In my arms, a new life ~

Wands: Pero... no puedo dispararle a un animal, no te dispararé a ti, no puedo. No estas completamente muerto, o no estarías aquí.
No entendía como podía ofrecerse tan facilmente. ¿Esperaba que ella simplemente le disparara flechas como si fuera un blanco?
Xer: ¿Por qué? ¡¿Por qué no puede ser simplemente no ofrecerte como muñeco de practica a la primera oportunidad?!

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Cani: ¡Ginger!
Se apresuró hacia ella, quitando al chico en un solo movimiento, tomandolo por el brazo.
Cani: ¿Qué se supone que estás haciendo? ¡Es una niña!
Ginger se levantó, tirando de Cani para que lo soltara
Ginger: No lo lastimes, sueltalo

Pasó su mano por su rostro, suspirando. ¿Por qué había hecho una sugerencia tal frente a Xer? Alzo su mano, enseñando su dedo indice a Wands, en una especie de "espera un segundo" para luego caminar hacia su novia. La tomó de la muñeca, tirando de ella, para alejarse un poco, acabando por azotarla de espaldas contra un arbol, comenzando a besar su cuello.

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Había oido los pasos, pero estaba tan ensimismado en la pequeña que simplemente no pudo defenderse o huir. Chilló y comenzó a gimotear al sentirse agarrado. ¿Acaso le habían atrapado? ¿Lo llevarian de nuevo a esa horrible jaula a esperar nuevos experimentos?

Se quedó observando por donde se habían ido, dandole vueltas a todo lo que había dicho. ¿en qué clase de cosas estaba metido?

Se dejó llevar, cerrando los ojos al sentir los besos.
Xer: Dime porque lo haces...
Solo lograba preocuparla. No sabía cuando podía haber algún error, cuando algo podría de verdad salir mal

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Cani: Dime que ibas a hacer con ella
Ginger se estaba desesperando. Lo escuchaba chillar e intentar escaparse, y no sabía como hacer que lo soltara.
Ginger: El no habla, no hacía nada... ¡Ya sueltalo Oocani!

Pensaba que quizás no era momento de hacerlo, pero de esa forma tranquilizaba más rápido a Xer y más rápido cumplia sus caprichos. Tomó su cola, apretandola solo donde sabia que a ella le gustaba. Le sonrió, separandose de su cuello, para besarla en los labios y luego mirarla a los ojos.

Ek: Por que sé que no pasará nada.. confía en mi..

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Bajó las orejas y escondió al cola entre sus piernas. ¿Por qué esa chica le gritaba? ¿Qué había hecho? Le gritaba y Ginger se veía molesta. ¿Era con él? No sabía qué hacer, su instinto le decía que huyera. Y asi lo hizo. Mordió la mano de Cani con fuerza, logrando que le soltara, para luego salir corriendo de allí, en direccion al bosque, donde podria esconderse.

Gruñó y jadeó al mismo tiempo. odiaba que usara su cola, pero todavía odiaba más que supiera como usarla.
Xer: Eso... no lo sabes...
¿O quizás si? No podía quedarse tranquila sabiendo que alguien le estaría disparando... Claro que en ese momento no podía pensarlo muy bien

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Cani gritó, y Ginger no se quedó con ella, le grito antes de salir corriendo tras Isha. Tenía que encontrarlo, no podía dejarlo, seguro estaba asustado.
Ginger: ¡Isha espera!

Sonrió, volviendo a besar su cuello.

Ek: Si lo sé... te recuerdo que puedo ver la dirección de las flechas...

Le besó los labios nuevamente, para luego subir a sus orejas y lamerlas.

Ek: ¿Crees en mi? Si es así, me dejaras hacer esto..

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Ya en el bosque, se escondió debajo de las raíces de un viejo árbol, abrazándose a si mismo y envolviéndose con su propia cola. ¿Por qué siempre era él quien atraía esa mala suerte?

Xer: Eso no es justo...
Creía en el, pero igual se preocupaba.
Cerró sus ojos, ronroneando levemente. No recordaba haberlo hecho nunca excepto en presencia de Ek.

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Lo siguió buscando a pesar de no verlo. Sería un buen momento para que hablara. Lo llamaba por su nombre, sin atreverse a adentrarse demasiado. ¿Dónde estaba? Pasó su mano por su cabello, preocupandose

Sonrió el oírla ronronear. Esa solía ser su marca de gloria, lo que le decía que había ganado la batalla. Dejó salir una risita, mientras se acercaba a sus labios a besarlos.

Ek: Te daré justicia luego si eso quieres... ahora debo ayudar a entrenar al "muchacho"...

