionado al rebuscar entre su pequeó tesoro, abriendo la puerta sin prestar mucha atención.

Se encogió de hombros, desviando la mirada del mar sólo unos segundos, lo suficiente para ver el vendaje nuevo y retomar el hilo de sus pensamientos.

-

Cerró la puerta de la heladera con fuerzas. Nunca compraban demasiado de las cosas que a él le gustaba.
Estaba a punto de salir de la cocina, cuando vio a Thor entrar, rebuscando entre una bolsa algo grande, mientras su cola se movía feliz de un lado a otro. Se acercó, arrebatandole la bolsa, para ver su contenido, sonriendo al ver la cantidad de dulces allí dentro.

Se levantó, observando el mar con una pequeña sonrisa. Debería ir a Maraqua, fijarse que tal las cosas iban por allí.

Cani: ¿Qué haces fuera de tu barco?

-

Bufó, intentando recuperar su bolsa, poniendose en puntas de pie para intentar alcanzar a Lew.

Thorn: Leeeeew.. Devuelvelos

Arian: No me dejaron subir por mi brazo..

Y ya extrañaba el mar, el ruido del barco contra las olas.
Suspiró.

-

Lew: No, no lo haré

Le esquivó, comenzando a caminar hacia su cuarto.

Cani: Pues no te preocupes, sanará rápido.

Le sonrió levemente antes de pasar la mirada hacia atrás. ¿Cómo era que ese lugar lleno de degenerados y prostitutas era de cierta forma tan... agradable?

-

Se arrojó sobr su espalda, gruñendo, sin darse por vencido completamente.

Thorn: Son mios

Se encogió de hombros, poniendose de pie.
El mar le agradaba, era su lugar donde todos los problemas desaparecían, pero al estar tanto tiempo en tierra...

Arian: ...ya no importa

-

Lew: ¿Crees que podrás derrotarme, enano?

Dejó salir una carcajada, retorciendose lo más posible para que no pudiera recuperar la bolsa.

Cani: ¿Qué?

No se lo esperaba. ¿Qué no todos los piratas morían por el mar y odiaban estar en tierra?

-

Se aferró con fuerza a su cuello con una mano, intentando atrapar la bolsa con su otra.

Thor: ¡Al menos comparte!

Bajó la cabeza, completamente serio, comenzando a caminar para alejarse de allí. No avanzó en dirección a la ciudad, sino a los extremos de la isla. Quizás a las cuevas.

-

Rió, logrando soltarse, provocando que avanzara directamente hacia su cuarto, cerrando la puerta para impedir que Thor entrase. Era demasiado educado a veces, estaba seguro que tocaría la puerta antes, lo que podría servirle para esconder los dulces.

Suspiró, sintiendose ignorada. ¿Debía seguirlo? ¿O era mejor dejarlo irse y volver a su casa?

-

Tocó la puerta varias veces, con decesperación, sin abrirla.

Thor: Lew, dejame entrar

Se detuvo unos segundos. Pese a todo, no podía olvidar sus modales.

Arian: Si te quedas allí, se hará la hora de buscar prostitutas.. y seguramente tendrás problemas

-

Ya habiendo escondido los dulces, abrió la puerta, sonriendo. Dejó que Thorn entrara, de todas formas no encontraría la bolsa.

Giró su cabeza hacia el, suspirando. Caminó hacia donde estaba, tomaría el atajo entonces.

Cani: Gracias

-

Ginoteó al entrar, sabiendo que la única razón por la que lo había dejado dentro era porque los dulces estaban muy fuera de su alcance.

Thorn: ¡Quiero mis dulces!

Le sonrió.

Arian: De nada...

-

Se sonrojó al verle. Thorn, aún siendo demasiado infantil, lograba siempre encender algo dentro de Lew. Quizás algo demasiado pervertido, pero lo lograba.
Intentó mantenerse impasible.

Lew: ¿Harías cualquier cosa por tus dulces, no?

Comenzó a caminar a un ritmo lento, manteniendo la vista en todos los que pasaban por allí. No podía evitar preguntarse a veces como eran sus vidas. Observó de reojo a Arian ¿Cómo sería su vida?

-

Su mente no pensaba como Lew. Cruzó sus brazos, frunciendo el ceño. Conseguiría esos dulces.

Thor: Si

Intentó seguir camino, aunque la gente solía impedirselo. Recibió empujones, golpes y algún que otro golpe en su brazo quebrado. Solía ser así cuando estaba en tierra... por eso prefería el mar.

-

Cerró la puerta, trabandola, para luego ponerse de pie y caminar hacia él. Tomó la remera sobre la cama, atandole las manos unidas, mientras comenzaba a desvestirlo.

Cani: Realmente, la tierra no es para ti

Soltó una risita, tomandolo de la mano sana y obligandolo a que la siguiera entre toda la gente. Mantenía su brazo roto resguardado.

-

Se retorció levemente, tomado por sorpresa. Quería golpearse por su idiotez, debía haberse imaginado que Lew pensaba algo así.

Arian: no les caigo bien al 99% de la gente en tierra..

Se dejó guiar, suspirando.

-

Luego de dejarlo desnudo, le recostó sobre la cama, quitando la bolsa de dulces de debajo de ésta. Sonrió, mirandole a los ojos.

Lew: ¿En verdad harás cualquier cosa por tus dulces?