El equilibrio del mundo ~

Jyaf: Seguramente conseguirás una hembra... o un pasivo

Seguía sin comprender la palabra pasivo, pero no le interesaba mucho.
Se levantó, buscando algo para comer.

Jyaf: Y yo encontraré mi hembra o pasivo

Negó con la cabeza, suspirando.

Sin: Tu solo... sientes la necesidad de reproducirte, ¿cierto?

Era natural, el era un lobo.

Jyaf: No

Lo observó fijamente.

Jyaf: La hembra alfa... es la compañera de toda la vida del macho.

No se esperaba ese tipo de respuesta. Se levantó, con la palabra 'hembra' revoloteandole en la cabeza. Terminó por encontrar su mirada, sonriendole.

Sin: Entonces espero que encuentres a tu... hembra.

Recalcó la última palabra, saliendo de la cocina.

(No más imaginación... ¿qué tiene entre manos Sin? xD)

(emm... no lo pensé todavía xDDD)

Se paseó entre los árboles, intentando mantenerse alejada del camino que llevaba a la cuidad. Sabía que se encontraría con gente. Gente que pensaba que ella iba a matarlos. Suspiró, sonriendo hacia las hojas caídas y luego a la Luna. Había oído tanto de ella.

Riz: Me pregunto si todo serán cuentos...

Su ceguera no había cambiado. La anciana le había dicho que podría recuperar su vista luego, pero sabía que no era así. Seguiría ciega, por mucho tiempo. De todas formas, no le mostaba. Sus ojos... no le eran necesarios. Ella podía sentir, y era lo que le importaba.
Tropezó, cayendo al suelo rápidamente. Se quejó por lo bajo, sintiendo algo clavado en su mano, que al quitar comenzó a sangrar. Genial. Sangre, de noche. Demonios, seguramente.

Alzó la cabeza al sentir un olor familiar. Era sangre. Pero no de cualquiera. Dal. Se incorporó rapidamente, siguiendo el rastro. De noche sabía cuantos problemas podía causar el que ella estuviera herida.
Comenzó a llamarla por su nombre para asegurarse de que estuviese bien.

Pudo oir que la llamaban, pero no reconocía la voz. Se incorporó, con cuidado, sosteniendo su mano herida, realizando un cuenco con la sana bajo ésta, para contener la sangre que caía y no dejar un rastro.
Daba pasos dubitativamente. Estaba nerviosa.

Comenzó a dudar que camino seguir. Era momentos como este en el que maldecía que todos los arboles se parecieran.

Riz: ¡Dal!

¿Dónde se había metido? ¿Por qué no contestaba? La idea de que le había pasado algo estaba presionando contra su mente.

(BigWord, lupe darigan... personaje momentaneo, viendo si es definitivo XD)

Sintió ruido cerca de ella. ¿Pasos? Sonrió, pensando que quizás... era la persona que la estaba buscando. Para luego empalidecer. Dos brazos fuertes la tomaron de la cintura, alzandola.

Worig: Te tengo

Sin más, sintió la gravedad. ¿Estaban volando? Gritó con fuerzas, hasta que le taparon la boca. No, no terminaría bien.

(Ah listo xDD)

Oyó el grito, alzando la cabeza. ¿Acaso...? Si. No había duda. Era otro demonio. Y volaba. Comenzó a correr hacia donde había oído el grito. No podría escucharla, pero podría rastrearla.

Se detuvo en su escondite, en un barranco. Nadie podía llegar, a menos que tuviera alas. La cueva estaba justo en el medio, ni cerca de la base ni cerca de la punta. Bajó a Dal, que rápidamente retrocedió, asustada.

Worig: Estás herida... -se mantuvo en silencio- ¿Me dejarías curarte?

Dal dejó de estar a la defensiva. La voz ronca de ese demonio... no le hacía sentirse atemorizada.

Observó hacia donde se suponía que estaba Dal. No, no podría llegar allí. No sola al menos. Se puso a pensar hasta terminar por suspirar. Yure. Tendría que pedirle su ayuda. Aunque se había propuesto el ignorarlo lo más posible para ignorarlo. Retrocedió, comenzando a trotar hacia la casa.

