Under cover of darkness ~

(N/A: Sinceramente no me acuerdo si la había soltado y no quiero releer xD)

Sonrió levemente primero, para luego volver a formar una sonrisa más amplia sin poder esconder su felicidad, abrazándose nuevamente a Riz. Se sentía querido, necesitado, y quizás nunca se había dado cuenta de cuánto.
Si, Dal estaba para él. Pero Dal era su amiga... y en estos momentos, ella tenía otras situaciones que componer en mente, en lugar de su soledad.
Se acurrucó en el cuello de Riz, abrazándola con fuerzas.

Yure: Gracias...

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Si, era cierto. Quizás a un cierto punto de la vida, los hombres deberían cuidarse de las mujeres, y terminarían siendo el nuevo sexo oprimido. Recordó repentinamente un episodio sucedido hacía no muchos días atrás, lo cual le erizó los cabellos.

Ruettu: Mejor ni hables de eso...

¿Como debía reaccionar? Se ruborizo completamente, sintiendo su corazón saltándose un latido al sentir ese potente abrazo. Tuvo que parar pensamientos que no necesitaba en ese momento. Era una amiga para Yure, y nada más. Ahora simplemente le estaba dando laccontención y el cariño que necesitaba, no podía permitirse pensar la situación de otra manera.
Así que calmó su mente y sus latidos y le devolvió el abrazo.

Riz: no tienes que agradecerme...

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Alzó una ceja, y lo miró de reojo. Sabía bien que eso despertaria su curiosidad y no podría evitar la pregunta que salió de suS labios:

Conn: ¿que ocurrió?

Se separó de ella, sonriendo levemente, para tomarle el rostro y acercarse a besar su frente. Aún no lograba comprender sus sentimientos hacia Riz, pero los atesoraba increíblemente. Quizás, un poco más que los sentimientos que tenía por Dal.
Se separó, sin soltar su rostro, mirándola a los ojos, algo inquieto.

Yure: ¿Dónde estuviste todo este tiempo? ¿Por qué... me evitaste de este modo?

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Tragó sonoramente, sin mirarla, manteniendo su vista al frente. Recordar no era exactamente algo que apreciaba en cuanto a aquella situación, pero tampoco quería mentir sobre ello.

Ruettu: Una señorita... intentó aprovecharse de mí.

Le sostuvo la mirada a duras penas. ¿Que tanto podía confiar en lo que le decía, y queera simplemente proproducto de un sentimiento momentáneo? Además estaba la cuestión de si debía contestarle con la verdad... O si era más fácil mentir.
Suspiro y se alejó de él.

Riz: Te evite porque...porque necesitaba aclarar mis sentimientos. Y estar a tu lado... Dolía.

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Lo miro sorprendida. Nose atrevia a dudar de su palabra pero siquiera imaginarse la situación era ridícula. Sobre todo a alguien como Ruettu, alguien tan amable y protector e.... Increíblemente confiado. Si, no era tan extraño si se ponía a pensar en ello.

Conn: "señorita". No tiene nada de señorita... ¿Estas bien?

Yure: ¿Aún duele?

No se atrevía a acercarse a ella, sentía que podía lastimarla, herirla. ¿Extraño, no? Antes hubiese dicho que entre Dal y Riz, Dal era definitivamente la "muñequita de cristal". Pero en esos momentos, sentía que era lo contrario. Riz era una muñequita de cristal. Y él era demasiado torpe para siquiera admirarla.

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Ruettu: Estoy bien... es decir, fue extraño tener que recaer en alguien más que me protegiera y que este muchacho pensara que era homosexual, pero... estoy bien

Con el orgullo herido, nada más. Pero, ¿quién no estaría así? ¿En esa situación? Siendo siempre el "heroe" y terminando por ser la "víctima" en una velocidad impredecible.

Si queria ser honesta consigo misma, sí, todavía dolía sentirlo tan cerca y al mismo tiempo tan lejano. Porque en su mente, siempre estaría Dal. Dal, aquella persona que fue la primera en mostrarle que lo aceptaba tal como era. Y ella nunca podría compararse siquiera.

Riz: No lo se. -Le dedico una sonrisa triste- honestamente no se que quieres de mi.

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Le sonrió dulcemente, dándole un beso en la mejilla. Ese orgullo herido le perseguiria por mucho tiempo, y quizás hasta lo llevaría a ser todavía más obstinado en cumplir su meta, para remediar eso.

