Never been more dead than alive~

(Nou :C)

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Asintió levemente, comenzando a relajarse.
El dolor fue siendo reemplazado por el placer, provocando que la relajación fuera extrema.

(XD)

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Al ver que se relajaba introdujo el segundo dedo dentro de el, manteniendolos inmoviles para no lastimarlo... demasiado.

Gruñó, intentando acostumbrarse. Iba mejorando, el dolor iba pasando.

Mordió su hombro, intentando relajarlo todavía más. Río, simplemente no podía estar sin molestarlo.

Kok: Siempre puedes rogar para que Koba regrese

Gruñó al sentir la mordida y luego al oirle. Llamar a Koba, en ese momento, sería como darse por vencido.

Se encogió de hombros al ver que seguia sin hablar.

Kok: Como prefieras.

Comenzó a mover sus dedos, ocultando una sonrisa.

Gimoteó, intentando acostumbrarse al movimiento.
Mentalmente se castigaba, ¿por qué se dejaba hacer eso? ¿Por qué no se alejaba, por qué no se quejaba?

Aumentó el ritmo un poco, comenzando a acaricias su miembro con la mano libre. Estaba preparado por si quería escapar, aunque por su rostro lo dudaba.

Sintió un fuerte espasmo, para luego intentar soltarse nuevamente. No le daría las cosas tan simples, aún en ese momento.
Arrojó un mordiscón al aire, esperando que esa amenaza fuera suficiente.

Kok: Te estas engañando a ti mismo

Se quedó completamente inmovil, sin dejar de sonreír.

Eso lo sabía bien, no necesitaba que se lo repitiese. Pero al mismo tiempo le servía como incentivo a dejarse hacer.
Soltó una especie de ronroneo, cerrando sus ojos.

Quitó sus dedos, comenzando a penetrarlo con cuidado, pero al mismo tiempo con rapidez. Ya no lo soportaba más, y tampoco le daría una oportunidad de escaparse.

Gritó, arqueando la espalda a un tope. No, definitivamente Kok no sabía nada sobre delicadeza; definitivamente sería una parte de Koba que nunca podría llegar a amar.
Comenzó a lloriquear, abrazándose a sí mismo, mientras arañaba sus brazos. Aullaba de dolor.

Se quedó quieto, disfrutando parte de sus gritos, sin soltarlo. Por eso le encantaba Isha, lloraba e intentaba alejarse, pero al mismo tiempo se dejaba hacer. Nunca podías saber como actuaría.

No, no lograba soportarlo. Sin saber por qué, parte de su ser se sentía atraído hacia Kok, pero su mente se negaba a aceptarlo. ¿Sentirse atraído por algo que le brindaban en el centro científico, por algo de lo que huyó?
Se aferró con más fuerza a sí mismo, cerrando los ojos con fuerza, con sus orejas gachas. El dolor interno era insoportable.

Isha: M-Me... las-lastimas...

Kok: No te muevas entonces...

A ese paso se lastimaría de verdad, a menos que se quedase quieto.

Negó con la cabeza. No, Kok nunca entendería. ¿Cómo entender si quería saciarse a sí mismo únicamente? Gimoteó, intentando mantenerse lo más quieto posible, aún cuando su cuerpo se tensaba más a cada segundo y no dejaba de temblar.

Isha: Vete...

Comenzó a llorar con las fuerzas, rasgando la piel de sus brazos.

Isha: Me.. las-lastimas.. vete...

Suspiró, tomandolo de la cintura y levantandolo. ¿Cual era la gracia si lo lastimaba? No podría divertirse con el luego. Además, sus brazos no podrían soportar más rasguños.

Kok: Bien, me ire, ¿quien quieres que venga?

Negó con la cabeza. Le importaba tres diablos quien viniera, quien se fuera. Había logrado sentirse igual que cuando realizaban experimentos en él, igual de vacío, igual de roto. ¿Qué importaba quién llegara? Seguiría sintiendose igual.

Sabía quien debería venir, lo sentía pulsando detrás de su cabeza, desesperandose. Dejó que Koba tomara su lugar, alejandose de el. Lo odiaria. Estaba seguro, Kok haría que Isha no se acercara más a el.

Koba: I-Isha... lo lamento...

Se dejó caer sobre él, intentando tranquilizar su llanto. No era Kok, era Koba; podría reconocerlo incluso sin todos sus sentidos.
Aún con las orejas gachas y temblando, intentó relajarse. Tranquilizarse. "El monstruo" ya no estaba.

Lo abrazó contra su pecho, acariciandole la espalda a un ritmo lento, intentando calmarlo. ¿Por qué tenía que se así? ¿Por qué simplemente no podía eliminar a Kok, hacerlo desaparecer?

Poco a poco fue tranquilizándose, casi al punto de dormitarse. ¿Por qué Kok no era posible siquiera de sentir algo de culpa, algo de remordimiento? Se acurrucó un poco más contra Koba, alzando sus orejas. Debía estar atento a cualquier cosa.

Le besó la frente, aferrando sus brazos a su alrededor. No lo lastimaría. Haría lo que tuviera que hacer para que Kok no apareciera y atacara.

Sonrió, separándose con cierto cuidado de Koba, colocándose sus pantalones nuevamente. Estaba bien, no era necesario preocuparse tanto por él; había vivido eso demasiadas veces.