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Podía oírla llamerle. ¿Debería ir a ver? Asomó sus blancos ojos por los huecos entre las raíces, logrando verla. No quería ser atacado de nuevo. Preferia no verla. Se abrazó nuevamente a si mismo, cerrando los ojos con fuerza y gimoteando bajo.

Quería gruñirle, impedirselo, pero en realidad no podía. Lo besó, accediendo. Todavía le quedaba la esperanza de que esa chica se negara.

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Ginger: Isha... ¿Dónde estas?
No podía creer que hubiera estado Cani. Ahora no lo podía encontrar, y seguramente la odiaba. Y además era la primera vez que le gritaba, aun cuando había sido mordida.
Ginger: Isha, no te haré daño

Le sonrió al recibir el beso, para luego volver con la arquera. La observó unos segundos, para luego tocarle levemente el hombro con una sonrisa.

Ek: ¿Comenzamos a entrenar?

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Volvió a gimotear, acabando por lloriquear, dejando caer las lágrimas por su rostro. Siempre decían que no le harían daño y siempre era mentira, ¿cómo creerle si segundos antes le habían gritado y seguramente hasta golpeado si no hubiese huido?

Wands: No puedo dispararte. Desviaré el tiro, siempre pasa.
Si practicaba con un animal, su rito terminaba desviandose en el último minuto. Además, apenas lo conocía.

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Sabía que estaba en el bosque. El problema era donde, y era dificil encontrarlo habiendo perdido su confianza. Se abrazó las rodillas, suspirando. ¿Cómo mostrarle que no iba a hacerle daño?

Ek: no lo harás... primero será un blanco, luego lo sostendré yo.. y veremos qué sucede a lo ultimo

Le sonrió, acariciándole la cabeza. Quizás ella se hacía muchos problemas y por tal siempre fallaba. Era cuestión de probar.

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Pudo observar como se arrodillaba y abrazaba a si misma. Decidió salir de su escondite, huir más lejos si tenia suerte. Pero pisó una trampa y su pie derecho comenzó a desgarrarse dentro de ésta. Comenzó a gritar y chillar con fuerzas. Nada parecía salir bien.

Suspiró, asintiendo. Sabía que era la única forma, solo esperaba que el supiera lo que estaba haciendo. Se levantó, sonriendolo
Wands: Gracias...

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Levantó la cabeza al oír el grito, corriendo hacia el en cuanto lo vio. Se detuvo unos segundo al ver su pie lastimado, pero volvió a avanzar hasta la trampa, abriendola con ayuda de su cuerpo para liberar su pie.

Ek: Podrás agradecerme luego, cuando no me hayas matado

Dejó salir una risita, demostrando el chiste.

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Había comenzado a llorar casi inmediatamente luego de que su pie cayera en la trampa. Dolía y terriblemente. Y como dentro de su salvajismo no importaba qué tan masculino debía verse, había dejado que las lágrimas bañaran su rostro.
Se detuvo levemente al ver a Ginger liberando su pie. Sin importarle su herida se acercó a Ginger, lamiendo su rostro y restregandose contra ella, para luego ponerse en posicion defensiva. Podía oir algo acercandose a ellos.

Wands: En realidad no es gracioso...
Aun así sonrió. Tenía que cambiar sus nervios si quería hacer esto bien

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(Uso a Cani otra vez?)
Le acarició la cabeza, pero inmediatamente centró su atención en la herida de su pie. Se veía terriblemente mal, y sentía cuanto debía doler. No la tocó, pero acercó su dedo como si quisiera hacerlo. Tenía que encontrar una forma de curarlo.
Al notar su cambio, levantó la cabeza, intentando escuchar lo que el oía

Ek: Si sigues viendo el lado malo de las cosas, nada lo será

Le sacudió el cabello, para luego desviar su mirada hacia donde había dejado a Xer. ¿Ya se habría ido, no? Sonrió de medio lado, disfrutando.

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(Em.. como quieras xD)

Gruñó, pudiendo oir los pasos acercandose. En cuestion de segundos, un par de hombres, junto con perros estaban delante de ellos. Los reconocía, ellos le habían capturado la primera vez, no le sorprendia verlos una segunda.
Mostró los dientes, ocultando a Ginger detrás de él. No dejaría que le hicieran nada.

Debería haberse ido. Se lo seguí diciendo y a pesar de ello, todavía seguía sentada en el mismo lugar, sin intenciones de moverse. ¿demasiado celosa? Seguro. Pero también estaba la curiosidad de quien era esa chica. Y desde allí podía escuchar, más o menos, lo que decían.

Wands: De acuerdo, de acuerdo... emmm... ¿Cuando crees que estarás libre?
En realidad no sabía como preguntar eso. ¿Cuando tienes tiempo para que te dispare una flecha?