Conn: Me alegro que estés bien. Pero se más cuidadoso la próxima vez

¿Qué quería de ella? Bajó la mirada, pensando unos segundos. Antes sólo hubiese querido una amiga con la que contar, pero ¿y ahora? Estaba Conn, con la que podía ser sincero y abierto. Y Dal, pese a todo. Pero... de Riz, quería algo más.
Jadeó, sin sentir que podía enojarse. Elevó la mirada al cielo, perdido, para luego clavar la mirada en Riz.

Yure: ...quiero una oportunidad de hacer las cosas bien. Sólo una.

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Ruettu: Trataré de que nadie entre en mis pantalones, tranquila

Le sonrió, sintiendose aliviado. Había temido que ella se riese de él, pero ¿quién podía culparle? Incluso él habría pensado que ese tipo de cosas era imposible...
Detuvo el paso al observar un bar. De poca monta, bastante andrajoso, pero un bar despues de todo.

Ruettu: ¿Quieres un trago?

Lo miraba sin poder creer sus palabras. De a poco un rubor surcó su rostro y llegó hasta su cuello a medida que se esforzaba por no desviar su rostro.
¿Era cierto?
¿Qué significaba?
Tragó saliva, avanzando los pasos que los separaban y tomó su mano entre la suya. Exhaló una respiración que no había notado estaba conteniendo.

Riz: D-De acuerdo

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Conn alzó las cejas, ambas esta vez al oír lo primero. ¿Acaso también se lo estaba negando a ella? Estaba sonando como un desafío... pero no dijo nada y se guardó sus pensamientos para ella.

Conn: Seguro, pero nada de emborracharme

No sabía cómo contener su felicidad. ¿Estaba seguro que eso era lo que quería? Y si no era así, si era un simple capricho, ¿por qué se alegraba tanto? No podía borrar la sonrisa de su rostro.
Se inclinó, para poder besar la mandíbula de Riz con cuidado y delicadeza, oyendo la notoria exhalación.

Yure: ¿Por qué contienes la respiración...?

-

Ruettu: Es lo que menos tengo en mente

Entró al bar con cuidado, viendo que estaba prácticamente vacío, de no ser por un par de muchachos jugando en una mesa de pool en el fondo y un hombre sentado en la barra, quien no tuvo vergüenza de mirar descarademente a Conn.
Se sentó, sin dejar de estar atento a su alrededor.

Ruettu: ¿Qué vas a tomar?

No se podía dejar llevar, ilusionar. Sólo terminaría lastimándose. Aún así le resultaba imposible contener su sonrojo, si acelerado latido o el hecho que quería abrazarse a él y no dejarlo ir.
Comenzó de a poco, apoyando la cabeza en su pecho, aspirando su aroma.

Riz: Porque todavía tienes un efecto devastador sobre mi persona

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Sonrió, sentándose a su lado y cruzándose de piernas para que estuviesen a la vista. ¿Por qué sentía placer al notar las miradas de los muchachos sobre ella?
Le pidió un trago al tabernero y jugó con este antes de tomar un sorbo.

Conn: Estoy trabajando en un bar yo también

Yure: Me alegro de que eso siga sucediendo...

Sonrió, besando su cabeza. Por dentro había deseado que ella dijera eso, que no le hubiese olvidado, que no lo hubiese superado. Era egoísta y aquello resultaba algo imperdonable, pero... quería a Riz para sí.

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Notó que cruzaba sus piernas para que le observaran más, lo cual claramente funcionaba, pero no dijo nada. Pidió lo que quería beber, para luego darle dos tragos.

Ruettu: ¿Dejaste todas tus aventuras para asentarte finalmente?

Riz: Yure...

No se despegó de él. De ser posible, enterró más su cabeza, queriendo desaparecer. Sus caricias, su contacto la enloquecía levemente, pero era más la incertidumbre lo que la tenía intranquila.

Riz: ¿E-estas seguro de... qué es lo que sientes?

No podía abrirse a él nuevamente para encontrarse con una realidad diferente.

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Soltó una risita, jugando con su dedo en el borde de la copa. ¿Dejar las aventuras?

Conn: Nunca. Moriré en una aventura, pero tengo que poder costearmelas.

Aunque a este ritmo, debería dejar el trabajo antes de perder una costilla... pero se guardó ese pensamiento para ella.

Ronroneó, cerrando los ojos, restregando con delicadeza su cabeza por entre el hombro, cuello y rostro de Riz. Tenía que hacer las cosas bien, debía ser sincero.

Yure: ...te quiero para mí, y es lo único que me importa.

Suspiró, alejándose levemente de ella, para luego tomarle el rostro y obligarla a mirarlo.

