Under cover of darkness ~

Revoleó los ojos, sin darles mucho importancia. Parecían dos crios. Sí, de acuerdo, uno había amenazado al otro con una navaja, pero Yure se podría haber defendido con facilidad. Era un demonio.

Conn: Si voy a comprarme algo de comer, ¿me prometen que no harán una escena a pleno día?

Ruettu: -sonriendo forzadamente- Claro que no, si ni siquiera sirve como para trofeo de guerra

Yure gruñó. Estaba molesto, en un lugar concurrido y al que no estaba acostumbrado. Chasqueó la lengua, mirando con recelo a ambos, comenzando a alejarse del lugar.

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(/ *^*)/ Pensando en qué pet!

¿Seguir a Yure, o quedarse con Ruettu? Lo que había sido divertido ahora le estaba volviendo loca. Suspiró, observando a Yure. Era su amigo. No podía dejar que se molestase y atacase a cualquiera.
Suspiró, pasando la mirada a Ruettu.

Conn: Tengo que tranquilizarlo. En unos días vendré por aquí, espero verte.

Le sonrió y le besó la mejilla.
Luego tomó a Yure por la muñeca y se apresuró a irse de allí.
No se detuvo hasta estar alejada de la gente, momento en el cual lo confrontó con el ceño fruncido.

Conn: ¿Qué diablos te ocurre?

Ruettu asintió para Conn, recibiendo el beso en la mejilla con gusto, para luego observarla irse. Quizás debería cuidarse de ese demonio.
Yure gruñó al sentir el contacto en su muñeca, para soltarse con fuerza al ya verse alejado de la gente. Mostró sus colmillos, furioso.

Yure: ¿¡A mí!? ¡Qué diablos le pasa a ese imbécil! Oh, claro, bien pegado al ruedo de la falda lo traes... -gruñó con más fuerza, comenzando a caminar para alejarse.

Intentó controlas su enojo, pero ya veía que iba a ser difícil razonas con él. Mantuvo una distancia prudente al seguirlo, pero no iba a dejar que actuase así. No se iba a dejar asustar.

Conn: Tú fuiste el que me tenía acorralada en un callejón. Le gente malinterpreta las cosas, no tenía idea de quién era.

Gruñó a pesar de su control, sin poder creerse que esto estaba pasando.

Conn: ¿Y qué si tengo a alguien con quién me gusta compartir la cama? ¿Es acaso un delito?

Yure: Oh, me importa tres demonios con quién compartes la cama

Gruñó, desvalorizando sus propias palabras.
Quería llegar a su casa, encerrarse, desaparecer de la vista de ella y de todo el resto del mundo. Pero no podía dejar de oír los pasos de Conn siguiéndole, haciendo ruído, crispándole los nervios. Se dió media vuelta, rugiendo.

Yure: ¡Deja de seguirme!

Ese grito habría sido suficiente para despertar el sentido común de cualquiera y detenerse. Salvo el de ella. ¿Sería posible que estuviese celoso? Reiría, pero la situación no se lo permitía.
Avanzó los pasos que los separaban, golpeandolo en el rostro con su puño cerrado.

Conn: ¡Tranquilizate!

Recibió el puñetazo de lleno, retrocediendo un par de pasos. Nadie en su sano juicio se hubiese atrevido a golpearle en su actual estado, pero claramente Conn no era muy sana.
Gruñó con fuerzas, avanzando a gran velocidad hacia ella, tomándola del cuello, para azotarla contra el suelo. No, no pelearía. La alzó del cuello, simplemente para volver a levantarla y alejarse.

Yure: Déjame.. en paz.

Se tomó el cuello con su mano, acariciando la zona, entre el enojo y saber que debía irse de allí.
Lo observó por unos segundos antes de darse la vuelta y caminar en dirección contraria, sin decir una sola palabra.
Perfecto.
No lo necesitaba.
Ella no necesitaba a nadie.

Gruñó con fuerza, viendo que el camino a su casa no estaba tan lejos como había pensado todo ese tiempo. Lo cual era mejor, ya que en su estado actual podría matar a alguien. ¡Argh! ¡Quería desquitarse con algo!
Se preguntó si Len estaría igual, si querría pelear con él. Pero sabía que no llevaría a ningun lado, y que Dal se enfadaría cuando se enterase. Gruñó con más fuerza, golpeando un árbol, provocando que su puño lo traspasara.

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Le había sido extraño verla luego de tanto tiempo... y de la circunstancia en la que se habían visto por última vez. Se preguntaba por qué tenía ese tipo de relaciones ahora, por qué se aventuraba tanto. Pero siempre se respondía a sí mismo que no era de su incumbencia.
Estaba por alejarse del lugar, cuando la vio, por el rabillo del ojo, volviendo del bosque. Molesta, claramente. Pero no podía dejarla sola. Se acercó, con cierto cuidado.

Ruettu: ¿Te molestaría tener compañía?