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Aunque apreciaba el gesto, con su pie herido no podía efrentarse a mucho. Le acarició el hombro mientras se ponía a su lado, dispuesta a gritar el nombre de Cani si hacía falta. No debía estar lejos, seguramente buscandola.

Ek: ¿Para ti? Cuando quieras...

Sabría que Xer le "castigaría", pero no le molestaba eso. A decir verdad, lo encontraba atrayente.

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Observó horrorizado a Ginger, y luego a los perros que parecían ir rápidamente hacia ellos. No esperó un grito de ella ni nada, absorbiendo la atencion de ambos caninos y comenzando a pelear a dentellada clara. No dejaría que la tocaran.

Desvió la mirada con un leve sonrojo en las mejillas. Casi había olvidado como era tratar con hombres, pero terminó asintiendo. Eso le daría una excusa para prolongar su práctica un tiempo más.

Guardó silencio, sin saber si lo decía para provocarla, o si simplemente estaba siendo amable. Con Ek nunca sabía.

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Se arrojó sobre Isha, llamando a Oocani a todo pulmón. Por más que estuviera enfadada con ella, sabía que vendría. Y mientras intentaba separar a Isha de los perros. No podía soportar que le hicieran todavía más daño

Ek: ¿Qué tal mañana? Vendré aqui a la misma hora... estaré esperandote

Observó al cielo, sonriendo.

Ek: Debo irme... -le sacudió el cabello- No te olvides de venir...

Comenzó a avanzar hacia el bosque, con una enorme sonrisa en los labios. ¿Xer le emboscaría y recibiría su castigo en medio del bosque o esperaria a llegar a su casa?

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Se soltó del agarre de Ginger y la empujó lejos, mientras seguía peleando. Dolía, terriblemente, pero... no podía contenerse. No podía detenerse. Ginger debía estar a salvo.

Wands: De acuerdo...
Se dio media vuelta también, tomando sus cosas. Seguiría con su practica normal, la cual habían interrumpido.

Al escuchar que avanzaba hacia donde ella estaba subió a un árbol, dispuesta a seguirlo. Estaban demasiado cerca de esa chica como para actuar. Tenía que esperar que se alejara.

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Cani llegó en ese momento. No esperó a la explicación de Ginger y se dispuso a separar a Isha de los perros, golpeando a los últimos en el acto. Sujetaba a Isha bajo el brazo mientras que con el otro mantenía alejada a los animales.

Apresuró un poco más el paso, alejandose del anterior sector. Dejó salir una risita por lo bajo. Sabía que le estaba siguiendo, pero no actuaria ni diria nada contra eso. Dejaría que Xer hiciese lo que desease.

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Le sorprendió verse repentinamente en uno de los brazos de Cani, pero no hizo nada por zafarse. Estaba cansado, le dolia el cuerpo y estaba seguro de que se desmayaría. Gimoteó, observando a Ginger.

Cayó de una rama superior hasta el suelo, quedando de pie frente a el. Tenía los brazos cruzados, en parte irritada por su sonrisa. Se quedó observandolo por unos segundos antes de hablar
Xer: Lo tenías planeado desde un principio, ¿verdad? Hacerme sentir celos para que luego te emboscara en medio del bosque...
Mientras hablaba comenzó a caminar, dibujando un círculo con Ek en el medio

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Luchando contra el enojo que sentía, e ignorando a quien sea que fuera el dueño de esos perros, tomó a Ginger de la mano, apresurandose hacia la casa. Solo había faltado un vistazo al pie de Isha para saber que estaba en mal estado

No le tomó por sorpresa, lamentablemente era imposible gracias a su ojo. Le observó, algo irritada, algo celosa. Su sonrisa se ensanchó.

Ek: ¿Y qué si es asi? -la siguio con la mirada- Si desde un principio sabias que era mi plan, no pareeces hacer mucho por evitarlo

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Los perros no les siguieron, no supo por qué. Tampoco supo por qué se estaban moviendo, y por qué repentinamente estaba en un ambiente desconocido para él. Gimiteó, sintiendo todo darle vueltas.

Xer: No lo evite porque pensé que podría haberme equivocado. Parece que no necesito un ojo de otro color para ver lo que harás... o lo que intentas hacer
Se acercó por detrás, quedando con la vista fija en su nuca. Estaba decidiendo si debía darle lo que quería o ignorarlo e irse por otro lado. Suspiró, sabía que era imposible que hiciera lo segundo

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Ginger fue del otro lado, con Isha, para intentar calmarlo.
Ginger: tranquilo... ella te curará el pie
Como toda respuesta, Cani bufó. Todavía sentía las marcas de sus dientes sobre su mano. Al llegar a la puerta de su casa, observó a Ginger
Cani: ¿Estas segura de que se dejara?