Yure: ¿Qué quieres tú de mí?

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Ruettu: No es una verdadera aventura si necesitas dinero

Dejó salir una risotada, para notar como todos observaban a Conn. No era de fiarse.
Se tomó su bebida rápidamente, para ponerse de pie, tomandola del brazo.

Ruettu: ¿nos vamos?

Su sonrojo, de ser posible, aumentó. Estaba pasando. Había soñado con esto e imaginado de muchas maneras, pero nunca creyó que sería verdad.
Lo observó a los ojos y volvió a acercarse a él...
Besándolo en los labios ya sin encontrar excusas para no hacerlo. Eso quería. A él, completamente.

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Conn: ¿Por qué?

Lo tomó del brazo igualmente, echando la mirada atrás. ¿Era por las miradas de los hombres? No la tocarían, y aún si lo hacían no le ocurriría nada...

Conn: ¿Qué ocurre?

Se sorprendió al recibir el beso, sonrojándose furiosamente. ¿Hacía cuánto no lo besaban? Sentía que nunca lo hubiese hecho antes, y sus nervios... ¡sus nervios! Lograban que se hubiese olvidado de su poca experiencia en el asunto.
Cerró los ojos, intentando corresponder, aunque sentía todo su cuerpo temblar.

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Ruettu: Sólo vamonos...

La tomó de la mano, saliendo del lugar tan rápido como le fue posible. No tenia antojos de pelear, y por lo visto aquellos hombres sólo querían carne fácil, porque no les seguían.
Suspiró tranquilo, ya bastante lejos.

Ruettu: Dios... creo que más que buscarlas, das aventuras, ¿sabes?

¿Desde cuándo Yure se encontraba tan nervioso? Usulamente era ella quien temblaba y no sabía cómo reaccionar. Pero ahora sabía que él lo quería tanto como ella... así que se animó tomarlo de la nuca con una mano y de la cintura con la otra, apegándose un poco más a él.

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Se detuvo, confundida, cruzándose de brazos. ¿Por qué la arrastraba fuera de un lugar sin ninguna explicación?

Conn: ¿Quieres decirme que sucede?

-

(Me tentaste, ahora te haces responsable)

Se había aislado de todos, al menos mentalmente. Descargaba sus emociones con un entrenamiento que la había devuelto a un excelente estado físico que había descuidado y había retomado su trabajo.
Había sido ingenuo creer que dejaría atrás quién era.
Y el agotamiento físico y mental la ayudaban a caer rendida en la cama sin pensar en Eek, o en Nyelo.
Su cabello había vuelto a la longitud usual, justo por encima de los hombros y estaba más seria que nunca. Xer exhaló pesadamente al lanzar la daga contra el tronco de un árbol y dejarla allí.
¿Qué tanto podría correr de sus sentimientos?

Se sorprendió, correspondiendo unos cortos segundos, para luego alejarse trastabillando. Su sonrojo era claramente notorio, lo cual le hacía evitar la mirada de Riz. Sonreía nerviosamente, sin saber exactamente qué hacer.

Yure: L-Lo siento

-

Ruettu: Me superan en número, y no tenian buenas intenciones

Se inclinó en sí mismo aún de pie, apoyando las manos en sus rodillas, mirando a Conn unos segundos, para luego bajar la mirada. Ella sería su muerte, su perdición. Pero no le importaba.

-

Se sentó sobre la rama de uno de los árboles, observando a su hermana. No la había visto entrenar tan enloquecidamente desde que sus padres habían muerto. Se preguntaba a sí mismo si debía interferir o dejarla, despues de todo... ella ya no era así, ¿no?
Se dejó caer de espaldas lentamente, para quedar colgando de sus piernas.

Kui: ¿Para qué entrenas?

Soltó una risita, sin poder creer lo que sus ojos veían. Yure, el gran demonio, completamente avergonzado e incapaz de mirarla a los ojos.

Riz: ¿Por qué lo lamentas?

-

Conn: ¿Esos de ahí?

Bufó, pasando las manos por su cabello. ¿Entonces todo esto se trataba de qué creía que la iban a atacar? Se apoyó contra una pared, frunciendo el ceño.

Conn: Dudo que intentasen algo, y yo también sé pelear por si no recuerdas...

-

De reojo observó a su hermano en la rama, girando rápidamente y clavando otra daga en el tronco opuesto, sonriendo al ver la profunidad que lograba alcanzar. (Eso sonó mal...)
Se quedó allí, observando el arma, dándole la espalda a Kui.