Había sido por todo el ruido y los gruñidos, sin sorprenderse demasiado al ver todo lo que había ocurrido. ¿Quién era esa chica? Quizás era la nueva amiga de Dal.
Solo había captado pequeños pedazos de la conversación, pero se hacía una idea de lo que ocurría.
Pronunció unas palabras y luego se acercó rápidamente a Yure, tomandolo de la muñeca y colocando sus dedos en la frente, accediendo a su turbulencia interna.

Riz: Calma tu ira

Evitó sus pensamientos, se concentró en eliminar la rabia de dentro suyo.

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Por su mente pasaban toda una sarta de insultos. ¿Quién se creía para tratarla de esa manera? "Mirenme, soy un gran demonio, hago lo que quiero"

Conn: No puedes ni pedirte una hamburguesa.

Resopló por lo bajo hasta oír a Ruettu hablarle. ¿Por qué preocuparse por demonios cuando lo tenía a él allí?
Suspiró, restandole importancia al enojo y sonriendo.

Conn: Para nada

Al sentir el tacto en su frente, sin saber por qué ni ser capaz de controlarse, había comenzado a reaccionar como un animal salvaje enjaulado. Gruñía, rugía, se sacudía. Hasta que se detuvo repentinamene, sintiendose cada vez más y más calmo, más y más en paz.
Parpadeaba lentamente, relajando cada uno de sus músculos, sin quitar la mirada de Riz.

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Sonrió levemente, observándola. Era claro el intento que hacía, y no podía menospreciarlo. A decir verdad, quería ser algo egoísta y aunque sea verla fingir estar contenta de verle. Pero tampoco podía ignorarla.

Ruettu: ¿Debería preguntar qué sucedió? ¿O prefieres no hablar de ello?

Retiró su mano con una sonrisa. Había evitado lo que podría haber terminado en un desastre. ¿Qué lo había enfadado tanto?

Riz: Hola Yure

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Se encogió de hombros, acercándose a él y pasando un brazo por la cintura, caminando hacia ninguna parte en verdad. Su aroma le traía recuerdos, algunos de los cuales la hacían sonrojar.

Conn: Ni yo lo sé. Los demonios son extraños... ¿Y tú? ¿Te hiciste amigo de seres extraños también?

Yure: Riz... tanto tiempo...

Sonrió dulcemente, completamente calmado. Sentía que incluso no tenía fuerzas, pero no le molestaba en lo absoluto.
Observó su mano, atrapada, para hacer contra fuerza y sacarla. Se observó, pero no tenía ninguna herida.

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Negó con la cabeza.

Ruettu: Sigo solo. Sabía desde un principio que sería así

No podía quejarse. Peleaba por un ideal, era completamente extraño hacerse amigo de alguien cuando tenía tales proyecciones de su vida.

¿Hace cuanto no se veían? Un buen tiempo. Ella había visitado a Dal, pero solo cuando estaba segura que no se lo encontraría. No podía estar cerca de él, recordaba las veces que se habían besado -aún sin comprender por qué había pasado- y todavía esa sonrisa le hacía bajar la mirada.
Pero se contuvo y comenzó a caminar hacia la casa, esperando que la siguiese. Debería de estar cansado.

Riz: Ven. Usualmente cuando tu aura se limpia terminas agotado... Por cierto, lamento haberlo hecho, pero estabas fuera de control

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Conn: Si sabía que vivías por aquí, te hubiese venido a visitar

Ruettu era tan noble en ese sentido. No descansaría hasta haber conseguido lo que quería y aunque ya había olvidado qué era, recordaba ver la pasión en sus ojos

Yure: No, está bien... era necesario

No podía quitarle los ojos de encima. La veía más radiante, diferente a antes. Incluso más atrayente.
Se preguntó porqué le esquivaba la mirada, porqué lo evitaba. Pero se respondió a sí mismo que había sido un idiota, por todo lo que sentia hacia Dal. Y merecía que se disculpara con ella.

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Ruettu: Bueno, te hubiese contactado... aunque no sé cómo

Dejó salir una risita limpia.
Conn en cierta forma le hacía sentirse feliz, libre de ese destino que habia elegido.

Sonrió complacida. Había sido un riesgo, un error y... sacudió la cabeza. No. No podía equivocarse, lo había prácticado muchas veces y conocía a Yure, sabía qué había que hacer.

Riz: Entonces me alegro

Lo observó a los ojos con tranquilidad. Era lo contrario a Conn, ella era la calma misma.

Riz: ¿Ella es la nueva amiga de Dal?

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Rió con él, ya tranquila. Quizás debería tener una especie de paloma mensajera para poder mantener el contacto con la gente (Te diste cuenta que nunca usamos nada "tecnologico" per se? XD)

Conn: Bueno, ahora me tienes aquí

Asintió con la cabeza. Por lo visto, los había estado observando. Por dentro quiso preguntarle qué era lo que pensaba de ello, pero sintió que simplemente arruinaría la situación.
Suspiró, clavando la mirada en ella.

Yure: Riz... siento haberte hecho sufrir

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(N/A: Posta XD)

"Ahora me tienes aquí". Se preguntó por cuánto tiempo y a cambio de qué, pero no era al que tuviera importancia de momento ¿no?
Sonrió, decidiendo aprovechar ese aquí-y-ahora, tomándola de la nuca para finalmente besarla.