Riz: Que este allí, por favor que este en la casa...

Podía sentir como la vendaba con cuidado, con tranquilidad. Su respiración acompasada, que chiflaba cada tanto al exhalar. No pudo evitar soltar una risita.

Dal: ¿Cuál es su nombre?

Worig: Worig. ¿El tuyo, damita?

Dal: Dalorise, pero me dicen Dal. ¿Puedo saber cuantos años tiene?

Worig: Más de los que crees... pero si pudieras verme, seguramente te darías cuenta de que no soy más que un joven demonio...

Dal: ...que no quiere hacer el mal

Pudo oir la sonrisa satisfactoria de Worig. Era exactamente como ella pensaba. Un demonio anciano, que sólo quería ayudar.

Llegó más rapido de lo que planeaba, tocando la puerta del cuarto de Yure con demasiada fuerza y rapidez. No le importaba despertarlo, o si se enojaba tampoco.

Worig: Eres...

Dal: ...parte de la Luna, si. Por eso temí. Muchas veces... quieren secuestrarme o adueñarse de mi.

Worig: Éste viejo demonio no lo hará... no tengo tiempo ni las energias para ello. La luna no me interesa

Dal sonrió.

-

Masculló en voz alta, levantandose de su cama. Quería dormir. ¿Quién diablos era el que tocaba con tantas fuerzas a su puerta? En ropa interior, abrió, observando a Riz adormecido.

Yure: ¿Qué pasa? -la voz ronca, por el sueño.

Ignoró su propio sonrojo y lo tomó de la muñeca, comenzando a caminar, o mejor dicho trotar. No podía esperar a que se cambiase. Simplemente tendría que soportar su estado.

Riz: Es Dal... alguien se la ha llevado.

Yire: ¿Quién? ¿Cómo? Riz, estoy semi-desnudo..

¿Qué forma de rescate sería esa? Quien fuera que se hubiese llevado a Dal, se le reiría en la cara. Comenzó a frenarse. Debía vestirse.

-

Dal: Sr Worig, ¿le molestaría llevarme a mi casa? Es una pequeña, a las afueras de la ciudad, algo derruida. Huele a humedad y madera vieja. Siempre la ventana de en medio suele estar prendida

Worig se levantó, tomando en brazos a Dal, sonriendo.

Worig: Para nada, señorita.

Y sin más, emprendió vuelo.

Luchó contra el hasta darse por vencida y enfrentarlo.

Riz: ¿Te preocupas por estar en ropa interior cuando ni siquiera sabes donde está Dal? No se quien es. Solo se que estaba herida, sola, y que alguien se la llevó.

Y cada momento que pasaba se la podrían llevar a cualquier lado o... algo peor.

La observó, suspirando luego. Riz tenía razón. Ignoró su semi-desnudez, dispuesto a salir, cuando vio llegar al demonio con Dal. Comenzó a gruñir, acercandose a toda velocidad, para frenarse en seco al oir el grito de Dal.

Dal: Tranqilos... Él es Worig, me ayudó. ¿Ven?

Elevó su mano herida, mostrando el vendaje.

Se lanzó sobre ella, abrazandola.

Riz: ¡Dal! Estas bien... yo... te llamé y no respondías. Pensé... pensé que te había pasado algo malo

La soltó, asegurandose de que en verdad estuviera bien antes de alzar la mirada hacia Worig.

Riz: Gracias

Dal sonrió al recibir el abrazo. Riz, siempre atenta a ella, siempre buscando el bien por ella. Giró el rostro hacia atrás, aún siendo imposible que viera a Worig.

Dal: Muchas gracias, Worig, por traerme

Worig: Ha sido un placer, damita

Movió sus alas, sonriente.

Riz: ¿Puedo hacerle una pregunta?

Se separó de Dal para no asfixiarla con su cuerpo, concentrandose en Worig. Le resultaba extraño no tratar de manera respetuosa a los demonios como el, que ayudaran a un humano sin razón aparente.