Xer: Puedo darte tres razones: Quiero volver a tener el entramiento de antes; Es bueno estar preparada; No tiene nada de malo repasar las viejas técnicas... -se encogió de hombros, observándolo ahora sí con una pequeña sonrisa fingida- o te podría decir la verdad: me distrae

¿Qué decirle? ¿Que estaba tan nervioso que la sola idea de acercarse a ella le hacía temblar desde los pies a la cabeza? ¿Qué era más de lo que había estado esperando, quizás? ¿O que realmente le gustaba y no entendía como lidiar con ello?
Gruñó, frustrado, rascándose la nuca, aún evitando su mirada.

-

Ruettu: Sé que sabes pelear, pero creo que lo mejor es evitar una pelea

Pero dudaba que ella entendiese. Conn no era la chica sensata, la que huía. Si era necesario, iba directamente a los golpes. Y quizás era eso lo que le atraía de ella.
Se acercó a ella, poniendo una mano a un lado de su cabeza, sin dejar de mirarla.

-

Observó atentamente. Si bien el proyectil había sido arrojado con la fuerza suficiente y en la vida real haría una herida contundente y de seriedad, el tiro había sido carente de direccionamiento. La mano de Xer había apuntado a la derecha, en cambio el proyectil viajó levemente hacia abajo y la izquierda.
Suspiró, decidiendo no decir nada de eso.

Kui: ¿Vas a huir mucho tiempo de todo esto? Porque no eres así. Y lo sabes.

Se acercó levemente a él, tomandole la barbilla. Ahora era ella quien buscaba su mirada, quería ver esos ojos confundidos ante ese repentino sentimiento que lo invadía. Su confianza estaba renovada, ahora podía permitirse sentir... sentir realmente.

Riz: ¿Por qué estas nervioso?

-

Alzó una ceja al ver la mano al lado de su cabeza, devolviendo la mirada a Ruettu. ¿Qué pretendía? Se mordió el labio inferior levemente, sin despegar los ojos ahora de él.

Conn: Pero son divertidas

-

Xer: ¿No lo soy? He huido toda mi vida.

De casa, de problemas, de policias... ¿Por qué no podía huir del dolor? ¿Por qué tenía que sentarse a sufrir la perdida de alguien que... no la quería a su lado?
Chasqueó la lengua al obligarse a terminar el pensamiento, endureciendo su mirada.

Xer: No voy a sentarme a llorar por Eek.

El nombre le causaba un dolor que reprimió al instante. Estaba cansada de tenerle miedo a ese nombre.

La observó unos segundos; sus ojos llorosos, pero sin ganas de llorar realmente. Se soltó de su agarre, desviando la mirada nuevamente.

Yure: No lo sé, es sólo que... realmente necesitaba eso...

-

No respondió, simplemente clavó su mirada en la de ella. ¿Qué era lo que tenía Conn que realmente la diferenciaba de otras muchachas? No era su deseo de pelear, no era esa actitud odiosa. No era nada de eso.
Se inclino hacia sus labios, mirando estos primero, para luego mirar a Conn nuevamente a los ojos, aún detenido a esa corta distancia de besarla.

-

Kui: Nadie dijo que te sentaras a llorar por él. Hay mejores cosas para hacer que eso.

No es que odiara a Eek, en realidad le entendía de lo poco que habían hablado del tema... pero Xer era su hermana, y no se merecía eso. Y ahora, si no era Nyelo, estaba dispuesto a hacer que ella se enamorase del primer idiota que pasase frente a sus ojos.

Se mantuvo en su lugar, dandole tiempo a procesar lo que ocurría y que se calmase. ¿Lo necesitaba de ella? ¿O de cualquiera? No. Evito pensar en ello, bajando la mirada, comenzando a jugar con un mechón de su cabello.

Riz: Bueno... aquí me tienes...

-

Le sostuvo la mirada, aún cuando se acercó ella también, para que sus labios apenas se rozasen. Podía sentir el leve calor del aliento exhalado por Ruettu y su propio cuerpo queriendo acortar esa distancia... pero sin atreverse a hacerlo realmente.
Le sonrió, ya sin sarcasmo, permaneciendo quieta. Cuando habló, sus labios rozaron aún más los suyos.

Conn: Ruettu...

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Xer: Exacto. Como practicar el tiro hasta que no se desvie

Le sonrió, volviendo a encogerse de hombros. Si practicar constantemente le mantenía ocupada, evitaba adentrarse dentro de un círculo de sentirse mal y encima lograba devolverle sus facultades, ¿qué tenía de malo?
Sí, ella sabía que solo estaba escapando, huyendo. Que en cualquier momento podría agarrarla desprevenida y quedaría destrozada... pero hasta ese momento, no tenía apuro por enfrentar la situación.