Soltó una risita, poniendose en puntitas y sacudiendole el cabello. Sí, ella también lo sentía. Pero estaba en el pasado, y estaría mintiendo si dijese que no lo había disfrutado, al menos en esos cortos momentos que Yure parecía olvidar a Dal.

Riz: Disculpa aceptada

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Sintió el rubor subir hasta sus orejas. Su corazón comenzando a latir más rápidamente y sus propios brazos rodeando el cuello de Ruettu al devolverle el beso.
Esos labios.
Lo profundizó un poco al atraerlo hacia ella.

Sonrió de medio lado, sin poder contenerse, para avanzar los pocos centímetros que los separaban y abrazarla. Tanto tiempo había querido disculparse y abrazarla, sintiendose liberado de ese karma que le consumía.

Yure: Realmente siento haber sido un idiota...

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Se dejó atraer, disfrutando del gesto unos cortos segundos, para luego separarse algo agitado. Observó a Conn a los ojos, sonriente.

Ruettu: Veo que en todo este tiempo no has perdido tu fogosidad

Lo rodeó con sus brazos, recibiendo el calor y el aroma que desprendía su cuerpo. Por tanto tiempo había querido poder abrazarlo sin sentir una puntada de dolor. Ahora podía simplemente disfrutar del contacto.
Apoyo la cabeza en su hombro, soltando un pequeño suspiro.

Riz: esta bien Yure. Se que no fue con mala intención.

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Conn: ¿Realmente esperaba que cambiase?

Le sonrió y volvió a darle un corto beso en los labios. No, ella no cambiaría, estaba a gusto con quien era, y, después de luchar para estarlo, no tenía deseos de comportarse como no era.

Sí, no había sido una culpa consciente, por lo menos. Todo se debía a que tenía sentimientos hacia Dal y no podía corresponder los de ella. Pero, ¿seguía teniendo esos sentimientos? ¿Lo que había dicho Conn era acaso cierto?
Suspiró, sin querer soltarse de Riz. Se sentía a gusto, tranquilo, en paz. Cerró los ojos, aspirando su aroma levemente.

Yure: Realmente lo siento, Riz...

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Quizás no que cambiase, pero siempre había pensado que cuando sus caminos volviesen a cruzarse, ella seguramente ya habría encontrado un verdadero hombre para mantener a su lado. Y dudaba que aquel demonio no lo fuese en cierta forma, pero... no debía meter la nariz donde no le incumbía.
Se acercó, dándole un beso corto en la comisura.

Ruettu: No, no esperaba que cambiaras, ¿y qué de mí? ¿sigo siendo el mismo, señorita?

Si el no quería soltarse, ella tampoco estaba dispuesta a dejarlo ir. Era la primera vez que la abraza de esa forma, y le traía paz.
Ella nunca lo había odiado. Sabía que corría un riesgo al sentir algo por alguien que ya estaba enamorado de otra persona. No dijo nada, simplemente se dejó abrazar y calmar ese sentimiento que todavía no había podido resolver.

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Se alejó de el unos pasos, observandolo unos momentos, fingiendo seriedad por un momento. Dio una vuelta a su alrededor y luego hizo una reverencia con una pollera invisible.

Conn: Sigue siendo el mismo caballero al rescate de damiselas en peligro

Yure: Éste último tiempo pensé en tí... -dejó salir una risita- Quizás haya sido premeditado que nos encontraramos

Se preguntó porqué antes no la había visto. Desde aquella vez que mató a Dal... no había vuelto a saber de Riz. Aunque supuso que, siendo que Dal no preguntaba por ella ni decía ansiosamente que quería verla,ellas se habrían encontrado.

Yure: ¿Me extrañaste...?

Sabía que era una pregunta egoísta, y que incluso podría lastimar a Riz si aún no había superado sus sentimientos, pero... necesitaba sentirse querido, por alguien.

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Dejó salir una risotada, mientras se inclinaba para responder a la reverencia. Era de muy mala educación el no hacerlo y él era un completo caballero.

Ruettu: Desde la última vez que nos vimos, no he rescatado a tantas damiselas

Las damiselas de hoy en día no eran tan débiles y necesitadas de rescate como antes.

Bajó la cabeza y clavó la vista en el suelo. ¿Que debía decirle? Era cierto que había hablado del tema con Dal, pero ella no había podido darle una respuesta certera y conclusa que aclarase sus sentimientos.
Por eso mismo se había alejado. Pero ese alejamiento, si bien la había tranquilizado, no eliminó sus preocupaciones. Y ahora sentía su corazón latir apresurado ante las palabras de Yure.
Levantó la cabeza, obligándose a mirarlo a los ojos.

Riz: Sí. Nunca dejé de pensar en tí

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Se acercó a él, tomándolo del codo como toda una dama del siglo XIX. Le causaba placer saber que las mujeres estaban saliendo del papel de niñita necesitada para empezar a pelear sus propias batallas.

Conn: Quizás dentro de poco tengas que cuidarte de las damiselas.. o podrían atacarte