(N/A: Si no me acuerdo mal, Riz tenia un poder de sacar demonios, ¿no? O debilitarlos, no me acuerdo. So, here's the drama)

Se mantuvo unos segundos abstorto, para luego acercarse a ella nuevamente luego de verla. Parecía dubitativa, asustada. ¿De él? ¿De sus sentimientos? Realmente era un idiota...

Yure: Riz... lo necesitaba de ti, de nadie más...

Se acercó, besándola una, dos, tres... décimas, centenares de veces. Hasta que comenzó a sentir su cuerpo débil y doloroso; algo no andaba bien.
Besó nuevamente a Riz, sintiendo sus propias manos temblar, para separarse con una leve sonrisa. No queria preocuparla. Cayó de rodillas antes de darse cuenta siquiera. El mundo daba vueltas. Sentía que podría vomitar.

-

Pudo sentir un cosquilleo agradable hacerse soberano de su espalda y su vientre. Se estaba excitando, era consciente de eso. Pero no quería besarla, no quería sucumbir a su encanto.
La tomó de la cintura, alzándola, para obligarla a rodear la cintura con sus piernas, colocándola nuevamente contra la pared. ¿Qué diablos era ella? ¿Por qué tenía ese poder sobre él?

-

Se soltó, cayendo al suelo de pie. Tenía que ser cruel, tenía que ayudarla a superarse. Arrojar cuchillos y shurinkens contra todo lo que se cruzase en su camino no era escapatoria.
Suspiró, sabiendo que posiblemente su vida peligraría.

Kui: Hablé con él. Eek vino a la casa.

Iba a explotar. Realmente sentía que no podía seguir escuchando a Yure sin explotar de la felicidad que la invadía. Sus besos, sus manos a su alrededor, todo era perfecto.
Quizás demasiado.
Demasiado tarde se dio cuenta de su propio cuerpo, su propia pureza bulliendo de emoción, recorriendo su ser, la energía de sacerdotiza que la había ayudado a combatir contra demonios... ahora estaba acabando con Yure.
Pegó un grito, alejándose de él, sintiendo ese cosquilleo morir con el miedo.

Riz: Y-Yure...

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Se apoyó contra la pared, estirando su cuerpo al exhalar con un jadeo el aire dentro suyo. Bajó la mirada hasta Ruettu, observándolo con los labios levemente separados y una sonrisa ladeada.
Y luego levantó su mano, acariciando su rostro con los dedos, apenas rozando las yemas contra su mejilla.

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Se tensó. Ahora era consciente de todos sus músculos y tuvo que esforzarse por recordar que atentar contra la vida de alguien igual de bueno que ella en el arte del combate, no era buena idea. Y que era su hermano.

Xer: ¿Ah si?

Intentó fingir indiferencia, sin éxito. ¿Qué había hecho Ek en su casa? Se mantuvo serena igualmente, evitando ser llenada por sentimientos de rabia y dolor.

Sentía algo quemándolo por dentro. Dolía, quizás mucho. Se inclinó, sin poder contenerse, a vomitar. Sentía que podía morirse en cualquier momento. Volvió a vomitar, sintiendo las lágrimas salir de sus ojos por culpa del dolor.
Rogaba por poder morir y dejar de sentir eso.

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Cada caricia de ella, quemaba. No lograba descubrir qué era lo que lo engatusaba, pero estaba sucumbiendo a eso. Y ella lo sabía, y lo estaba disfrutando seguramente.
Llevó una de sus manos por debajo del sweater de Conn, acariciando con la yema de los dedos su abdómen y costillas, con completa delicadeza.

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Kui: Fue a tu cuarto,con una mochila... -suspiró; era más dificil decir todas esas cosas de lo que había imaginado- Sé que no duermes más en tu cuarto, pero... me pidió subir. Salió exactamente igual que como entró... Me dijo que no deberías preocuparte por regresar a tu cuarto. No sé a qué se refería, no fui a ver. Supuse que tenía que decirte antes.

Aunque la curiosidad le había carcomido, sabía que eso era lo correcto. Y aún si su consciencia le mataba, ella merecía saberlo. Aún cuando Eek le dijo que no debía comentarlo.

(N/A: Lo que hizo Eek fue entrar y llevarse todo lo que era de él o de ellos y que podía traerle recuerdos a Xer)